El documento describe unas placas de azulejos que forman parte de un Vía Cruxis en la Iglesia de San Julián en Sevilla. Las placas, que conmemoran 70 años desde su colocación en 1945, fueron donadas por los Condes de las Torres de Sánchez Díaz y pintadas por el ceramista Antonio Muñoz Ruíz en el taller Montalván de Triana. El autor descubre un error en la colocación de dos placas cuyas escenas no coinciden con los numerales romanos.