21. El Propósito Interno
Tan pronto como trascendemos el simple estado de supervivencia, la pregunta acerca del
significado y el propósito adquiere lugar preponderante en nuestra vida. Muchas personas se
sienten prisioneras de la rutina diaria, la cual parece restar toda importancia a la vida. Hay
quienes piensan que la vida pasa, que las está dejando o ya las ha dejado atrás.
22. Por eso lo más importante que debemos reconocer es lo siguiente: tenemos un propósito
interno y otro externo en la vida. El propósito interno se relaciona con el Ser y es primario. El
propósito externo se relaciona con el hacer y es secundario. Sin embargo, los dos propósitos
están tan íntimamente ligados que es casi imposible hablar del uno sin hacer referencia al
otro.
23. Nuestro propósito interno es el despertar. Es así de sencillo, es un propósito que
compartimos con todos los demás seres humanos de este planeta, porque es el propósito de
la humanidad. Nuestro propósito interno es parte esencial del propósito del Todo, del
universo y de su inteligencia.
24. Nuestro propósito y destino es
traer a este mundo una nueva dimensión
permaneciendo en unicidad consciente
con la totalidad y en armonía consciente
con la inteligencia universal.
25. Nuestro propósito externo puede variar con el tiempo y es muy diferente según la persona.
La base para poder cumplir con nuestro propósito externo está en encontrar el propósito
interno y vivir en consonancia con él. Es la base del éxito verdadero.
26. Como pasar del reconocimiento de mi
propósito interno a descubrir lo que debo
hacer en el plano externo
27. El propósito externo llega mediado por la conciencia, no por el pensamiento. La persona se
despierta un buen día con la certeza de lo que debe hacer. Algunas personas abandonan de
la noche a la mañana un ambiente de trabajo o una situación de vida demencial.
28. Así, antes de descubrir lo correcto para usted a nivel externo, antes de descubrir aquello que
funciona y que es compatible con el despertar de la conciencia, quizás tenga que descubrir
aquello que no está bien, o que ya no funciona, o es incompatible con su propósito interno.
29. Es posible que lleguen otros tipos de cambios desde afuera. Un encuentro inesperado trae
oportunidades nuevas y expansión para la vida. Se disuelve un obstáculo o un conflicto de
vieja data. Sus amigos viven la misma clase de transformación interna o desaparecen de su
vida. Algunas relaciones se disuelven mientras que otras se profundizan.
30. Pero no todo el mundo debe pasar por cambios drásticos en sus circunstancias externas, en
el otro extremo del espectro están las personas que permanecen exactamente donde están y
continúan haciendo lo mismo de siempre. En su caso, es el cómo el que cambia, no el qué.
31. Estar en unión con lo que Es hace que la motivación para actuar provenga de un nivel más
profundo y no de los deseos o los temores del ego.
32. El descubrimiento del
Espacio Interior
Un antiguo relato sufi dice que vivía en algún país del Medio Oriente un rey cuya existencia
oscilaba permanentemente entre la felicidad y el abatimiento. Se enojaba o reaccionaba
intensamente frente a la más mínima cosa, y su felicidad se convertía rápidamente en
desilusión y desesperación.
33. Consultado el mago del reino, este le entregó al rey un cofre de jade tallado. Al abrirlo, el rey
encontró solamente un anillo de oro en el cual había grabadas unas letras. La inscripción
decía: Esto también pasará.
34. "¿Qué significa esto?" preguntó el rey. Y el sabio le dijo, "Lleva siempre este anillo y antes de
que califiques de bueno o malo cualquier acontecimiento, toca el anillo y lee la inscripción.
De esa forma estarás siempre en paz".
35. El hecho de reconocer que “Esto también pasará” trae consigo el desapego, y éste a su vez
nos abre una nueva dimensión de la vida: el espacio interior. Cuando vivimos en el desapego,
sin juzgar y sin resistirnos, logramos acceso a esa dimensión.
36. Y desde ese espacio emana una paz que "no es de este mundo", porque este mundo es
forma y la paz es espacio. Es la paz de Dios. Entonces podremos disfrutar y honrar las cosas
de este mundo sin atribuirles la importancia y el peso que no tienen.
37. Tener conciencia del espacio significa que, además de tener conciencia de las cosas (que
siempre se reducen a las percepciones sensoriales, los pensamientos y las emociones) hay un
estado de alerta subyacente.
38. Es una dimensión que está presente en todos nosotros, pero que pasa inadvertida para la
mayoría de las personas. Es nuestra Presencia.
39. La conciencia del espacio representa no solamente la liberación del ego, sino también del
materialismo y la materialidad. Es la dimensión espiritual, la única capaz de imprimir
trascendencia y un verdadero significado a este mundo.
40. Cuando podemos disfrutar las cosas sencillas como el sonido de la lluvia o del viento; cuando
podemos ver la belleza de las nubes deslizándose en el cielo, o estar solos sin sentirnos
abandonados, o sin necesitar el estímulo mental del entretenimiento; cuando podemos
tratar a los extraños con verdadera bondad sin esperar nada de ellos, es porque se ha abierto
un espacio, aunque sea breve, en medio de ese torrente incesante de pensamientos que es la
mente humana.
