La ética de la
virtud
• La idea de una ética de la virtud
responde a una tarea no solo
reflexiva de qué debemos y qué
no debemos hacer, sino que tiene
la intención de reflexionar y
analizar las conductas y las
costumbres en las sociedades.
7.1. ¿Cuál es el
bien del hombre?
• El ser humano que va en busca de su
bien o de aquello que puede hacerlo
feliz, tendrá que
aprender a vivir de acuerdo con la
virtud. […] Las virtudes se van
adquiriendo fuerza al practicarlas.
Ninguna de las virtudes
éticas se produce en
nosotros por naturaleza,
puesto que ninguna cosa
que esté por naturaleza se
modifica por costumbre
(Camps, 2017, p. 62).
7.1.1. La
ética de la
virtud y la
ética de la
acción
correcta
• Los griegos habían visto la razón como la fuente de
la sabiduría práctica; para ellos la vida virtuosa era
inseparable de la vida de la razón. Pero san
Agustín, pensador cristiano del siglo IV, que llegaría
a ejercer enorme influencia, desconfió de la razón
y enseñó que el bien moral depende de la
subordinación a la voluntad de Dios
• De este modo, es concurrente que
los filósofos medievales analizaran
las virtudes en el contexto de la ley
divina. De ahí la idea de unas
virtudes teologales de la fe, la
esperanza, caridad y, en
consecuencia, la obediencia como
eje central de las virtudes. Ya con
la llegada de la época moderna,
después del Renacimiento, los
filósofos no volvieron a pensar de
este modo. Y la ley divina pudo
ser reemplazada por la ley
moral.
• Ley moral según la cual no surge de una cuestión
divina o transcendental sino de la misma razón
del que surgen todas las reglas que especifican
qué acciones son correctas
Esto fue lo que llevó a los
modernos a plantearse qué
acción era correcta. A lo que
derivó en las siguientes formas:
• 1. Cada persona debe hacer aquello que mejor
promueva sus propios intereses (egoísmo
ético).
• 2. Debemos hacer aquello que promueva la
mayor felicidad y se tomen en cuenta las
consecuencias (utilitarismo).
• 3. Nuestro deber es obedecer las reglas que
pudiéramos conscientemente desear fueran
universales (deontologismo kantiano).
• 4. Lo correcto está en seguir aquello que se
encuentra en margen de un mutuo beneficio
(contrato social).
• De este modo, es difícil dar una última y
definitiva respuesta de qué acción es
correcta, pero hay algo en común en
todas las teorías éticas y es
que tratan de evitar que
alguien sea dañado o incluso
excluido de cualquier
contexto personal. Las
divergencias llevan ciertas
convergencias singulares, en donde el
ser humano siempre es eje de reflexión
7.1.2. ¿Hacia dónde se
encamina la reflexión moral?
• El problema de la posmodernidad, como modelo
diverso según el cual renuncia a la tesis de la
universalización, intenta traducir el
pensamiento en confrontación constante a lo
incompatible; no excluye los valores éticos,
sino que los mediatiza en la esfera del
espectáculo y lo insulso e intenta entretener
los sentimientos de la masa con base en las
lógicas de solidaridad por minutos, mas
luego parece estar en el desierto de ideales y
abunda la ausencia de los grandes fines.
7.2. La nueva visión de lo
humano: la posmodernidad
• La posmodernidad se caracteriza por ser una
reivindicación de lo individual que irrumpe, por
así decir, toda la tradición moderna de la
universalización. La posmodernidad no es
propiamente una época en la que hallamos una
determinación histórica, como etapa de la historia
es espacial antes que temporal. Es una
condición humana determinada,
reflexiona los rasgos propios humanos de
su condición
7.3. Ética del
cuidado
• La ética del cuidado es perfectamente
apropiada para describir las relaciones, y no
toma la obligación como algo fundamental,
tampoco sostiene que imparcialmente
promovamos los intereses de todos por
igual. Antes bien, es una concepción
de la vida moral como una red
de relaciones con otros
individuos. De manera que intenta
concebir formas de vidas relacionales con
las que podamos vivir bien y atender a los
agentes morales como personas que son
vulnerables y tienen necesidades que
cumplir
• La ética del cuidado pretende
eliminar cualquier perspectiva
de superioridad y en el que los
rasgos de humillaciones, que
aluden no solo a la vida
privada sino también
perceptible en la vida social,
sean superados.
