¿Por qué una institución toma la decison de organizar clases mixtas o solo de chic@s?
¿Qué impacto puede producir la formación académica en esta decisión?
¿Los profesionales de la educación conocen las diferencias en el modo de aprender de varones y mujeres?
Estas y otras preguntas intenta responder la autora repasando la historia de una institución educativa.
Educaciòn diferenciada o single - sex. Testimonio de Silvana Raffin
1. EDUCACIÓN DIFERENCIADAEDUCACIÓN DIFERENCIADA
Luego de haber asistido al seminario sobre "Educación
Diferenciada" en la Universidad Austral, a cargo de la Prof.
Elisabeth Vierheller y su equipo, comencé un recorrido en la
memoria para recordar mis experiencias personales y
profesionales sobre el tema, inevitablemente se presentaron
una gran cantidad de inquietudes e interrogantes para los
cuales no tenía respuestas...
La curiosidad sobre el tema me llevó directamente al Colegio
donde había realizado mis estudios secundarios, dónde me
había formado como docente y donde he podido dar mis
primeros pasos en la labor educativa.
Durante mi época como estudiante, en las
aulas se vestían solo con el tradicional
jumper azul, mientras que solo unos años
más tarde, cuando me desempeñaba como
maestra de grado, se vieron los primeros
pantalones grises mezclados con los ya
conocidos uniformes de niñas.
Creí que una conversación con algún
integrante de la comunidad educativa que
conociera los por menores de los cambios
con respecto a esta característica en los grupos de alumnos,
podría darme algunas respuestas. Algunas las encontré en una
charla con la Lic. Cristina Saullo, vicedirectora del nivel
primario, quien en su extensa trayectoria en la institución ha
desempeñado variadas funciones y ha podido desarrollar
proyectos de diversas características y modalidades.
Por qué una institución toma la decisión de cambiar de
modalidad sobre el tipo de clase (single o mixta)?.
Qué impacto puede producir en la formación
académica pertenecer a un grupo del mismo sexo o
mixto?.
Los profesionales de la educación conocen las
diferencias en el modo de aprender de varones y
mujeres?.
Se comparan los resultados de las evaluaciones y en el
desenvolvimiento integral de la persona teniendo en
cuenta las características de su grupo escolar?.
Se diseñan propuestas o proyectos teniendo en cuenta
las habilidades, capacidades y potencialidades de unos
y otros y el modo de desarrollarlas más y mejor?.
El colegio fue fundado en Marzo de 1915, por un grupo de
Hermanas Dominicanas de la Anunciata. Inicialmente la
enseñanza fue destinada a niños y niñas de nivel inicial y
primario. Los grupos eran mixtos hasta el tercer grado, luego
continuaban solo las niñas en la institución.
Según la opinión de la señora Cristina, tal vez sin saberlo, fue
la época en que mejor se fusionaron los grupos logrando
mayor aprovechamiento del proceso de aprendizaje, es decir
teniendo en cuenta el enfoque exclusivamente pedagógico.
Ella cree que a partir de esa edad, organizar grupos por sexo,
permite desarrollar proyectos con enfoques diferenciados,
comienzan a observarse los intereses y las diferentes formas de
aprender. La realización de actividades, la utilización de
recursos, el enfoque de los contenidos, el diseño de las
metodologías, la selección de bibliografía, teniendo en cuenta
estas diferencias y propician un mejor aprovechamiento del
proceso, generan un buen clima de trabajo y respecta los
ritmos de aprendizaje.
A partir de la década del 50 el colegio realiza una serie de
modificaciones en su estructura, con la incorporación del Nivel
Secundario y la formación de Maestras Normales Nacionales,
el cual al tiempo sería reemplazado por el aún vigente,
Profesorado de Enseñanza Primaria. Estos cambios
coincidieron en el tiempo con la decisión de inscribir en la
institución solo niñas.
Fueron los años de la década del 90 los que recibieron
nuevamente y en abundancia, a los alumnos en el colegio.
La matriculación de
v a r o n e s r e s p o n d i ó ,
fundamentalmente, a la
demanda social.
Las familias necesitaban
que sus hijos e hijas
concurrieran al colegio, en
el mismo horario y en el
mismo lugar, a fin de conseguir cierta organización familiar
compatible con sus compromisos laborales.
