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Alumno: Fecha: Curso:
EVALUACIÓN INICIAL DE LA ATENCIÓN
(FUNCIONES EJECUTIVAS)
SI NO OBSERVACIONES
SOSTENIDA
Escucha un cuento tradicional durante …..
minutos.
SELECTIVA
Escucha un cuento tradicional mientras se
ponen sonidos ambientales en el aula.
Escucha un cuento tradicional mientras pasan
imágenes en la pantalla del ordenador.
ALTERNANTE
Realiza sumas y restas mezcladas sin cometer
fallos.
DIVIDIDA
Es capaz de repasar líneas contándonos lo que
ha hecho el fin de semana.
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NOMBRE: _______________________________________ FECHA: ________________
1- Escucha atentamente el siguiente cuento:
JUAN SIN MIEDO
Existió una vez, en una pequeña aldea, un hombre ya mayor con sus dos hijos.
El mayor era un muchacho constante y muy trabajador, que colmaba de alegría
continuamente a su padre. El más pequeño, sin embargo, solo le daba disgustos:
• Hijo mío- Le dijo en una ocasión el padre a su hijo menor- Tengo poco que dejarte
cuando me vaya, y no has hecho por encontrar una buena posición con la cual puedas
vivir cuando me vaya decentemente. ¿Qué te gustaría hacer?
• No es cierto papá. Muchas veces oigo historias y leyendas plagadas de monstruos
que aterran, y sin embargo, a diferencia del resto que las escuchan, no siento ningún
miedo. ¡Quiero aprender a sentirlo!
Disgustado el padre, creyendo que su hijo pequeño no se tomaba la vida en serio, le
dijo enfadado:
• ¿Crees que eso será suficiente para tu porvenir? ¡Pues márchate a buscar el miedo!
Tras aquellas palabras, Juan se despidió de su padre y su hermano y emprendió su
camino. En él se encontró a un sacristán con el que se decidió a entablar una
conversación, cansado como estaba de caminar solo y en silencio.
• Soy Juan Sin Miedo- Le dijo.
• Extraño nombre posees, pequeño- Respondió sorprendido el sacristán.
• ¿Podría mostrarme usted lo que es el miedo? Siempre he vivido sin él, y he
emprendido este camino lejos de mi casa para poder encontrarlo.
• Quizá pueda ayudarte, pequeño. Cuenta una leyenda, que más allá del valle, existe
un terrible castillo gobernado por un mago malvado. El dueño del castillo, un pobre rey
ha prometido una gran recompensa a aquel que se atreva a enfrentarse al mago y a
hacerle salir del castillo. Hasta ahora todos lo que lo han intentado han huido muertos
de miedo. Sin duda allí podrías encontrar al miedo.
Decidido, Juan emprendió de nuevo el camino dispuesto a no parar hasta divisar las
torres del dicho castillo. Una vez allí, Juan se acercó y situó junto a la misma puerta en
la cual se encontraban dos guardias reales, que vigilaban aquella puerta principal:
• Soy Juan Sin Miedo y deseo ver a vuestro rey.
El más fuerte le acompañó al salón del trono y allí el monarca le explicó las
condiciones necesarias que debía reunir para conseguir liberar el castillo del poder del
malvado mago.
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• Te entregaré todo el oro de mi reino si consigues pasar tres noches allí y liberar a mi
castillo de la oscuridad.
• Le agradezco sus palabras, su majestad, pero yo en realidad solo quiero descubrir lo
que es el miedo.
• «Qué valiente y honesto es este muchacho»- Pensó el rey tras escuchar sus
palabras, sin embargo pocas son mis esperanzas ya…
Juan se dispuso entonces a pasar su primera noche en el castillo, cuando de pronto, le
despertó un alarido que procedía de un espectro tenebroso:
• ¿Quién eres que hasta te atreves a despertarme?- Preguntó sin más reparo Juan.
Y por más alaridos que realizó el fantasma, solo consiguió burlas por parte de Juan
Sin Miedo. A la mañana siguiente el rey visitó a Juan, advirtiéndole de que todavía le
quedaban un par de noches en el castillo para conseguir su objetivo y promesa
cumplida de liberar el castillo. Advertido, y ya dispuesto a dormir en la segunda noche,
de nuevo Juan Sin Miedo escuchó unos alaridos que le alertaron. Tras ellos, Juan se
dispuso a cortar la cadena que acarreaba el fantasma que le había desvelado aquella
segunda noche, y tras cortarla el fantasma desapareció para siempre de la habitación
y del castillo.
El monarca consideraba que toda aquella valentía no era suficiente para enfrentarse al
maleficio, y de este modo Juan Sin Miedo llegó a la tercera noche, y una vez dormido,
escuchó los ruidos de una momia espeluznante que le acechaba:
• ¿Por qué interrumpes mi sueño?- Preguntó Juan.
