Las centrales hidroeléctricas aprovechan la energía hidráulica generada por el ciclo del agua impulsado por la radiación solar. Existen dos variantes principales: centrales con la casa de máquinas al pie de la presa, que aprovechan desniveles medianos, y centrales que derivan el agua para aprovechar desniveles mayores. Presentan ventajas como no requerir combustible y ser una energía limpia, pero también desventajas como altos costos iniciales y fluctuaciones estacionales en la disponibilidad de energía.