2. AÍDA fue compuesta por encargo de Egipto para ser incluida, en 1869, en los actos inaugurales del Canal de Suez, pero razones imponderables hicieron que fuera estrenada en El Cairo recién en 1871. Dos meses más tarde fue presentada por primera vez en el Teatro de la Scala de Milán. La dirigió allí el propio Verdi y el éxito fue tal, que el público obligó a levantar 32 veces el telón para vivar otras tantas al genial autor italiano. La trama argumental tiene por escenario a Egipto en el tiempo de los faraones y cuenta las vicisitudes de Aída, hija de un rey de Etiopía, cuyo ejército acababa de ser derrotado por los egipcios. Aída, a quien nadie ha reconocido como princesa etíope que es, cae prisionera y es convertida en esclava de una de las hijas del rey de Egipto, la que intenta cautivar en vano al valeroso guerrero que ha encabezado a las tropas victoriosas. Embelesado por la extraordinaria belleza de Aída, éste no tarda en cambio en enamorarse de ella, desatando la furia de aquélla y dando lugar a una serie de sucesos que terminarán trágicamente. Y así es cómo, tras ser falsamente acusado de traición, el joven guerrero es condenado a muerte y sepultado vivo. Pero sucede que cuando es arrojado dentro de la que será su última morada, se encuentra conque allí está Aída quien, en una prueba suprema de amor, ha logrado ingresar subrepticiamente para morir junto a su amado. La música y los coros de esta “grand opéra” son tan vibrantes como lo estamos escuchando en “Gloria all’ Egitto”, tan dulce como en “Celeste Aida” y tan conmovedora como cuando, en la escena final, Aída y su amado se despiden de la vida con “O terra, addio”. Ésas son, precisamente, las dos arias más famosas de esta gran ópera y, aunque en brevísimos fragmentos, las escucharemos a continuación en apenas dos minutos: “Celeste Aida”, en la voz del gran Luciano Pavarotti y “O terra, addio” en la de esa “diosa griega del bel canto” que fue sin duda “la divina María Callas”. ¡Todo un deleite por partida doble!
3. Celeste Aida, forma divina Mistico serto di luce e fior Del mio pensiero tu sei regina Tu di mia vita sei lo splendor Radiante Aída, diosa divina Mística guirnalda de luz y de flores De mis pensamientos eres la reina De mi vida eres su esplendor. Heavenly Aida, goddess of beauty garland of flowers and of bright light You are the ruler of all of my thoughts you are the splendor of my whole life
4. O terra, addio! Addio, valle di pianti, sogno di gaudio che in dolor svanì. A noi si schiude si schiude il ciel. Si schiude il ciel e l'alme erranti volano al raggio dell'eterno dì. ¡Oh tierra, adiós! Adiós valle de lágrimas sueño de dicha que en dolor se desvanece. Ante nosotros se abre se abre el cielo. Se abre el cielo y nuestras almas errantes vuelan hacia la luz del día eterno. O earth, farewell farewell vale of tears dream of joy which fades away in sorrow Heaven opens to us heaven opens to us Heaven opens to us and our wandering souls fly to the light of eternal day
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