BITÁCORA DE ESTUDIO DE PROBLEMÁTICA. TUTORÍA V. PDF 2 UNIDAD.pdf
La escuela inclusiva que expulsa
1. La Escuela Inclusiva que expulsa
Por W. Augusto Wayar
Mucho se ha hablado de la Escuela Inclusiva, y aún hoy se sigue sosteniendo este dogma,
cuando en realidad lo que está haciendo es expulsar y marginar cada vez más a los ciudadanos.
Mal que nos pese, es aceptado mundialmente que un grupo de personas quedará fuera
del sistema; del sistema económico, del sistema productivo, del sistema educativo; y el gran
dilema toda política y de los hombres (al menos los que conservan valores morales), es como
hacer para que ese grupo sea lo más reducido posible.
Si bien es una realidad palpable que en la Argentina la exclusión y marginalidad vienen
aumentando hace muchos años, los números que hoy tenemos en la Argentina son aterradores.
Más aterradores resultan para quienes tienen más de cincuenta años, y conocieron otra
Argentina; una Argentina sin inseguridad, una sociedad con números de pobreza muy bajos, una
Argentina con movilidad social, donde el hijo del obrero podía llegar a ser profesional y vivir de
ello.
Las estadísticas que hoy se muestran, nos dicen que un 32% de la población vive en la
pobreza, que el 40% de los adolescentes no termina el ciclo secundario en tiempo y forma, y que
los estudiantes que terminan la secundaria tienen serios problemas de escritura y comprensión de
textos. De hecho, la Universidad de Buenos Aires ha debido organizar cursos de lecto-escritura
para que los jóvenes estudiantes que ingresan a la facultad puedan comprender los textos de
estudio.
También sabemos que en las universidades donde existen exámenes de ingreso, más del
50% de los postulantes fracasan en su intento, y es un hecho que también se viene dando desde
larga data.
Mientras estos son datos de nuestra realidad, también es un hecho que desde hace ya
algunos años se ha instalado la idea a de que la escuela es un lugar de contención de niños y
2. adolescentes, donde no sólo ingresan a adquirir saberes, sino también a recibir comprensión,
acompañamiento, asegurarles que tengan la mínima alimentación; y al mismo tiempo, un lugar
donde se formen ciudadanos independientes, inquisidores, que tengan auto decisión, y
pensamiento crítico.
Era necesario dejar de lado la vieja escuela, autoritaria, enciclopedista, formal, que no
analizaban la situación personal de cada alumno, donde no se permitía la existencia de centros de
estudiantes, que no autorizaba el cuestionamiento de las reglas de la escuela, y que sancionaba
con amonestaciones las inconductas, llegándose incluso a la expulsión de los centros educativos.
Según se decía, era una escuela excluyente, rígida, que expulsaba a alumnos y no les daba
oportunidad.
Para lograr la nueva escuela, se eliminaron las amonestaciones, se establecieron gabinetes
psicológicos dentro de las escuelas para atender los problemas personales y generales de la
población educativa, y se resolvió armar entre todos (directivos, alumnos, docentes y padres) un
Reglamento de Convivencia. Si algún alumno violaba las reglas que él mismo había creado, se lo
llamaba a la reflexión; con la participación del Gabinete Psicológico se lo ayudaba a que
comprenda su falta, que revea su actitud, y que haga un examen de conciencia de sus actos. De
ninguna manera se permitirían amonestaciones ni expulsiones. Si por alguna razón el alumno no
tomaba conciencia y violaba continuamente el Reglamento de Convivencia, los directivos debían
ubicarlo en otra escuela, porque de ninguna manera podía dejarse al alumno fuera del ámbito
escolar.
Para lograr la contención y que el alumno se sienta cómodo y de esta manera evitar la
deserción escolar, se flexibilizaron las exigencias aumentando el número de fechas de examen
para las materias pendientes; se aumento el número de materias que el alumno podía adeudar
para pasar de año; si no aprobaba la materia durante el año escolar, solo debía rendir los temas
del cuatrimestre no aprobado y no todo el programa como era antes. En algunos casos se
eliminaron los aplazos, porque eso era estigmatizar a los niños y jóvenes que no aprobaban (por
incomprensión o falta de estudio).
