Cuando transitamos por el embarazo “se dice” que baja la actividad sexual ¿Por qué? ¿Qué hacer si sucede?

1. Embarazo Hot: maneras de que ambos disfruten del sexo
Cuando transitamos por el embarazo “se dice” que baja la actividad sexual ¿Por qué? ¿Qué hacer si
sucede?
Si bien no existe la fórmula mágica que asegure el deseo sexual durante todo el embarazo, no
siempre sucede así; la gama de experiencias individuales es muy amplia. Algunas mujeres sienten
un deseo mucho más intenso cuando están embarazadas, mientras que otras no están muy
interesadas en el sexo. Muchas mujeres sienten que fluctúa, dependiendo quizás de cómo se
sienten física y emocionalmente.
Quizás, y sobre todo durante el primer trimestre, está demasiado cansada, indispuesta o irritable
para hacer el amor. Incluso suele ser bastante común sentirse abrumada por los cambios
emocionales y físicos que estás experimentando. Pero en el segundo trimestre, por lo general, el
deseo sexual aumenta, una vez que las náuseas y el cansancio se van estabilizando. Esta
sexualidad aumentada se debe, en primer lugar, a los altos niveles de hormonas femeninas que
circulan por el cuerpo, las cuales provocan una gran cantidad de cambios en los pechos y órganos
sexuales, haciéndolos más sensibles.
Sin embargo, el deseo disminuye, de nuevo, con frecuencia en el tercer trimestre, sobre todo en los
últimos dos meses antes del parto. En este momento quizás estés ya muy grande, dolorida o
cansada para hacer el amor cómodamente. Puede que no te sientas a gusto con el aspecto de tu
cuerpo o estés preocupada por el parto, que ya está muy cerca.
Pero si así sucediera es importante mantener una buena comunicación con nuestra pareja,
explicándole cómo una se siente y asegurarle que lo seguimos queriendo. Igual importancia tiene el
apoyo mutuo, mientras pasan juntos por todos estos cambios.
Pero existen posturas sexuales más convenientes?

2. Durante los nueve meses se puede mantener un encuentro sexual en cualquier postura. La elección
la deben hacer ambos miembros de la pareja, guiados por la comodidad, sobre todo en las etapas
finales del embarazo, donde el abdomen representa una barrera que dificulta algunas posiciones.
Son positivas las posiciones que le permiten a la mujer sentirse cómoda y segura, al mismo tiempo
que controla los movimientos y la penetración.
Pero las posturas que usualmente resultan más cómodas son:
1. Posición del misionero
Es la más clásica y “popular” de todas: la mujer acostada boca arriba, con las piernas separadas, y
el hombre se pone encima de ella. Durante los primeros meses, se puede practicar sin dificultad.
Además, resulta cómoda y natural para la pareja, que puede mirarse y besarse. Pero a partir del
quinto mes, puede resultar algo molesta para ella, porque puede experimentar una sensación de
aplastamiento si el hombre no es bastante ágil como para no dejar caer todo el peso sobre la
barriga. En estos casos, es preferible suspenderla y dedicarse a otras posturas que no “afecten” a la
zona del vientre.
Posición cucharita: La mujer se coloca de lado, con las piernas extendidas o ligeramente
flexionadas en ángulo, y la pareja se pone detrás de ella. Es muy adecuada en pleno embarazo,
porque permite descargar lateralmente todo el peso de la barriga. Además, es una postura muy
suave y relajante, que favorece las caricias y la intimidad en la pareja: el hombre también puede
estimular otras zonas erógenas de la mujer, como el cuello y las orejas. Pero cuesta mantenerla
durante mucho tiempo (el pene puede salirse fácilmente).
Posición Andrómaca: mientras que el varón se acuesta en la cama, la mujer está sentada a
horcajadas sobre su pelvis. Es la postura favorita de muchas mujeres, además de ser muy
estimulante para ambos miembros de la pareja. Resulta muy adecuada durante el segundo trimestre
de embarazo. Pero si se realiza durante mucho tiempo, puede fatigar las piernas de la mujer. En
este caso, la pareja puede ayudarla a moverse en vertical, empujándole las caderas con las manos.
Posición perrito
La mujer está a cuatro patas en la cama, con las piernas separadas, y el hombre detrás de ella, de
rodillas. Es una postura que resulta ideal cuando a la mujer le empieza a molestar el peso de su
pareja y quiere proteger la barriga de los movimientos demasiado enérgicos y, para que resulte más
agradable, es mejor apoyar las rodillas en un almohadón.
Les dejo acá algunos tips para que “no se apague la llama” durante este período

3. 1. Conoce tu cuerpo. Los cambios hormonales que tienen lugar durante la gestación, provocan
encuentros sexuales, a veces, mucho más placenteros, que cuando no hay embarazo.
2. Disfruta el sexo en su más amplio sentido. Si bien algunas parejas valoran el sexo por su
función reproductiva, una vez que estés embarazada, relájate, acariciándose y besándose, en todo
el cuerpo. El erotismo será intenso.
3. Expresa que sentís. La sexualidad femenina puede parecer desconcertante durante el embarazo,
de hecho, las náuseas frecuentes y el dolor en los senos al comienzo de la gestación justifican la
disminución del deseo sexual. Por ello, es importante que hables de estos cambios con tu pareja y
entiendan que la situación mejorará cuando los malestares comiencen a ceder. Y no olviden que el
sexo es mucho más que penetración. El erotismo y la sensualidad importan que estén presentes
4. Olvídate de los mitos. La penetración no representa ningún riesgo para el pequeño, pues el útero
está sellado por un tapón mucoso (moco cervical) que ocupa el canal del cuello uterino y lo mantiene
a salvo, además el líquido amniótico amortigua los impactos a los que pudiera estar expuesto.
5. Cambiar las posturas sexuales. Cada pareja encontrará aquella que le sea más cómoda y se
adaptará según las etapas del embarazo. Lo importante es usar la imaginación y evitar que haya
presión excesiva sobre el vientre. En este sentido, conviene mencionar que la penetración profunda
o violenta no es recomendable, ya que podría causarte dolor.
Para que esta experiencia sea más placentera, puedes usar almohadones que te brinden soporte y
comodidad.
6. Crea el ambiente propicio para tener encuentros románticos. Recuerda que el deseo sexual
nace en nuestro órgano sexual más importante: nuestra cabeza. Prepara cena para dos, con
detalles sensuales y seductores como velas, una luz tenue, una música agradable. La imaginación
es tu límite para el placer, no es indispensable que haya penetración, también puedes lograr tu
satisfacción sexual a través de juegos y caricias.
Servicio de Terapia on Line
Lic. Diana M. Resnicoff
Psicóloga clínica. Sexóloga clínica.

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