Enfermedad diverticular del colon finalizado - Dimas Portillo
Enterocolitis necrotizante 2
1. Enterocolitis
Necrotizante
En general la enterocolitis necrotizante se presenta dentro de la
primera semana de vida y 3 a 7 días después de iniciada la
alimentación enteral. Puede hacerlo incluso a los 3 meses en
neonatos de muy bajo peso.
SIGNOS CLINICOS
Distensión abdominal ( el 70% de los casos)
Retención gástrica
Íleo y volumen aumentado de aspirado gástrico o aspirado bilioso (2/3
de los casos)
Signos francos de shock
Sangre macroscópica en heces
Peritonitis
Perforación
Signos inespecíficos:
Temperatura lábil
Apneas
Bradicardia
El síndrome clínico ha sido clasificado en estadios por Bell y col.
(1978) y modificado por Walsh y Klegman (1986) para incluir
hallazgos sistémicos, intestinales y radiológicos.
A. Estadio I : sospecha de enterocolitis necrotizante
Los hallazgos sistémicos son inespecíficos.
Los hallazgos intestinales incluye el residuo gástrico y heces guayaco
–positivas.
Los hallazgos radiológicos son normales e inespecíficos.
B. Estadio II A: enterocolitis necrotizante leve
Los hallazgos sistémicos son similares al estadio I.
Los hallazgos intestinales incluyen distensión abdominal prominente
con hipersensibilidad a la palpación o sin ella, ruidos hidroaéreos
ausentes, sangre macroscópica en materia fecal.
2. Los hallazgos radiológicos, íleo con asas dilatadas con áreas focales
de neumatosis intestinal.
C. Estadio II B: enterocolitis necrotizante moderada
Los hallazgos sistémicos incluyen acidosis leve y trombocitopenia
Los hallazgos intestinales incluyen edema de la pared abdominal e
hipersensibilidad a la palpación con una masa palpable o sin ella.
Los hallazgos radiológicos incluyen neumatosis extensa y ascitis
temprana.
Puede haber gas en la vena porta intrahepática.
D. Estadio IIIA: enterocolitis necrotizante avanzada:
Los hallazgos sistémicos incluyen acidosis respiratoria y metabólica,
ventilación asistida por apnea, hipotensión arterial, oliguria,
neutropenia y coagulación intravascular diseminada.
Los hallazgos intestinales incluyen edema que disemina, eritema e
induración del abdomen.
Los hallazgos radiológicos incluyen ascitis prominente y asa centinela
persistente sin perforación.
E. Estadio IIIB: enterocolitis necrotizante avanzada:
Los hallazgos sistémicos revelan signos vitales e índices de
laboratorio en deterioro, síndrome de shock y desequilibrio
electrolítico.
Los hallazgos intestinales y radiológicos muestran evidencias de
perforación.
Hallazgos radiológicos en la radiografía de abdomen
Distensión abdominal generalizada
Íleo paralítico
Neumatosis intestinal quistoide (patognomónico)
La neumatosis intestinal quistoide se la puede visualizar de varias
maneras, cúmulos de gas lineales, curvilíneos, esponjosos y
espumosos.
Este último debe distinguirse de materia fecal o meconio mezclado con
aire.
Cualquier lactante con sospecha de enterocolitis necrotizante en
el que se encuentren radiográficamente colecciones de aire
lineales, curvilíneas esponjosas o espumosas debe considerarse
que tiene neumatosis intestinal quistoide hasta que se demuestre
lo contrario.
3. La neumatosis intestinal quistoide suele verse con mayor frecuencia
en el colon, pero puede ocurrir desde estomago hasta recto.
SIGNOS RADIOLÓGICOS CON DIFERENTES ABORDAJES:
Radiografía simple de abdomen: en busca de patrones anómalos de
gas, íleo o áreas sospechosas de neumatosis intestinal.
Presencia de gas intramural, gas en vena porta.
Radiografía de abdomen en decúbito lateral izquierdo con incidencia
del haz de rayos X horizontal.
Radiografías de abdomen de pie.
Radiografías de abdomen en decúbito lateral con incidencia
perpendicular del haz de rayos X.
Fig 1: Radiografía de abdomen :se observa marcada distensión
abdominal en recién nacido con síntomas clínicos de residuo
gástrico Estadio I (a)
4. Fig. 2: Radiografía de abdomen de otro neonato donde se
observan colecciones de aire lineales, curvilíneas esponjosas o
espumosas (hallazgo de neumatosis intestinal quistoide) (a)
5. Fig. 3: Radiografía de abdomen del mismo paciente, en decúbito
lateral con incidencia perpendicular del haz de rayos X (se
observa neumatosis intestinal quistoide)(a) ESTADIO II A/B.