Además cada vez se escuchaba más en la sociedad aquello que
… “si se convive socialmente en grupos mixtos, en las
universidades, en los trabajos, en los clubes, ¿por qué estar
separados en el colegio?”.
Una vez decidido el cambio de modalidad, vinieron los
cambios en la estructura edilicia.
Inevitables modificaciones en los servicios básicos, en la
cantidad de aulas, espacios más amplios en algunos secto-
res, etc.
Sin embargo, no recordamos, una preparación que advir-
tiera sobre las diferentes formas de aprender que existen
entre hombres y mujeres, sobre las diferencias metodolo-
gías para trabajar , planificaciones con enfoques diferentes
en las asignaturas, al menos, no sucedió formal-
mente. Lo cual no quiere
decir, que cada do-
cente, según el
criterio per-
sonal, haya
adaptado sus
prácticas a la
nueva caracte-
rística de los gru-
pos.
La señora Cristina recuerda que hubieron proyectos que se
desarrollaban organizando a los alumnos por grupos, varo-
nes y mujeres. Tal es el caso de “EDUCACIÓN PARA EL
AMOR”, en el que cada grupo trabajaba con su tutor o tu-
tora, una serie de contenidos y actividades diferenciados,
cada uno desde su problemática. Luego tenían un espacio
de intercambio y de integración, ella recuerda estos proyec-
tos por haber finalizado con excelentes resultados.
O en el caso de educación física cuyas clases, encuentros y
competencias se realizan en grupos diferenciados, en dis-
tintos tiempos y espacios, con diferentes enfoques y recur-
sos. Acaso las diferencias físicas, visibles, tangibles, permi-
ten pensar proyectos con características diferentes.
Mientras que las diferencias existentes en otros aspectos
del alumno, tal vez intangibles, con menos posibilidades
de ser observadas a simple vista, tales como razonamiento
deductivo e inductivo, razonamiento abstracto y concreto,
uso del lenguaje, lógica y evidencia, probabilidad de abu-
rrirse, movimiento, sensibilidad y dinámica de grupos, uso
del simbolismo etc., generan más resistencia, a la hora de
pensar en alternativas pedagógicas que las contemplen, en
el accionar cotidiano de la labor educativa.
Tal vez, en aquel momento, cuando los alumnos poblaron
las aulas, no se conocía lo suficiente sobre las diferentes
formas de aprender o aún no se habían registrado y estan-
darizado los resultados en el aprendizaje, como sucede
hoy. En la actualidad se cuenta con, por ejemplo, los resul-
tados obtenidos en varones que participan de grupos single
sex y se pueden confrontar con los resultados de los alum-
nos que participan en grupos mixtos. Las estadísticas invi-
tan al menos a una reflexión so-
bre las metodologías que más
favorecen al desarrollo de las
potencialidades de los alumnos.
Se cuenta además con la expe-
riencia, que nos da una cantidad
de conclusiones y resultados
dignos de ser tenidos en cuenta.
La Lic. Cristina Soullo sostiene que sería importante in-
cluir estos conceptos en la formación de los nuevos docen-
tes, incluir el desarrollo de proyectos en los que cada
alumno tuviese la oportunidad de trabajar en grupos single
sex, teniendo en cuenta la edad y el momento madurativo y
siempre previendo espacios de intercambio e integración.
Al finalizar la búsqueda de respuestas a mis inquietudes,
sobre las causas que promueven este cambio y las conse-
cuencias que provoca, me queda la sensación que sería
muy importante que trascienda la información sobre las
diferencias demostrables entre varones y mujeres a la hora
de aprender, los intereses que los motivan, las diferentes
actitudes y comportamientos que tienen en el ámbito esco-
lar. Desarrollar proyectos que contemplen estas diferencias
para obtener mejores resultados.
Actualmente frente a este aspecto, poco se tiene en cuenta
el destinatario final del proceso es decir “el alumno” y al
objetivo general que lo vincula al colegio.
Sin dejar de dar respuesta a las demandas de la sociedad y
la familia, es necesario que se busquen alternativas en las
estrategias educativas para el mayor aprovechamiento del
caudal con que cuentan nuestros alumnos.
Silvana Raffin.