Recuerdos de la Batalla del Campo de la Alianza y de la ocupación de Tacna en la Guerra del 79.
Sara Neuhaus de Ledgard.
Empresa Editora Rimac S. A.
Lima, Perú.
1938
El documento resume dos rebeliones indígenas en el Perú del siglo XVIII: la rebelión de Juan Santos Atahualpa de 1742-1752 en la selva central, que buscaba expulsar españoles y restaurar el Tahuantinsuyo; y la rebelión de Túpac Amaru II de 1780-1781 en el altiplano de Cusco y Puno, causada por la explotación de la mita y los abusos de los corregidores, que tuvo éxito inicial pero fue derrotada, capturando y ejecutando a T
El documento describe el proceso de independencia del Perú a través de varios levantamientos y rebeliones entre los siglos XVIII y XIX que llevaron a la creación de la República Peruana independiente de España. Incluye la rebelión de Túpac Amaru II en 1780, las revueltas patrióticas en Tacna en 1811 y 1813, y la llegada del general José de San Martín a Paracas en 1820 luego de independizar Chile.
La guerra del Pacífico estalló entre Chile, Perú y Bolivia entre 1879-1884 debido a disputas territoriales y de influencia en la región salitrera. Chile declaró la guerra a Perú y Bolivia luego de que Bolivia impusiera impuestos a compañías chilenas y cancelara contratos. Tras varias batallas, Chile capturó territorio en el norte de ambos países. Los tratados posteriores cedieron el departamento de Tarapacá a Chile de forma permanente y las provincias de Arica y Tacna bajo su administración temporal.
La guerra del Pacífico (1879-1883) se originó debido al incumplimiento del tratado de 1874 entre Chile y Bolivia sobre impuestos al salitre. Chile envió tropas a Antofagasta y declaró la guerra a Bolivia y Perú (aliado secreto de Bolivia) cuando estos no garantizaron su no intervención. Chile triunfó en las campañas de Antofagasta, Tarapacá, Tacna y Arica, y Lima, anexando las provincias de Tarapacá y parte de Antofagasta.
La Guerra del Pacífico estalló en 1879 entre Chile, Perú y Bolivia debido a disputas territoriales y económicas relacionadas con los yacimientos de salitre. Chile declaró la guerra a Perú y derrotó a sus fuerzas navales y terrestres, tomando el control de los territorios en disputa. El conflicto finalizó en 1883 con la firma del Tratado de Ancón, cediendo Perú territorios a Chile.
La rebelión de Túpac Amaru II entre 1780 y 1783 fue un levantamiento anticolonial y antifeudal de las masas indígenas en Perú contra la dominación española y la explotación de los indígenas. La rebelión se extendió a otras regiones de América del Sur como el Virreinato del Río de la Plata, Quito y Nueva Granada. Aunque la rebelión fue finalmente derrotada, representó la lucha revolucionaria más grande de los indígenas en la época colonial.
La Guerra del Pacífico (1879-1884) enfrentó a Chile contra Perú y Bolivia. Fue causada por disputas limítrofes sobre los territorios salitreros en el norte de Chile y sur de Perú y Bolivia. Chile obtuvo victorias clave en las batallas navales de Iquique y Angamos, que le dieron control del mar. Luego invadió con éxito los territorios salitreros de Tarapacá y las ciudades peruanas de Tacna y Arica, forzando la rendición de Perú.
El documento resume dos rebeliones indígenas en el Perú del siglo XVIII: la rebelión de Juan Santos Atahualpa de 1742-1752 en la selva central, que buscaba expulsar españoles y restaurar el Tahuantinsuyo; y la rebelión de Túpac Amaru II de 1780-1781 en el altiplano de Cusco y Puno, causada por la explotación de la mita y los abusos de los corregidores, que tuvo éxito inicial pero fue derrotada, capturando y ejecutando a T
El documento describe el proceso de independencia del Perú a través de varios levantamientos y rebeliones entre los siglos XVIII y XIX que llevaron a la creación de la República Peruana independiente de España. Incluye la rebelión de Túpac Amaru II en 1780, las revueltas patrióticas en Tacna en 1811 y 1813, y la llegada del general José de San Martín a Paracas en 1820 luego de independizar Chile.
La guerra del Pacífico estalló entre Chile, Perú y Bolivia entre 1879-1884 debido a disputas territoriales y de influencia en la región salitrera. Chile declaró la guerra a Perú y Bolivia luego de que Bolivia impusiera impuestos a compañías chilenas y cancelara contratos. Tras varias batallas, Chile capturó territorio en el norte de ambos países. Los tratados posteriores cedieron el departamento de Tarapacá a Chile de forma permanente y las provincias de Arica y Tacna bajo su administración temporal.
La guerra del Pacífico (1879-1883) se originó debido al incumplimiento del tratado de 1874 entre Chile y Bolivia sobre impuestos al salitre. Chile envió tropas a Antofagasta y declaró la guerra a Bolivia y Perú (aliado secreto de Bolivia) cuando estos no garantizaron su no intervención. Chile triunfó en las campañas de Antofagasta, Tarapacá, Tacna y Arica, y Lima, anexando las provincias de Tarapacá y parte de Antofagasta.
La Guerra del Pacífico estalló en 1879 entre Chile, Perú y Bolivia debido a disputas territoriales y económicas relacionadas con los yacimientos de salitre. Chile declaró la guerra a Perú y derrotó a sus fuerzas navales y terrestres, tomando el control de los territorios en disputa. El conflicto finalizó en 1883 con la firma del Tratado de Ancón, cediendo Perú territorios a Chile.
La rebelión de Túpac Amaru II entre 1780 y 1783 fue un levantamiento anticolonial y antifeudal de las masas indígenas en Perú contra la dominación española y la explotación de los indígenas. La rebelión se extendió a otras regiones de América del Sur como el Virreinato del Río de la Plata, Quito y Nueva Granada. Aunque la rebelión fue finalmente derrotada, representó la lucha revolucionaria más grande de los indígenas en la época colonial.
La Guerra del Pacífico (1879-1884) enfrentó a Chile contra Perú y Bolivia. Fue causada por disputas limítrofes sobre los territorios salitreros en el norte de Chile y sur de Perú y Bolivia. Chile obtuvo victorias clave en las batallas navales de Iquique y Angamos, que le dieron control del mar. Luego invadió con éxito los territorios salitreros de Tarapacá y las ciudades peruanas de Tacna y Arica, forzando la rendición de Perú.
El documento resume los principales eventos políticos, económicos y sociales de Perú entre los años 1883 y 1899, incluyendo los gobiernos de Cáceres, Iglesias, Morales Bermúdez y Piérola. También discute la pérdida de los territorios de Tacna y Arica a Chile luego de la Guerra del Pacífico, y los esfuerzos para recuperarlos a través de un plebiscito en 1893.
Guia independencia patria vieja y reconquistaAndrea Aguilera
El documento resume los eventos que llevaron a la creación de la primera Junta de Gobierno de Chile en 1810, incluyendo la invasión napoleónica de España, la reclusión del rey Fernando VII, y la formación de juntas de gobierno en España. También describe las facciones políticas en Chile, el derrocamiento del gobernador García Carrasco, y el establecimiento de la primera Junta de Gobierno el 18 de septiembre de 1810 con el lema "¡Junta queremos!".
La evangelización en Chile comenzó con la llegada de los conquistadores españoles en el siglo XVI, quienes trajeron órdenes religiosas como los franciscanos, dominicos y jesuitas para convertir a los indígenas al cristianismo y enseñarles la biblia y la cultura española con el objetivo de eliminar sus prácticas de idolatría. Estas misiones se centraron primero en los indígenas y luego en los mestizos, enfocándose principalmente en los mapuches debido a que eran
La guerra del Pacífico (1879-1883) enfrentó a Bolivia, Chile y Perú por disputas territoriales y económicas relacionadas al salitre y el guano. Chile invadió Bolivia y Perú luego de un aumento de impuestos bolivianos sobre el salitre, tomando el control de Tarapacá peruana rica en recursos. A pesar de la resistencia peruana, Chile ocupó Lima en 1881 y forzó tratados que le dieron territorios peruanos y bolivianos. La guerra terminó con una victoria milit
La guerra entre Perú y Chile se debió a disputas territoriales y económicas relacionadas con el salitre. Chile buscaba expandirse territorialmente hacia el norte, mientras que Bolivia y Perú defendían sus fronteras. El incremento de impuestos al salitre por parte de Bolivia llevó a un conflicto armado entre Chile y Perú-Bolivia, resultando en la pérdida de territorios peruanos y consecuencias económicas y políticas negativas para el Perú.
El documento describe el Monumento del Alto de la Alianza en Tacna, Perú. Fue creado por el arquitecto Enrique Vargas Giles para honrar a los soldados peruanos y bolivianos que murieron defendiendo Tacna y Arica de Chile en la Guerra del Pacífico. Consiste en ocho esculturas que representan diferentes aspectos del conflicto y la resistencia de los pueblos de Tacna y Arica. El lugar es mantenido por el municipio de Tacna para preservar su importancia histórica.
La Campaña de la Breña fue una resistencia peruana contra la ocupación chilena entre 1881 y 1883, liderada por Andrés Avelino Cáceres. Los peruanos establecieron una resistencia inicial en Junín con el apoyo de campesinos. A pesar de su desventaja militar, los peruanos obtuvieron varias victorias importantes sobre los chilenos. Sin embargo, la campaña terminó con la derrota peruana en la Batalla de Huamachuco en 1883, lo que llevó a Cáceres a desistir de la resistencia y
El documento resume los eventos de la Reconstrucción Nacional en el Perú entre 1883-1885 bajo el gobierno de Miguel Iglesias, incluyendo la reconstrucción de la Biblioteca Nacional, la firma del Tratado de Ancón y la reapertura de la Universidad de San Marcos. Luego describe los tres grandes problemas que enfrentó el primer gobierno de Cáceres entre 1886-1890: falta de recursos del estado, saneamiento de la moneda y deuda externa. Finalmente, resume los acuerdos principales del Contrato Grace de 1890, a través del cual
Chile invadió Antofagasta en 1879 con el objetivo de controlar los yacimientos salitreros. Esto llevó a Perú y Bolivia a declararle la guerra a Chile. Chile derrotó a la armada peruana y ocupó las provincias peruanas de Tarapacá y Tacna, así como la capital Lima. Tras tres años de conflicto, Chile logró el control de los territorios salitreros y derrotó a las fuerzas peruanas, poniendo fin a la guerra.
