"Cien Días vistos por Cinep n.° 93: el campo de la paz"
La inconveniencia del extractivismo para américa latina
1. La inconveniencia del extractivismo para América Latina
Fuente: Boletín Tejido de Comunicaciones ACIN
Ponencia de Cesar Padilla, investigador del Observatorio de Conflictos
Mineros en América Latina (OCMAL), durante el seminario Tramas y
Mingas para el Buen Vivir, desarrollado entre los días 9 y 11 del
pasado mes de Junio en Popayán - Cauca; en el marco de la Minga
(mesa) de Vida y Resistencia.
América Latina comenzó un proceso de reactivación de la minería en
el año 1995, donde empiezan a aterrizar empresas mineras que se
establecieron en la región y eso tuvo varios efectos. Un efecto es que
cambiaron algunos procesos en los países en los que ya eran
tradicionalmente mineros como Perú, Bolivia, Chile, México tal vez.
Pero tuvo un efecto mucho más importante y es que los países que
no eran tradicionalmente mineros, se incorporaron a la minería. O
por lo menos, los focos de las transnacionales canadienses se
centraron en esos países para empezar a hacer nuevas explotaciones.
Eso era muy grave porque los países tradicionalmente mineros ya
sabemos lo que es la minería, en los no mineros, no. Por ejemplo, en
Colombia se sabe mucho de minería de carbón, pero todavía va a
tener que saber mucho más de la minería metálica. Entonces, en ese
proceso comenzamos a articularnos entre los diferentes actores que
estábamos viendo ese ‘aterrizaje’ masivo de la minería canadiense
como una amenaza. Además venían con un discurso bien
interesante, ya no era la minería tradicional, esa que se caracterizaba
por la contaminación de los ríos, por esos humos que salían por las
grandes chimeneas al fundir los metales, no. Esta era la ‘minería
limpia’ y eso desconcertó a muchas comunidades. Gente que era
crítica a la minería o estaba sufriendo la minería tradicional antigua,
2. pensó “bueno, puede existir una minería limpia. Entonces había que
darles una oportunidad”. Esa oportunidad dio muy poco porque muy
pronto se descubrió que esa minería no era limpia, ni
ambientalmente, ni socialmente.
Al mismo tiempo que comenzaron a desarrollarse los proyectos
mineros en la región, comenzaron las críticas, comenzaron los
procesos de resistencia y comenzaron los conflictos. Y en ese proceso
de generación de conflictos es donde nosotros consideramos (entre
los diferentes actores que estábamos en los diversos países de la
región) la necesidad de generar una mayor articulación para poder
conocer más ese nuevo proceso y desafío que se nos estaba
planteando sobre la minería. Entonces, ya una vez develado que esta
nueva minería no era minería limpia sino una con una careta, y que el
efecto era el de cualquier minería; vimos que cada derecho que se le
otorga a una empresa minera es un derecho que se le resta a una
comunidad. Y los principales derechos restados a las comunidades
son: el derecho al territorio y el derecho al agua.
Obviamente eso generó un rechazo creciente en la región. Y diría, por
ejemplo que hay una cantidad de proyectos mineros, calculo más de
50mil millones de dólares paralizados porque no tienen licencia social,
no son aceptados por las comunidades de esos sectores. Y es bien
interesante porque los especialistas en el tema minero que escriben
para el Northern Miner, u otras revistas especialistas en minería de
Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, etc., han descubierto que la
minería está sufriendo dos enfermedades importantes. Una
enfermedad tiene que ver con el aumento de los costos de
producción. ¿Por qué estos aumentos? No se deben a que se le esté
pagando más a la gente, no es porque se esté invirtiendo más en
tecnología para proteger el ambiente. Se debe a que, como cada vez
hay menos minerales hay que mover mucha más roca para
obtenerlos y en el oro eso es impresionante. Y esa es una
enfermedad que está hoy día afectando a la lucha minera porque el
gremio minero no puede desarrollarse.
Hoy en día, las famosas empresas Junior que son las que hacen los
proyectos, hacen que se aprueben ambientalmente y luego se vendan
a las empresas grandes para que estas los exploten, (porque las
chicas no tienen dinero para hacerlo); están cambiando de rumbo,
están a punto de desaparecer. Y últimamente están empezando a
trabajar en el uso medicinal de la canabis. Eso están haciendo estas
empresas que durante décadas han estado buscando minerales sobre
el planeta. Ya no es negocio, están quebrados.
Pero, la otra enfermedad de la que sufre la minería es la falta de
licencia social. Ya no es como era hace 10 o 15 años, imponer un
proyecto en un territorio y Colombia es un tipo de esto. Es grande el
3. listado de territorios donde hay proyectos millonarios, aquí se
nombran sólo algunos de ellos: Conga: 5’800 millones de dólares;
Pascua Lama 8’500 millones de dólares. Sólo para mencionar dos,
hoy no son viables porque la gente no los quiere minería en sus
territorios.
