Este documento describe cómo la conductividad eléctrica del suelo puede usarse para obtener información sobre las propiedades del suelo en viñedos. Se usa un sensor electromagnético llamado EM38 para medir la conductividad eléctrica del suelo, la cual está relacionada con factores como la humedad, salinidad, materia orgánica y textura del suelo. Los datos recogidos permiten generar mapas de conductividad para cada parcela que pueden usarse para zonificar el suelo y planificar el muestreo y riego.
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Durante los últimos años tecnologías
diversas para toma de datos ambientales se
han introducido en el mundo de la viticultura.
Datos meteorológicos, vigor de la vegetación
y humedad relativa del suelo son algunos
datos utilizados de forma habitual, también
la calidad y diversidad de un suelo pueden
llegar a definir el éxito o fracaso de un
cultivo, por ello es necesario obtener
información edáfica que ayude desarrollar y
gestionar los viñedos.
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La conductividad eléctrica del suelo es una
propiedad del suelo que está relacionada con
variables agronómicas, textura del suelo, humedad,
salinidad, materia orgánica y otras características
del subsuelo
La conductividad es la capacidad de un material
para transmitir la corriente eléctrica, se expresa en
miliSiemens/metro (mS/m); el hecho de trabajar con
una medida cuantitativa permite comparar valores
en diversas parcelas.
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A continuación se enumeran algunas variables edáficas que generan
variaciones en la conductividad; es importante tener en cuenta que
generalmente las variaciones no sólo son provocadas por uno de los
factores
Humedad: Zonas secas y húmedas tienen diferencias texturales
significativas.
Capacidad de intercambio catiónico: Relacionado con porcentaje
de arcilla y materia orgánica (la conductividad aumenta con
mayores porcentajes de arcilla y materia orgánica)
Profundidad del suelo
Salinidad: Alta concentración de sales disueltas es fácilmente
detectable a través de la conductividad eléctrica
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Argongra suele trabajar
con el sensor
electromagnético EM38,
diseñado para
ser especialmente útil en
trabajos de campo, puede
cubrir grandes
áreas rápidamente sin
necesidad de electrodos a
tierra y por tanto sin
contactar con el suelo.
Calibración EM 38
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Las mediciones se realizan
de forma continua,
transportando el dispositivo
con mango o arrastrado por
un quad (apoyado en trineo).
Simultáneamente se
almacenan los datos en un
dispositivo móvil de forma
conjunta con los datos de
GPS.
EM 38 en funcionamiento
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Los datos recogidos son transferidos a un ordenador personal y
procesados para generar un fichero vectorial de tipo shape que
permita la realización de un análisis geoestadistico parcela por
parcela.
Pasadas realizadas con el EM 38
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Los datos brutos son procesados
de forma conjunta en aquellas
parcelas que se encuentran
próximas y conservaban la misma
orientación de las cepas.
Son generados ficheros en formato
GRID o TIF listos para utilizarse en
cualquier Sistema de información
Geográfica.
El valor del píxel en las imágenes
corresponde con el de la
conductividad en mS/m y se
distribuyen en una malla de 2.5 x
2.5 metros de resolución
aproximadamente.
Resultados tras análisis geoestadístico de los datos
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Estos resultados permitirán :
Delimitar diversas zonas dentro de una parcela o separar parcelas en
grupos con diferentes propiedades (textura, materia orgánica,
condiciones de drenaje…etc.) a partir de los datos de conductividad.
Planificar un muestreo estratificado partiendo de la zonificación que
nos dan los mapas de conductividad, esto permitirá un ahorro en la toma
de muestras así como una delimitación o zonificación más precisa del
suelo.
Estudiar relación de valores de conductividad con variables
agronómicas tanto a nivel intraparcelario como entre diferentes parcelas.
(grado, fecha envero, Kg … etc)
Apoyar en la planificación de drenajes ya que la acumulación de agua
es uno de los factores que más influye en las variaciones de
conductividad.