1. RELATORIA:
Finol, José Enrique y Montilla Aura M. [joseenriquefinol@cantv.net].
RITO Y DISCURSO: CUERPO, ENFERMEDAD Y MUERTE EN DOS
TEXTOS. [En línea]. En Lingua Americana, Nº18, Enero de 2006; pp 77-
105. Disponible en
[http://revistas.luz.edu.ve/index.php/lin/article/viewfile/8813/8448].
Consulta: 26 de junio de 2012.
RITO Y DISCURSO: CUERPO, ENFERMEDAD Y MUERTE EN DOS
TEXTOS.
Por: Camila Andrea Castaño Bermúdez, kmila_1013@hotmail.com,
grupo 3.
Este artículo escrito por José Enrique Finol y Aura Montilla, trata del
proceso que lleva un ser humano hasta llegar a la muerte. En una
situación de la vida cotidiana, se puede tener una molestia física,
ocasionada por una una enfermedad que finalmente puede llevar a la
muerte y luego llega el funeral que es todo un rito, lo explican mediante
dos textos que narran la muerte de dos personas. Aquí se pretende
evidenciar cómo el status social de una persona cuando muere dice
quien fue para la sociedad o qué lugar ocupó en ella, tomando como
ejemplo al papa Juan Pablo II, su muerte, sus peticiones y su funeral.
Finol y montilla, afirman que dentro del rito mortuorio, Se establecen
paradas y marcas que determinan y definen no sólo “de quién se trata”,
es decir, quién ha muerto, lo que, de este modo, simboliza el status que
ha ocupado el difunto en la sociedad. En este caso, cuando el papa Juan
pablo II falleció, después de haber sido pontífice durante 27 años y jefe
de Estado en la ciudad del vaticano, la noticia le dio la vuelta al mundo
en segundos, más de 60.000 feligreses se congregaron en la plaza de san
Pedro; unos en un profundo silencio, otros con lágrimas en los ojos,
otros arrodillados golpeaban el suelo con los puños en un gesto de rabia
e impotencia cuando empezaron a sonar las campanas de la basílica de
san Pedro.
2. Los autores consideran que la secuencia vida cotidiana difiere de la
secuencia muerte ya que en la primera tenemos un conjunto de
actividades diarias, rutinarias, que el actor solía realizar, mientras que
en la segunda la actividad se detiene por que la muerte se hace presente,
irrumpe en el hilo con ductor de la vida y la suspende. El papa sufrió
una fractura en el cuello del fémur, su salud empezó a deteriorarse. En
el 2005 tuvo que ser hospitalizado por un síndrome de dificultad
respiratoria. Se le realizó una traqueotomía a mediados de marzo.
Hacia finales del mismo mes su estado se agravó y entre el 31 de marzo
y el 1 de abril sufrió una septicemia (presencia y crecimiento de
gérmenes en la sangre) por complicación de una infección de vías
urinarias. Falleciendo el 2 de abril del mismo año a las 21:37 (hora
italiana). Su muerte se produjo debido a una septicemia y a un colapso
cardiopulmonar irreversible, agravado por su enfermedad de Parkinson
a los 84 años de edad. El anillo del pescador fue roto.
En el artículo dice: “Tenemos que cumplir con las últimas cosas que nos
piden nuestros muertos, ya que así se van contentos y tranquilos al
cielo”. En este caso las últimas palabras del papa fueron: Déjenme ir a la
casa de mi Padre. El funeral del papa se celebró el 8 de abril de 2005, en
la capilla privada del vaticano y asistieron 300.000 personas de todo el
mundo. El funeral fue a las 10.00 a.m. El Pontífice estaba vestido con
sotana blanca y casulla roja. Sobre la casulla se le ha colocado el "palio",
estola de lana blanca con cruces negras (signo litúrgico de honor y
jurisdicción), fijado con un gran alfiler dorado. Tocado con la mitra,
sostiene, bajo el brazo izquierdo, el tradicional báculo terminado en una
cruz. Tras la muerte del Papa, se sellan sus aposentos privados, que no
podrán abrirse hasta que el cónclave no elija un nuevo Papa.
Considero que todo lo que se haga en la vida es especial pero más aún
cuando hacemos historia y dejamos huella en la vida de los otros, así no
se llegue a ser pontífice, presidente, modelo, artista o famoso, sino desde
la vida cotidiana, hacer que nuestra vida sea memorable en la vida de
los otros. Por otro lado, La vida de una persona no está condicionada al
movimiento del cuerpo, a la respiración, la circulación de la sangre o los
latidos del corazón, sino, la vida va más allá… La muerte es el
nacimiento del espíritu, es cuando nos desvestimos de ese traje carnal
que nos ata a lo sensible y a lo vano, encontrándonos con Dios, teniendo
un viaje de regreso a casa, a la casa espiritual de donde algún día
salimos y donde algún día volveremos. El velorio es un rito que
simboliza la despedida, el adiós y el hasta nunca…