3. Importancia del complejo de
Edipo
El complejo de Edipo es una noción central en
el psicoanálisis freudiano, estrechamente
relacionada con la sexualidad infantil, con el
complejo de castración, con la prohibición del
incesto, con la diferencia de sexos y de
generaciones.
Freud consideró que era al atravesar la fase
edípica cuando se producía la estructuración
de la personalidad y la orientación del deseo
humano; de ahí que esta teoría sea
considerada como la piedra angular del
psicoanálisis.
4. Subtemas
Fases del desarrollo de la
personalidad.
Mito de Edipo Rey donde Freud parte
para explicar la prohibición del
incesto, su universalidad y el
desarrollo que tiene dentro de las
culturas y el tiempo.
Desarrollo del complejo edípico según
en psicoanálisis.
Conclusión y opinión.
5. Fases de desarrollo de la
personalidad
La teoría de Freud del desarrollo de la
personalidad se concentra en la forma
en como satisfacemos el instinto
sexual, lo que Freud denominó como
libido.
A medida que madura el individuo, el
libido se centra en diferentes zonas
del cuerpo, cada una de las cuales
proporciona algún tipo de placer.
6. Fase oral (del nacimiento a los 18
meses): Los bebes experimentan el
placer succionando y tragando y al
aparecer sus dientes de leche obtienen
placer masticando y mordiendo.
Etapa anal (de los 18 meses a los 3
años y medio): el entrenamiento de
control de esfínteres tienen lugar justo
alrededor del momento en que los niños
derivan placer de excretar y retener
heces, debiendo aprender a regular este
nuevo placer. La fijación en esta etapa
causa conductas autodestructivas,
obstinación, mezquindad o exceso de
orden.
7. Fase Fálica (después de los 3 años): Los niños
descubren sus genitales y desarrollan un marcado apego
al padre del sexo opuesto, mientras que se vuelven
celosos del padre del mismo sexo., a lo que Freud
denominó COMPLEJO DE EDIPO. La fijación en esta
etapa conlleva a vanidad y egoísmo en la vida adulta, o
por el contario baja autoestima, timidez y minusvalía
Período de latencia (5 a 13 años): los niños pierden
interés en la conducta sexual y entran en este estadío; es
aquí donde los niños juegan con niños y las niñas con
niñas y no toman mucha importancia al sexo opuesto.
Fase Genital ( pubertad): Se despiertan nuevamente los
impulsos sexuales, donde el adolescente y el adulto
satisfacen deseos reprimidos en la niñez e infancia,
concluyendo así la maduración completa del desarrollo
psicosexual del individuo.
10. Desarrollo del complejo edípico
según en psicoanálisis
En La interpretación de los sueños, Freud postula que los conflictos
sexuales y amorosos están en la base de casi todas las neurosis
personales: sin tener en cuenta la alimentación, vivienda y vestimenta, para
el hombre surge la emergencia de su satisfacción sexual y afectiva.
La apetencia de las características anteriores combinadas la
denomina libido, y la misma se haría sentir desde la infancia. Freud y sus
seguidores sostienen que las manifestaciones de la libido son muy variadas,
pero que las reglas de la sociedad obligan a vigilarlas en un constante
acecho, sobre todo para preservar la base del conglomerado social: la
familia.
Las dos manifestaciones más inconvenientes de la libido resultarían por lo
tanto los deseos incestuosos y los homosexuales, como el que se plantea en
la tragedia de Sófocles.
11. Freud sostuvo que las primeras manifestaciones de la libido infantil
son de carácter bisexual. Pero a partir de los cinco años ya se
aprecian las diferencias sexuales, el niño advierte la diferencia del
cuerpo de su madre, además se le comienza a decir que cuando
crezca será como su padre, pero que por el momento no debe aspirar
a ser el primero en los afectos de su madre, es su padre quien ocupa
ese lugar privilegiado.
El problema de cómo sofocar los celos que el padre le suscita,
especialmente si su inteligencia le permite captar el triángulo amoroso
en que se encuentra encerrado. Durante esa etapa del desarrollo,
según el psicoanálisis, el niño -o la niña, en tensión de rivalidad
directa con su madre-, atravieso el dificultoso tramo edípico.
12. Freud, en Tres ensayos sobre la teoría
de la sexualidad asegura que en los
niños es recurrente la fantasía
incestuosa de expulsar y sustituir al
progenitor rival, es decir el padre para el
niño, y la madre para la niña, pero esas
ideas suscitan intensa culpa y temor al
castigo.
13. El conflicto se resuelve durante la adolescencia, cuando la adolescente o el
adolescente logran traspasar sus cargas afectivas del progenitor o la progenitora a
un muchacho o muchacha de su edad respectivamente.
Quienes han desarrollado una relación muy estrecha con el progenitor del sexo
opuesto -y su correspondiente e ineludible sentimiento de culpa, o técnicamente
complejo de Edipo-, se verán en peligro de proseguir toda su existencia con una
sensación de incomodidad ante cualquier experiencia sexual, puesto que
inconscientemente la asociarán con sus culposos deseos de incesto allá en la
infancia.
14. Conclusión:
Desde la perspectiva psicológica, se considera
primeramente una evaluación previa, para determinar si
un individuo se ha fijado en una de las etapas,
sobretodo en la etapa edípica, para considerar desde
allí si existe una patología.
Aunque una persona tenga un complejo edípico no
resuelto, esto no debe significar el desarrollo
inadecuado del individuo en un futuro, ya que la
importancia de la terapia es hacer conciencia en el
paciente de sus limitantes.
La desventaja aquí, es que la terapia no significará
nada si el paciente no hace conciencia de sus falencia
y un empeño por solucionar sus conflictos internos, por
ello la confianza que brinde el psicoanalista y la
determinación marcan el éxito en la terapia.
17. Bibliografía
Bodner, G. Grimalt, A.(1996) La situación
edípica y sus desafíos. Anuario Ibérico de
Psicoanálisis, IV.
Freud, S. (1892-99) Fragmentos de la
correspondencia con Fliess. Cartas Nos. 69,
70 y 71.
- (1905) Tres ensayos sobre una teoría sexual.
- (1908) Teorías sexuales infantiles.
- (1924) El final del complejo de Edipo.
Gutiérrez Terrazas, J. (1996) Complejo de
Edipo, amor y muerte. Anuario Ibérico de
Psicoanálisis, IV.
