Este documento discute el envejecimiento acelerado de la población en México y la Ciudad de México en particular, debido a las tasas decrecientes de natalidad y el aumento de la esperanza de vida. Aunque existen programas de asistencia, la investigadora señala que México carece de una política pública clara para los ancianos. En su lugar, se han aplicado estrategias asistencialistas que no toman en cuenta las necesidades y opiniones expresadas por los propios adultos mayores. Se requiere una política que permita a los ancianos
Factores que intervienen en la Administración por Valores.pdf
Existe una política pública hacía los ancianos
1. P O L Í T I C A S P Ú B L I C A S 1
F A C U L T A D D E C I E N C I A S S O C I A L E S
U N I V E R S I D A D A U T Ó N O M A D E C A M P E C H E
D R . A R M A N D O A N A Y A H E R N Á N D E Z
¿EXISTE UNA POLÍTICA
PÚBLICA HACÍA LOS
ANCIANOS EN MÉXICO?
2. ENVEJECER EN MÉXICO: CONDICIONES DE
VIDA Y SALUD
• México está
experimentando un
cambio demográfico sin
precedentes que se
advierte en un aumento
acelerado de la
población que
envejece, a
consecuencia del
descenso en la tasa de
natalidad y el aumento
en la esperanza de vida.
3. ENVEJECER EN MÉXICO: CONDICIONES
DE VIDA Y SALUD
• Los estudios
demuestran que la
tasa de natalidad, que
ha disminuido
notablemente desde
1960, seguirá
disminuyendo en las
décadas por venir y los
rápidos avances en las
condiciones de vida, la
salud y la tecnología
están prolongando la
esperanza de vida
entre la población
mexicana de edad
avanzada.
4. ENVEJECER EN MÉXICO: CONDICIONES DE
VIDA Y SALUD
• Una población que envejece cada vez más rápido puede
ejercer presión sobre los sistemas de pensiones y los servicios
de salud tradicionales.
• Es de suma importancia que tanto las autoridades
encargadas de la formulación de políticas, como el sector
privado y los ciudadanos comprendan la complejidad del
fenómeno del envejecimiento de la población en México.
5. ACOTANDO EL PROBLEMA
• La investigadora Denhi Rosas Zárate, de la Facultad de
Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM,
declaró que la Ciudad de México es una urbe con
población envejecida en la que los gobiernos local y
federal han aplicado, a través de la historia, estrategias
asistencialistas y no políticas públicas para adultos
mayores.
• Con datos del INEGI de 2010 y de la Encuesta Nacional
sobre Discriminación de 2005, la académica perfiló la
problemática del envejecimiento en la capital del país.
“En el DF viven un millón de adultos mayores y 800 son
centenarios. No sólo son personas de 60 años o más,
sino que hay una tendencia a la longevidad, con
sujetos que llegan a los 100 años en condiciones de
fragilidad, dependientes y sin autonomía”.
6. ACOTADO EL PROBLEMA
• El 70 por ciento de ese grupo es casado y aún vive
su pareja.
• El 44 por ciento son mujeres en condiciones de
vejez y pobreza, pues pertenecen a una
generación que no se jubiló ni recibe pensión
porque su trabajo no fue formal, sino doméstico.
• “Es un asunto que el gobierno debe abordar desde
una perspectiva de género; la política laboral
debe ser integral y vinculada a las necesidades de
esa población”.
7. ACOTADO EL PROBLEMA
• El 27 por ciento de los adultos mayores aún está activo y
trabaja en la informalidad. Pocos (34 por ciento) son
pensionados o jubilados. “Eso implica gran
responsabilidad de las autoridades para darles
seguridad social, de ahí el éxito de la pensión universal
que mensualmente reciben en la Ciudad de México”.
• Para 2050, se prevé que uno de cada cuatro habitantes
del DF será anciano. Con una población envejecida, las
necesidades serán específicas y se presentarán en
todos los niveles (económico, social, cultural y servicios
de salud), por lo que habrá que fortalecer y crear redes
familiares y comunitarias con el gobierno local y federal,
organizaciones no gubernamentales y otras
instituciones.
8. IDENTIFICACIÓN DEL PROBLEMA
• La investigadora afirma que aunque existen
programas de asistencia y beneficencia no hay
una política pública clara para los ancianos. Se
requiere de una política pública que posibilite que
los adultos mayores tomen decisiones y digan qué
requieren. El problema está en que en cambio, en
las acciones de las autoridades participan actores
de la academia y de instituciones del país, pero no
ancianos, lo que parcializa la realidad.