Al no recibir respuesta Juan Sin Miedo tiró de la venda de la momia, tras la cual,
misteriosamente, se encontraba el malvado mago.
• Parece que mi magia no responde frente a ti. Déjame escapar y liberaré al castillo de
mi encantamiento- Dijo el mago.
¡Qué alegría sentía el rey y la comarca entera! Todos se reunieron a las puertas del
castillo para celebrar la valentía de Juan Sin Miedo y honrarle por su hazaña. Así, el
rey le ofreció residir en su castillo, y Juan permaneció allí mucho tiempo, convencido
de que nunca conocería al miedo. Trascurrieron los años, hasta que una de las hijas
del rey dejó, trasteando, caer una pecera colmada de pequeños peces sobre la cama
de Juan Sin Miedo.
• ¡Qué horror! ¡Qué miedo!- Exclamó exaltado Juan retirándose el agua y todos los
peces del rostro.
Y así, con unos sencillos pececillos de colores, fue como Juan descubrió lo que era el
miedo. ¡Quién lo iba a decir! Desde luego no la joven princesa, que decidió guardar el
secreto de lo ocurrido para que todos siguiesen conociendo a aquel hombre como
“Juan Sin Miedo”.
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2- Escucha atentamente el siguiente cuento (se
colocan sonidos de naturaleza)
por ejemplo: https://www.youtube.com/watch?v=7Ilu033ydSw:
EL PATITO FEO
Ocurrió una vez en un bello lugar del campo, que una Mamá Pata al esperar
ansiosa y alegre a sus pequeños patitos, que siempre le salían preciosos,
encontró un último huevo grande y muy extraño, que parecía no quererse abrir.
Muy extrañada, Mamá Pata y sus pequeños patitos recién nacidos, observaron
y observaron al huevo en espera de algún movimiento, hasta que al fin ocurrió.
Y de aquel gran cascarón que Mamá Pata ni siquiera recordaba esperar,
finalmente salió un patito de extraño plumaje, completamente distinto a los
demás. Perpleja, Mamá Pata contemplaba a aquel pequeño mientras él se
aproximaba a su mamá y a sus hermanos con movimientos absolutamente
torpes.
– ¡Sólo puede ser un error! – se decía Mamá Pata. ¡En nada se parece al
resto de mis crías!
Y una vez que el patito de pelaje extraño se situó frente a Mamá Pata, ésta le
retiró la mirada, negándole así el calor que el pequeño necesitaba.
Nadie parecía quererle, tan distinto que era a su familia, de manera que aquel
pobre pato al que habían apodado el Feo, decidió al día siguiente abandonar
su hogar y emprender un nuevo camino.
En busca de una familia que se le pareciera, el pobre patito se encontró con
una mujer que le condujo a su casa. Allí pudo conocer a otros animales y comió
muy bien. Tanto…que pronto se advirtió del peligro que le acechaba en casa
de aquella anciana, que no había querido ayudarle, sino que procuraba
engordarle y cenársele por Navidad.
De nuevo, y aunque ya había llegado el invierno, el patito de pelaje extraño
escapó. Las fuertes heladas retrasaban su camino y languidecían al pobre
animal, hasta que un hombre que paseaba le encontró desvanecido sobre el
blanco de la nieve y decidió llevarlo consigo a su hogar. ¡Qué felicidad reinaba
en aquella casa! Y, ¡qué cariño profesó aquella familia al pobre patito feo!
Sin embargo, una vez recuperado de salud, el hombre que le había recogido y
cuidado, consideró que debían liberarlo de nuevo y llevarlo a su verdadero
hogar: el campo. Y así, llegada y florida la primavera, depositaron al pato en un
precioso y tranquilo estanque.
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Los días resultaban armoniosos y cálidos en aquel lugar, y ya nadie parecía
atosigar al patito feo. Paseaba tan tranquilo por aquellas aguas, que casi
parecía haber olvidado todo lo malo. Hasta que una tarde plácida, al observar
el fondo del cristalino estanque, el patito pudo ver su imagen reflejada por vez
primera. Había crecido mucho. Su plumaje ahora brillaba como el de aquellos
cisnes que le acompañaban cada día en el estanque. Muy contrariado, el patito
de pelaje extraño decidió preguntar:
– ¿Por qué nadáis en este estanque en compañía de un vulgar pato tan feo
como yo?–exclamó.
Los cisnes quedaron boquiabiertos ante aquella pregunta, y el más viejo le
respondió:
– ¿Acaso no te ves, hermano mío? No solo eres un cisne, sino que además,
eres uno de los más bellos que mis ojos han visto nunca.
Y así fue como al fin en su hogar, el Cisne comprendió porque no había sido
nunca el Pato más raro y feo… ¡Qué felicidad sintió!
