La Unión Soviética se debilitó debido a su estancada economía, crisis política y descontento social. Mijail Gorbachov impulsó reformas como la Perestroika y Glasnost que buscaban modernizar a la URSS pero terminaron acelerando su caída. En 1989 comenzaron a declarar su independencia las repúblicas soviéticas y en 1991 se disolvió formalmente la URSS dando paso a la era post-Guerra Fría.