Nuestro interés por los productos naturales se
inicia frecuentemente por los intentos para aislar y
clarificar el factor fisiológicamente activo de origen
animal o vegetal, como ocurrió con los
descubrimientos y las investigaciones sobre la
morfina (1806), las penicilinas (1939).
Aproximadamente la mitad de las medicinas que
actualmente se usan son productos naturales, p.ej. los
alcaloides, y los antibióticos, o análogos sintéticos. Por
todo ello, se emplea frecuentemente una clasificación que
representa la actividad fisiológica, como p.ej. las
hormonas, vitaminas, antibióticos y micoxinas. Aunque los
compuestos que pertenecen a cada grupo tienen diversas
estructuras y orígenes biosintéticos, ocasionalmente se
encuentra una estrecha correlación entre tales aspectos y
la actividad.
Por ejemplo, entre las variaciones estructurales encontradas en esteroides, los que exhiben
actividad cardiotónica (cardenolidas y bufadienolidas) se caracterizan en primer lugar por una
unión cis entre los ciclos, en segundo lugar por la presencia de un resto de azúcar en C-3 y, en
tercer lugar, por la existencia de una lactona conjugada de 5 ó 6 miembros en C-17.