El documento describe cómo la Iglesia Adventista del Séptimo Día creció rápidamente en el siglo XIX al organizar a sus ministros para plantar nuevas iglesias en lugar de servir como pastores locales establecidos. Los ministros adventistas recibían su sueldo de los diezmos para trabajar como evangelistas y establecer nuevas congregaciones, mientras que otras denominaciones pagaban a los pastores para servir a iglesias ya existentes. Este enfoque en la plantación de iglesias llevó la luz del evangelio a pueb