Recibió tratamiento medico de sostén evitándose la intervención
quirúrgica
6. Fig. 4: Se observa otro neonato con marcada distensión
abdominal, con acidosis metabólica, letargo y edema de la pared
abdominal (a)
Fig. 5: Radiografía abdominal del mismo paciente donde se
observa íleo paralítico con asas dilatadas, gas en la pared
intestinal en hemiabdomen derecho. (a) Se decide conducta
quirúrgica.
7. Fig. 6: Hallazgo quirúrgico del mismo paciente donde se observa
necrosis yeyunal. (a)
Fig. 7: Hallazgo quirúrgico del mismo paciente, se observa
necrosis de colon ascendente con ciego perforado. (a) ESTADIO
IIIA/B
8. Fig. 8:Paciente con distensión abdominal , signos de shock y
trombocitopenia(a)
Fig. 9: Radiografía de abdomen de este paciente en decúbito
lateral izquierdo con incidencia del haz de rayos X horizontal
donde se observa una imagen lineal de aire en cavidad abdominal
en contacto con la pared lateral derecha ( signo de perforación
intestinal-neumoperitoneo) (a). Se decide conducta quirúrgica.
9. Fig. 10: Pieza intraoperatoria del mismo donde se observa
perforación intestinal con signos de isquemia y material
purulento. (a) ESTADIO IIIB
Hallazgos ecográficos
GAS EN LA VENA PORTA: hallazgo de enfermedad avanzada,
actualmente de mejor pronóstico debido a los avances en los
tratamientos actuales.
No es sinónimo de irreversibilidad de la enfermedad.
Puede hallarse en la radiografía simple de abdomen, y también en la
ecografía, donde se visualizan focos hiperecogénicos intravasculares
en el hígado, en tiempo real, puede verse como se mueven las
burbujas de aire por las ramas de la vena porta.
La ecografía puede demostrar gas en la pared intestinal, en forma de
arco o circulo hiperecogénico.
También puede evidenciarse engrosamiento parietal y edematoso
intestinal
10. Fig. 11: Ecografía abdominal donde se observa imágenes
ecogénicas intravasculares en la vena porta y sus ramas que
corresponden a la presencia de gas (b) ESTADIO IIB
(RadioGraphics 2007)
11. Fig. 12: Ecografía Abdominal donde se observa círculo ecogénico
en la pared intestinal (esto demuestra la presencia de gas en la
pared) (b) ESTADIO IIIA/B (RadioGraphics 2007)
DIAGNÓSTICOS DIFERENCIALES
Infecciones
Obstrucciones
Vólvulo
La Indometacina puede producir una perforación intestinal local, se
manifiesta con neumoperitoneo, pero con menor afección sistémica
que los que padecen enterocolitis necrotizante.
Tratamiento
Pronóstico y tratamiento
Sobrevivivieron a la enterocolitis necrotizante mas de las de dos
terceras partes de los niños afectados; el pronóstico actualmente a
mejorado significativamente gracias al tratamiento agresivo de sostén
y a la mejor elección del momento de la intervención quirúrgica.
En nuestra población estudiada, debido al bajo peso, el tratamiento
fue quirúrgico en aproximadamente el 10%. Ante la sospecha de
enterocolitis necrotizante, hay que interrumpir inmediatamente la
alimentación y descomprimir el intestino con una sonda nasogástrica
de doble luz conectada a un sistema de aspiración. Para mantener la
circulación se administran los cristaloides y coloides adecuados en
líquidos parenterales, ya que la amplia inflamación intestinal y la
peritonitis pueden causar pérdidas considerables hacia el tercer
espacio. La duración total de la nutrición parenteral es de 14 a 21 días,
en tanto el intestino cura. Además se iniciará desde el principio la
administración de antibióticos sistémicos con un b-lactámico y un
aminoglucósido, considerándose la conveniencia de añadir una
cobertura de anaerobios (p. ej., clindamicina, metronidazol): este
tratamiento debe mantenerse durante 10 días. Es muy importante
tener en cuenta que el Recién Nacido con enterocolitis necrotizante
requiere una reevaluación clínica frecuente (es decir, al menos cada 6
horas), radiografías abdominales escalonadas, recuentos leucocitarios
y plaquetarios y gasometrías sanguíneas.
El tratamiento quirúrgico fue necesario en alrededor del 10% de los
pacientes estudiados.