3. En la nueva escuela, los profesores dejarían de tener la autoridad de otrora y serían
evaluados y cuestiones por los directivos, por los Padres, por la sociedad, y hasta por los mismos
alumnos.
Obviamente todo esto terminó en un caos educativo; sin reglas, sin premios ni castigos, sin
alumnos repitentes, con profesores severamente cuestionados y hasta golpeados por Padres y
alumnos.
Las estadísticas comenzaron a mostrar un serio deterioro en el nivel educativo, y que la
nueva escuela inclusiva, contempladora, contenedora, de amplia libertad, flexible, participativa,
no podía evitar la deserción estudiantil cada vez mayor.
Se redoblaron entonces los esfuerzos para no volver a la vieja escuela autoritaria, y se
aumentaron las posibilidades de examen para que los alumnos completarán su sus cursos
respectivos, y para que esto no fuera tan exigente, se estableció que debían recuperar sólo la
parte nodal del trimestre que no hubieran aprobado. Se eliminó el sistema de exámenes, ya que
generaba un stress innecesario en los jóvenes, y el alumno a cambio, debía cumplir con la
asistencia y las metas establecidas por el profesor, en el llamado “período de recuperación” de
diciembre y marzo del respectivo año.
A su vez a los profesores, se les exigía ser más creativos, de manera tal que puedan
contener a los alumnos, captar su atención, incentivarles la emoción de aprender los
conocimientos de la materia que dictaban. Por otra parte, se les hacía sentir la presión de que la
creciente deserción estudiantil, dejaría sin alumnos las aulas y se cerrarían cursos, con la
consecuente pérdida de las fuentes de trabajo.
Y esta es la escuela que tenemos hoy; con estas reglas y este modus operandi.
Han pasado más de 25 años de este proceso y la “Nueva Escuela”, y los alarmantes
resultados dan cuenta del fracaso rotundo de la educación en los tres niveles
La llamada escuela inclusiva, de la que todos hablan, demuestra ser hoy una escuela
excluyente que margina a las personas de la sociedad
4. Los excluye en la escuela secundaria porque no los puede contener. Muchos se auto
excluyen al no poder acostumbrarse al desorden en las aulas, las faltas de respeto entre los
alumnos y hacia los profesores, la falta de límites, los premios y castigos. Otros se reconocen como
una minoría que intenta aprender y ser mejores, en contra de una mayoría que sabe que sin
esfuerzo logrará igualmente pasar de año, obtener su título, y si fracasa en la Universidad o en la
vida laboral por falta de preparación, sabe que igualmente sobrevivirá porque habrá un Estado
que lo contenga. Para muchos el mundo es tan pequeño como sus aspiraciones, y no va más allá
del medio circundante en el que viven, y estamos hablando de un 34% de la población que vive en
la pobreza, o peor aún en asentamientos y las llamadas villas miseria.
Los planes de ayuda social, excepcionales en su origen y surgidos con la idea de sostener a
los nuevos marginados el sistema, se transformó en una regla y se impusieron de manera
permanente, no existiendo visos de que esta política fuera a cambiar en algún momento.
Obviamente, todo adolescente que termina el secundario pretende trabajar o ingresar a
la Universidad, y se topa con la realidad de que no está en condiciones de afrontar las exigencias
de un nivel universitario, y tampoco tiene la capacidad laboral necesaria que el mercado privado
exige
Ante esta situación, el Estado ha absorbido a un grupo grande de ciudadanos que el mismo
Estado se ocupó de excluir, lo que da por resultado una Argentina con mayor cantidad de
empleados públicos que privados. Esto también resulta en un gran problema para el Estado, el
cual se ve sobredimensionado y con una falta de capacidad en sus agentes, dando como resultado
un Estado burocrático e ineficiente
El Estado termina conteniendo a los excluidos de la escuela, o los absorbe como
empleados públicos. Hombres y mujeres de buena fe ingresan al Estado intentando abrazar, de la
manera que sea, alguna salvación. Pero la buena fe no alcanza para generar cambios productivos,
para lograr bienestar
Al cabo de 25 años, tenemos generaciones de niños y adolescentes, que jamás vieron
trabajar a sus padres ni abuelos.
5. La sociedad tiene hoy un problema serio, cual es la falta de operadores sociales, y el
movimiento social de clases, básico en toda sociedad que se desarrolla y progresa.
