Este documento resume el capítulo 10 de la obra "El tema de nuestro tiempo" de José Ortega y Gasset. En él, Ortega critica las posturas del racionalismo y el relativismo sobre el conocimiento y propone que la realidad solo puede entenderse desde perspectivas. Sostiene que cada individuo, época o cultura alcanza una verdad parcial desde su punto de vista y que la verdad completa solo puede lograrse sumando todas las perspectivas posibles a lo largo de la historia.
2. José Ortega y Gasset
El tema de nuestro tiempo
Cap. X. La doctrina del punto de vista
3. El tema de nuestro
tiempo:
Sustituir la razón
pura por la razón
vital:
Perspectivismo
reforma de la
filosofía.
4. Para entender este texto hay
que enmarcarlo dentro de la
concepción orteguiana de la
vida (como historia, como
hacerse) y del conocimiento
como perspectiva (el «punto
de vista», no como algo
subjetivo, sino como esencia
de la realidad: «la realidad es
perspectiva).
7. Para entendernos,
el racionalismo
defiende la cultura
como algo fuera
del tiempo y de la
historia, absoluto,
extrahistórico; su
postura es
dogmática (existe
la verdad y es
universal,
inmutable…).
8. Por su parte, el relativismo se pone
del lado de la vida como algo en
continuo cambio, devenir; la vida es
proceso, historia: no hay nada fuera
de ella que sea inmutable, eterno.
9. En opinión de Ortega estas posturas,
llevadas al extremo, son excluyentes…
* * *
Pero, en definitiva, se necesitan: la razón
del racionalismo no es capaz de abarcar
la vida, se le escapa. Pero el
relativismo, al negar la posibilidad de
toda verdad, niega lo esencial del ser
humano: la razón, el conocimiento.
10. Posturas complementarias
En el fondo, ambas posturas son
complementarias y tienen que
articularse entre sí. ¿Cómo? Para
ello, Ortega se fija en el tema del
conocimiento (elemento de la
cultura y donde queda clara la
dependencia).
11. Sujeto «transparente»…
Para el racionalismo, conocer
consiste en adquirir verdades
eternas e invariables. Para que la
verdad «entre en el saco del
conocimiento» (insacular), no puede
sufrir deformación y el sujeto ha de
ser transparente, ha de dejar entrar
en sí la verdad sin modificarla.
12. Sujeto fuera de la historia
Pero este sujeto —
pasivo, inmutable—
estaría fuera del
tiempo, fuera de la
vida, que es —sin
embargo—
particularidad, diferencia,
cambio, movimiento…
historia.
13. Texto 1. El conocimiento es la adquisición de
verdades, y en las verdades se nos manifiesta
el universo trascendente (transubjetivo) de la
realidad. Las verdades son eternas, únicas e
invariables. ¿Cómo es posible su insacu-
lación dentro del sujeto? La respuesta del
racionalismo es taxativa: solo es posible el
conocimiento si la realidad puede penetrar en
él sin la menor deformación. El sujeto tiene,
pues, que ser un medio transparente, sin
peculiaridad o color alguno, ayer igual a hoy y
a mañana —por tanto, ultra vitaI y extra
histórico—. Vida es peculiaridad, desarrollo;
en una palabra: historia.
14. VOCABULARIO
Insacular: (De in- y el lat. saccŭlus,
saquito) Poner en un saco, cántaro o
urna, cédulas o boletas con números
o con nombres de personas o cosas
para sacar una o más por suerte.
Aquí se trata de «meter» la verdad en
el «saco del individuo»; se trata de un
uso metafórico para referirse al
conocimiento (en el ámbito del
racionalismo).
15. RELATIVISMO
Para el relativismo no es posible
conocer pues, aunque hubiera una
realidad trascendente —más allá y al
margen de la historia—, al entrar en
el sujeto quedaría deformada
(«subjetivizada») y se tomaría por
realidad lo que no es sino una
deformación de la misma por parte
del sujeto.
16. Texto 2. La respuesta del relativismo
no es menos taxativa. El conoci-
miento es imposible; no hay una
realidad transcendente, porque todo
sujeto real es un recinto peculiar-
mente modelado. Al entrar en él, la
realidad se deformaría y esta
deformación individual sería lo que
cada ser tomase por la pretendida
realidad.
17. VOCABULARIO
Taxativo. (Del lat.
taxātum, supino de taxāre,
tasar, limitar). 2. adj. Que no
admite discusión. (Por tanto,
una «respuesta taxativa» es
una respuesta que no
admite discusión en modo
alguno)
18. OTRA POSTURA ES POSIBLE
Pero hay otra postura posible: el
sujeto no es transparente, pero
tampoco inventa la realidad que
conoce. Su función consiste en
filtrar lo que puede conocer; el sujeto
capta lo que puede captar, pero no
deforma ni inventa. (*Filtrar es
seleccionar; pero esto no implica
distorsionar o inventar).
