Los escritores bíblicos
fueron tan sinceros que
hasta hablaron de sus
propios errores y
defectos.
Esta integridad
demuestra su profundo
interés por la verdad.
Estos nunca se otorgaron la autoría
de sus trabajos. Siempre le dieron
el crédito a su autor, Jehová.
El autor nunca utilizaría a
hombres arrogantes y orgullosos
para que escribiesen sus
pensamientos y su propósito.
Cuando la Biblia habla de temas
históricos, siempre es exacta.
Las narrativas de la Biblia son
documentos históricos confiables.
Existen más copias de
manuscritos bíblicos que de
Platón, Aristóteles y
Sócrates, por ejemplo.
Descubrimientos arqueológicos
han verificado la exactitud de la
Biblia y confirmado lugares,
nombres y sucesos.
Flavio Josefo
Tácito
Plinio el joven
Lucían
Hay muchas referencias de fuentes que
señalan a los eventos descritos en la Biblia:
‘A diferencia de las novelas,
leyendas y testimonios falsos, que
sitúan el relato en un lugar
distante y una época imprecisa… la
Biblia da la fecha y el lugar de los
sucesos con la máxima precisión’.
El libro: ‘A Lawyer
Examines the Bible’
dice:
Durante siglos sufrió una voraz persecución cuyo
objetivo era impedir que esta llegara a la gente común.
Se quemaron Biblias y se
ejecutaba a quienes la
querían traducir a las lenguas
más comunes, distribuirlas o
simplemente leerla.