Nos sumamos a la voces de rechazo ciudadano en Colombia, de humanistas del derecho y otras disciplinas en el mundo, ante la decisión de siete, de nueve, Magistrados de la Corte Constitucional que no ampararon los derechos políticos a Piedad Córdoba Ruiz, inhabilitada a 18 años para ser elegida a cargos públicos en decisiones contra derecho por el Procurador General de la Nación, Alejandro Ordóñez. En la práctica la pretensión de una muerte política
Decisión de la corte constitucional pretende muerte política de Piedad Córdoba
1. Objetamos decisión de la Corte Constitucional
Viernes 18 de octubre de 2013
Nos sumamos a la voces de rechazo ciudadano en Colombia, de
humanistas del derecho y otras disciplinas en el mundo, ante la
decisión de siete, de nueve, Magistrados de la Corte Constitucional
que no ampararon los derechos políticos a Piedad Córdoba Ruiz,
inhabilitada a 18 años para ser elegida a cargos públicos en
decisiones contra derecho por el Procurador General de la Nación,
Alejandro Ordóñez. En la práctica la pretensión de una muerte política
Desde el momento de la apertura del proceso disciplinario siendo
parlamentaria del Partido Liberal, fuimos testigos del desconocimiento
del debido proceso, de la ausencia de recaudación de las pruebas
solicitadas en su defensa, y de un simulacro de formalidades para
asegurar una decisión previamente tomada basada en prejuicios del
más diverso tipo.
Nunca ha dejado de pensar en los desplazados internos, en los
despojados de sus tierras, en el presente y el futuro de mujeres,
jóvenes, y niños que padecen o se involucran directamente en la
guerra porque no hay más empleo o posibilidades. Su único propósito
desde su opción humanista y de la ecología social ha sido lograr el
2. encuentro entre las partes, convocar una paz transformadora, en la
que todas y todos en lo posible nos encontremos.
Piedad nunca ha dejado de experimentar y llorar a miles de muertos
de nuestra violencia política, de repudiar la violencia y mucho más su
degradación, y por eso, desde tanto dolor conocido y compartido ha
llamado a que nadie se pare de la mesa en La Habana. Ha dicho
desde nuestro colectivo que valora al gobierno del presidente Santos
su decisión de iniciar conversaciones con las FARC y ha dicho a la
guerrilla que deben continuar en la mesa, y ha invitado a las partes a
avanzar.
Ella no ha dejado un solo día de realizar todo lo que le ha sido posible
para que se inicien las conversaciones con el ELN. Ha propuesto ceses
unilaterales, bilaterales del fuego, gestos humanitarios, iniciativas de
convergencia social para avanzar en las bases de una sociedad en
paz.
Ni antes de su destitución ni ahora ha dejado de vivir para que la
solución del conflicto armado y la paz sea una realidad, para que
nuestra sociedad sea de derechos.
Ella nos ha demostrado que sin sociedad activa no se consolidará un
proceso de paz en una democracia profunda, como ella suele
llamarla, sí democracia profunda, esa es la esperanza que ella evoca.
Por eso ha invitado a sumar esfuerzos en la Ruta Social Común, ha
promovido un gran movimiento ciudadano por la paz.
Cuando estamos sin aliento, sin más que llorar, o con la tentación de
arrojar la toalla, nos ha dicho muchas veces que vale la pena
arriesgar todo por la paz pues es más fácil hacer la guerra; ante los
obstáculos e incertidumbres ella expresa "muchachas y muchachos"
hay que asumir el riesgo con la imaginación y la alegría.
Estamos afectados pero no extrañados. Era una decisión anunciada
desde hace semanas por algunos medios de información. Era una
decisión en la que muchas fuentes nos informaron de la presión y de
influencias para negar la restitución de los derechos a Piedad.
3. Tampoco
nos
extrañaba,
después
de
conocer
como
algunos
integrantes de las Cortes, algunos, no todos, participaban contra la
ética pública en la Reforma a la Justicia y por supuesto de las
decisiones absolutamente cuestionable en este y otros casos de
derechos y libertades.
Una parte del país conoce lo que viene sucediendo en la Procuraduría
General de la Nación. La defensa de los derechos ciudadanos ha
quedado a merced de las simpatías ideo religiosas de quien la
encabeza, su gran acumulación de poder viene afectando los avances
democráticos y de derechos.
Hoy tememos lo que pueda suceder con Iván Cepeda, con el alcalde
Gustavo Petro, como ya sucedió con Guillermo Asprilla y Alonso
Salazar.
Lo lamentable es que se está destruyendo impunemente las
posibilidades del pluralismo democrático, del debate de ideas para
construir un país con democracia política, social, ambiental, de
género y respetuoso de los derechos de las mujeres y de las
identidades sexuales y territoriales. Lo grave de este tipo de decisión
es
que
se
democracia,
desmoronan
posibilidades
de
queda
cuestión
valor
en
el
reconstrucción
de
las
de
la
decisiones
constitucionales de las que anteriormente nos experimentábamos
orgullosos los colombianos y el mundo del derecho. Dadas las
presiones políticas en este y otros casos, el espíritu liberal de la
independencia de poderes queda en cuestión por la cooptación de
Magistrados, por los favores mutuos por puestos.
Algún día el país de la memoria reconocerá lo que esta mujer con
sangre negra y blanca, aportó y aportará para que este país pueda
ser viable sin la guerra, sin los odios, sin las venganzas. Algún día la
historia descubrirá que ella nunca ha sido la terrorista que muchos
pintaron y que han hecho imaginar, descubrirán en su corazón el
alma de la humanista, de las ideas liberales, de las apuestas sociales,
la mujer del corazón contra todo tipo de inhumanidad e injusticia
4. contra cualquier ser humano, y de manera especial, contra los
excluidas -os, a quiénes su voz y dignidad es negada.
Algún día, el derecho, hará justicia para ella y sus electores. Algún
día con esta gestora de paz las flores de una nueva primavera se
verán. Hoy a los ciudadanos de a pie el país nos reclame el riesgo por
la paz pues otra salida es éticamente repudiable, pero al mismo
tiempo, nos ha quedado el reto de reconstruir la democracia ante el
desencuadernamiento
institucional
y
el
uso
del
poder
para
imposibilitar la democracia.
Bogotá, D.C. 18 de octubre de 2013. Comisión Intereclesial de
Justicia y Paz
Colombianas y Colombianos por la Paz