19. Texto 3. El sujeto, ni es un medio transparente, un
«yo puro» idéntico e invariable, ni su recepción de la
realidad produce en esta deformaciones. Los hechos
imponen una tercera opinión, síntesis ejemplar de
ambas. Cuando se interpone un cedazo o retícula en
una corriente, deja pasar unas cosas y detiene otras;
se dirá que las selecciona, pero no que las deforma.
Esta es la función del sujeto, del ser viviente ante la
realidad cósmica que le circunda. Ni se deja
traspasar sin más ni más por ella, como acontecería
al imagi-nario ente racional creado por las
definiciones racionalistas, ni finge él una realidad
ilusoria. Su función es claramente selectiva. De la
infinidad de los elementos que integran la
realidad, el individuo, aparato receptor, deja pasar
un cierto número de ellos, cuya forma y contenido
coinciden con las mallas de su retícula sensible. Las
demás cosas —fenómenos, hechos, verdades—
quedan fuera, ignoradas, no percibidas.
20. VOCABULARIO
Cedazo: (Del lat. saetacĕum,
cribo de seda). 1. m.
Instrumento compuesto de un
aro y de una tela, por lo común
de cerdas, más o menos clara,
que cierra la parte inferior. Sirve
para separar las partes sutiles
de las gruesas de algunas
cosas, como la harina, el suero,
etc. (Aquí, el «cedazo» es una
especie de «criba», como si
estuviéramos buscando pepitas
de oro en un río).
21. COMPARACIÓN CON LOS
SENTIDOS
Ortega se sirve de la analogía con la
percepción a través de la vista o el oído:
nuestros sentidos no pueden percibirlo
todo; «seleccionan» o filtran el sonido o el
color; pero esto no implica deformarlos.
Lo mismo sucede con la captación de la
verdad: cada sujeto puede alcanzar unas
verdades y no otras. El hecho de que no
se perciba todo el sonido, todo el
color, todas las verdades, no vuelven falso
lo percibido, aunque no lo sea todo.
22. CADA MOMENTO, SU VERDAD
Lo mismo puede decirse de los
distintos pueblos o distintas
épocas: en cada momento se
capta una verdad, que no es la
verdad completa. (Para alcanzar la
verdad completa, absoluta, habría
que salirse de la historia y
renunciar a la existencia real:
habría que ser un ente abstracto).
23. Texto 4. Como con los colores y sonidos acontece
con las verdades. La estructura psíquica de cada
individuo viene a ser un órgano percep-tor, dotado
de una forma determinada que permite la
comprensión de ciertas verdades y está condenado
a inexorable ceguera para otras. Asimismo, cada
pueblo y cada época tienen su alma típica, es
decir, una retícula con mallas de amplitud y perfil
definidos que le prestan rigurosa afinidad con ciertas
verdades e incorregible ineptitud para llegara ciertas
otras. Esto significa que todas las épocas y todos los
pueblos han gozado su congrua porción de
verdad, y no tiene sentido que pueblo ni época
algunos pretendan oponerse a los demás, como si a
ellos solos les hubiese cabido en el reparto la verdad
entera. Todos tienen su puesto determinado en la
serie histórica; ninguno puede aspirar a salirse de
ella, porque esto equivaldría a convertirse en un
ente abstracto, con íntegra renuncia a la existencia.
24. VOCABULARIO
Porción congrua: 1. f. Cuota
que se pagaba a los párrocos
que no percibían los diezmos
por estar unidos a una
comunidad o dignidad o por
estar secularizados. 2. f. Cuota
que se considera estrictamente
necesaria para sustento de los
eclesiásticos; (congrua porción
de la verdad = se refiere a la
parte de verdad que le
corresponde a cada cual).
26. UN PAISAJE, DOS
PERSONAS
• Para ilustrar esta idea y su alcance, expone el
ejemplo de dos personas que ven un paisaje
desde posiciones distintas.
• no tendría sentido negar el punto del vista del
otro porque no coincida con el propio; tampoco
considerarlos falsos o ilusorios, como si existiera
un «paisaje auténtico» que no estuviera sujeto a
las condiciones del conocimiento del paisaje real
27. LA REALIDAD ES
PERSPECTIVA
• Sólo se puede ver la realidad desde una
perspectiva. La realidad es, en su
estructura, perspectiva no puede existir
una realidad siempre idéntica indepen-
dientemente del punto de vista desde el
que se vea. [*Recuérdese lo dicho sobre
el fundamento ontológico del
perspectivismo].
28. • Texto 5. Desde distintos puntos de vista, dos hombres miran el mismo
paisaje. Sin embargo, no ven lo mismo. La distinta situación hace que el
paisaje se organice ante ambos de distinta manera. Lo que para uno ocupa
el primer término y acusa con vigor todos sus detalles, para el otro se halla
en el último y queda oscuro y borroso. Además, corno las cosas puestas una
detrás de otra se ocultan en todo o en parte, cada uno de ellos percibirá
porciones del paisaje que al otro no llegan. ¿Tendría sentido que cada cual
declarase falso el paisaje ajeno? Evidentemente, no; tan real es uno como el
otro. Pero tampoco tendría sentido que puestos de acuerdo, en vista de no
coincidir sus paisajes, los juzgasen ilusorios. Esto supondría que hay un
tercer paisaje auténtico, el cual no se halla sometido a las mismas
condiciones que los otros dos. Ahora bien, ese paisaje arquetipo no existe ni
puede existir. La realidad cósmica es tal, que solo puede ser vista bajo una
determinada perspectiva. La perspectiva es uno de los componentes de la
realidad Lejos de ser su deformación, es su organización. Una realidad que
vista desde cualquier punto resultase siempre idéntica es un concepto
absurdo.
29. VOCABULARIO
• Arquetipo: (Del lat. archety̆pus, y
este del gr. ἀρτέτσπος). 1. m. Modelo
original y primario en un arte u otra
cosa; (el «paisaje arquetipo» = sería el
paísaje original, primario, modelo, al
margen de las condiciones de
percepción del sujeto,
independientmente, por tanto, de la
perspectiva )
30. NO HAY PUNTO DE VISTA
ABSOLUTO
• Lo mismo que sucede con la visión,
sucede con todo conocimiento:
siempre se produce desde la
perspectiva; no existe un punto de
vista absoluto (la species
aeternitatis de Malebranche).
• El punto de vista abstracto sólo
ofrece abstracciones (fuera, por
tanto, de la historia, de la vida).
32. Verdades
complementarias
Esta manera de pensar implica una reforma
radical de la filosofía. Cada individuo puede
llegar a una verdad que no coincida con la de
otros individuos.
Pero —como se ha visto en el ejemplo del
paisaje— no por ello ha de ser falsa.
Las diferencias en la verdad no son
contradicción u oposición, sino complemento.
(*La coincidencia en la visión de la realidad
desde épocas y puntos distintos es mera
ficción)
33. Texto 6. La individualidad de cada sujeto real era el indominable
estorbo que la tradición intelectual de los últimos tiempos encontraba
para que el conocimiento pudiese justificar su pretensión de
conseguir la verdad. Dos sujetos diferentes —se pensaba— llegarán
a verdades divergentes. Ahora vemos que la divergencia entre los
mundos de dos sujetos no implica la falsedad de uno de ellos. Al
contrario, precisamente porque lo que cada cual ve es una realidad y
no una ficción, tiene que ser su aspecto distinto del que otro percibe.
Esa divergencia no es contradicción, sino complemento. Si el
Universo hubiese presentado una faz idéntica a los ojos de un griego
socrático que a los de un yanqui, deberíamos pensar que el Universo
no tiene verdadera realidad, independiente de los sujetos. Porque
esa coincidencia de aspecto ante dos hombres colocados en puntos
tan diversos como son la Atenas del siglo V y la Nueva York del XX
indicaría que no se trataba de una realidad externa a ellos, sino de
una imaginación que por azar se producía idénticamente en dos
sujetos.
34. Dimensión vital
Suma de perspectivas
La verdad tiene una dimensión vital: no
existe fuera de la historia, fuera del
mundo. La verdad se va alcanzando
sumando distintas perspectivas. La suma
de todas ellas (de todas las perspectivas
posibles) sería la verdad absoluta.
35. El error del racionalismo
La realidad no puede entenderse en
sí misma, al margen del sujeto (y su
circunstancia) o de la época y la
cultura. Las perspectivas son
infinitas.
El error (lo realmente falso) está en
concebir una verdad desde una
perspectiva única, absoluta (es una
utopía, lo que no existe en ningún
lugar). Éste ha sido el error del
racionalismo.
36. Texto 7.El error inveterado consistía en suponer que la
realidad tenía por sí misma, e independientemente del
punto de vista que sobre ella se tomara, una fisonomía
propia. Pensando así, claro está, toda visión de ella desde
un punto determinado no coincidiría con ese su aspecto
absoluto, y, por tanto, sería falsa. Pero es el caso que la
realidad, como un paisaje, tiene infinitas
perspectivas, todas ellas igualmente verídicas y
auténticas. La sola perspectiva falsa es esa que pretende
ser la única. Dicho de otra manera: lo falso es la utopía, la
verdad no localizada, vista desde «lugar ninguno». El
utopista —y esto ha sido en esencia el racionalismo—es el
que más yerra, porque es el hombre que no se conserva
fiel a su punto de vista, que deserta de su puesto.
37. VOCABULARIO
Utopía: (Del gr. οὐ, no, y τόπος, lugar: lugar que no
existe). 1. f. Plan, proyecto, doctrina o sistema optimista
que aparece como irrealizable en el momento de su
formulación. (Aquí, Ortega recurre a su significado
etimológico de «lo que no existe en ningún lugar».
«Utopía» es el nombre de la isla en la que se asienta la
República ideal en la ficción de Tomás Moro)
Inveterado: (Del lat. inveterātus). 1. adj. Antiguo,
arraigado.; (el error inveterado = se refiere a un modo
equivocado de entender la verdad y el conocimiento que
viene de muy atrás y que, además, está muy arraigado,
que tiene profundas raíces ).
38. Esto mismo (este
error de pretender
una verdad absoluta
fuera de la historia)
es lo que ha hecho la
Filosofía, buscando
un sistema definitivo,
una verdad absoluta
para siempre y para
todos.
39. La búsqueda de
«sistemas»
Pero la búsqueda de un
«sistema» como éste
ignora la perspectiva vital,
la dimensión histórica del
conocimiento, siempre
abierto y perfectible.
[Perfectible: 1. adj. Capaz de
perfeccionarse o de ser
perfeccionado]
40. Razón pura
Razón vital
La razón pura no sirve para
conocer la realidad. La única
razón posible es la razón
vital, localizada, «circunstanciad
a» en un espacio y un tiempo:
ésta es la única capaz de
explicar la realidad e intervenir
en ella.
41. Los pintores del
«Quattocento»
Ortega ilustra esto
recordando a los pintores
del Quattrocento, cuya
ingenuidad pretende
reproducir la realidad tal
como es y no como se ve
(pintan el mundo como
creemos que debería ser y
no como se percibe en
realidad).
42. Es lo mismo que les sucedía a las
filosofías del pasado: ignoraban el
horizonte desde el que construían su
sistema y creían que su mundo, era el
mundo.
El filósofo no puede dejar de referir el
mundo a su propia vida; pero sería un
error ignorar esta circunstancia y creer que
está viendo el mundo desde fuera del
tiempo y de la historia.
43. Dios y la perspectiva
Incluso Dios ve desde la perspectiva
(porque la realidad es perspectiva); pero
como está en todas partes, tiene todas
las perspectivas posibles.
44. Verdad: suma de
perspectivas
Conquista sin final
En el caso del hombre, la verdad sería la
suma de todas las perspectivas
conquistadas; pero esa conquista no
tiene punto final; por eso, la filosofía que
propone Ortega implica un cambio en la
concepción de la verdad.
45. Texto 8. De esta manera, la peculiaridad de cada ser, su diferencia
universal, lejos de estorbarle para captar la verdad, es precisamente el
órgano por el cual puede ver la porción de realidad que le corresponde. De
este modo, aparece cada individuo, cada generación, cada época como un
aparato de conocimiento insustituible. La verdad integral solo se obtiene
articulando lo que el prójimo ve con lo que yo veo, y así sucesivamente.
Cada individuo es un punto de vista esencial. Yuxtaponiendo las visiones
parciales de todos se lograría tejer la verdad omnímoda y absoluta. Ahora
bien: esta suma de las perspectivas individuales, este conocimiento de lo
que todos y cada uno han visto y saben, esta omnisciencia, esta verdadera
«razón absoluta» es el sublime oficio que atribuimos a Dios. Dios es
también un punto de vista; pero no porque posea un mirador fuera del área
humana que le haga ver directamente la realidad universal, como si fuera
un viejo racionalista. Dios no es racionalista. Su punto de vista es el de
cada uno de nosotros; nuestra verdad parcial es también verdad para Dios.
¡De tal modo es verídica nuestra perspectiva y auténtica nuestra realidad!
Solo que Dios, como dice el catecismo, está en todas partes y por eso goza
de todos los puntos de vista y en su ilimitada vitalidad recoge y armoniza
todos nuestros horizontes. Dios es el símbolo del torrente vital, a través de
cuyas infinitas retículas va pasando poco a poco el Universo, que queda así
impregnado de vida, consagrado, es decir, visto, amado, odiado, sufrido y
gozado.
46. VOCABULARIO
Yuxtaponer: (Del lat. iuxta 'junto a' y ponĕre 'poner'). 1.
tr. Poner algo junto a otra cosa o inmediata a ella.
(«Yuxtaponiendo las visiones parciales de todos…» = es
decir, poniendo una junto a otra todas las verdades
particulares y parciales)
Omnímodo: (Del lat. omnimŏdus). 1. adj. Que lo abraza
y comprende todo. (La verdad omnímoda y absoluta = la
verdad que lo abarca todo).
Omnisciencia: (Del lat. omnis, todo, y scientĭa, ciencia).
1. f. Conocimiento de todas las cosas reales y posibles,
atributo exclusivo de Dios.