PROGRAMA SEMANA SANTA 2024 para la parroquia san Antonio de Padua de Coro....pdf
El arrepentimiento
1. El Arrepentimiento
Arrepentimiento es una palabra pasada de moda, no muy usada por los modernistas
de nuestros días. El verdadero arrepentimiento y la convicción verdadera son
inseparables y son producto de un avivamiento espiritual en el corazón - una obra de
regeneración por medio del Espíritu Santo; pues, una vida espiritual precede un
comportamiento espiritual.
Arrepentimiento Común es aquel pesar y desconfianza que se manifiesta en una
persona después de haber hecho algo indebido. Este arrepentimiento surge del miedo
al castigo denunciado en contra del pecado, pero no es acompañado con el odio o
desprecio al pecado y al egoísmo. Esta persona tal vez podría lamentar haber cometido
una falta, pero no sentirá remordimiento de que ellos han ofendido a un DIOS SANTO.
El arrepentimiento natural teme al infierno y tiene miedo al castigo, porque aun los
criminales están tristes al enfrentarse con el castigo, pero la tristeza en sí no es el
arrepentimiento verdadero.
Note algunos ejemplos del arrepentimiento común según las Escrituras: Esaú, en su
desesperación se arrepintió y lloró (Génesis 27:38; Hebreos 12:17) y Judas del mismo
modo se arrepintió (Mateo 27:3). Esaú y Judas se arrepintieron, pero ellos no tuvieron
“arrepentimiento para vida” (Hechos 11:18). Esaú fue aborrecido por Dios (Romanos
9:13) y Judas es llamado “diablo” (Juan 6:70). Ellos no eran de las ovejas de Cristo
(Juan 10:26-27). Un arrepentimiento producido por Dios no es solamente la confesión
del pecado (Éxodo 10:16-17). El verdadero arrepentimiento no es solamente confesar
que Jesús es el Hijo de Dios (Mateo 8:28-29). Arrepentimiento no es solamente corregir
la conducta (Mateo12:43-45). Arrepentimiento no es solamente llorar en los funerales al
darnos cuenta de la muerte de nuestros seres queridos o niños. Eso sólo despierta
nuestras emociones y sentimientos.
¿Qué Significa el Arrepentimiento?
El arrepentimiento que nos salva se realiza en el corazón renovado a través del poder
del Espíritu Santo, con el cual una persona se da cuenta de su lastimoso estado de
pecaminosidad. La tristeza por haber ofendido a Dios le humilla (2 Corintios 7:9-10) y le
hace aborrecerse a sí mismo y rogar por el perdón de Dios (Job 42:6). El
arrepentimiento verdadero consiste de tres cambios:
1. Un Cambio de Mentalidad: El relato en Lucas 15:11-24 generalmente se llama
La Parábola del Hijo Pródigo, y nos muestra un cambio de mentalidad, lo cual es
el significado esencial del arrepentimiento en la Biblia. El hijo pródigo pidió a su
padre la parte de los bienes que le correspondían y “se fue lejos a una provincia
apartada, y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente”, pero ahora, al
regresar, ¡él es realmente diferente! Note las palabras del hijo en el versículo 21:
“Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno
de ser llamado tu hijo”. ¡Vea el cambio! Mire también los siguientes pasajes que
señalan un cambio de mentalidad (Mateo 21:28-32; Hechos 2:37-41).
2. 2. Un Cambio de Sentimientos: La religión sin emoción es religión sin vida.
Muchos quieren gozarse de las promesas de Dios, pero nosotros realmente no
podemos regocijarnos hasta reconocer nuestros pecados y entristecernos
profundamente de corazón por haber ofendido a Dios. Entonces nos
contristamos por causa de nuestros pecados y lloramos amargamente (2
Corintios 7:9-10).
3. Un Cambio de Propósito: Lucas15:18-20 relata el propósito nuevo del hijo. “Me
levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.
Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; Hazme como a uno de tus jornaleros. Y
levantándose vino a su padre”. La Biblia dice: “Deje el impío su camino” (Isaías
55:7). “Mas el que confiesa y se aparta (de sus pecados) alcanzará misericordia”
(Proverbios 28:13). El apóstol Pablo amonestó: “…os convertisteis de los ídolos
a Dios...” (1 Tesalonicenses 1:9). Los hombres deben convertirse “de la potestad
de Satanás a Dios” (Hechos 26:18). De esclavos del pecado, podemos llegar a
ser siervos de Cristo cuando el Omnipotente nos libere del dominio del diablo (2
Timoteo 2:25-26).
¿Cómo se produce el arrepentimiento en la vida de una persona?
El arrepentimiento es un regalo de Dios. Él en su Palabra dice: “De manera que
también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida” (Hechos 11:18). Los
pecadores primero deben pasar de muerte a vida. El Espíritu Santo es quién da la vida
al pecador contristado (Juan 6:63). Ningún pecador por sí mismo puede arrepentirse
sin contar primero con el poder de Dios. Nuestra salvación es totalmente por la gracia
de Dios de principio a fin, incluyendo el regalo del arrepentimiento (Hechos 5:31; Salmo
3:8 y Jonás 2:9).
¿Cuáles son los resultados del arrepentimiento?
“Así que arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados...”
(Hechos 3:19). El arrepentimiento, según las Escrituras, reverencia a Dios, odia el
pecado y comprime el corazón del pecador. Cuando la salvación por la gracia de Dios
renueve su alma por medio del Espíritu Santo, un pecador está preparado para ver y
percibir su pecado. Él se aflige y se humilla ante Dios y esto no es solamente por causa
del castigo a su pecado, sino porque Dios ha sido deshonrado y ofendido, sus leyes
han sido violadas y ahora el pobre pecador se da cuenta que su propia alma es
contaminada y mancillada. ¡El ahora tiene un desprecio al pecado y ama la santidad!
Si una persona puede arrepentirse sólo cuando Dios lo concede, ¿por qué
predicar sobre el arrepentimiento?
En primer lugar, Lucas 24:47 nos manda así: “Y que se predicasen en su nombre el
arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde
Jerusalén”. En segundo lugar, el mensaje de los profetas fue “el arrepentimiento”. Juan
el bautista predicó “el arrepentimiento” (Mateo 3:8). Cristo predicó lo mismo (Mateo
4:17; Marcos 1:15). El mensaje proclamado en el día de Pentecostés fue de “Cristo y el
3. arrepentimiento” (Hechos 21), así como también en todo el Nuevo Testamento. “Pero
Dios... manda a todos los hombres en todo lugar que se arrepientan” (Hechos 17:30).
Moisés viajó con el pueblo de Israel por el desierto y llegando a Mara encontraron las
aguas amargas. Entonces Dios ordenó a Moisés que echara el árbol en las aguas y
cuando Moisés le obedeció, “las aguas se endulzaron” (Éxodo 15:22-25). ¿Fue el árbol
la causa del endulzamiento de las aguas o fue por la obediencia de Moisés? Ni lo uno
ni lo otro; fue Dios la causa de que las aguas amargas se endulzaran. Tampoco es
nuestra obediencia de predicar el arrepentimiento que produce dicho arrepentimiento,
pero es Dios y sólo Dios quién es el Autor como tal, quién concede el arrepentimiento a
su pueblo por amor a ellos.
“Convertíos y volveos de vuestros ídolos” (Ezequiel 14:6).
“Os digo: no, antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente” (Lucas 13:3, 5).