Pero esto ha tenido también una respuesta por parte de los
movimientos. Siempre que he tenido este tipo de conversaciones, me
pregunto: Cuántos espacios como estos, donde hablamos de la
minería como un problema y cómo resolvemos ese problema, desde
los derechos de las comunidades; ¿Cuántos más se están realizando
a nivel mundial en este momento? ¿Diez, veinte, treinta? Pero
también me pregunto, ¿Cuántos mineros están reunidos para estudiar
cómo nos vienen a saquear? Y eso fundamentalmente porque así
como nosotros tratamos de organizarnos, ellos también tratan de
organizarse. Tal vez ellos están más organizados que nosotros. Y a lo
mejor por eso, en algunos espacios de tiempo han tenido logros más
grandes que los que nosotros podemos soñar. Ellos han hecho
esfuerzos para demostrar que la minería es sostenible, sustentable; y
tienen esos discursos de la minería responsable, etc.
En ese escenario, nosotros consideramos que poder apoyar los
espacios de articulación de todos y todas quienes resisten a la
imposición de la minería, es una necesidad absoluta. Y nosotros
quisimos tratar de contribuir a esto con lo poco que podemos hacer
que es entregar la información de dónde están los conflictos mineros
en América Latina. Para saber cuáles son las empresas, quiénes son
los actores, cuáles son los problemas que están generando, pero
principalmente, cuáles son los procesos de resistencia y articular esos
procesos de resistencia. Entonces construimos el mapa de los
conflictos mineros de América Latina. Tenemos más de 200 conflictos
sistematizados en información. A lo que está ahí se le agrega una
gran parte de información que sale en los medios de comunicación.
Esto es para saber qué está pasando en cada uno de estos países que
tiene conflictos mineros.
Ahora, un pequeño ejemplo de la conflictividad que genera la minería
es el caso de Perú. El Perú es el país que más conflictos mineros tiene
en la región. Pero lo interesante es que la información que nos
entrega un organismo estatal, que es la Defensoría del Pueblo (que
sistematiza todos los conflictos que existen en el país) entrega este
panorama: El 64% de los conflictos son socio-ambientales y dentro
de eso el 74% son mineros. Por esto, la falta de licencia social que
están teniendo los proyectos mineros en la región.
Ahora otro ejemplo que para mí es significativo en la medida en que
refuerza lo que alguna vez escuché de alguien que dijo que “lo
posible es imposible porque todavía no se ha hecho posible”. Es decir,
4. lo imposible no existe, somos responsables de que sí sea posible. Es
sobre el proyecto minero Pascua Lama, proyecto de oro, tiene unas
características interesantes: Inversión inicial: 1.500 millones de
dólares, inversión actual: $8.500 millones de dólares. Ahí hay
algunos datos de lo que existe, de cuántos millones de onzas de oro
tiene el proyecto, dónde está ubicado, lo que va a intervenir. El lugar
donde interviene Pascua Lama es un valle, que en las montañas, ese
triángulo es lo que le ‘permite vivir’ a las personas (muestra una
imagen donde se ve una improvisada tolda en forma de triángulo
extendida entre dos montañas, en un paisaje árido). Es ‘así de
productivo’, ‘ahí no hay desempleo’. El yacimiento de oro que se
explota tiene el 75% en territorio chileno y el 25% en el territorio
argentino. Y a su alrededor glaciares. Este proyecto se aprobó en el
año 2000. No había nada que hacer. La empresa empezó a desplegar
toda su maquinaria de corrupción, de cooptación, etc., y la gente de
la comunidad, 57.000 habitantes, ya no sabían qué hacer.
Este proyecto era muy interesante, los agricultores descubrieron que
para extraer el oro había que cortar y remover tres glaciares. Eso
generó preocupación en la gente, ellos fueron a hablar con las
autoridades para decirles “El agua que nosotros consumimos para
tener esa enorme producción que tenemos en todo el valle, no la
vamos a tener porque la mina va a destruir la sierra” Y las
autoridades no lo sabían porque aprobaron el proyecto desde el
escritorio. Entonces se fueron a preguntarles a la empresa: -
“¿Ustedes van a destruir 3 glaciares para sacar el oro?” -La empresa
les dice “No se preocupen, nosotros nos vamos atrás de la máquina”
– “¿Y los van a cortar con sierra?” – “No, lo vamos a cortar con
dinamita. Los vamos a cargar en grandes camiones y lo vamos a
traer a la sombra, en otro lado donde conservarlos”. ¡Y este proyecto
se aprobó así! Sin embargo, cuando no había nada que hacer, un
grupo de la comunidad continuó insistiendo en que cómo podía ser,
en que no era viable, en que era incompatible. Finalmente hoy es uno
de los proyectos que están paralizados y forma parte de esos más de
50mil millones de dólares en proyectos paralizados por la resistencia
de las comunidades.
