El 9 de mayo de este año, siete indios Kaingang fueron detenidos en el Estado de Río Grande do Sul, acusados de participar en la muerte de dos agricultores durante un conflicto por la demarcación de tierras en la ciudad de Faxinalzinho. De acuerdo con el relato de los abogados de los indios, las detenciones fueron efectuadas en forma irregular y con truculencia. Según ellos, las órdenes de detención no fueron presentadas en el acto de la detención, siendo presentadas sólo horas después, en la ciudad de Passo Fundo. De los siete presos, dos fueron liberados, por falta de elementos que justificasen una detención temporaria.
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Contradicciones e injusticias caracterizan detención de indios kaingang en río grande do sul
1. Contradicciones e injusticias caracterizan detención de indios
Kaingang en Río Grande do Sul
Adital
El 9 de mayo de este
año, siete indios
Kaingang fueron
detenidos en el
Estado de Río Grande
do Sul, acusados de
participar en la
muerte de dos
agricultores durante
un conflicto por la demarcación de tierras en la ciudad de
Faxinalzinho. De acuerdo con el relato de los abogados de los indios,
las detenciones fueron efectuadas en forma irregular y con
truculencia. Según ellos, las órdenes de detención no fueron
presentadas en el acto de la detención, siendo presentadas sólo horas
después, en la ciudad de Passo Fundo. De los siete presos, dos fueron
liberados, por falta de elementos que justificasen una detención
temporaria.
"Nosotros fuimos traídos acá y estuvimos muchas horas de pie,
esposados y con el rostro en la pared. De vez en cuando, un policía
federal pasaba, nos torcía los dedos y decía que íbamos a pagar por
todo lo que habíamos hecho”, relató Celinho de Oliveira, uno de los
presos.
Los cinco indios que continuaron detenidos -Deoclides de Paula,
Nelson Reco de Oliveira, Daniel Rodrigues Fuertes, Celinho de Oliveira
y Romildo de Paula- fueron trasladados hacia la Superintendencia
Regional de la Policía Federal, donde permanecieron hasta ser
transferidos al Presidio Estadual de Jacuí. En esa transferencia se
puede observar otra irregularidad, ya que el presidio de Jacuí está
destinado a albergar a condenados por el Poder Judicial, que no es el
caso de los líderes Kaingang, que fueron detenidos en forma
temporaria.
Los abogados de los Kaingang también relatan un intento de dificultar
el acceso a la investigación policial, que sólo fue puesta a disposición
por el delegado federal Mario Vieira días después, cuando ellos
(abogados) accionaron la Justicia Federal. Además, el delegado venía
dificultando también el acompañamiento de los abogados en algunos
procedimientos durante la investigación.
Vieira habría llegado a manifestarse en forma inadecuada con la
prensa, cuando tomó para sí el poder de juzgar y afirmó que los
2. culpables de las muertes eran los Kaingang; dijo también que ellos
quedarían presos por un período de 30 a 50 años. Además, declaró
que las detenciones eran un "regalo del Día de las Madres”.
Después de esta secuencia de hechos, Vieira fue denunciado al
delegado de la Policía Federal, Cesar Leandro Hubner, que el 14 de
mayo solicitó su alejamiento del caso. La decisión tomada se dio por
entender que Mario Vieira estaba actuando de manera parcial.
Lea el relato de los indios detenidos:
"Aquí somos muy bien tratados por los presos. Nosotros fuimos
traídos acá y estuvimos muchas horas de pie, esposados y con el
rostro en la pared. De vez en cuando, un policía federal pasaba, nos
torcía los dedos y decía que íbamos a pagar por todo lo que habíamos
hecho. Yo ni se porque fui detenido, no hice nada. El día del conflicto,
estaba con mi padre en Nonoaí, en el banco, en la Caixa Económica
Federal, él fue a sacar el dinero de la jubilación. Yo estaba con mucho
miedo y no sabía qué iba a ocurrir aquí dentro del presidio. Estaba
con mucha hambre y sed. Estuvimos mucho tiempo sin comer, sin
beber agua. Ellos nos separaron en dos grupos, yo (Celinho), Nelson
y Romildo fuimos llevados a la galería de los trabajadores del presidio
y Deoclides y Daniel fueron al ala de los evangélicos. Cuando nos
llevaban a la galería el miedo aumentó. Pero allí fuimos bien
recibidos. Los presos preguntaron si queríamos café y después
mandaron calentar la comida y nos dijeron que comiéramos. Después
nos dieron ropa, nuestra ropa estaba toda sucia. Aquí dentro nos
trataron con dignidad”. (Celinho de Oliveira)
"El personal aquí nos acogió muy bien. Todo lo sufrimos allá afuera,
en la policía, aquí fue todo lo contrario. Estábamos sólo con la ropa
en el cuerpo. Aquí, cuando llegamos, los presos procuraron ropa que
podría servirnos. Nos dieron pantalón, camisa, blusa, es que está
haciendo frío. Ellos nos dieron comida, nos trataron con respeto.
Puede decir allá a nuestras esposas que estamos bien. Sabemos que
ellas están sufriendo, que no saben lo que está ocurriendo, pero diga
a ellas que estamos bien. Que se mantengan firmes, esto va a pasar.
Sabemos que ellos querían detener a cualquiera de nuestra
comunidad, necesitaban rendir cuenta a la sociedad. Nosotros caímos
en una emboscada porque confiamos en las autoridades. Pero ahora
ellos precisan unirse (los Kaingang) aún más. No pueden aceptar
negociaciones. Si es necesario quedarnos aquí por 30 años, nos
quedamos. Yo soporto el peso de la injusticia, soporto la prisión,
aunque sea por 30 años, si a cambio nuestras tierras fuesen
demarcadas”. (Deoclides de Paula)
Con informaciones del Consejo Indigenista Misionero (Cimi)