La Guerra del Pacífico (1879-1883) enfrentó a Chile contra Perú y Bolivia y surgió debido a disputas territoriales y de recursos como el salitre. Chile declaró la guerra a Perú y Bolivia en 1879 luego de que estos países firmaran un tratado de defensa mutua. Chile contaba con un ejército y armada mejor preparados, mientras que las fuerzas militares de Perú y Bolivia eran más débiles. El resultado fue una victoria chilena que le permitió apropiarse de territorios ricos en recursos naturales.
La Guerra del Pacífico (1879-1883) enfrentó a Chile contra Perú y Bolivia. Comenzó cuando Chile ocupó la ciudad boliviana de Antofagasta debido al aumento de impuestos a compañías salitreras chilenas. Luego de varias batallas navales y terrestres, Chile obtuvo victorias clave en Tarapacá, Arica, Miraflores, Huamachuco y finalmente firmó el Tratado de Ancón en 1883, donde Perú cedió las provincias de Tarapacá, Tacna y Arica.
1. El documento describe la invasión chilena de Perú durante la Guerra del Pacífico, incluyendo las batallas de San Juan, Chorrillos y Miraflores. 2. Las fuerzas chilenas al mando de Lynch y Baquedano atacaron las líneas defensivas peruanas y las fuerzas peruanas al mando de Cáceres y otros líderes se vieron obligadas a retirarse. 3. La campaña culminó con la ocupación de Lima por Chile.
Este documento critica al gobierno peruano de Alan García por su responsabilidad en la masacre de Bagua de 2009, donde murieron 34 indígenas, y por premiar a los ministros involucrados. También critica a las corporaciones como Perenco por apoyar al gobierno en su explotación de la Amazonía sin respetar los derechos de los pueblos indígenas.
Este documento resume la Guerra del Pacífico (1879-1883) entre Chile, por un lado, y Bolivia y Perú por el otro. La guerra comenzó debido a disputas fronterizas y de recursos naturales como el guano y el salitre en el desierto de Atacama. Chile ocupó el puerto boliviano de Antofagasta en 1879 tras la imposición de nuevos impuestos a compañías mineras chilenas, lo que llevó a la guerra. Tras varias batallas, Chile obtuvo territorios peruanos y bol
La guerra entre Chile, Perú y Bolivia se desarrolló entre 1879-1883. Chile buscó el dominio del mar y las comunicaciones para invadir Tarapacá rica en salitre. Derrotó la flota peruana y conquistó el sur de Perú y Bolivia. Luego tomó Lima y forzó la rendición de Perú, pero la resistencia de Cáceres prolongó la guerra hasta 1883 cuando Chile logró la victoria definitiva.
El documento describe a Túpac Amaru II, un líder indígena peruano que encabezó una rebelión en 1780 contra el dominio español. Describe su linaje real incaico, su matrimonio con Micaela Bastidas, y cómo organizó un ejército para liberar a los indígenas de la esclavitud y los tributos impuestos por los españoles. Aunque inicialmente tuvo éxito militar, finalmente fue capturado y ejecutado públicamente en 1781, aunque sus acciones inspiraron cambios en el sistema
El documento resume los principales hitos de los gobiernos de Nicolás de Piérola (1895-1899) y Guillermo Billinghurst (1912-1913) en el Perú. El gobierno de Piérola consolidó la alianza demócrata-civilista y tuvo como objetivo la modernización del estado a través de reformas tributarias, electorales y militares. El gobierno de Billinghurst aplicó medidas de beneficencia social cuando fue alcalde de Lima y desafió el poder del Partido Civil.
La Guerra del Pacífico (1879-1884) enfrentó a Perú, Bolivia y Chile por la delimitación fronteriza en el Desierto de Atacama, rico en guano y salitre. Miles de soldados lucharon en campañas marinas y terrestres. Finalmente, Chile obtuvo una victoria total y firmó el Tratado de Ancón con Perú, ganando Tarapacá y tutela temporal sobre Tacna y Arica, asegurando así el control de los recursos salitreros. Chile también restableció relaciones con Bolivia.
La persona descrita fue un militar y político nacido en el actual Ecuador que contribuyó a la victoria en la batalla de Ayacucho. Sirvió como presidente de Perú y prometió un gobierno democrático que respetara los derechos del Congreso, restituyó a militares alejados y promulgó una constitución liberal y medidas para proteger la industria nacional.
Pascual Ahumada Moreno: Recopilación completa de todos los documentos oficial...Jhonny Antelo Films
Recopilación completa de todos los documentos oficiales correspondencias y demás publicaciones referentes a la guerra que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia. Conteniendo Documentos inéditos de importancia.
Pascual Ahumada Moreno.
Tomo I (1ª parte)
Imprenta del Progreso.
Valparaiso - Chile.
1884.
Pascual Ahumada Moreno: Recopilación completa de todos los documentos oficial...Jhonny Antelo Films
Recopilación completa de todos los documentos oficiales correspondencias y demás publicaciones referentes a la guerra que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia. Conteniendo Documentos inéditos de importancia.
Pascual Ahumada Moreno.
Tomo III (1ª parte)
Imprenta i Libreria Americana de Federico T. Lathrop.
Valparaiso - Chile.
1886.
El documento resume los principales eventos políticos, económicos y sociales de Perú entre los años 1883 y 1899, incluyendo los gobiernos de Cáceres, Iglesias, Morales Bermúdez y Piérola. También discute la pérdida de los territorios de Tacna y Arica a Chile luego de la Guerra del Pacífico, y los esfuerzos para recuperarlos a través de un plebiscito en 1893.
Guia independencia patria vieja y reconquistaAndrea Aguilera
El documento resume los eventos que llevaron a la creación de la primera Junta de Gobierno de Chile en 1810, incluyendo la invasión napoleónica de España, la reclusión del rey Fernando VII, y la formación de juntas de gobierno en España. También describe las facciones políticas en Chile, el derrocamiento del gobernador García Carrasco, y el establecimiento de la primera Junta de Gobierno el 18 de septiembre de 1810 con el lema "¡Junta queremos!".
La evangelización en Chile comenzó con la llegada de los conquistadores españoles en el siglo XVI, quienes trajeron órdenes religiosas como los franciscanos, dominicos y jesuitas para convertir a los indígenas al cristianismo y enseñarles la biblia y la cultura española con el objetivo de eliminar sus prácticas de idolatría. Estas misiones se centraron primero en los indígenas y luego en los mestizos, enfocándose principalmente en los mapuches debido a que eran
La guerra del Pacífico (1879-1883) enfrentó a Bolivia, Chile y Perú por disputas territoriales y económicas relacionadas al salitre y el guano. Chile invadió Bolivia y Perú luego de un aumento de impuestos bolivianos sobre el salitre, tomando el control de Tarapacá peruana rica en recursos. A pesar de la resistencia peruana, Chile ocupó Lima en 1881 y forzó tratados que le dieron territorios peruanos y bolivianos. La guerra terminó con una victoria milit
La guerra entre Perú y Chile se debió a disputas territoriales y económicas relacionadas con el salitre. Chile buscaba expandirse territorialmente hacia el norte, mientras que Bolivia y Perú defendían sus fronteras. El incremento de impuestos al salitre por parte de Bolivia llevó a un conflicto armado entre Chile y Perú-Bolivia, resultando en la pérdida de territorios peruanos y consecuencias económicas y políticas negativas para el Perú.
El documento describe el Monumento del Alto de la Alianza en Tacna, Perú. Fue creado por el arquitecto Enrique Vargas Giles para honrar a los soldados peruanos y bolivianos que murieron defendiendo Tacna y Arica de Chile en la Guerra del Pacífico. Consiste en ocho esculturas que representan diferentes aspectos del conflicto y la resistencia de los pueblos de Tacna y Arica. El lugar es mantenido por el municipio de Tacna para preservar su importancia histórica.
La Campaña de la Breña fue una resistencia peruana contra la ocupación chilena entre 1881 y 1883, liderada por Andrés Avelino Cáceres. Los peruanos establecieron una resistencia inicial en Junín con el apoyo de campesinos. A pesar de su desventaja militar, los peruanos obtuvieron varias victorias importantes sobre los chilenos. Sin embargo, la campaña terminó con la derrota peruana en la Batalla de Huamachuco en 1883, lo que llevó a Cáceres a desistir de la resistencia y
El documento resume los eventos de la Reconstrucción Nacional en el Perú entre 1883-1885 bajo el gobierno de Miguel Iglesias, incluyendo la reconstrucción de la Biblioteca Nacional, la firma del Tratado de Ancón y la reapertura de la Universidad de San Marcos. Luego describe los tres grandes problemas que enfrentó el primer gobierno de Cáceres entre 1886-1890: falta de recursos del estado, saneamiento de la moneda y deuda externa. Finalmente, resume los acuerdos principales del Contrato Grace de 1890, a través del cual
Chile invadió Antofagasta en 1879 con el objetivo de controlar los yacimientos salitreros. Esto llevó a Perú y Bolivia a declararle la guerra a Chile. Chile derrotó a la armada peruana y ocupó las provincias peruanas de Tarapacá y Tacna, así como la capital Lima. Tras tres años de conflicto, Chile logró el control de los territorios salitreros y derrotó a las fuerzas peruanas, poniendo fin a la guerra.
La Guerra del Pacífico (1879-1883) enfrentó a Chile contra Perú y Bolivia y surgió debido a disputas territoriales y de recursos como el salitre. Chile declaró la guerra a Perú y Bolivia en 1879 luego de que estos países firmaran un tratado de defensa mutua. Chile contaba con un ejército y armada mejor preparados, mientras que las fuerzas militares de Perú y Bolivia eran más débiles. El resultado fue una victoria chilena que le permitió apropiarse de territorios ricos en recursos naturales.