41. Así, cuando aprecie algo sencillo, un sonido, una imagen, una textura, cuando vea la belleza,
cuando sienta cariño y bondad por otra persona, sienta ese espacio interior de donde
proviene y se proyecta esa experiencia.
42. El espacio interior, la conciencia y lo que somos realmente en nuestra esencia son la misma
cosa. En otras palabras, la forma de las cosas pequeñas deja espacio para el espacio interior.
Y es a partir del espacio interior, de la conciencia no condicionada, que emana la verdadera
felicidad, la alegría de Ser.
43. He aquí otra forma de encontrar el espacio interior: Tome conciencia de estar consciente.
Diga o piense, "Yo Soy" sin agregar nada más. Tome conciencia de la quietud que viene
después del Yo Soy. Sienta su Presencia, el ser desnudo, sin velos, sin ropajes. Es el Ser para
el cual no hay juventud, vejez, riqueza o pobreza, bien o mal, ni ningún otro atributo. Es la
matriz espaciosa de toda la creación, de toda la forma.
79. Cada vez que renunciamos a uno de esos patrones, restamos peso a lo que somos en el nivel
de la forma y nuestro verdadero Ser se manifiesta más plenamente. Nos empequeñecemos
para engrandecernos.
80. A continuación aparecen algunas de las formas como las personas tratan de enfatizar su
identidad con la forma, aunque inconscientemente. Por ejemplo, exigir reconocimiento por
algo que hicimos y molestarnos o enojarnos al no recibirlo
81. Tratar de llamar la atención hablando de nuestros problemas, de nuestra enfermedad, o
haciendo una escena
82. Dar una opinión cuando nadie la ha pedido y no contribuye en lo absoluto a la situación.
83. Preocuparnos más por la opinión que el otro tenga de nosotros, que por la otra persona,
es decir, utilizar a los demás para reflejar nuestro ego o fortalecerlo.
84. Tratar de impresionar a los demás con nuestras posesiones, conocimiento, aspecto físico,
posición social, fortaleza física, etcétera.
88. QUEJAS
Renegar es una de las estrategias predilectas del ego para fortalecerse. Cada queja es una
historia inventada por la mente y la creemos ciegamente. No importa si manifestamos
nuestras quejas o si las pensamos en silencio.
89. El resentimiento
Esta es la emoción que acompaña a las lamentaciones y a los rótulos mentales, y refuerza
todavía más el ego. El resentimiento equivale a sentir amargura, indignación, agravio u
ofensa. Resentimos la codicia de la gente, su deshonestidad, su falta de integridad, lo que
hace, lo que hizo en el pasado, lo que dijo, lo que no hizo, lo que debió o no hacer. Al ego le
encanta.
90. Trata de atrapar a la voz de tu mente en el momento mismo en que se queja de algo, y
reconócela por lo que es: la voz del ego, nada más que un patrón mental condicionado, un
pensamiento.
91. El ego implica inconciencia. La conciencia y el ego no pueden coexistir. El viejo patrón o
hábito mental puede sobrevivir y reaparecer durante un tiempo porque trae el impulso de
miles de años de inconciencia colectiva, pero cada vez que se lo reconoce, se debilita.
93. Descubra su espacio interior creando vacíos entre el torrente de pensamientos. Sin esos
vacíos, el pensamiento se vuelve repetitivo, pierde toda inspiración y chispa creadora, como
sucede con la gran mayoría de las personas del planeta.
94. Tome conciencia de su respiración. Note la sensación de respirar. Sienta cómo el aire entra y
sale de su cuerpo. Note cómo se expanden y se contraen ligeramente el pecho y el abdomen
al inhalar y al exhalar.
95. Una respiración consciente basta para abrir algo de espacio en medio del tren interminable
de pensamientos. Una respiración consciente (y dos todavía más) varias veces al día es una
manera excelente de traer espacio a la vida.
96. En alemán, respiración es atmen, palabra derivada del sánscrito antiguo atman que significa
el espíritu divino interior o el Dios interior.
97. Usted podrá decidir si desea practicar o no la conciencia de la respiración como meditación
formal. Sin embargo, la meditación formal no reemplaza la acción de crear la conciencia del
espacio en la vida diaria.
98. El hecho de tomar conciencia de la respiración nos obliga a estar en el momento presente, la
clave de toda transformación interior. Siempre que tomamos conciencia de la respiración
estamos absolutamente presentes.
99. Perdernos para encontrarnos
El espacio interior también aflora cuando renunciamos a la necesidad de enfatizar nuestra
identidad con la forma. Esa necesidad le pertenece al ego y no es una necesidad verdadera.
Ya hicimos una breve alusión a esto.
100. ¿Qué somos cuando ya no tenemos nada con lo cual identificarnos? Cuando las formas que
nos rodean mueren o se aproxima la muerte, nuestro sentido del Ser, del Yo Soy, se libera de
su confusión con la forma: el Espíritu vuela libre de su prisión material.
101. Reconocemos que nuestra identidad esencial es sin forma, una omnipresencia, un Ser
anterior a todas las formas y a todas las identificaciones. Eso es Despertar.