El primer informe mundial de la OMS sobre la resistencia a los antibióticos pone de manifiesto una grave amenaza para la salud pública en todo el mundo.
2. Resistencia a los antimicrobianos
¿Qué es la resistencia a los antimicrobianos?
La resistencia a los antimicrobianos (o farmacorresistencia) se produce cuando los
microorganismos, sean bacterias,virus, hongos o parásitos, sufren cambios que hacen que los
medicamentos utilizados para curar las infecciones dejen de ser eficaces.
Datos y cifras
La resistencia a los antimicrobianos (RAM) pone en peligro la eficacia de la
prevención y el tratamiento de una serie cada vez mayor de infecciones por
virus, bacterias, hongos y parásitos.
La RAM supone una amenaza cada vez mayor para la salud pública mundial y
requiere medidas por parte de todos los sectores del gobierno y la sociedad.
El éxito de la cirugía mayor y la quimioterapia se vería comprometido en
ausencia de antibióticos eficaces.
La prolongación de la enfermedad, la necesidad de más pruebas y la utilización
de fármacos más caros aumentan el costo de la atención sanitaria a los pacientes
con infecciones resistentes en comparación con el de los pacientes con
infecciones no resistentes.
Cada año, 480 000 personas presentan tuberculosis multirresistente, y la
farmacorresistencia empieza a complicar también la lucha contra el VIH y el
paludismo.
¿Por qué es motivo de preocupación mundial?
Están apareciendo nuevos mecanismos de resistencia que se propagan a nivel
mundial y ponen en peligro nuestra capacidad para tratar enfermedades
infecciosas comunes, con el consiguiente aumento de la discapacidad y las
muertes, y la prolongación de la enfermedad.
Sin antimicrobianos eficaces para prevenir y tratar las infecciones,
intervenciones como el trasplante de órganos, la quimioterapia del cáncer, el
tratamiento de la diabetes o la cirugía mayor (por ejemplo, las cesáreas o las
prótesis de cadera) se convertirán en procedimientos de muy alto riesgo.
La RAM aumenta el costo de la atención sanitaria por la mayor duración de las
hospitalizaciones y la necesidad de una atención más intensiva.
¿Qué factores aceleran la aparición y propagación de la RAM?
La RAM es un fenómeno que aparece de forma natural con el tiempo,
generalmente por modificaciones genéticas. Sin embargo, el proceso se ve
acelerado por el mal uso y el abuso de los antimicrobianos. En muchos lugares
hay un abuso y mal uso de los antibióticos tanto en las personas como en los
animales, y es frecuente que se administren sin supervisión de un profesional.
Como ejemplos de uso incorrecto se pueden citar su administración para tratar
infecciones víricas, como los resfriados o la gripe, o su uso como promotores del
crecimiento del ganado y los peces.
3. Los microbios resistentes a los antimicrobianos están presentes en las personas,
los animales, los animales y el medio ambiente (agua, suelo y aire), y pueden
transmitirse de persona a persona o entre las personas y los animales. El mal
control de las infecciones, las condiciones sanitarias deficientes y la
manipulación inadecuada de los alimentos fomentan la propagación de la RAM.
Situación actual
Resistencia de las bacterias
La resistencia a los antibióticos afecta a todos los países.
Los pacientes con infecciones causadas por bacterias farmacorresistentes corren
mayor riesgo de tener peores resultados clínicos y morir. Además, consumen
más recursos sanitarios que los infectados por cepas no resistentes de las mismas
bacterias.
La resistencia de Klebsiella pneumoniae (una bacteria intestinal común que
puede causar infecciones potencialmente mortales) al tratamiento utilizado como
último recurso (los antibióticos carbapenémicos) se ha propagado a todas las
regiones del mundo. K. pneumoniae es una importante causa de infecciones
nosocomiales, como la neumonía, la sepsis o las infecciones de los recién
nacidos y los pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos. Debido a
la resistencia, en algunos países los antibióticos carbapenémicos ya no son
eficaces en más de la mitad de los pacientes con infecciones por K. pneumoniae.
La resistencia de Escherichia coli a una de las clases de medicamentos más
utilizadas en el tratamiento de las infecciones urinarias (las fluoroquinolonas)
está muy generalizada. En muchas partes del mundo hay países en los que este
tratamiento es ineficaz en más de la mitad de los pacientes.
Al menos 10 países (Australia, Austria, Canadá, Eslovenia, Francia, Japón,
Noruega, Sudáfrica, Suecia y Reino Unido) han confirmado casos en los que ha
fracasado el tratamiento de la gonorrea con el último recurso frente a esta
enfermedad: las cefalosporinas de tercera generación.
Para hacer frente a la aparición de resistencia, la OMS ha actualizado
recientemente las directrices sobre el tratamiento de la gonorrea. Las nuevas
directrices ya no recomiendan las quinolonas (una clase de antibióticos) debido a
la generalización de una gran resistencia a ellas. Asimismo se han actualizado
las directrices sobre el tratamiento de la clamidiasis y la sífilis.
La resistencia a los fármacos de primera línea para el tratamiento de las
infecciones por Staphlylococcus aureus (causa frecuente de infecciones graves
en los centros sanitarios y en la comunidad) es generalizada. Se calcula que los
pacientes con infecciones por S. aureus resistente a la meticilina tienen una
probabilidad de morir un 64% mayor que los pacientes con infecciones no
resistentes.
La colistina es el último recurso para el tratamiento de infecciones
potencialmente mortales por enterobacteriáceas resistentes a los antibióticos
carbapenémicos. Recientemente se ha detectado resistencia a la colistina en
varios países y regiones, y ello hace que las infecciones por estas bacterias dejen
de ser tratables.
4. Resistencia de la tuberculosis
Según las estimaciones de la OMS, en 2014 hubo unos 480 000 nuevos casos de
tuberculosis multirresistente (TB-MR), es decir resistente a los dos antituberculosos más
potentes, y solo se detectaron y notificaron aproximadamente un 25% de ellos (123
000). La TB-MR requiere tratamientos mucho más prolongados y menos eficaces, en
comparación con la tuberculosis no resistente. En 2014, solo la mitad de los casos
mundiales de TB-MR fueron tratados con éxito.
Se calcula que en 2014 un 3,3% de los casos de tuberculosis fueron multirresistentes. La
cifra se eleva al 20% en casos ya tratados con anterioridad.
En 105 países se ha identificado la existencia de tuberculosis ultrarresistente, es decir,
resistente al menos a cuatro de los principales fármacos antituberculosos. La cifra
estimada de casos de TB-MR que son ultrarresistentes es del 9,7%.
Resistencia del paludismo
Hasta julio de 2016 se había confirmado la resistencia al tratamiento de primera línea
contra el paludismo por Plasmodium falciparum (tratamientos combinados basados en
la artemisinina: TCA) en cinco países de la subregión del Gran Mekong (Camboya,
Myanmar, República Popular Democrática Lao, Tailandia y Viet Nam). En la mayoría
de los lugares los pacientes con infecciones resistentes a la artemisinina se recuperan
totalmente cuando reciben un TCA que contenga otro fármaco eficaz. No obstante, en la
frontera entre Camboya y Tailandia, P. falciparum se ha vuelto resistente a casi todos
los antipalúdicos, lo cual dificulta enormemente el tratamiento y requiere una estrecha
vigilancia. Hay un verdadero riesgo de que la multirresistencia aparezca pronto en otras
zonas de la subregión. La propagación de cepas resistentes a otras partes del mundo
podría suponer un gran reto para la salud pública y poner en peligro los avances
recientes en el control del paludismo.
Los cinco países mencionados y China han avalado la Estrategia OMS para la
eliminación del paludismo en la subregión del Gran Mekong.
Resistencia del VIH
Se calcula que en 2010 el 7% de las personas que iniciaron un tratamiento
antirretrovírico (TAR) en los países en desarrollo tenían VIH farmacorresistente. En los
países desarrollados la cifra era del 10-20%. Recientemente, algunos países han
comunicado tasas de resistencia del 15% o más en quienes comienzan el tratamiento
contra el VIH, y de hasta un 40% en quienes lo reinician. Es urgente que se preste
atención a este problema.
El aumento de la resistencia tiene importantes repercusiones económicas, dado que los
fármacos de segunda y tercera línea son, respectivamente, 3 y 18 veces más caros que
los de primera línea.
Desde septiembre de 2015, la OMS recomienda que todos los pacientes con VIH sean
tratados con antirretrovíricos. Se prevé que el aumento del uso de estos fármacos
aumente la resistencia a ellos en todas las regiones del mundo. Para mantener la eficacia
5. a largo plazo de los TAR de primera línea es esencial que se siga vigilando la resistencia
y se reduzca al mínimo su aparición y propagación. En consulta con los países, los
asociados y otros interesados, la OMS está elaborando un nuevo Plan de acción
mundial sobre la farmacorresistencia del VIH (2017-2021).
Resistencia de la gripe
Los antivíricos son importantes para el tratamiento de la gripe epidémica y pandémica.
En la actualidad, prácticamente todos los virus de la gripe A circulantes en el ser
humano son resistentes a los inhibidores M2 (amantadina y rimantadina). En cambio, la
frecuencia de la resistencia al oseltamivir, un inhibidor de la neuraminidasa, sigue
siendo baja (1-2%). La sensibilidad a los antivíricos es vigilada constantemente por el
Sistema Mundial OMS de Vigilancia y Respuesta a la Gripe.
Necesidad de una acción coordinada
La RAM es un problema complejo que afecta a toda la sociedad y depende de múltiples
factores relacionados entre sí. Las intervenciones aisladas tienen poco impacto. Para
minimizar la aparición y propagación de la RAM son necesarias acciones coordinadas.
Todos los países deben tener planes de acción nacionales contra la RAM.
Son necesarias más inversiones e innovaciones en la investigación y desarrollo de
nuevos antimicrobianos, vacunas y pruebas diagnósticas.
6. Resistencia a los antibióticos
“El primer informe mundial de la OMS sobre la resistencia a los
antibióticos pone de manifiesto una grave amenaza para la salud pública
en todo el mundo”
Introducción
Los antibióticos son medicamentos utilizados para prevenir y tratar las infecciones
bacterianas.
Son las bacterias, y no los seres humanos ni los animales, las que se vuelven resistentes
a los antibióticos. Estas bacterias farmacorresistentes pueden causar infecciones en el
ser humano y en los animales y esas infecciones son más difíciles de tratar que las no
resistentes.
Y estas resistencias son debidas a la aparición de genes de resistencia, que pueden producirse
por:
- Mutaciones que aparecen alazar. La bacteria que se vuelve resistente transmite esta
característica a sus descendientes.
- Intercambio de material genético en bacterias coexistentes a las que han podido
transferir sus genes de resistencia. Debemos tener en cuenta que cuando administramos
un antibiótico actuamos sobre todos los gérmenes (patógenos o no) de ese organismo,
que pueden aumentar sus resistencias y además transmitirse información unos a otros, y
a sus descendientes.
La labor del antibiótico es como la de un filtro perjudicial ya que elimina las bacterias sensibles
y mantiene las resistentes.
Existen otros tipos de resistencias que afortunadamente son transitorias (cuando desaparece
durante un tiempo el contacto del germen con el antibiótico).
Con el tiempo se van desarrollando nuevos antibióticos y a su vez nuevas versiones de los genes
de resistencia. El tiempo en que la resistencia se pone de manifiesto es muy variable y puede
oscilar.
Es necesario que se cambie urgentemente la forma de prescribir y utilizar los
antibióticos. Aunque se desarrollen nuevos medicamentos, si no se modifican los
comportamientos actuales, la resistencia a los antibióticos seguirá representando una
grave amenaza. Los cambios de comportamiento a nivel sanitario deben incluir medidas
destinadas a reducir la propagación de las infecciones, a través de la vacunación, el
lavado de las manos, la seguridad de las relaciones sexuales y una buena higiene
alimentaria.
7. Datos principales
La resistencia a los antibióticos es hoy una de las mayores amenazas para la salud
mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo.
La resistencia a los antibióticos puede afectar a cualquier persona, sea cualsea su edad
o el país en el que viva.
La resistencia a los antibióticos es un fenómeno natural, aunque el uso indebido de estos
fármacos en el ser humano y los animales está acelerando el proceso.
Cada vez es mayor el número de infecciones —por ejemplo, neumonía, tuberculosis y
gonorrea— cuyo tratamiento se vuelve más difícil debido a la pérdida de eficacia de los
antibióticos.
La resistencia a los antibióticos prolonga las estancias hospitalarias, incrementa los
costos médicos y aumenta la mortalidad.
Alcance del problema
La resistencia a los antibióticos está aumentando en todo el mundo a niveles peligrosos.
Día tras día están apareciendo y propagándose en todo el planeta nuevos mecanismos de
resistencia que ponen en peligro nuestra capacidad para tratar las enfermedades
infecciosas comunes. Un creciente número de infecciones, como la neumonía, la
tuberculosis, la septicemia o la gonorrea, son cada vez más difíciles —y a veces
imposibles— de tratar, a medida que los antibióticos van perdiendo eficacia.
Allí donde los antibióticos se pueden adquirir sin receta médica para uso humano o
veterinario, la aparición y propagación de la farmacorresistencia empeora. En los países
que carecen de directrices terapéuticas normalizadas, el personal sanitario y veterinario
tiene tendencia a prescribirlos —y la población general a consumirlos— en exceso.
Si no se toman medidas urgentes, el mundo está abocado a una era post-antibióticos en
la que muchas infecciones comunes y lesiones menores volverán a ser potencialmente
mortales.
Prevención y control
La resistencia a los antibióticos se acelera con el uso indebido y abusivo de estos
fármacos y con las deficiencias de la prevención y control de las infecciones. Se pueden
adoptar medidas en todos los niveles de la sociedad para reducir el impacto de este
fenómeno y limitar su propagación.
Para prevenir y controlar la propagación de la resistencia a los antibióticos:
La población general puede:
Tomar antibióticos únicamente cuando los prescriba un profesional sanitario certificado.
No demandar antibióticos si los profesionales sanitarios dicen que no son necesarios.
Seguir siempre las instrucciones de los profesionales sanitarios con respecto al uso de
los antibióticos.
No utilizar los antibióticos que le hayan sobrado a otros.
Prevenir las infecciones lavándose las manos, preparando los alimentos en condiciones
higiénicas, evitando el contacto íntimo con enfermos, velando por la seguridad de las
relaciones sexuales y manteniendo las vacunaciones al día.
8. Los planificadores de políticas pueden:
Poner en práctica planes nacionales de acción para hacer frente a la resistencia a los
antibióticos.
Mejorar la vigilancia de las infecciones resistentes a los antibióticos.
Reforzar las políticas, los programas y la aplicación de las medidas de prevención y
control de las infecciones.
Reglamentar y fomentar el uso y la eliminación apropiada de medicamentos de calidad
garantizada.
Informar sobre el impacto de la resistencia a los antibióticos.
Los profesionales de la salud pueden:
Evitar las infecciones velando por la limpieza de las manos, el instrumental y el
entorno.
Prescribir y dispensar antibióticos solo cuando sean necesarios,de conformidad con las
directrices en vigor.
Notificar las infecciones resistentes a los antibióticos a los equipos de vigilancia.
Informar a los pacientes sobre cómo tomar los antibióticos correctamente,la resistencia
a estos fármacos y los peligros de su uso indebido.
Informar a los pacientes sobre cómo se pueden prevenir las infecciones (por ejemplo,
vacunándose, lavándose las manos, velando por la seguridad de las relaciones sexuales
o cubriéndose la boca y la nariz al estornudar).
El sector de la salud puede:
Invertir en la investigación y desarrollo de nuevos antibióticos, vacunas, productos
diagnósticos y otros instrumentos.
El sector agrícola y veterinario puede:
Administrar antibióticos a los animales únicamente bajo supervisión veterinaria.
No utilizar antibióticos para promover el crecimiento ni para prevenir enfermedades.
Vacunar a los animales para reducir la necesidad de antibióticos y utilizar alternativas a
estos siempre que las haya.
Fomentar y aplicar buenas prácticas en todos los eslabones de la producción de
alimentos de origen animal y vegetal.
Fomentar la seguridad biológica en las granjas para prevenir las infecciones mediante la
mejora de la higiene y el bienestar de los animales.
Novedades recientes
Aunque hay algunos antibióticos nuevos en fase de desarrollo, no es de prever que
ninguno de ellos sea eficaz contra las formas más peligrosas de algunas bacterias
resistentes.
Dada la facilidad y la frecuencia con que se desplazan ahora las personas, la resistencia
a los antibióticos es un problema de dimensiones mundiales, que requiere esfuerzos por
parte de todas las naciones y de diversos sectores.
9. Impacto
Cuando ya no se pueden tratar las infecciones con los antibióticos de primera línea es
necesario emplear fármacos más caros. La mayor duración de la enfermedad y del
tratamiento, a menudo en el medio hospitalario, incrementa los costos de la atención
sanitaria y la carga económica para las familias y la sociedad.
La resistencia a los antibióticos está poniendo en riesgo los logros de la medicina
moderna. Si no disponemos de antibióticos eficaces para prevenir y tratar las
infecciones, los trasplantes de órganos, la quimioterapia y las intervenciones quirúrgicas
se volverán más peligrosas.
Los esfuerzos para luchar contra las resistencias van aumentando y se está trabajando a
todos los niveles: a nivel general desde la OMS hasta el nuestro local.
Respuesta de la OMS
La lucha contra la resistencia a los antibióticos reviste alta prioridad para la OMS. La
Asamblea Mundial de la Salud aprobó en mayo de 2015 un plan de acción mundial
sobre la resistencia a los antimicrobianos, incluida la resistencia a los antibióticos. Su
finalidad es asegurar que se pueda seguir previniendo y tratando enfermedades
infecciosas por medio de fármacos eficaces y seguros.
El plan de acción contiene cinco objetivos estratégicos:
mejorar la sensibilización y los conocimientos en materia de resistencia a los
antimicrobianos;
reforzar la vigilancia y la investigación;
reducir la incidencia de las infecciones;
optimizar el uso de medicamentos antimicrobianos;
asegurar que se realicen inversiones sostenibles en la lucha contra la resistencia a los
antimicrobianos.
De conformidad con el plan de acción mundial, la OMS está prestando apoyo a los
Estados Miembros para que elaboren sus propios planes de acción nacionales, que
debe abarcar el uso de los antimicrobianos en la salud animal, la agricultura y en la
salud humana.
En respuesta al objetivo 1 del plan de acción mundial, la OMS está dirigiendo una
campaña mundial plurianual cuyo lema es «Antibióticos: manéjalos con cuidado». La
campaña se presentó con ocasión de la primera Semana Mundial de Concienciación
sobre los Antibióticos, celebrada en noviembre de 2015.
A nivel europeo en 2005 se creó el ECDC (Centro Europeo para la Prevención y Control de
Enfermedades) , con sede en Estocolmo, que tiene la misión de formar un sistema de alerta y
respuesta temprana contra las enfermedades infecciosas. Este Centro coordina la red Europea
de sistemas nacionales de vigilancia.
Y se celebra desde 2008 el día Europeo (18 de Noviembre) para el uso prudente de los
antibióticos. En este día se publican los datos de consumo y resistencias de los países Europeos.
10. Actualmente, en España, y bajo la coordinación de la Agencia Española de
Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), se está trabajando en la elaboración de
un “Plan estratégico y de acción para reducir el riesgo de selección y diseminación de
resistencias a los antibióticos”. Se trata de una iniciativa muy ambiciosa que abarca uso
humano y veterinario, en el que se consideran todos los aspectos de interés para un
abordaje integral y exhaustivo del problema, participando profesionales de muy
distintos ámbitos.
En el Hospital Universitario Miguel Servet, las comisiones de Infecciones y de
Farmacia han propuesto, en coordinación con la Dirección del Centro, la puesta en
marcha de un Programa de Optimización del Uso de los Antimicrobianos (PROA), que
ha sido aceptado con gran entusiasmo, con el fin de luchar contra las resistencias a los
antibióticos.
Es responsabilidad nuestra el estar al día de la evolución de los mapas de resistencias o mapas
de sensibilidades en nuestro medio, que elaboran de forma periódica los responsables de
microbiología con las muestran remitidas por los diferentes facultativos.
Hay muchos frentes para luchar contra las resistencias bacterianas aparte de los nuevos
medicamentos:
- Los test rápidos de diagnóstico.
- Desarrollo de vacunas.
- La vigilancia epidemiológica de las resistencias (mapa que se actualiza
periódicamente).
- Los hábitos de prescripción.
- Las expectativas de la opinión pública.
Es fundamental también la educación sanitaria: formar a los pacientes en la medida que nos
entiendan. Entre las muchas herramientas existentes, podemos usar el decálogo del buen uso
de antibióticos (Fuente: Familia y salud), que recalca la importancia de su uso racional.
1.- Los antibióticos han salvado millones de vidas. Es imprescindible usarlos
adecuadamente para que sigan siendo útiles.
2.- Solo son efectivos para las infecciones causadas por bacterias. La mayoría de las
infecciones infantiles están causadas por virus y por eso no se curan ni alivian con
antibióticos.
3.- La fiebre no se trata con antibióticos. Su presencia no significa que sean necesarios.
4.- La ley prohíbe vender antibióticos sin receta. Solo el médico los puede prescribir.
No se deben tomar sin su supervisión.
5.- No se deben usar los antibióticos que hayan sobrado de otros tratamientos. Estos se
deben llevar al punto SIGRE (puntos de recogida en las farmacias) para su reciclaje.
6.- Los antibióticos se deben tomar en las dosis, pautas y durante el tiempo que haya
recomendado el médico.
11. 7.- No se deben suspender los antibióticos aunque desaparezcan los síntomas de la
enfermedad salvo por indicación médica.
8.- Los antibióticos son medicamentos seguros pero en algunos casos pueden tener
efectos secundarios o producir alergias. En estos casos se debe consultar con el médico.
9.- Los antibióticos mal usados dejan de ser efectivos porque las bacterias se hacen
resistentes a sus efectos. Esto supone un problema sanitario grave.
10.- Los antibióticos han de utilizarse con ciertas precauciones durante el embarazo y la
lactancia. Estas circunstancias deben ser comunicadas a su médico.