La Guerra del Pacífico (1879-1883) enfrentó a Chile contra Perú y Bolivia. Comenzó cuando Chile ocupó la ciudad boliviana de Antofagasta debido al aumento de impuestos a compañías salitreras chilenas. Luego de varias batallas navales y terrestres, Chile obtuvo victorias clave en Tarapacá, Arica, Miraflores, Huamachuco y finalmente firmó el Tratado de Ancón en 1883, donde Perú cedió las provincias de Tarapacá, Tacna y Arica.
1. El documento describe la invasión chilena de Perú durante la Guerra del Pacífico, incluyendo las batallas de San Juan, Chorrillos y Miraflores. 2. Las fuerzas chilenas al mando de Lynch y Baquedano atacaron las líneas defensivas peruanas y las fuerzas peruanas al mando de Cáceres y otros líderes se vieron obligadas a retirarse. 3. La campaña culminó con la ocupación de Lima por Chile.
Este documento critica al gobierno peruano de Alan García por su responsabilidad en la masacre de Bagua de 2009, donde murieron 34 indígenas, y por premiar a los ministros involucrados. También critica a las corporaciones como Perenco por apoyar al gobierno en su explotación de la Amazonía sin respetar los derechos de los pueblos indígenas.
Este documento resume la Guerra del Pacífico (1879-1883) entre Chile, por un lado, y Bolivia y Perú por el otro. La guerra comenzó debido a disputas fronterizas y de recursos naturales como el guano y el salitre en el desierto de Atacama. Chile ocupó el puerto boliviano de Antofagasta en 1879 tras la imposición de nuevos impuestos a compañías mineras chilenas, lo que llevó a la guerra. Tras varias batallas, Chile obtuvo territorios peruanos y bol
La guerra entre Chile, Perú y Bolivia se desarrolló entre 1879-1883. Chile buscó el dominio del mar y las comunicaciones para invadir Tarapacá rica en salitre. Derrotó la flota peruana y conquistó el sur de Perú y Bolivia. Luego tomó Lima y forzó la rendición de Perú, pero la resistencia de Cáceres prolongó la guerra hasta 1883 cuando Chile logró la victoria definitiva.
El documento describe a Túpac Amaru II, un líder indígena peruano que encabezó una rebelión en 1780 contra el dominio español. Describe su linaje real incaico, su matrimonio con Micaela Bastidas, y cómo organizó un ejército para liberar a los indígenas de la esclavitud y los tributos impuestos por los españoles. Aunque inicialmente tuvo éxito militar, finalmente fue capturado y ejecutado públicamente en 1781, aunque sus acciones inspiraron cambios en el sistema
El documento resume los principales hitos de los gobiernos de Nicolás de Piérola (1895-1899) y Guillermo Billinghurst (1912-1913) en el Perú. El gobierno de Piérola consolidó la alianza demócrata-civilista y tuvo como objetivo la modernización del estado a través de reformas tributarias, electorales y militares. El gobierno de Billinghurst aplicó medidas de beneficencia social cuando fue alcalde de Lima y desafió el poder del Partido Civil.
La Guerra del Pacífico (1879-1884) enfrentó a Perú, Bolivia y Chile por la delimitación fronteriza en el Desierto de Atacama, rico en guano y salitre. Miles de soldados lucharon en campañas marinas y terrestres. Finalmente, Chile obtuvo una victoria total y firmó el Tratado de Ancón con Perú, ganando Tarapacá y tutela temporal sobre Tacna y Arica, asegurando así el control de los recursos salitreros. Chile también restableció relaciones con Bolivia.
La persona descrita fue un militar y político nacido en el actual Ecuador que contribuyó a la victoria en la batalla de Ayacucho. Sirvió como presidente de Perú y prometió un gobierno democrático que respetara los derechos del Congreso, restituyó a militares alejados y promulgó una constitución liberal y medidas para proteger la industria nacional.
Pascual Ahumada Moreno: Recopilación completa de todos los documentos oficial...Jhonny Antelo Films
Recopilación completa de todos los documentos oficiales correspondencias y demás publicaciones referentes a la guerra que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia. Conteniendo Documentos inéditos de importancia.
Pascual Ahumada Moreno.
Tomo I (1ª parte)
Imprenta del Progreso.
Valparaiso - Chile.
1884.
Pascual Ahumada Moreno: Recopilación completa de todos los documentos oficial...Jhonny Antelo Films
Recopilación completa de todos los documentos oficiales correspondencias y demás publicaciones referentes a la guerra que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia. Conteniendo Documentos inéditos de importancia.
Pascual Ahumada Moreno.
Tomo III (1ª parte)
Imprenta i Libreria Americana de Federico T. Lathrop.
Valparaiso - Chile.
1886.
Pascual Ahumada Moreno: Recopilación completa de todos los documentos oficial...Jhonny Antelo Films
Recopilación completa de todos los documentos oficiales correspondencias y demás publicaciones referentes a la guerra que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia. Conteniendo Documentos inéditos de importancia.
Pascual Ahumada Moreno.
Tomo II (2ª parte)
Imprenta i Libreria Americana de Federico T. Lathrop.
Valparaiso - Chile.
1886.
Narciso de la Riva: Manifiesto que dirige al público el ex-prefecto del Depar...Jhonny Antelo Films
Manifiesto que dirige al público el ex-prefecto del Departamento del Litoral de Bolivia, ciudadano Narciso de la Riva, dando cuenta de sus actos políticos y administrativos.
Narciso de la Riva.
20 de junio de 1877.
Imprenta del Deber. Calle san Agustín Nº 8
Valparaíso, Chile.
Pascual Ahumada Moreno: Recopilación completa de todos los documentos oficial...Jhonny Antelo Films
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Tomo II (1ª parte)
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Valparaiso - Chile.
1886.
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Tomo III (2ª parte)
Imprenta i Libreria Americana de Federico T. Lathrop.
Valparaiso - Chile.
1886.
Severino Campuzano: Documentos de la 5ª Division del Ejercito de Bolivia. 1884.Jhonny Antelo Films
Este documento habla sobre la importancia de resumir textos de forma concisa para captar la idea principal. Explica que un buen resumen debe identificar la idea central y los detalles más relevantes del documento original en una o dos oraciones como máximo.
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto significativo en la economía mundial. Muchos países experimentaron fuertes caídas en el PIB y aumentos en el desempleo debido a los cierres generalizados y las restricciones a los viajes. Aunque las vacunas han permitido la reapertura de muchas economías, los efectos a largo plazo de la pandemia en sectores como el turismo y los viajes aún no están claros. Se espera que la recuperación económica mundial sea desigual y dependa de factores como el control
Gabino Pacheco Zegarra: Guerra declarada al Perú y Bolivia por Chile. 1899.Jhonny Antelo Films
Guerra declarada al Perú y Bolivia por Chile.
Versión castellana de la edición francesa de 1879.
Gabino Pacheco Zegarra.
Imprenta Liberal - Unión Baquijano Nº 317
Lima - Perú.
1899.
Pascual Ahumada Moreno: Recopilación completa de todos los documentos oficial...Jhonny Antelo Films
Recopilación completa de todos los documentos oficiales correspondencias y demás publicaciones referentes a la guerra que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia. Conteniendo Documentos inéditos de importancia.
Pascual Ahumada Moreno.
Tomo I (2ª parte)
Imprenta del Progreso.
Valparaiso - Chile.
1884.
La Guerra del Pacifico.
Primera Serie
Exposición de los motivos del conflicto entre Bolivia y Chile.
Segunda Edición corregida y aumentada por el autor.
Felix Reyes Ortiz.
Imprenta La Patria - Vila Hermanos.
La Paz - Bolivia.
1880.
Andrés Lizardo Taborga: Apuntes de la campaña de 50 dias de las fuerzas boliv...Jhonny Antelo Films
Apuntes de la campaña de 50 dias de las fuerzas bolivianas en Calama con motivo de la invasión chilena; y retirada de estas a la ciudad de Potosí, después del combate en 23 de marzo último.
Andrés Lizardo Taborga.
Tipografía La Libertad.
Sucre, Bolivia. 10 de julio de 1879.
José Vicente Ochoa: Abaroa, semblanzas de la guerra del pacifico. 1892.Jhonny Antelo Films
La Unión Europea ha acordado un embargo petrolero contra Rusia en respuesta a la invasión de Ucrania. El embargo forma parte de un sexto paquete de sanciones y prohibirá la mayoría de las importaciones de petróleo ruso en la UE a finales de este año. Algunos estados miembros aún dependen en gran medida del petróleo ruso y se les ha concedido una exención, pero se espera que todo el petróleo ruso quede prohibido para fines de 2023.
Rafael Pizarro: Los abastecimientos militares en la Guerra del Pacífico (1879...Jhonny Antelo Films
Este documento resume los abastecimientos militares en la Guerra del Pacífico (1879-1884) en tres oraciones:
1. Analiza la actuación de la Intendencia militar chilena durante el conflicto, encargada de abastecer a las tropas de alimentos, vestimenta y equipo.
2. Explica que la Intendencia desempeñó un papel clave para mantener la eficiencia de combate de las tropas chilenas a través de una planificación logística precisa.
3. Concluye que la efectiva
Manuel V. Alba: Diario de la campaña de la 5ª Division del Ejercito BolivianoJhonny Antelo Films
Diario de la campaña de la 5ta Division del Ejercito Boliviano. Comandante de la División el General Narciso Campero. Manuel V. Alba.
Tipografia La Libertad.
Calle Bolivar Nº 37
Sucre, Bolivia.
5 de agosto de 1882.
Tomas Caivano: Historia de la Guerra de América entre Chile, Perú y Bolivia. ...Jhonny Antelo Films
Historia de la Guerra de América entre Chile, Perú y Bolivia.
2ª Parte.
Tomas Caivano.
Versión castellana de Don Arturo de Ballesteros y Contín.
Libreria Italiana Baghetti Hermanos.
Calle Viasen 165 - 67.
Iquique, Chile.
1904.
