2. Introducción
• En el marco del imperialismo inglés, los
intereses comerciales de la metrópoli entraron
en conflicto con la población boer (primeros
colonos de origen holandés). Durante
prácticamente todo el siglo XIX, se vivió una
relación tensa, pero sin llegar a mayores. El
descubrimiento de oro y diamantes en la
región, catapultó el conflicto que llevó a la
Guerra de los Boers.
3. Antecedentes:
• En 1890, Cecil Rhodes era el primer ministro
de la Colonia del Cabo. Rodhes, era un
importante defensor de la política
expansionista del imperio. El objetivo del
gobierno inglés era consolidar "una África
inglesa desde el Cabo hasta el Cairo". Pero las
dos pequeñas repúblicas origen boer (el
Transvaal y el Estado Libre de Orange) se
interponían.
4. • Al descubrirse diamantes y oro en territorio de
Transvaal aumentó el interés en África del Sur.
Pero los gobernadores de Transvaal se
negaron a aprobar la instalación de
corporaciones mineras. Comenzaron,
entonces, las operaciones de los ingleses en
busca del conflicto bélico.
5. • La tensión llegó a su clímax durante la llamada
“incursión de Jamenson”. En diciembre de
1895. Leander Jameson y sus policías
incursionaron en Transvaal, e intentaron
provocar un levantamiento de trabajadores
ingleses expatriados (Uitlanders). El
presidente de Transvaal derrotó fácilmente a
los invasores, sin que éstos cumplieran su
objetivo.
6. • Pero a partir de esto, la tensión entre Boers y
uitlanders aumentó. Ambos estados Boers
renovaron una alianza defensiva y presentaron
un ultimátum a los ingleses de Colonia del
Cabo. Los británicos lo rechazaron y la "Guerra
de los Boers" estalló el 11 de octubre de 1899.
8. Guerra
• La avasalladora superioridad de hombres y
tecnología del ejército de Inglaterra se impuso
sobre las recién formadas repúblicas Boers.
Hacia mediados de 1900, la guerra entre
ejércitos había sido ganada por los británicos.
Pero se mantenían a la defensiva grupos
guerrilleros Boers, que fueron derrotados
recién en 1902.
10. • En 1902, se firmó el Tratado de Vereeniging.
En él los Boers debieron aceptar el dominio
británico, aunque con posibilidad de lograr el
autogobierno más adelante. En 1910,
Inglaterra creó la Unión de Sudáfrica, que
incluía la Colonia del Cabo, el Estado Libre de
Orange, el Transvaal y Natal. La Unión de
Sudáfrica recibió una "semi-independencia",
siguiendo el modelo del Dominio del Canadá.