Lope Félix de Vega Carpio nació en Madrid de padres humildes. Su
padre fue bordador Félix de Vega. Estudió en Madrid y en Alcalá.
Su vida fue muy azarosa. En particular, siguió una vida llena de
aventuras amorosas, pues estuvo casado varias veces y tuvo varias
amantes. Fue soldado, secretario de varios diplomáticos y,
finalmente, sacerdote.
En cuanto a la vida y producción literaria, fue ciertamente un
fenómeno de productividad. Escribió en todos los géneros literarios:
novelas, dramas y poesía, tanto lírica como dramática. De corte
tradicional, arte menor, y al estilo italianizante renacentista.
A pesar de todo ello, se le conoce sobre todo por su copiosa
producción dramática. Sus dramas, en comparación a los de sus
coetáneos, resaltan por el ingrediente popular: temas y rimas
tradicionales, populares y nacionales.
En cuanto a su poesía lírica podrían distinguirse dos formas: la
tradicional de arte menor y la italianizante. En cuanto a la primera
cabe mencionar que Lope fue uno de los iniciadores del romancero
nuevo. En sus romances nos canta, además de otros temas, sus
múltiples aventuras amorosas. También escribió, en esta misma
vena tradicional y popular, numerosas glosas, romances, canciones,
tercetos, idilios y villanescas
La segunda forma poética la componen sus "Rimas humanas", que
contienen 200 sonetos, en su mayor parte mitológicos y pastoriles, y
"Rimas sacras", que incluyen 100 sonetos, principalmente religiosos
y hagiográficos. Tanto en una como en la otra forma, observamos
claramente el ingrediente temático de su azarosa vida, bien
mundanal como religiosa.
La «Arcadia» (publicada en Madrid en 1598)
fue la obra cómica más leída del ya popular
repertorio de Lope de Vega. Lope la compone
en un momento decisivo de su vida y carrera:
durante el destierro en Alba de Tormes. al
servicio de don Antonio Álvarez de Toledo,
quinto duque de Alba. Pertenece al género
pastoril y, según una tradición propia de este
género, mezcla vida y literatura, invitando a
ser leída en clave. De esta forma, la
«Arcadia» narra tanto los amores del duque
como los del propio poeta, pero esa mezcla y
la estilización pastoril hacen sumamente
difícil e incluso infructífera la tarea de buscar
paralelos reales exactos a los
acontecimientos del libro. Escribió esta
comedia a imitación de la obra homónima de
Jacopo Sannazaro y de sus continuadores
españoles. Tuvo un éxito considerable.
Lope era además muy consciente de las
posibilidades de “ascenso literario”, de
adquisición de prestigio profesional, que
presentaba el género bucólico. Por eso
utiliza todo tipo de estrategias para
sustentar el valor de la poesía pastoril.
Especialmente se preocupa de imitar
abiertamente o de mencionar los modelos
más prestigiosos con que contaba el
género. Con ellos, Lope aprovechaba la
rica tradición arcádica que además
gozaba de especial éxito en España desde
mediados de siglo. El estilo pastoril tenía
importantes precedentes en la
Antigüedad, lo que le convenía a un Lope
que comenzaba a querer dignificar su
imagen pública y a adornar su obra con
alusiones eruditas. En suma, el prestigio
clásico de la novela pastoril debió de ser
uno de los factores centrales que llevó a
Lope a elegirlo como marco genérico de
su primer libro.
La Arcadia, escrita en prosas y
versos (semejantes a los de una
obra de teatro) es una novela
pastoril que narra los amores de
Anfriso y Belisarda.
Los malentendidos y los celos
acaban con la felicidad de los
pastores: Belisarda se casa con
Salicio por venganza mientras
Anfriso, desengañado, busca
remedio a su desesperación
acudiendo a la sabia Polinesta,
quien le revela que será a través
del estudio y la virtud como
logrará olvidar el amor por
Belisarda y sanar de su pasión.
Esta corte ducal, en la que se celebraban frecuentes veladas literarias
y artísticas, juegos, fiestas galantes y representaciones teatrales, era
el lugar idóneo para escribir una novela pastoril. La mezcla de realidad
y ficción, habitual en el género, permitiría que la obra fuera leída en
clave y los lectores reconocieran en el texto a miembros del entorno
del duque “disfrazados” de pastores. Así, por ejemplo, Belardo
representaría al autor y Anfriso sería la personificación de don Antonio
aunque con algunos rasgos del propio Lope, como los arrebatos de
celos que aludirían a los que protagonizó el escritor en su juventud por
causa de Elena Osorio.
Las numerosas impresiones y reimpresiones de
la Arcadia que han llegado hasta nosotros,
además de otras de las que se tiene noticia pero
que no se han conservado, confirman el notable
éxito que tuvo la obra. En 1605 se imprime de
nuevo en Madrid pero, además, se publica por
primera vez en Amberes en virtud de un privilegio
conseguido el año anterior por el impresor y
librero Martin Nuyts (1553-1608), conocido
también como Martín Nucio, en español, o con su
nombre latinizado Martinus Nutius. Su padre,
impresor del mismo nombre, había viajado a
España, conocía el idioma y había obtenido un
privilegio en 1544 para publicar y vender obras en
español. En la portada de este pequeño volumen
en 12º vemos la marca tipográfica, con la imagen
de una cigüeña alimentando a su cría, que
utilizaron con ligeras variaciones todos los
miembros de esta dinastía de impresores.