Lambayeque durante la guerra con chile 1Amakara Leyva
Los chilenos invadieron Lambayeque. Los lambayecanos y chiclayanos se unieron para enfrentarlos, formando dos batallones de infantería. Los chilenos represaliaron incendiando edificios públicos e intentando quemar el Teatro Dos de Mayo. José Becerra les infligió dos derrotas a los chilenos. Finalmente, los chilenos se retiraron de Lambayeque.
El documento describe la historia del Virreinato del Río de la Plata y las campañas militares llevadas a cabo contra los pueblos indígenas que habitaban la región del desierto entre 1820 y 1878. Se estableció el Virreinato en 1776 y se realizaron numerosas campañas para asegurar el territorio y someter pacíficamente a las tribus, incluyendo las campañas de Rosas en la década de 1830 y la Ley de 1867 que autorizó la ocupación de los ríos Negro y Neuquén. A pesar de los
El documento describe las diferentes tribus que habitaban el sur del Perú precolombino según los relatos de cronistas españoles como Cieza de León. Explica que los incas llamaron "Paltas" a las comunidades que ocupaban la región de Loja y resistieron a la expansión inca. Estas comunidades descendían de los mayas y mantenían una identidad cultural común a pesar de no tener una organización política tan centralizada como el Imperio Inca.
El documento describe las diferentes tribus que habitaban el sur del Perú precolombino según los relatos de cronistas españoles como Cieza de León. Explica que los incas llamaron "Paltas" a las comunidades que ocupaban la región de Loja y resistieron a la expansión inca. Estas comunidades descendían de los mayas y mantenían una identidad cultural común a pesar de no tener una organización política tan centralizada como el Imperio Inca.
Este documento es el prólogo de una novela que describe la trágica historia de los Quilmes, un pueblo originario del sur de Perú. Los Quilmes peregrinaron por el norte de Chile y el norte de Argentina hasta establecerse en los valles Calchaquíes en Tucumán. Allí vivieron pacíficamente hasta que llegaron los conquistadores españoles en el 1600, quienes codiciaron las tierras fértiles de los Quilmes. Luego de décadas de batallas, los españoles finalmente conquistaron a los Quil
Rodrigo de Bastidas exploró las costas de Venezuela y Panamá en 1501, siendo uno de los primeros europeos en llegar al istmo de Panamá. En 1519, Pedro Arias Dávila fundó la ciudad de Panamá, que se convirtió en el punto de partida de expediciones a otras regiones de Centro y Suramérica. El cacique Urraca ofreció la mayor resistencia a la conquista española, luchando durante nueve años para defender las tierras de los nativos del istmo.
Rodrigo de Bastidas exploró las costas de Venezuela y Panamá en 1501, siendo uno de los primeros europeos en llegar al istmo de Panamá. En 1519, Pedro Arias Dávila fundó la ciudad de Panamá, que se convirtió en el punto de partida de expediciones a otras regiones de Centro y Suramérica. El cacique Urraca ofreció la mayor resistencia a la conquista española, luchando durante nueve años para defender las tierras de los nativos del istmo.
El documento describe la cultura Tallán que habitó el norte de Perú. Los tallanes desarrollaron una cultura única adaptada a la diversidad de su territorio, aunque estaban divididos en señoríos independientes unidos por lazos comerciales. Rendían culto principalmente a la luna y al mar, y tuvieron importantes intercambios comerciales con poblaciones vecinas.
Este documento presenta una cronología del comercio transatlántico de esclavos africanos y la resistencia de los cimarrones en Colombia entre los siglos XVI y XIX. Resalta eventos como la creación del primer palenque libre en 1621 liderado por Benkos Biohó, las rebeliones de figuras como Polonia, Barulé y Agustina, y la lucha por la abolición de la esclavitud que llevó a leyes como la Ley de Parto de 1821.
Benjamin Vicuña Mackenna: Guerra del Pacífico. Historia de la Campaña de Tara...Jhonny Antelo Films
I. El Congreso Nacional de Chile abrió sus sesiones el 1 de junio de 1879 en medio de ansiedad por la suerte de la escuadra chilena. El presidente rindió homenaje a los combatientes de Iquique pero también habló de "reveses" y "superioridad" del enemigo, mostrando apocamiento.
II. La economía chilena se mantenía fuerte a pesar de la guerra.
III. La tripulación de la goleta Covadonga, que había resistido heroicamente al Huáscar, fue recibida con
Este documento presenta varias leyendas y relatos tradicionales de la región de Ascope en Perú. Resume la leyenda de Tacaynamo, quien se cree que fundó el reino Chimú, la leyenda del jinete fantasma en La Encañada, la leyenda de un tesoro enterrado en Cerro Cuculicote, y la leyenda del monstruo Huaraco en la laguna de Huagia que fue derrotado por la Virgen del Rosario. Los relatos brindan información sobre las creencias y tradiciones de los pueb
San Pedro Pochutla es un municipio en Oaxaca, México ubicado en la costa del Océano Pacífico. Fue fundado en 1600 por los zapotecas y su nombre significa "lugar de pochotes". Su economía se basa principalmente en el comercio, servicios turísticos, agricultura y educación. La historia del municipio incluye varios conflictos políticos en los siglos XIX y principios del XX.
El documento resume la conquista de México-Tenochtitlán liderada por Hernán Cortés. Describe las primeras expediciones españolas a las Américas desde 1497, el establecimiento de Cortés en Veracruz en 1519, y su alianza con pueblos indígenas como los tlaxcaltecas. Relata la marcha a Tenochtitlán, el recibimiento inicial de Moctezuma II, y la posterior huida de Cortés debido al ataque indígena. Finalmente, detalla el sitio y caída de la ciudad en
Túpac Amaru II se levantó en rebelión contra los españoles para defender los derechos de los indígenas que sufrían explotación. La rebelión se extendió rápidamente debido al maltrato y corrupción del pueblo. El virrey Agustín de Jáuregui convocó una junta para enfrentar la rebelión mientras los españoles se sentían amenazados por la misma.
El documento describe la declaración de independencia del Perú por parte del general José de San Martín el 28 de julio de 1821 en Lima. San Martín proclamó que el Perú era libre e independiente por la voluntad del pueblo y la justicia de su causa. El documento también analiza los procesos históricos que llevaron a la independencia del Perú, incluidas las reformas borbónicas y los levantamientos populares contra el dominio español.
Este documento describe una visita a la ciudad de Ayacucho, Perú para conmemorar el 150 aniversario de la Batalla de Ayacucho. Un grupo de cadetes venezolanos desfiló con la bandera de Venezuela. En la noche anterior al aniversario, dos de los cadetes cantaron música venezolana y peruana hasta tarde en una fonda local junto con una mujer indígena que tocaba la guitarra, entreteniendo a los otros cadetes y clientes.
Talca es una ciudad chilena con una rica historia reflejada en sus antiguos edificios. Durante una visita a emprendimientos frutícolas, los autores escucharon sobre la última batalla por la independencia de América que involucró a los hermanos Pincheira. Pincheira y sus seguidores lucharon durante más de diez años para defender al rey de España, cometiendo actos de pillaje. Finalmente fueron derrotados en 1832 en la batalla de Epu Laufquen, considerada el último acto bélico por la
Similar a Sara Neuhaus de Ledgard: Recuerdos de la Batalla del Campo de la Alianza y de la ocupación de Tacna en la Guerra del 79. 1938 (20)
Roberto Levillier: Repertorio de los documentos de Indias. 1921Jhonny Antelo Films
Este documento es el índice o repertorio de los documentos históricos contenidos en el primer tomo de la publicación "Papeles de los Gobernantes del Perú" editada entre 1918-1921 bajo la dirección de Roberto Levillier. El índice lista 38 cartas y documentos originales procedentes del Archivo de Indias que datan entre 1533 y 1564, durante los primeros años de la conquista y colonización del Perú por parte de figuras como Francisco Pizarro, Vaca de Castro, Pedro de la Gasca y otros gobernantes.
Este documento presenta una introducción a la familia Sánchez que vive en La Paz, Bolivia en 1861. Se describe a cada miembro de la familia, en particular a la bella Juana Sánchez de 15 años. Un grupo de jóvenes da una serenata a Juana la noche antes de su cumpleaños. Después de la serenata, los jóvenes son invitados a pasar a la casa donde conversan y celebran con el coronel Sánchez y su familia.
Pedro Cieza de Leon: Crónica del Peru, El señorio de los incas. 1553.Jhonny Antelo Films
Este documento presenta un resumen de tres oraciones o menos del texto provisto:
El documento provee un estudio preliminar sobre la vida y obra de Pedro de Cieza de León, el cronista español del siglo XVI y su famosa Crónica del Perú. Cieza llegó a América cuando era joven y participó en varias expediciones militares antes de recorrer partes del Perú y escribir su crónica, la cual buscó proveer una historia integral del Perú desde sus orígenes hasta la época de la conquista española.
Felipe Guaman Poma de Ayala: Nueva Coronica y Buen gobierno. 1615.Jhonny Antelo Films
Este documento describe los pasos para resolver problemas de matemáticas. Explica que primero se debe entender completamente el problema, luego desarrollar un plan para resolverlo mediante el uso de diferentes técnicas matemáticas, y finalmente implementar el plan y revisar la solución.
Bolivianas Ilustres.
Heroínas, escritoras y artistas.
Estudio biográfico y artístico
José Macedonio Urquidi.
Arno Hermanos Libreros Editores
Tipografía Salesiana.
La Paz, Bolivia.
1919.
Suma y narracion de los incas que los indios llamaron capaccuna que fueron señores de la ciudad del cuzco y de todo lo a ella subjeto.
Juan de Betanzos.
Imprenta de Manuel G. Hernandez.
Madrid, España.
1880.
La Carta de Colón anunciando el descubrimiento del nuevo mundo. 1493.Jhonny Antelo Films
El documento presenta una introducción que describe las investigaciones en curso del autor sobre la Carta de Colón anunciando el descubrimiento del Nuevo Mundo. Luego, reproduce el texto original de la carta en español de la edición de 1493 impresa en Barcelona. La carta describe los primeros viajes de Colón a las islas del Caribe, incluyendo sus impresiones sobre la gente, la tierra y los recursos que encontró.