3- Escucha atentamente el siguiente cuento (se coloca
en el ordenador una sucesión de imágenes sin
sonido) por ejemplo: https://www.youtube.com/watch?v=0Q-4lB1W6Ak:
LOS TRES CERDITOS
Hubo una vez tres hermanos cerditos, que decidieron abandonar el hogar familiar un
verano, en busca de aventuras y juegos por el bosque. Sin embargo, cuando se
aproximaba el otoño y su aire frío, amenazador de invierno, decidieron poner fin a su
viaje de aventuras y asentarse en un único lugar construyendo un hogar donde
refugiarse.
El cerdito más perezoso construyó una casa de paja, deseoso como estaba de
terminar su construcción y de volver a los juegos de siempre:
¡Es demasiado frágil! – Le dijeron sus hermanos…a los que no escuchó.
El segundo cerdito, algo menos perezoso pero igual de testarudo, decidió construir la
suya con tablas de madera, y tras unos martillazos finalizó la casa en dos días,
deseoso también de diversión y juegos.
El tercer cerdito, por el contrario, que era muy sabio, decidió olvidar el juego durante
un tiempo a cambio de obtener con el trabajo de sus propias manos, una casa muy
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fuerte y duradera. Y así, ladrillo a ladrillo como un albañil, el tercer cerdito fue
terminando su casa mientras sus hermanos se burlaban de él por no querer ya jugar
con ellos.
Días después, unas grandes huellas sobre el terreno, avisaron a los cerditos del
posible ataque de un lobo feroz y se refugiaron asustados en sus respectivas casas.
Una vez allí el temido lobo, enfurecido y hambriento, se situó frente a la casa de paja
gritando al pobre cerdito perezoso que se le iba a comer:
¡Sal cerdito! ¡Solo quiero hablarte!- Exclamó el lobo con la boca hecha agua.
Y tras la negativa del cerdito, el lobo hinchó sus pulmones de aire y sopló frente a la
humilde casa de paja, que se desmoronó por completo, dejando desprotegido al
cerdito que corrió, antes de que el lobo se percatase, hacia la casa más próxima: la de
madera. Enfurecido el lobo al ver que había escapado el cerdito, se dirigió hacia la
casa de madera y de nuevo dirigió una llamada a su interior mientras golpeaba la
puerta con sus peludas y fieras pezuñas:
¡Abrid cerditos! ¡Sólo quiero hablaros!
Los dos hermanos cerditos refugiados en el interior de la casa de madera, se
apoyaban contra la puerta haciendo fuerza y lloraban aterrados de miedo, cuando el
lobo de nuevo llenó de aire sus pulmones y lanzó un soplido tan, tan grande, que hizo
desplomar cada una de las tablas de madera que sostenían aquel hogar. El cerdito
más sabio, que había observado la desgracia de sus hermanos desde una de las
ventanas de su fuerte y sólido hogar, abrió rápidamente su puerta para acoger a sus
hermanos y librarles de las zarpas del lobo feroz.
Ya en la tercera casa, los tres cerditos se sintieron más seguros y sosegados. El lobo
una vez más se situó frente a la puerta y comenzó a soplar, pero la resistente casa
construida por el cerdito sabio ni siquiera se inmutaba. Consternado y cada vez más
hambriento, el lobo decidió colarse entonces por el hueco de la chimenea que poseía
el hogar.
¡Corred! ¡Encendamos el fuego! – Exclamó el cerdito sabio, consciente del nuevo plan
urdido por el lobo.
Y de este modo, cuando el lobo por fin consiguió adentrarse por el conducto estrecho
de la chimenea, cayó sobre el fuego ardiente del hogar prendido por los tres cerditos.
Éstos, reían y reían observando la cola humeante del desdichado lobo, que había
echado a correr adentrándose en el bosque sin mirar atrás. Desde aquel día los tres
hermanos cerditos fueron muy felices, y todos decidieron dejar la pereza a un lado, y
trabajar duro para vivir así tranquilos ante cualquier adversidad.
Desde lejos observaba el lobo las sólidas y grandes casas construidas ya por los tres
cerditos y sus enormes chimeneas, y se rumorea que no se atrevió a volver por allí
nunca jamás.
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(solo hay que imprimir la primera y esta página para cada alumno)
4- Calcula las siguientes sumas y restas:
NIVEL 1
4 6 8 4 7 9 3
+ 5 - 5 - 4 + 4 - 7 - 7 + 6
__________________ __________________ __________________ ________________ _________________ __________________ _________________
NIVEL 2
12 14 22 26 20 31 18
+ 9 - 5 - 6 + 7 - 8 -12 + 8
__________________ __________________ __________________ ________________ _________________ __________________ _________________
5- Cuéntame lo que has hecho estas vacaciones,
este fin de semana, ayer por la tarde… mientras
repasas las siguientes líneas: