El año litúrgico: la historia de la salvación celebrada
1. El año litúrgico
Objetivo: Conocer más detenidamente el tiempo y los ritmos en que la Iglesia celebra el
misterio de Cristo, desde diversas perspectivas para que la vivencia personal y comunitaria
vaya siendo el criterio de preparación y animación en la comunidad a la que se sirve.
“Porque él dice en las Escrituras: «En el momento oportuno te escuché; en el
día de la salvación te ayudé.» Y ahora es el momento oportuno. ¡Ahora es el
día de la salvación! (2Co 6,2).
La celebración de la misa y la liturgia de las horas, de cada día y de cada fiesta, se realizan
mediante lecturas y oraciones que varían alo largo delaño, segúnun ordenamiento llamado
año litúrgico. Toda la celebración litúrgica se desarrolla en el marco del año litúrgico, el cual
es por asídecir laestructura portadora de todo elmisterio
del culto cristiano.
1.- Teología del año litúrgico
¿Qué nos dice de Dios?
2. Para el cristiano el tiempo es el lugar donde se realiza la salvación. Éste es el motivo por el
que “en el ciclo del año, la Iglesia desarrolla todo el misterio de Cristo, desde la encarnación
y el nacimiento hasta la Ascensión, el día de Pentecostés y la espera de la feliz esperanza y
retorno del Señor. Al conmemorar así los misterios de la redención, abre la riqueza de las
virtudesy de los accionesdesu Señor,de modoquese los hacepresentesen ciertomodo,
durante todo tiempo a los fieles, para que los alcancen y se llenen de la gracia de la
salvación” (SC 102).
La liturgia, vista como la continuación de la intervención de Dios que salva a través de
signos rituales, prolonga y actualiza en el tiempo, mediante la celebración, las riquezas
salvíficas del Señor. Por ello, el año litúrgico no es una serie de ideas o una sucesión de
fiestas más o menos importantes, sino que es una Persona, Jesucristo. La salvación
realizada por él, “principalmente por el misterio pascual de su bienaventurada pasión, de
su resurrección de entre los muertos y de su gloriosa ascensión” (SC 5), es ofrecida y
comunicada en las diversas acciones sacramentales que caracterizan elritmo del calendario
cristiano. La historia de la salvación que continúa en el hoy de la Iglesia constituye, por
tanto, el elemento vertebrador del año litúrgico.
La historia de la
salvación fue
proyectada por Dios
como una hilación
de actos sucesivos
que, iniciada en el
pasado, alcanza su
punto más alto en
Cristo y continua
actuando en el
tiempo presente en
espera del
cumplimiento de la
promesa. Si la
historia de la
salvación se
entiende como una
línea recta que se desarrolla teniendo a Cristo como un punto fijo que orienta toda la
historia anterior y posterior a él, la celebración litúrgica de la iglesia se puede ver como
un momento de esa historia, es decir, un momento de contenido histórico-salvífico en
forma ritual. En efecto, el año litúrgico en sus fiestas celebra sólo y siempre el misterio de
Cristo como centro de la historia salvífica.
3. La celebración de los diversos misterios de Cristo, a lo largo del año litúrgico, no se debe de
interpretar como una reproducción dramática (obra de teatro) de la vida terrena de Cristo.
De hecho en toda celebración, aparentemente parcial, se celebra siempre la eucaristía en
la que tiene lugar “el todo” y, por tanto, el misterio es siempre completo, el todo está
siempre en cada fragmento. Hablando de la Eucaristía, santo Tomás de Aquino afirma que
“en este sacramento se contiene todo el misterio de nuestra salvación”.
Sin embargo, esta totalidad tiene necesidad de ser desplegada y recibida en cada una de
sus partes. Por ello, en el marco de las celebraciones anuales, la palabra de Dios expresa la
sobreabundancia y las muchas formas del misterio, les evoca y las hace presentes. A la luz
de la palabra el misterio particular que se celebra en el transcurso del año nos revela, cada
vez, una de las dimensiones teológicas de la salvación que se realizó en Jesucristo: “Así
nosotros hoy celebramos en la misa todo el misterio de la redención y, sin embargo, en el
múltiple resonar de la palabra divina, en Navidad y en Epifanía se hace presente para
nosotros la encarnación, en Pascua la pasión y la glorificación del Señor
La pluralidad de las celebraciones no es en
menoscabo de la unidad fundamental que
configuraelconjuntodelascelebracionescomo
acogida en la fe del único misterio de
salvación. En efecto, la presencia del
misterio de Cristo en el año litúrgico no es
una presencia estática, sino en
movimiento de comunión-comunicación
que espera de la asamblea eclesial la
acogida del misterio y la gracia que Dios
dad, en la subjetividad, es decir, en cada
persona y su vida espiritual. El tiempo
salvífico del año litúrgico tiene una
referencia esencial a la Iglesia, es para la
Iglesia.
El misterio de Cristo celebrado se convierte así en la vidade la Iglesia, y la Iglesia, a su vez,
prolonga y completa el misterio de Cristo.
4. 2.- Historia del año litúrgico
Los factores que determinan una evolución del año litúrgico en sí o de una determinada
fiesta, son esencialmente de orden psicológico, teológico y cultural.
a) Es una ley de la psicología humana, ampliamente
confirmada por la historia de las religiones, el deseo de
celebrarcontodoslosdetalles lamemoria objetivadeun
hecho que funda una experiencia religiosa. Para los
cristianos,ciertamente ha sido laPascuade Jesús el centro
de su memoria y de su experiencia. Por eso la Pascua ha
sido celebrada al principio cada domingo. Sin embargo,
tal memoria tiende con el tiempo a ampliarse; tras
algunos decenios se concreta en una memoria anual más
completa que redescubre todos los detalles en ella contenidos y poco a poco llega,
con la predicación evangélica, a ser una memoria total de la pasión, muerte y
resurrección del Señor; más tarde esa memoria se va ampliando hasta los hechos
de su vida pública y llega finalmente hasta remontarse a la predicación y
celebración de los episodios de la infancia.
b) Señalamos también un desarrollo de tipo
teológico. A lo largo de la historia de la Iglesia,
hasta nuestros días, el desarrollo teológico
que tiende a fijar y precisar los contenidos de
la fe se convierte de inmediato en fuente y
motivo de celebraciones litúrgicas. Si la
liturgia celebra la fe, un progreso en la
comprensión de los misterios da origen a
múltiples celebraciones. Así ha sucedido en los
primeros siglos de la Iglesia a través de los
Concilios que han precisado los misterios de la
Encarnación. Asísucede durante la Edad Media
con ocasión de la defensa del dogma de la
presencia real eucarística. Y así resulta en la
época moderna con los dogmas marianos y
otras fiestas que se introducen en elCalendario
5. litúrgico, introducidas como celebraciones de una idea o tema teológico.
c) Se puede descubrir
también un desarrollo cultural.
La inculturación de la fe en la
historia, la experiencia
progresiva de la Iglesia en
cada uno de los ritos
orientales y occidentales, en
las iglesias locales, en las
familias religiosas, en los
diversos países, la
transmigración de celebraciones y
fiestas de una iglesia a otra han contribuidoconjuntamente a prolongarcada vez
más los misterios que hay que celebrar y a llenar de contenido y de ritos tales
celebraciones (Por ejemplo: la fiesta de Corpus Christi ha nacido por el sentido de
fe de la piedad popoular). En la Edad Media pero no sólo ni a partir de esa época la
religiosidad popular imita, prolonga y se propone como alternativa con sus propios
ritos ante las celebraciones del año litúrgico. En cierto modo contribuye aldesarrollo
de nuevos ritos en ocasiones de gran importancia para la Iglesia como en los ritos
del Triduo pascual.
Preguntas para concluir.
¿Cuál es el centro de todo lo que celebramos en el año litúrgico?
¿Celebrar tantas fiestas y acontecimientos en el orden del calendario litúrgico nos hace
olvidar a Cristo?
¿Qué ventajas tiene celebrar a lo largo en un año el misterio de nuestra salvación?
¿Podemos afirmar que hay salvaciónen nuestras celebraciones litúrgicas y en lacelebración
de los sacramentos? Porqué.
Cuál es el centro vertebrador o pilar que sostiene todo el año litúrgico y le da sentido y
quién es su “punto” o momento más luminoso?
En la historia del año litúrgico podemos encontrar tres desarrollos que le han ido dando
forma, cuáles son y explica un poco de ellos.
6. ¿Cómo podemos contribuir a la vivencia más significativa de la comunidad cristiana que
asiste a las celebraciones?
¿Aporta algo a mi vida personal y espiritual este tema?