7.4. Ética de la
diferencia o del otro
• Para Emmanuel Lévinas existe una teoría
ética que plantea una concepción de
responsabilidad, esto significa que
plantea una ética que apunta a la vida
humana. Ciertamente, es una filosofía de
corte tradicional judío, pues Lévinas fue
de ascendencia judía y fue educado en la
tradición; lo que pone de relieve es que
desde la perspectiva de una tradición en
específico se pueden rescatar aspectos
fundamentales para sustentar un ética
del cuidado y de los otros.
• Se trata de construir una ética
que entiende las diferencias
pero que, a su vez, entiende que
existen otros distintos al yo, esta
significación alude a la
expresión de un cara a cara. De
una relación que parte del otro,
de su rostro. “La relación de
alteridad parte de la capacidad
del rostro, de la mera presencia
del otro, de cuestionar los
poderes y la autoridad de la
conciencia del yo” (Navarro,
2007, p. 183).
7.5. Ética de la
responsabilidad
• La ética tenía que ver con el aquí y ahora. A cambio
de los antiguos imperativos éticos, entre los cuales el
imperativo kantiano constituye el
parámetro ejemplar “Actúa de tal modo
que el principio de tu acción se
transforme en una ley universal”, Jonas
propone un nuevo imperativo: “Actúa de tal modo
que los efectos de tu acción sean compatibles con la
permanencia de una vida humana auténtica”, o
expresándolo de modo negativo: “No pongas en
peligro la continuidad indefinida de la humanidad en
la Tierra”
7.6. Ética del
discurso
• La ética del discurso encuentra su
perspectiva en Apel Habermas, quien
desarrolló un carácter deontológico,
cognitivista, formalista y universalista, o
sea, se enfocó en el campo de la teoría
moral y por qué es una alternativa en la
solución de los problemas práctico-morales
en la convivencia social. Reconoció que
el ejercicio que trata la ética enfoca
sus fundamentos teóricos en la
propia teoría de la acción
comunicativa en el que se propone,
por tanto, que el entendimiento y el
acuerdo son posibles en la medida
que estén basados sobre las
cuestiones normativas
• La ética del discurso pretende ser
una reformulación de la
teoría moral respecto al
problema de la justificación
de la norma, en el sentido de
una teoría de la
comunicación lingüística. Lo
superlativo para la ética del discurso
no pretende manifestar imperativos
categóricos para fundamentar las
normas morales, sino que en su
ejercicio teórico se centra en el
procedimiento de la argumentación
moral.
7.7. Ética de la
justicia
• Cuando la justicia está castigando a alguien,
lo está haciendo porque ha violado o fallado
en sus acciones. El tema del castigo es solo
una parte de la justicia, y del que surgen
cuestiones y temas de justicia por el trato
distinto o diferente a alguien.
• Una sociedad justa, según nuestra
concepción, sería una en la que la
gente pudiera mejorar su puesto por
medio del trabajo (con
oportunidades de trabajo
disponibles para todos), pero no una
en la que algunos consiguen puestos
superiores simplemente porque han
nacido afortunados
7.8. El
pragmatismo
• El pragmatismo es una posición que
toma sesgo en el escepticismo, pues
abandona el concepto de verdad y
da un sentido de concordancia entre
el pensamiento y el ser.
• Para el pragmatismo, la verdad
aparece limitada en el sentido de
que lo verdadero es
aquello útil, valioso o
fomentador de la vida.
• El problema radical del
pragmatismo, y que no ha
podido reflexionar, es que no se
da cuenta de sus problemas
lógicos que ello implica, ya que
el pensamiento y el
conocimiento están en estrecha
conexión con la vida, pero esta
estrecha relación no debe, al
menos, inducirnos a pasar por
alto la autonomía del
pensamiento y hacer una mera
función de la vida