Otro ejemplo más. Un pequeño lago. Para poder explotar ese
proyecto en medio de la cordillera, dos países que siempre estuvieron
en conflictos limítrofes, Chile y Argentina, se pusieron de acuerdo
para hacer un espacio a los dos lados de la frontera para permitir la
minería. ¡Inédito! Eso normalmente no se puede hacer. Es el primer
tratado minero de este tipo en el mundo. Que además quería que
fuese un modelo a copiar entre Perú y Ecuador, entre Salvador y
Guatemala y otros países que también tienen situaciones similares.
Pero esa línea continúa muy al sur y en el sur se supone que no hay
minería sino bosque. Entonces cuando se estaba discutiendo la
aprobación de este tratado minero, un parlamentario preguntó “¿Por
5. qué el mapa del tratado minero llega hasta el sur si en el sur no hay
minerales?” Y estaba el equipo completo de gobierno, de la época, del
lado chileno, con todos sus asesores y todos sus técnicos y nadie
pudo responder esa pregunta. Esa pregunta se respondió sola,
después. Lo que pasa es que no sabíamos que habían minerales en
esa zona y está lleno de minerales.
Esas son las cosas que nosotros hemos aprendido a través de este
caminar, de más de 15 años, tratando de articular y articularnos. Que
lo que a veces parece imposible finalmente no lo es. Este proyecto
está paralizado. La empresa Valco, que es la minera de oro más
grande del mundo, hoy está prácticamente quebrada, no tiene dinero
para hacer funcionar este proyecto. Está demandada por los
accionistas porque todo el proyecto fue una mentira. La única
verdad, al parecer, es que ahí está el oro que les mostré. Pero el
resto nada. De manera que tenemos que considerar que, muchas
veces, efectivamente, lo último que hay que perder es la esperanza.
Y ahora quisiera que pudiéramos ver alguna de las demandas de las
comunidades en conflicto, de las comunidades en resistencia a los
proyectos mineros en el mundo:
¿Qué piden las comunidades?
Piden el respeto a la consulta de acuerdo al Convenio 169 de la
OIT. Eso a veces puede ser útil, pero puede ser insuficiente porque
en la mayoría de nuestros países, la minería tiene un estatus
especial. Y ese estatus especial está por sobre otros derechos. Por
eso decía: Cada derecho otorgado a una empresa minera es un
derecho restado a una comunidad.
La aplicación del principio de precaución. Esto es muy
interesante porque ha servido para motivar los argumentos de
resistencia de algunos de nuestros países. En Wisconsin, el gobierno
federal les dice a las mineras “Aquí se puede hacer minería, toda la
que quieran. Pero ustedes tienen que demostrar de antemano que el
proyecto que van a desarrollar ya existe, con las mismas
características, en otro lado y no haya causado daño ambiental, ni
social.” Ellos no prohíben la minería pero ponen esa condición y bajo
ella no se ha podido desarrollar ni un solo proyecto minero en ese
estado.
La zona de exclusión. No se debe hacer minería en las nacientes de
cuencas, nacientes de ríos, etc.
La zonificación ecológica y económica que va más o menos por el
mismo lado. Si vamos a afectar con minería otra actividad que ya ha
demostrado ser sostenible, entonces para qué.
La minería subordinada al agua y a la alimentación en la
6. legislación. Es una de las discusiones que se dio justamente en
Bolivia, la ley de minería. Claro, discutamos la ley de minería, pero
primero la del Agua, la de Soberanía Alimentaria, algunas otras y
después vemos la de minería.
La prohibición de la minería de oro. Hay suficiente oro sobre la
tierra. Si nosotros decimos “Minería para las necesidades humanas
fundamentales” podemos dejar de hacer minería de oro en los
próximos 200 años, o más. No es necesario. Y ahí, Eduardo Gudynas,
un investigador de Uruguay, tiene una propuesta y dice “Moratoria a
la minería de oro en América Latina” Búsquenlo, léanlo porque es un
artículo interesante, yo no estoy de acuerdo con todas las cosas, pero
sí el desafío es interesante. ¿Para qué seguimos haciendo minería de
oro, si nosotros no la necesitamos? No sólo no la necesitamos sino
que el daño que nos está haciendo es absolutamente terrible.
Minería social con control ambiental. O agrominería, se puede
discutir.
Moratoria. Derecho a decir no.
Son diversas demandas. Ahora el problema es que muchas demandas
nos dividen. Y nosotros hemos encontrado en la Red que cada
división nos debilita. Y en realidad tenemos que ponernos de acuerdo
en las cosas en las que estamos de acuerdo; y en las que no estamos
de acuerdo dejémoslas para después, así logramos convivir diferentes
visiones, todas de resistencia. Unas que planteaban una cosa, otras
que planteaban otra y así sucesivamente. Y hoy día nosotros estamos
apoyando todas estas opciones, en el convencimiento de que no
podemos perder un solo minuto en fortalecer la resistencia a la
minería. Porque mientras haya minerales bajo el subsuelo, van a
haber empresas para explotar. Y mientras nosotros más tiempo
perdamos en no articularnos y no fortalecernos, estamos muriendo
cada día.
Transliteración y edición por Tejido de Comunicación - ACIN