Isabel Guerra es una monja pintora hiperrealista que ingresó en un convento cisterciense a los 23 años. Aunque dejó de pintar temas religiosos después de convertirse en monja, continúa exhibiendo sus cuadros en Madrid cada pocos años donde son un éxito de ventas. Sus pinturas femeninas transmiten un mensaje de esperanza y belleza a pesar de las dificultades del mundo.

1. El arte hermoso de
ISABEL GUERRA
La monja pintora
Rafael López Giménez
2007
+ A.F.
Madrid 1947
Manual
Música: Soledad – Nana Mouskouri
A.F.

2. Isabel Guerra
Hija única de familia acomodada y culta, empezó
a pintar a los 12 años exponiendo por primera
vez a los 15 en la sala Toisón de Madrid. Pasaba
largas horas estudiando a los grandes autores
en el Museo del Prado, visitando exposiciones y
leyendo libros de arte.
A los 23 años, el 12 de noviembre del 1970,
ingresó en el convento cisterciense del
Monasterio de Santa Lucía de Zaragoza.

3. Autorretrato, 1967

4. Su madre, 1968
Su padre, 1980

5. Copia a lápiz de 1964

6. Adoratrices, 1962

7. Con su padre, un día antes de
ingresar en el convento
Isabel con Velázquez

8. Descendimiento de Cristo, 1966

9. En paz duermo, Tú estás conmigo, 1987

10. Hilanderas, 1975

11. Lumbre, 1975

12. Copia a lápiz de 1964
Jarreando, 1977

13. Así para con nosotros su ternura, 1989

14. Pobreza

18. Diálogo de
Intimidad
1985

19. Es nuestra paz, 1987

20. A humildes y sencillos sentará a su mesa, 1989

21. Sin otra luz ni guía, sino la que en mi corazón ardía

23. ¡A la aurora he de despertar!, 1991

24. Ilumina mi noche con Tú presencia

26. Por Tu palabra viviré en la caridad

27. Otoño, 1970

29. Isabel Guerra
es la monja pintora que, desde su
clausura en el monasterio
cisterciense de Santa Lucía,
Zaragoza, llega cada dos o tres años
a Madrid para exponer sus cuadros:
llenazo asegurado, venta total.

32. ¿Dónde se halla esa inaccesible claridad?, 1989

37. Sus vocaciones han corrido
paralelas desde la adolescencia:
fue una niña rebelde,
AUTODIDACTA. HIPERREALISTA
que quiso
PINTAR Y AMAR A DIOS.
Curiosamente, no pinta o no expone
temas religiosos desde su ingreso en
el convento.

45. No crean que la vida monástica le ha
apartado de las preocupaciones
terrenas. Convencida de que este
mundo no puede gustarle a nadie, su
obra contiene un mensaje de
esperanza:
Pinta figuras femeninas por su belleza
y están llenos de paz y luz.
LA BELLEZA ES POSIBLE
NO TODO ESTÁ PERDIDO.

52. GRACIAS
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POR UNA SOCIEDA D MÁ S HUMA NA Y UN MUNDO MEJOR
2008-2010

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A.F.