El documento discute cómo la administración del siglo XXI necesita alejarse de las jerarquías rígidas y estructuras burocráticas del pasado. Señala que las organizaciones ahora deben ser ágiles y capaces de adaptarse rápidamente al cambio constante. También enfatiza la importancia de la innovación a través de la interacción y la colaboración entre quienes generan conocimiento, quienes lo aplican y el soporte gubernamental.