Sus indicaciones absolutas son la perforación intestinal
(neumoperitoneo), los signos de peritonitis (ausencia de ruidos
12. intestinales y defensa difusa y dolor a la palpación o eritema y edema
en la pared abdominal) o la aspiración de material purulento de la
cavidad abdominal por paracentesis. Debe considerarse también en
los lactantes con enterocolitis cuya situación clínica y analítica
empeora a pesar del tratamiento médico En la intervención quirúrgica
se extirpa el intestino gangrenado y se crean ostomías. (Si el intestino
restante no muestra signos de isquemia, puede hacerse una
anastomosis primaria.) Cuando la sepsis o la peritonitis curan, puede
restablecerse la continuidad intestinal, en general varias semanas o
meses después. En raras ocasiones, los pacientes no intervenidos
desarrollan estenosis intestinales en las semanas o meses siguientes,
que suelen localizarse en el ángulo esplénico del colon. En estos
casos, es necesario extirpar la zona estenótica para eliminar la
obstrucción intestinal.
Como algunos brotes de enterocolitis necrotizante pueden tener una
causa infecciosa, se recomienda aislar a los lactantes con
enterocolitis.
Complicaciones
La mayoría de las complicaciones son postquirúrgicas. Cabe destacar
la más frecuente:
Estenosis a nivel del ángulo esplénico del colon, la resección de la
estenosis puede producir el síndrome del intestino corto
(malabsorción, retraso del crecimiento, malnutrición). Este hallazgo se
observa hasta en un 50% de los pacientes tratados quirúrgicamente, y
hasta un 25% en los que reciben tratamiento médico de sostén.
13. Fig. 13.: Colon por enema donde se observa estenosis cicatrizal
del colon a nivel del ángulo esplénico (a)
OTRAS COMPLICACIONES:
Debido al uso de catéteres venosos centrales es frecuente la aparición
de sepsis a punto de partida de catéter, trombosis, ictericia colestática,
14. alteración hidroelectrolítica, lo cual lleva en estos pacientes de muy
bajo peso al fallo multiorgánico en el 80% de los casos con alto riesgo
de mortalidad.
Las hemorragias hepáticas intraoperatorias.
Fístulas cutáneas por drenaje, asociadas o no a abscesos.
Evolución de los casos presentados
A. Pacientes que recibieron tratamiento clínico de sostén evitando la
intervención quirúrgica.
B. Pacientes que recibieron intervención quirúrgica sin complicaciones
a posteriori.
C. Pacientes que recibieron intervención quirúrgica teniendo como
complicación de la misma Síndrome de Intestino Corto.
D. Pacientes obitados.
PACIENTES OBITADOS (2,9% DE LOS CASOS)
A. Que no llegan a ser intervenidos quirúrgicamente.
B. Intervenidos y fallecidos durante el procedimiento.
C. Fallecidos entre 24 y 48 horas post quirúrgicas.
15. Prevención
En lo posible prevenir la prematurez.
Una vez nacido aportar volúmenes pequeños no superiores a 15-20
ml/Kg./en 24 hs.
Uso de leche materna exclusiva o fórmula con fosfolípidos de huevo.
Ante la minima sospecha , trabajo en forma conjunta con cirugía y
tomas seriadas de radiografías
Resumen
Enfermedad que afecta principalmente a recién nacidos prematuros o
patológicos y que se caracteriza por necrosis de la mucosa o
transmural de la pared intestinal, cuya localización más frecuente es el
íleon terminal. La etiopatogenia es multifactorial.
Su incidencia oscila entre el 1 al 5% de los ingresos en las unidades
de cuidados intensivos neonatales. El 60-80% de los casos se
observan en niños prematuros de alto riesgo, aunque puede afectar en
un bajo porcentaje a recién nacidos a término con peso adecuado o
bajo peso para su edad gestacional.
Son múltiples las posibles etiologías, a considerar la edad gestacional,
a menor edad gestacional, mayor riesgo de enterocolitis
necrotizante.
16. Debido a que los signos clínicos muchas veces son inespecíficos, se
debe considerar la posibilidad de esta enfermedad aun más en niños
prematuros, como en este trabajo.
El abordaje diagnóstico desde el punto de vista imagenológico es la
radiografía simple de abdomen, junto a la ecografía, estas nos aportan
valiosa información, y nos permiten hacer un seguimiento estricto en
casos de diagnóstico fehaciente de enterocolitis necrotizante mediante
el estudio seriado del mismo, puede abordarse al mismo en diferentes
posiciones de acuerdo a la gravedad del paciente, permitiendo llegar
al diagnóstico sin tener que utilizar métodos invasivos.
El diagnóstico en estadios precoces de la enfermedad permite un
abordaje clínico-quirúrgico adecuado, pudiendo de esta manera evitar
complicaciones a largo plazo como por ejemplo el síndrome del
intestino corto.
Conclusión
La radiología convencional constituye el pilar diagnóstico
imagenológico para esta patología, junto con la ecografía, de esta
manera se trata de evitar la intervención quirúrgica, cuya complicación
más frecuente en la actualidad es el síndrome de intestino corto.
Dejando los nuevos métodos de diagnóstico disponibles, para ser
utilizados ante eventuales complicaciones.