El documento es una reflexión de una persona mayor sobre el envejecimiento y las críticas a las personas mayores. Señala que los mayores no eliminaron los valores tradicionales, sino que fueron parte de una generación que cuestionó ciertas normas. Aunque ya es mayor, todavía puede disfrutar de la vida y no se ha vuelto cascarrabias. Concluye diciendo que solo los mayores pueden entender el proceso de envejecer y enviarse mensajes repetidamente.