2. El Imperio Romano en el Siglo IV se extendía por toda la cuenca del
Mediterráneo; en su zona occidental, éste estaba delimitado por los ríos
Rin y Danubio, al norte de los cuales el territorio estaba habitado por una
variedad de pueblos de origen escandinavo llamados germanos por los
romanos, con quienes tenían escaramuzas frecuentemente.
Entre los años 235 y 285 Roma estuvo sumida en un periodo de anarquía y
guerras civiles durante el cual se sucedieron doce emperadores. Esto
debilitó las fronteras, pues para las luchas internas, los soldados más
valorados eran los de las fronteras, pues poseían experiencia militar, lo que
en ocasiones dejaba totalmente desprotegidas las fronteras según fuera el
caso.
A partir del año 200 d.C. aproximadamente, los germanos, en busca de
nuevas tierras, se desplazaron hasta la frontera norte del imperio. Los
emperadores de la época permitieron el ingreso de los germanos bajo dos
condiciones: debían actuar como colonos y trabajar las tierras, además de
ejercer como vigilantes de frontera.
En este contexto apareció un pueblo que tuvo suma importancia en la caída
del Imperio y al cual nos referiremos; los Hunos.
3. Este pueblo, aterrorizaba a las tribus y debido a su gran número
arrasaban todo a su paso. Luego de derrotar a los alanos, y
ostrogodos, se extendieron desde Rusia a Europa Occidental,
provocando la huida de los visigodos hasta el interior del Imperio
Romano de Occidente, lo que pronto conllevó a enfrentamientos
que a la larga serían la causa de la caída de este Imperio.
4. Su origen exacto es incierto, pero se sabe que eran un
pueblo nómada procedente de la zona de Mongolia, en Asia
Central, y que empezaron a migrar hacia el Oeste a partir
del Siglo III, probablemente a causa de cambios climáticos
y posterior hambruna acaecida en esos territorios.
A causa de una profunda mezcla étnica entre diversas tribus
euroasiáticas, este pueblo no era de una raza bien definida,
pero se supone que poseían rasgos de tipo mongol o
centroasiático. Por su origen se cree que la lengua de los
hunos debió ser del grupo al que pertenecen lenguas como
el turco o el mongol pero se sabe que para relacionarse con
otros pueblos europeos usaron el idioma gótico como
lengua principal.
5. Eran nómadas y vivían en chozas temporales, aunque
conocían la propiedad de la tierra y solían merodear por
zonas concretas que estuvieran en su poder. Por su condición
nómada, la ganadería y la cacería tenían un papel más
importante en su economía que la agricultura. Las carencias
en su dieta eran saciadas por medio del comercio con otras
tribus y, de forma mucho más habitual, el pillaje en territorio
extranjero.
En cuanto a la religión no se sabe casi nada de ella.
Aparentemente tenían un tipo de adoración al caballo ya que
estos animales eran una figura casi sagrada para ellos debido
a que eran un elemento importante en su vida, pues los
usaban tanto para la guerra como para cazar y desplazarse
por las grandes estepas de Asia Central.
6. Debido a su estilo de vida nómada,
los hunos debían fabricar viviendas
que fueran fáciles de transportar si
era necesario y muchas veces debían
saquear ciudades para contar con los
recursos que necesitaban.
7. Lamentablemente se sabe muy poco de ellos en cuanto a su cultura pues la
mayoría de los datos que existen sobre ellos provienen de los romanos que
claramente los despreciaban por lo que son fuentes muy poco fidedignas.
Las fuentes romanas suelen referirse a ellos como individuos subhumanos
carentes de cualquier clase de dios y moral, sin creencia en otra vida aparte de
la terrenal, aunque se sabe que tenían algo parecido a chamanes o brujos en su
tribu, que creían en la existencia de criaturas infernales, especializados en la
adivinación a partir del examen de restos y huesos de animales. Originalmente
cremaban a sus muertos, aunque más adelante comenzaron a enterrarlos.
Practicaban tanto la poliandria como la poliginia, es decir, tanto hombres como
mujeres podían tener una o más parejas. Además se cree que practicaban otras
especies de ritos, como trazar cicatrices en el rostro de los recién nacidos con
hierro para que crecieran imberbes.
Un escritor romano los describe, entre otras cosas, así: “seres crueles y feroces,
imberbes, salvajes, extraordinariamente resistentes a las condiciones adversas
como el frío, hambre y sed, deformes por los ritos de deformación craneana que
practican e ignorantes del fuego, de la cocina y de la vivienda; seres que viven
como animales alimentándose de raíces, plantas silvestres y carne media cruda
y que usan pieles de alimañas o túnicas de lino que no se quitan hasta que se les
pudre sobre el cuerpo y que no se bajan del caballo ni siquiera para comer y
beber.
8. Las armas que empleaban en la guerra eran la espada recta, la lanza,
el lazo (especie de cuerda con la que lazaban a sus enemigos y les
rompían el cuello) y el arco, que solían utilizar desde el caballo, estos
eran unos arcos especiales, eran compuestos y curvados, además de
asimétricos, lo que les permitía portarlos y manejarlos con facilidad
arriba del caballo, pues en su parte inferior eran más cortos. A esto
contribuía el uso del estribo, que tomaron de los chinos y que
introdujeron más tarde en Persia y Europa, el cual les permitía
apoyarse en el caballo para disparar con mayor precisión y les
proporcionaba una mejor visión, al poder estar de pie sobre el
caballo.
Sembraron el terror en sus enemigos por la rapidez con la que se
movían y cambiaban de caballo varias veces al día para mantener
este dominio. De pie y apoyados en los estribos, podían disparar por
el frente, por los costados y por detrás. Sus tácticas se caracterizaron
por la sorpresa, los ataques relámpago y el terror que producían
después. Constituían fundamentalmente un ejército de caballería, el
mejor de la antigüedad y su estructura militar se basaba en un solo
líder fuerte que los guiara a la victoria.
9. Gracias a la velocidad y organización
de su caballería, los hunos,
atemorizaban al enemigo, pues eran
muy hábiles con el arco y también con
las espadas que usaban en el combate
cuerpo acuerpo. Se cree que tenían
unidades acorazadas especialmente
para este último tipo de combate.