Este documento discute el uso de las redes sociales para la construcción colaborativa del conocimiento en la educación. Propone limitar los grupos a 150 personas para mantener la calidad y concientizar a los estudiantes y padres sobre el uso educativo de las redes. Plantea dudas sobre la autonomía de los estudiantes y sobre cómo diseñar redes educativas que permitan ampliar el aprendizaje personal.