La especulación puede tener efectos perversos cuando individuos o funcionarios públicos usan su poder de monopolio para extraer rentas. La especulación se vuelve dañina cuando hay tasas de interés bajas, emisión excesiva de dinero, controles de importación y divisas que dan poder discrecional a algunos. Para solucionarlo, se necesita una autoridad monetaria que elimine la emisión inorgánica de dinero y se fomente más competencia y transparencia para reducir el poder discrecional e información privilegiada.