Existen el Argentina casos emblemáticos como la provincia de Formosa, o algunas otras
ciudades de todo el país, donde la mayoría de los ciudadanos ha quedado marginado de la
sociedad y no tienen posibilidades de insertarse productivamente, porque han perdido los mas
básico que es la educación, la posibilidad de leer y entender, de comprender, de analizar lo que le
están diciendo.
En algunos casos hay quienes intentan cambiar las cosas, pero se encuentran que no
cuentan con personas capaces para realizarlas; personas con buena fe en su gran mayoría, pero
con falta de conocimiento y capacidad de gestión. Así gestamos una sociedad dividida, donde sus
gobernantes (y familiares) se perpetúan en el poder político y económico, logrando un apoyo cada
vez mayor, de una sociedad que no lee ni entiende, maniatada a un plan o ayuda social, esperando
la promesa de un cambio que no llega ni nunca va a llegar.
Con este nivel de degradación obviamente la solución debe ser tan grande como el daño
generado. Es necesario aumentar las horas de educación en primaria y secundaria, incorporar
tareas extra programáticas, proyectos educativos productivos, que los niños y adolescentes pasen
más horas en la escuela a fin de recrear el hábito del estudio, de la constancia, del esfuerzo, y en
un futuro por ahora lejano buscar la excelencia educativa.
Premiar con becas muy altas a aquellos alumnos de escuelas públicas que hayan
sobresalido en sus estudios. Establecer centros educativos en los corazones de las villas para
cambiar hábitos de vida, ganándole espacio a la desocupación, narcotráfico y mafias organizadas.
Establecer premios y castigos; entender que cuando se pone una baja nota no se está
perjudicando, ni estigmatizando, ni desalentando al alumno, sino que es solo un llamado de
atención para reencausar una conducta.
Finalmente, es fundamental y prioritario dignificar la figura del profesor, devolver su
autoridad ante los alumnos y la sociedad. Los profesores son la estructura del sistema educativo.
Si los directivos desacreditan a los profesores, si los padres lo hacen, si los alumnos lo hacen; es
6. imposible pensar un sistema educativo que funcione, porque la base estructural no puede
sostener nada.
Todos rememoramos a aquel maestro de antaño, orgulloso de su profesión, con amplios
conocimientos, respetado y dignificado (pobre como maestro de escuela), pero con un sentido de
vocación tan grande como el agradecimiento y motivación social que recibía
Tanto descrédito durante tantos años, nos han llevado en muchos casos al maestro de
hoy, que solo cumple con su horario, falta por demás, carece de motivación pedagógica, y que ha
encontrado en épocas difíciles de nuestro país, un salario seguro.
Y este es el principio del camino: respaldar a nuestros Profesores, para que se sientan
acompañados, partes de un equipo, motivados para enseñar, deseosos de aprender, de
perfeccionarse, de dar lo mejor de cada uno, y aceptar los desafíos, por más grandes que estos
sean.
Los Profesores en sus claustros y nosotros en nuestro ambiente tenemos una tarea diaria
que debe comenzar hoy:
“Incentivar para sacar lo mejor de cada uno”.
Prof. W. Augusto Wayar
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7. imposible pensar un sistema educativo que funcione, porque la base estructural no puede
sostener nada.
Todos rememoramos a aquel maestro de antaño, orgulloso de su profesión, con amplios
conocimientos, respetado y dignificado (pobre como maestro de escuela), pero con un sentido de
vocación tan grande como el agradecimiento y motivación social que recibía
Tanto descrédito durante tantos años, nos han llevado en muchos casos al maestro de
hoy, que solo cumple con su horario, falta por demás, carece de motivación pedagógica, y que ha
encontrado en épocas difíciles de nuestro país, un salario seguro.
Y este es el principio del camino: respaldar a nuestros Profesores, para que se sientan
acompañados, partes de un equipo, motivados para enseñar, deseosos de aprender, de
perfeccionarse, de dar lo mejor de cada uno, y aceptar los desafíos, por más grandes que estos
sean.
Los Profesores en sus claustros y nosotros en nuestro ambiente tenemos una tarea diaria
que debe comenzar hoy:
“Incentivar para sacar lo mejor de cada uno”.
Prof. W. Augusto Wayar
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