El voto de Guerra.
Colección de artículos publicados durante la campaña de los españoles en el Pacífico.
Octubre de 1866.
Tipografia del Siglo XIX.
Sucre, Bolivia.
1866.
Luis Paz: Historia General del Alto Perú hoy Bolivia. 1919.Jhonny Antelo Films
Este documento presenta una introducción a la historia de Bolivia. Resume los principales trabajos históricos realizados sobre Bolivia, señalando que carecemos de una historia patria completa. Destaca los méritos de los "Apuntes" de Urcullo como primer ensayo, así como los trabajos de Guzmán, Sotomayor Valdés, Fernández de Córdova y otros. Finalmente, anuncia la próxima publicación de la historia de Bolivia en la obra "Historia de los pueblos latinos de América" por
José Luis Jiménez Rodríguez
Junio 2024.
“La pedagogía es la metodología de la educación. Constituye una problemática de medios y fines, y en esa problemática estudia las situaciones educativas, las selecciona y luego organiza y asegura su explotación situacional”. Louis Not. 1993.
Durante el período citado se sucedieron tres presidencias radicales a cargo de Hipólito Yrigoyen (1916-1922),
Marcelo T. de Alvear (1922-1928) y la segunda presidencia de Yrigoyen, a partir de 1928 la cual fue
interrumpida por el golpe de estado de 1930. Entre 1916 y 1922, el primer gobierno radical enfrentó el
desafío que significaba gobernar respetando las reglas del juego democrático e impulsando, al mismo
tiempo, las medidas que aseguraran la concreción de los intereses de los diferentes grupos sociales que
habían apoyado al radicalismo.
SEMIOLOGIA DE HEMORRAGIAS DIGESTIVAS.pptxOsiris Urbano
Evaluación de principales hallazgos de la Historia Clínica utiles en la orientación diagnóstica de Hemorragia Digestiva en el abordaje inicial del paciente.
Sara Neuhaus de Ledgard: Recuerdos de la Batalla del Campo de la Alianza y de la ocupación de Tacna en la Guerra del 79. 1938
1. RECUERDOS DE LA BATALLA DEL CAMPO DE LA
ALIANZA Y DE LA OCUPACIÓN DE TACNA EN LA
GUERRA DEL 79
SARA NEUHAUS DE LEDGARD
Emp. Edt. Rímac. S.A. Lima, 1938. Bejarano 239.
2. (DEDICO A LA SANTA Y NOBLE
MEMORIA DE MIS PADRES).
“Los pueblos que olvidan el sacrificio
de sus héroes, no pueden esperar una patria
grande y digna en el porvenir”.
3. Tacna, antes de la guerra, era una bella, pacífica y culta ciudad del Perú. A pesar
de su escasa dotación de agua, su campiña, bonita y productiva, interesó al gobierno que
intentó irrigarla en mejor forma, aumentando las aguas del Uchusuma. Se repartieron
lotes de terrenos entre los pobladores y los agraciados con ellos, intensificaron el cultivo
de frutas y hortalizas. El éxito fue completo: esas tierras vírgenes y fértiles dieron
resultados sorprendentes, causando la admiración y el gozo de las gentes que obtuvieron
magníficas cosechas.
La sociedad de Tacna fue muy culta y estuvo plena de alegría y animación. Se
radicaron en ella numerosos caballeros extranjeros, buenas firmas comerciales, que
establecieron el intercambio con Bolivia, Cuzco y Puno.
Las casas matrices estaban en Europa. Naturalmente, con la larga permanencia
de los extranjeros en la ciudad, formaron en ella sus hogares casándose con señoritas de
la sociedad tacneña. Una de las razones de la cultura de esta sociedad se fundaba en que
la mayoría de las familias que tenían los medios necesarios para hacerlo, mandaban sus
hijos para que se educaran en Europa.
El comercio con Bolivia era intenso, transportándose las mercaderías en mulas a
las cuales se les daba el nombre de “pianeras” porque podían cargar unos pianos
divididos en dos partes. En esa época no había ferrocarriles ni existía el transporte
fluvial por el lago Titicaca, esta era la razón por la cual, frente a las casas comerciales,
se veía frecuentemente a los arrieros con sus recuas de mulas acomodando la carga que
iban a llevar o descargando la que traían.
Cuando se trataba de realizar un viaje, resultaba un problema incómodo y
pesado, puesto que era preciso hacerlo en mula. Con todo, el movimiento comercial de
la ciudad era bastante grande, mucho mayor que el que actualmente tiene y la vida
social era mucho más intensa, debido, indiscutiblemente, a la unión y a la cultura de las
personas que formaban los elevados círculos sociales.
Con frecuencia se realizaban bailes, cuya suntuosidad asombraba, haciéndose
derroche de lujo y buen humor, alegría y elegancia.
Los vinos, los licores, todo cuanto los gustos más exigentes podían pedir, nos
venía de Europa y la vida se deslizaba fastuosa y tranquila dentro de ese ambiente lleno
de serenidad. Es de imaginar la impresión dolorosa que nos causaría, el saber que chile
declaró la guerra a Bolivia y había tomado por sorpresa Antofagasta el 14 de setiembre
de 1878.
Nosotros crecimos en la idea de la unión de las cuatro naciones hermanas:
Bolivia, Chile, Perú y Ecuador; tan es así que en los colegios como en las fiestas
oficiales, nos poníamos indiferentemente los colores de las cuatro banderas.
Al conocer la declaratoria de guerra a Bolivia, el Perú se aprestó a defender a su
hermana. Como no podíamos sospechar lo que era una guerra, no tomamos en cuenta la
magnitud de sus efectos, ni tampoco podíamos suponer lo que es el odio al enemigo.
Después, el 5 de abril de 1879, los chilenos declararon la guerra al Perú. Querían
apoderarse de las riquezas salitreras de ambos países y por eso se prepararon con larga y
4. meditada anticipación, para atacarnos sorpresivamente, cuando estábamos indefensos y
la confianza y las imprevisiones habían preparado el terreno para el desastre.
Poco después, Tacna comenzó a tener una extraña animación muy diferente a la
de los tranquilos días del pasado. Comenzó a llegar parte del Ejército peruano, el Estado
Mayor y el batallón que formó y armó a su costa el coronel César Canevaro. Tacna
recibió con enorme entusiasmo patriótico a las tropas peruanas. Fue una alegría efímera
que estaba condenada a desaparecer en los primeros desastres.
En los últimos días de abril, llegó el Ejército boliviano, que fue recibido por todo
el pueblo, que lo veía pasar lleno de fé en los triunfos soñados. Era la primera vez que
veíamos nosotros tantos soldados juntos y, como la oficialidad de ambos ejércitos, tanto
del peruano como del boliviano, estaba compuesta en su mayor parte, por la mejor gente
de la sociedad de ambos países, naturalmente, los salones se abrieron para recibirlos y
todo fue fiestas y conciertos que tenían el fín de ayudar en lo posible a ciertos gastos y
con el objeto de hacer más llevadera la vida de esos jóvenes que abandonaron hogar
comodidades para ofrecerla en defensa de la patria.
El primer dolor que tuvimos fue la pérdida de la “Independencia” el 21 de mayo
de 1879, en aquel combate memorable en que el “Huáscar” hundió con su espolón a la
“Esmeralda” y entonces, el comandante Grau con un gesto magnífico de suprema
caballerosidad recogió a los náufragos, que al llegar a bordo del “Huáscar”, olvidados
un momento los odios nacionales, prorrumpieron en un hermoso “viva al Perú”.
Mientras tanto la “Independencia”, no se fijó en una roca desconocida o en los bajos
fondos de la costa y encalló yéndose a pique y entonces, en contraste feroz con el
“Huáscar” que salvaba a los marinos chilenos de la muerte, la “Covadonga” que huía,
viró en redondo para fusilar en el agua a la tripulación náufraga de la “Independencia”.
Poco tiempo después, el “Rímac” trajo a Tacna unos prisioneros chilenos que
fueron repartidos en varias casas. Entre ellos vino el comandante Bulnes, que fue
alojado por la familia Mac-Lean en su magnífica residencia de Arica. A la familia de
mis padres tocó alojar un sargento que resultó una buena persona. Como en la casa se le
diera buen trato, cuando quedó libre, puesto que esos prisioneros fueron canjeados por
los peruanos que tomó el ejército de Chile, se enroló nuevamente en su batallón y,
recordando el trato que se le había dado en la casa de mis padres, el día de la batalla de
Tacna hizo cuanto estuvo a su alcance para evitar que a nuestra casa alcanzara ningún
daño.
______________________________________
Lógicamente, siguiendo el orden de los acontecimientos, mi relato comienza en
el momento en que vinieron de Bolivia a Tacna las tropas que deberían unirse al
Ejército peruano, llegando al mismo tiempo el batallón que comandaba el entonces
Coronel Canevaro, que lo había armado a su costa y estaba seleccionado entre la flor y
nata de la sociedad limeña.
A la cabeza de las tropas bolivianas, venía el batallón Murillo, seleccionado
también entre lo más distinguido de la sociedad boliviana. El uniforme de estas tropas
era muy llamativo. Llevaban unas capitas de paño rojo que los diferenciaban del resto
5. del ejército que iba vestido de jerga de colores. Estos batallones estaban formados por
los “colorados” que comandaba el Coronel Camacho y cuya actuación en la batalla del
Campo de la Alianza, fue hermosa, pereciendo en ella la mayor parte de la tropa y la
oficialidad. Después seguían, en orden los “Amarillos”, los “Verdes” y los “Checchos”,
como eran llamados los sucrenses. Todos ellos venían bien equipados con sus uniformes
de jerga.
Por ser esta la primera vez que se veía pasar por las calles de Tacna tal número
de soldados, la entrada de las tropas bolivianas causó enorme alboroto, echándose parte
de la población a la calle y llenándose los balcones y los techos, de numerosas personas
que querían ver desfilar al ejército, presentando este un espectáculo enormemente
sugestivo y de la más intensa animación.
Poco después, comenzó a llamar la atención de la gente, la curiosidad con que
los soldados bolivianos miraban el paso de los trenes. Era la primera vez que los veían,
puesto que en aquella época no existía en Bolivia ninguna de las líneas ferrocarrileras
que actualmente cruzan su territorio. También fue enorme su admiración cuando
contemplaron el mar, el que la mayoría de ellos no había visto nunca. Esta impresión no
podemos comprenderla en toda su amplitud, los que abrimos los ojos contemplando la
inmensidad de su belleza.
El grueso de las tropas bolivianas estaba formado en su mayor número por
indígenas que fueron arrancados de sus chozas; analfabetos, ingenuos y pacíficos, que
iban a la guerra sin saber lo que ella significaba; sin concepto de patria, de hogar, ni de
deber. Su divisa era: “Voy a combatir por mi Capitán”. Para ellos, el “Capitán”
encerraba el concepto de los más altos sentimientos que arrastraron a los demás
hombres hasta el heroico sacrificio de sus vidas. En esa época, en ningún país de
América era obligatorio el servicio militar y esta fue la causa de la falta de instrucción
en ese ejército.
Años después estuve en La Paz y he visto las brillantes formaciones y el estado
de adelanto en que se encontraba el ejército boliviano bajo los instructores alemanes,
que lo han puesto en condiciones verdaderamente magníficas.
Una vez que las tropas, tanto peruanas como bolivianas se encontraron en Tacna,
organizáronse conciertos y funciones, auspiciados por señoritas y caballeros de la
sociedad, a quienes mi padre, el Sr. Carlos Neuhaus, dirigía en la parte musical,
haciéndonos olvidar con ello la dolorosa situación que se avecinaba.
En estas fiestas tomaron parte mis hermanas menores, siendo la más pequeña
engalanada con la bandera boliviana y otra niña con los colores de nuestro pabellón. En
el transcurso de estas diversiones se olvidaba la causa para la cual nos reuníamos. Había
entusiasmo y buen humor. Las casas en que se recibía siempre en las noches, estaban
llenas de visitas de la oficialidad de los ejércitos aliados entre la cual había mucha gente
distinguida.
El entusiasmo producido por las fiestas decayó, enfriándose por completo,
apenas se iniciaron en serio los preparativos para la próxima lucha, las ilusiones
huyeron, dejando paso a la amarga realidad.
6. La pérdida de la “Independencia” y la llegada de las tropas que vencieron
gloriosamente en la batalla de Tarapacá, que tuvieron que emprender la retirada iban
llenando el ambiente de consternación. ¡Qué regreso tan triste!... Unos a pie, casi
descalzos, otros cabalgando en caballos esqueletizados, otros en burros; los uniformes
convertidos en harapos y los rostros demacrados por el hambre y los sufrimientos, nos
dieron una idea de los horrores de la guerra. La comprobación se hizo más dolorosa al
ver el número de heridos que venían en horribles condiciones. Entre ellos se
encontraban muchos vecinos notables de Lima, como el Sr. Puente, padre del Ingeniero
José Puente. Traía una pierna casi destrozada en la que había hecho presa una infección
que hacía peligrar su vida. Fué alojado en casa de un dentista cubano apellidado
Castellanos, siendo mis padres los que les enviaban el alimento. Al conocerse la noticia,
la casa del señor Castellanos fué visitada por las más distinguidas señoritas de la
localidad, que se disputaban el honor de atender al herido y acompañarlo algunas horas.
La tropa fué alojada en una casa de la familia Rospigliosi que quedaba frente a la
mía y tuve ocasión de verlos diariamente comprobando el triste estado en que se
encontraban. El invierno era crudo y sin embargo estaban o semidesnudos o vestidos
con ropas demasiada ligeras. Unos estaban agripados, otros con paludismo, mal
alimentados y sin posibilidades de atención. Yo los ayudé en cuanto me fué posible,
pasándoles alimentos por una ventana y estimulándolos con frases caritativas que tenían
el fin de levantar sus espíritus deprimidos por tanto sufrimiento físico y moral. Mi
madre, viendo el mal estado en que se encontraban, intercedió para que el general
Lizardo Montero ordenara se les proporcionara mantas o algo con que cubrirse, pues
estaban ateridos de frío. El General contestó a mi madre que la falta de dinero
imposibilitaba darles la atención que precisaban y proporcionarles el abrigo necesario.
El General Montero era un antiguo amigo de la casa y alguna vez, hablando del
pueblecito de Azapa, que en virtud de los arreglos llevados a cabo ha pasado a la
soberanía de Chile, sabiendo que era la cuna de mi madre, dijo, aludiendo a élla y a las
Macckenie: “Azapa es el Paraíso, pues sus mujeres son las más hermosas y sus frutas
las más sabrosas”. Mi madre, de soltera, se llamaba Felícita de Fernández Cornejo y
Rivero. Apoyada en esta antigua amistad, mi madre sugirió al General Montero la idea
de conseguir un crédito de las principales casas de Tacna, como eran las de Campell y
Hellmann, comprando en ellas bayeta nacional y castillas extranjera para hacerles
ponchos. Esa idea fue inmediatamente puesta en práctica y al poco tiempo, todos estos
infelices caminaban con ponchos de distintos colores que les daban un aspecto original,
casi ridículo, pero que en el día les servía de abrigo y en la noche de cama.
En estas condiciones lamentables llegó al fin el inolvidable 26 de Mayo, fecha
de la batalla del Campo de la Alianza contra el ejército de Chile. Hasta la víspera
esperamos ansiosamente y llenos de fé la división Leiva, cuyo refuerzo hubiera
cambiado definitivamente la suerte de nuestras armas; pero esta división no llegó nunca
porque en la capital se promovieron luchas personales que pospusieron el amor a la
Patria ante el anhelo de los caudillos.
Ese 26 de Mayo, fue uno de los días de mayor angustia para los que estábamos
en la ciudad. La salida de las tropas nos impresionó mucho, viendo a numerosos
enfermos que, con paso vacilante, salían a combatir quedando en su mayoría tirados en
la falda del cerro Magollo, junto al cual se libró la batalla y nuestra desesperación se
hacía inmensa al sentir el traqueteo de las balas.
7. Las familias nos asilábamos en los consulados extranjeros y desde nuestro
refugio oíamos las noticias que llegaban: “Ya murió un conocido”. “Ya cayó herida tal
persona”. Mientras tanto el tiroteo semejaba un mar embravecido cuyo fragor nos
llenaba de espanto.
¡Qué día tan horroroso!... ¡Qué enorme angustia oprimió nuestros pechos cuando
recibimos la triste nueva: “Hemos perdido”. Y esto se ratificó amargamente cuando
pasaron ante nuestros ojos y en precipitada carrera, una parte de los soldados indígenas
de Bolivia que por primera vez escuchaban el rugir aterrador de los cañones. A los
primeros disparos se dieron a la fuga, sucediendo una cosa semejante con algunos de
nuestros soldados indígenas. La desorganización fué completa y este desastre en el que
el heroísmo de nuestros soldados nada pudo contra la superioridad numérica, de
armamento y táctica del invasor, abrió las puertas del Perú a las tropas chilenas.
En casa de mis padres sucedió un detalle curioso e interesante: estando mi padre
parado en la puerta de su casa, al atardecer del día de la batalla del Campo de la
Alianza, vió pasar una camilla llevada por varios hombres, que justamente se detuvieron
frente a él y le pidieron un poco de agua para el herido. Entonces papá preguntó el
nombre del que llevaban y le contestaron que era el General Pérez, un anciano
respetable, y uno de los jefes más queridos del ejército boliviano. Condolido papá del
estado del ilustre herido y viendo que los hombres no sabían a dónde llevarlo puesto que
no habían ambulancias, indicó que lo subieran a casa, siendo colocado en la cama
matrimonial de mis padres por ser este el dormitorio que estaba más cerca. Papá no
sabía el estado de gravedad del enfermo al que no se le veían heridas. Después se supo
que un casco de granada lo había privado del conocimiento, y su estado era gravísimo
dada su avanzada edad. En esta forma quedó alojado en el dormitorio de mis padres.
Todos los asilados acudieron a prestarle auxilios tratando de atenderlo en la
mejor forma posible, pero no recobró el conocimiento en toda la noche y a la mañana
siguiente, cuando las tropas chilenas entraban triunfantes tocando alegres marchas
guerreras, cuando la música pasó bajo los balcones de la casa de mis padres llenándola
toda de sus aires marciales, los que se encontraban junto al lecho del General que hasta
ese momento no había dado señales de vida, se miraron consternados puesto que esta
música era la ratificación de la derrota. La habitación estaba llena de gente,
encontrándose en élla, además de los miembros de mi familia, el comandante Vizcarra,
Canseco, Ureta y otros. Derrepente, sorprendiendo a todos, el General se incorporó
como un autómata y preguntó con voz vibrante y firme: “¿Hemos ganado o perdido?”.
Unísona fue la respuesta: “¡Hemos ganado!”. Se tendió de espaldas y no volvió a hablar
ni a moverse más. Todos nos quedamos estupefactos. No habíamos visto cosa
semejante.
Al día siguiente comenzó el estertor de la agonía. Mi hermana mayor, que era la
que se había consagrado a atenderlo, se asustó de tal manera que salió gritando: “Un
médico!...¿Quién puede ir a llamarlo?”. Así salió hasta la puerta de la calle en
momentos en que entraba una comisión de oficiales chilenos, de los que actuaban bajo
las órdenes inmediatas del General Baquedano, que comandaba la división que ocupaba
Tacna. Estos caballeros interrogaron la causa de la agitación de mi hermana y a la
respuesta: “¡Se muere el General Pérez, traigan un médico!” Atendieron
inmediatamente su pedido y vino uno enviado por los militares chilenos y otro por el
8. cónsul de Bolivia, señor Manuel Granier. Los chilenos con quienes tropezó mi hermana
en el momento de salir en busca de médico, venían en comisión envíada por el
Comando y con la orden de no moverse de la casa de mis padres, por haber tenido
conocimiento que en ella estaba asilado un General boliviano al que pensaron llevarlo
prisionero. Al día siguiente falleció el General Pérez y los chilenos se encargaron de su
entierro, rindiéndole los honores correspondientes a su alta jerarquía militar. Asistieron
al sepelio muchos oficiales chilenos, unos pocos bolivianos, el cónsul de su país, mi
padre y nadie más. Entre tanto, la permanencia de los oficiales chilenos en casa de mis
padres los hizo amigos nuestros. Todo contribuía al respeto de los invasores: la casa
llevaba la bandera alemana, mi hermana estaba casada con un caballero alemán y yo
con un inglés y esta era la razón por la cual se nos consideraba casi neutrales dentro de
la contienda que estaba abriendo abismos de odio entre ambos países. Y en cierta
manera fue útil su amistad y pudimos hacer algunos servicios a nuestros compatriotas.
Nuestros amigos chilenos eran muy correctos y sucedió lo que era natural que
sucediera: el Comandante José Manuel Borgoño se enamoró de mi hermana mayor, a
quien conoció llorando cuando pedía un médico para el General Pérez. Se hicieron
novios y poco después, obtenido el consentimiento de mis padres, se casaron. La pareja
fue muy feliz. Borgoño jamás molestó a mi hermana por su nacionalidad y fue lo
bastante caballeresco para hacerse estimar de todos los peruanos que lo conocieron, ya
que permaneció varios años en Tacna.
Una vez que cesaron los fuegos, terminada la acción desastrosa para el Perú en
el Campo de la Alianza, en el cerro llamado Magollo, el general Baquedano, jefe del
ejército invasor, mandó al parlamento constituído por Bulnes, Souper, Amengual y
Vicuña, para tratar el ingreso libre de las tropas chilenas en la ciudad. Vicuña era
conocido de la sociedad de Tacna por haber permanecido en ella algunos días antes de
la declaratoria de guerra, siendo por esta razón recibido sin recelo y pudo preparar sin
muchos inconvenientes la entrada del ejército vencedor.
En esos días, la autoridad máxima de la ciudad estaba constituida por el Alcalde
Sr. Guillermo Mac Lean, el cual acompañado de los cónsules de los diferentes países,
fue llevado a presencia del general Baquedano, quien despidió a los cónsules guardando
al Sr. Mac Lean en prenda de seguridad para que el ejército chileno no fuera molestado.
El Prefecto de Tacna, don Pedro Alejandrino del Solar, se vio obligado a abandonar la
ciudad puesto que la autoridad política ya no podía subsistir durante la ocupación.
La situación del Alcalde de Tacna era sumamente peligrosa, dadas las condiciones del
momento en que todavía era posible que se produjeran resistencias aisladas. Quedaban
grupos dispersos y uno que otro disparo rompía el silencio de muerte que reinaba. El
General Baquedano manifestó al Sr. MacLean que la muerte de un solo soldado chileno
significaba para él la orden de fusilamiento. Felizmente se retorno pronto a la
tranquilidad y, con la garantía del Coronel de Carabineros Sr. Manuel Bulnes, el
Alcalde pudo regresar a su hogar. En esta forma correspondió Bulnes el alojamiento
generoso que le prestara en su residencia de Arica la familia Mac Lean, cuando el
transporte “Rímac” desembarcó en ese puerto varios prisioneros que poco después
fueron canjeados.
9. Con el objeto de llevar a cabo los trabajos de la carretera de Tacna a La Paz, el
Sr. Mac Lean tenía bajo su custodia el dinero necesario para esta obra el cual después
del tratado de paz, fue entregado personalmente al Ministro de Hacienda Sr. Correa y
Santiago, con el fin de aliviar en algo la situación angustiosa en que quedó el erario
nacional. Pero el Dr. Mac Lean Puso por condición que si Tacna y Arica volvían al
Perú, se reclamaría esa suma para realizar obra de tan gran importancia. Esto
demostraba la clara visión que respecto al futuro tuvo este gran patriota. La obra quedó
sin llevarse a cabo, pero los chilenos construyeron el Ferrocarril de Arica a La Paz que
presta grandes servicios y da enormes rendimientos.
Al ingresar en Tacna el ejército invasor nos llamó profundamente la atención,
ver entre los hombres una mujer que venía con botas, kepí y sable. Era una célebre
cantinera que había asistido a todas las batallas libradas contra nuestro ejército. ¡Qué
diferencia entre mujer y las “rabonas” que iban detrás del ejército peruano, unas pobres
cholas, valientes y resignadas, que soportaban todas las fatigas de las marchas,
prestando los servicios que les era posible dentro de su condición y combatiendo a
veces al lado de los hombres con los fusiles que arrancaban de manos crispadas de los
muertos!
Tras las tropas que formaban la vanguardia, comenzó a ingresar el grueso del
ejército casi al anochecer. A esa hora nos vimos obligadas a regresar a nuestros hogares,
puesto que los cónsules nos notificaron para abandonar nuestros refugios. Cuando
regresé a mi domicilio, pude ver que los chilenos habían ocupado la misma casa que con
anterioridad tuvieron los soldados peruanos. Dada la estrechez de la calle nos daba la
sensación de tener a los chilenos en nuestra propia casa; pero siendo mi esposo un
comerciante extranjero, teníamos casi la seguridad de que sería respetado, a pesar de
saberse que teníamos almacenado una regular cantidad de comestibles, sobre todo
chalona que fué llevada en previsión de un bloqueo. Nuestra despensa estaba
surtidísima, había en ella conservas y licores finos, pues como ya lo dije antes, todo lo
que se consumía en Tacna era importado directamente de Europa y los mejores licores
estaban al alcance de las familias medianamente acomodadas. Yo les hubiera dado sin
vacilar cuanto tenía, solo para no ser molestada.
Al día siguiente de la ocupación de Tacna, entraron en nuestra casa dos soldados
chilenos y le dijeron al mayordomo que traían varias gallinas con intención de
cocinarlas. Cuando vino el mayordomo a comunicarme lo que le habían manifestado los
soldados, le ordené les diera las facilidades necesarias. Cumplió mi orden y a las pocas
horas se llevaron las gallinas cocidas, dejando dos enormes ollas de magnífico caldo.
Entonces yo le dije a Walter, mi esposo, que lleváramos ese caldo a los heridos. El
mayordomo trasportó las ollas al hospital improvisado donde se encontraban los heridos
y realizamos en ésta forma un bien a los nuestros con el caldo preparado por los
chilenos. En esta casa, que servía de hospital, encontramos a mi madre y a mi hermana,
que habían llevado varias cosas: té, leche y almohadas para dar mayor comodidad a los
pobres heridos que se encontraban faltos de todo, tirados en el suelo, sin colchones ni
abrigo. Cuando nos vió mi madre, nos comunicó que su casa estaba protegida por la
bandera alemana, que era la nacionalidad de mi padre, y en ella se habían refugiado
algunas familias, oficiales jóvenes del ejército peruano y empleados de las oficinas.
Entre ellos estaba el Comandante Vizcarra, un joven limeño apellidado Boza y un
arequipeño de apellido Ureta. También se encontraba el Sr. Abel Diez Canseco, cuñado
del que fué Gerente del Banco Internacional de Lima, Sr. Benavides. Mis padres no
10. poseían una gran fortuna personal, pero tenían un pequeño fundo en el cual se
sembraban hortalizas y criaban aves y corderos. Para atender a sus huéspedes, hicieron
traer de esas ricas tierras cuanto les fué posible. Esto fue lo que en esa época se llamó
“lotes”, extensiones de terreno regadas por el río Uchusuma y que fueron vendidas por
el gobierno peruano a un precio bastante bajo. Eran tierras enormemente fértiles puesto
que recién habían comenzado a producir dando hasta cuatro cortes de alfalfa al año y
alcanzando los productos un tamaño mayor que en otros sitios. En las primeras
cosechas, tres o cuatro choclos llenaban una fuente y los zapallos, papas y camotes se
hicieron notables por su tamaño y calidad. Esta fué la forma como mis padres, sin gran
esfuerzo, pudieron sostener al número enorme de asilados que tuvieron en su casa por
varios días.
En muchos sitios habían repartido heridos bolivianos y peruanos. En mi casa
asilábamos a dos jóvenes bolivianos y mi hermana hospedaba a dos heridos peruanos y
a una familia de Arica. Uno de mis alojados, había sido educado en Chile y por esta
razón tenía varios condiscípulos y amigos entre los jóvenes que vinieron en los
batallones chilenos. Apenas supieron que este jóven, apellidado Michel, estaba en casa
se apresuraron a visitarlo y, siendo mi esposo inglés, no pude yo negarles la entrada.
Esto dió motivo a que con frecuencia vinieran oficiales chilenos para ver a Michel,
había algunos muy caballerosos, seleccionados en lo mejor de la sociedad santiaguina,
hombres de esmerada educación y trato agradable y, como es natural, poco a poco,
fueron haciéndose amigos nuestros.
Durante la ocupación de Tacna, las familias peruanas sufrían escasez y grandes
dificultades. Los soldados chilenos heridos estaban alojados en algunas casas que
abandonaron las familias peruanas. Desde luego, se tomaron las mejores instalando a
sus heridos en los más hermosos salones de Tacna. La sangre corría por las ricas
alfombras y los mejores muebles eran utilizados eran utilizados para fines
completamente distintos de los que en realidad tenían. La imprevisión dió lugar a que
no hubieran hospitales de sangre ni sitios apropiados para los heridos.
Viendo mi madre las dificultades y sufrimientos de los peruanos, escribió a Lima
a Monseñor Roca y Boloña, rogándole hiciera las diligencia necesarias para mandar un
buque peruano. El pedido de mi madre se atendió inmediatamente y al poco tiempo
mandaron el transporte “Lima”, que comandaba el Capitán Ascárate, con el fin de
recoger los heridos. Cuando mis padres supieron que ya estaba en Arica, se comenzaron
a hacer las diligencias para trasladarlos.
Como el General Montero le había dicho a mi madre que no había dinero para
nada, se creyó en realidad que la pobreza era muy grande, pero los chilenos encontraron
almacenes completamente llenos hasta de golosinas.
El bondadoso corazón de mi madre no estaba tranquilo y como nosotros
conocíamos ya a varios jefes del ejército de Chile, les recomendamos especialmente a
algunos de nuestros amigos que estaban en el Morro de Arica y en particular al
Ingeniero Elmore, quien, tras los sufrimientos de la guerra conoció el amargor de la
calumnia más infame cuyo triste y doloroso epílogo fue la trágica muerte de Edwin
Elmore. Después, los mismos hechos y la lógica aclaratoria de los acontecimientos, han
demostrado que esa calumnia no tenía el menor fundamento, la envidia y el odio son
más sangrientos que los puñales.
11. Una vez consumada la gloriosa hecatombe de Arica, las familias de los que allí
combatieron no sabían nada de sus deudos. La desesperación de las madres, de las
esposas, de las hijas y las hermanas, había llegado al colmo. Entonces, mi madre, casada
con un caballero alemán y que no tenía más pariente entre los que combatieron en
Arica, que el Coronel Medardo Cornejo, que aún vive, insinuó la idea de pedir al
Gerente del Ferrocarril, Sr. Williams, unos carros para llevar esas familias a Arica por el
precio más módico que se pudiera conseguir, lo cual le fué concedido cobrándose
cuarenta centavos por persona. Nos dirigimos mis padres y sus hijas casadas, a la
residencia del General Baquedano, para que nos concediera permiso para llevar esas
personas y los heridos a Arica. El General nos recibió con suma cortesía y apenas le
expusimos el objeto de nuestra visita, aceptó sin imponer condiciones; pero el Sr.
Máximo Lira, que estaba presente en ese momento, dirigiéndose a Baquedano le dijo:
“Es muy justa, Sr., General, su amabilidad con las señoras que componen un lindo
grupo, Usted, como caballero, no les puede negar nada, impresionado por sus palabras,
pero tal vez olvida que estamos en días de dirigirnos a Lima y que, por lo menos la
concesión de esos heridos debe estipularse en canje con los que nosotros pudiéramos
tener en la próxima batalla”. Aunque Lira fué muy duro con los peruanos, no se le podía
negar que poseía talento y que en ese instante estaba en razón. Entonces propuso que se
anotaran las firmas de los cónsules extranjeros, trabajo que llevaron a cabo mis padres
sin nuestra compañía.
Conseguidas las firmas de los cónsules hubo que pensar en las camillas para
transportar a los heridos y para esto tuvimos que acudir a la Ambulancia boliviana.
Como las camillas eran pocas, las que faltaron fueron proporcionados por nuestros
amigos chilenos que, en su condición de vencedores se habían apoderado de todo cuanto
pertenecía a nuestras ambulancias. Vencidas al fin todas las dificultades que se
presentaron, llegó el día en que pudimos despachar a los heridos.
Cuando nosotros llegamos había muchas personas en la plataforma de la
Estación, no sé de qué nacionalidad serían, pero lo cierto es que ninguno de los que se
encontraban ahí, quiso ayudarnos a subir a los heridos a las bodegas del tren. Entonces
mi hermana, la señora de Hartman, y yo les hablamos tratando de llegar a su espíritu y
diciéndoles: “Piensen que esto les puede suceder a ustedes porque la guerra recién
comienza”. En esta forma conmovimos a algunos que comenzaron perezosamente a
prestarnos su ayuda; pero al ver que muchos enfermos estaban todavía en la plataforma
y entre ellos un zambo con la pierna cortada y casi gangrenada, terminamos por ofrecer
dinero. Allí estaba un socio de mi esposo que nos proporcionó lo que necesitábamos. Al
fin, el dinero concluyó la obra comenzada y lo que quedó, lo entregamos a los heridos
que ya estaban instalados en las bodegas, diciéndoles: “Quizás en Arica les pase lo
mismo. Lleven este dinero para pagar a los que los ayuden, evitando las mismas
dificultades que han tenido que sufrir acá.”
Mis padres se embarcaron en el mismo tren, porque quería entregar
personalmente los heridos al transporte “Lima” y al mismo tiempo salvar a las personas
que teníamos en casa y las que habían en las de algunas otras familias.
Cuando mis padres llegaron a Arica, no tuvieron donde alojarse. El puerto había
quedado en la más completa desolación después de la hecatombe del Moro. Pudieron
por fin alojarse en la casa de don Emilio Larrieu y, desde ese momento comenzaron sus
12. trabajos, puesto que tenían que embarcar a todos, sanos y heridos. Los chilenos
ofrecieron lanchas y en cada una de ellas iban oficiales chilenos vigilando a los que se
embarcaban. En la lancha en que fueron mis padres iba el General Lagos, el más temido
de los jefes del ejército invasor. Entonces mi padre, para poder embarcar a don Alfredo
Benavides Cornejo, a Canseco, al Comandante Vizcarra y a otros, tuvo que hacerlos
pasar ingeniosamente de diferentes maneras. A Benavides, que era blanco y rubio, le
dijo papá: “Bacibalupo, tome esas maletas y embárquese con nosotros”; a Canseco, que
era muy jóven, lo vistieron con el traje que usaban los de la Cruz Roja; a Vizcarra, que
era trigueño, lo hizo pasar como sirviente. Y así, más o menos disfrazados pudieron
llegar a bordo sin ningún peligro. Mis padres entregaron a los heridos peruanos en el
transporte “Lima” y estuvieron para esto acompañados del General Lagos.
Después, cuando bajaron a tierra, formaron en el cortejo fúnebre de Bolognesi y
Moore, cuyo acompañamiento era muy triste y casi solitario; pero mis padres
consiguieron unas pocas flores para echarlos sobre los ataudes. Ellos y unas hermanas
de caridad, los acompañaron hasta el transporte “Lima”, en el que fueron trasladados a
la Capital. Mis padres habían cumplido su deber con los vivos y con los muertos.
La vida de Tacna después de la guerra sería demasiado largo narrar. Sólo puedo
decir que esa guerra nos enseñó más el amor a la Patria en el verdadero sentido que
tiene. Los odios se han enardecido después, cuando comprendimos el horror de las
consecuencias. Antes, el patriotismo no estaba ofendido y el odio no podía sentirse. Es
una herida que sangra siempre y se ha hecho más honda con la pérdida definitiva de
Arica y del Morro, que es un monumento al sacrificio de toda una nación. Nuestro dolor
se ha acentuado más porque no nos dejó la esperanza de recuperar todo cuanto perdimos
en la más injusta de las guerras.
Meses después de la toma de Arica, se fué papá con parte de mis hermanas a
Chile, puesto que Tacna ya no le ofrecía facilidades para sostener a su familia ni educar
debidamente a sus hijos, y no podía pensar en ir a Lima pues sobre ella marchaba el
ejército chileno y era absurdo querer establecerse ahí en tales circunstancias.
Una vez arreglado su viaje, lo hizo saber a todas las familias que tenían
prisioneros en Chile, para llevarles lo que quisieran. Esta oferta fué aceptada con
muestras del más vivo agradecimiento y papá con mis hermanas, hizo el viaje hasta San
Bernardo para ver a los prisioneros, darles noticias de sus familias y entregarles un gran
cajón que contenía las encomiendas que le habían dado. Con qué gusto vió mi padre a
tantos de estos prisioneros que habían sido amigos suyos, y es de imaginar el placer con
que ellos recibieron esta visita, que les recordaba mejores tiempos y les traía la
esperanza de una próxima libertad.
Esto es lo que yo he visto, lo que personalmente escuché y que ahora relato,
creyendo hacer con ello una obra de justicia a la memoria de los seres queridos, que en
los momentos más amargos para la nacionalidad, cuando todo era dolor y desconcierto,
supieron dar abnegación y sembrar beneficios sin la esperanza de recogerlos nunca.
Entre los prisioneros que visitó mi padre, había militares de graduación y
personajes que figuraron como autoridades en esa época. Ahí estuvo el que después fué
General Pizarro, Medardo Cornejo, Octavio Diez Canseco, Mugaburo, Elmore, el
Coronel Flores y otros muchos, cuyos nombres no recuerdo.
13. Cuando llegamos a Valparaíso, nos alojamos en casa de la señora Manuela
Basadre de Letts, cuyo amor a la Patria era enorme, lo cual le ocasionó serios disgustos
con las familias chilenas, a las que conocía mucho por haber residido en esta ciudad
bastante tiempo. Esta fue la razón por la cual se trasladó a Lima, en donde actualmente
es muy conocida la familia Elmore-Letts.
Cuando años después regresé a Tacna, ya todo estaba normalizado. El comercio
recuperó en parte su movimiento y la gente comenzó a amoldarse a las nuevas
costumbres. Pero cuando se inició la “chilenización”, junto a ella brotaron los disturbios
y las represalias, el odio pareció renovarse y la vida para muchas familias se hizo
insoportable, surgiendo la necesidad imperiosa de abandonar la tierra propia para buscar
paz en otros sitios. En esta forma, muchos abandonaron Tacna para trasladarse a
Iquique donde había más campo de acción y más tranquilidad.
Lo demás ya todos lo saben. El destino se ha cumplido y no hemos hecho más
que inclinarnos ante su poder infinito y yo, que esto escribo, doy gracias a la
Providencia Divina que le facilitó a mi hijo el establecernos del todo en la capital de mi
querido Perú, en donde están enterrados mis padres y ruego a Dios que cuando llegue
mi hora sea enterrada junto a ellos.
De la familia que formó mi hijo, felizmente todos son peruanos y servirán al país
con patriotismo. Todo cambia en la vida. Nada es estacionario. Esperemos.
El país, actualmente, está en plan de progreso como no lo ha estado en otras
épocas y la paz en América tiende a fundarse sobre bases sólidas. Mientras tanto,
lentamente, vamos desapareciendo todos cuanto vivimos esos días amargos en los que
el odio abrió abismos que parecía no se llenaría nunca. Otros problemas se presentan
para las nuevas generaciones; pero el recuerdo de aquellas épocas encierra una gran
lección que es preciso no olvidar.