Successfully reported this slideshow.
Your SlideShare is downloading. ×

9 El libro del Eclesiastés.pptx

Ad
Ad
Ad
Ad
Ad
Ad
Ad
Ad
Ad
Ad
Ad
Upcoming SlideShare
11 Sabiduría.pptx
11 Sabiduría.pptx
Loading in …3
×

Check these out next

1 of 80 Ad

More Related Content

Similar to 9 El libro del Eclesiastés.pptx (20)

Advertisement

Recently uploaded (20)

9 El libro del Eclesiastés.pptx

  1. 1. El libro del Eclesiastés EL QOHÉLET
  2. 2. • El Qohélet o Eclesiastés, escrito datable hacia el siglo III a.C., es uno de los libros del Antiguo Testamento que presenta mayores dificultades de interpretación, • no solo porque desconocemos muchas de las cuestiones de índole contextual que lo configuran (el ambiente cultural en que fue escrito, las características lingüísticas de la época, los destinatarios del libro, etc.), • sino, sobre todo, porque permanece en penumbras la orientación teológica precisa del libro, lo que ha dado lugar a múltiples hipótesis sobre el significado de muchos de sus textos.
  3. 3. • El hecho, sin embargo, de que el libro haya entrado a formar parte tanto de los libros sagrados del judaísmo como del canon cristiano es un claro indicio, en cualquier caso, de que, a pesar de las paradojas doctrinales que presenta, el Qohélet pertenece a un mundo cultural de ideas auténticamente bíblicas.
  4. 4. • En efecto, en su radicalidad, el libro parece exponer, en forma dialéctica, una reflexión que gira alrededor de un único interrogante de profunda matriz bíblica: • para qué sirve hacer el bien y para qué sirve hacer el mal si, al final, la muerte es la conclusión de la vida para todos. • Qohélet responderá que la explicación del dilema existe y se encuentra en esto: en el «temor de Dios y la guarda de sus mandamientos»; ahí está la explicación última de lo que es el hombre.
  5. 5. 1. TÍTULO
  6. 6. • La tradición hebrea designó este libro con el término «Qohélet», apelativo con el que se autopresenta el autor al inicio de su obra: «Palabras de Qohélet, hijo de David, rey en Jerusalén» (1, 1). • Se trata de un nombre simbólico, que puede entenderse tanto como participio activo singular femenino del verbo “qâhal” (reunir en asamblea, convocar), con el significado, por tanto, de « » (no necesariamente litúrgica) o del « ), o bien, como término derivado del sustantivo “qâhâl” (asamblea, traducido por los LXX generalmente con ekklesía), con el significado de «el
  7. 7. • Los verbos en masculino del texto indican que se trata de un hombre. , pues la lengua hebrea bíblica se sirve de términos femeninos para designar oficios o funciones, como ocurre en Esd 2,55 y Ne 7,57, textos en los que ha-soferet designa el oficio de escriba. • La versión griega de los LXX traduce literalmente «Qohélet» por «Eclesiastés» (gr. Ekklesiastés), «aquel que se sienta o que habla en la asamblea (ekklesía)», título que sancionó la antigua tradición cristiana. • El hecho de que el término «qohélet» se utilice casi siempre sin artículo lo ha convertido en un nombre propio.
  8. 8. • “Eclesiastés”, que significa “quien se sienta o habla en la asamblea” (ekklesia) es traducción del hebreo “Qohelet”, que viene del verbo “qhl”, “reunir en asamblea”, “convocar” y del sustantivo “qahal”, asamblea. • “Qohelet” podría ser el nombre propio del autor del libro, su apodo o título. • Nada sabemos sobre la naturaleza de esa asamblea; si era religiosa o política, académica o profesional.
  9. 9. • Tradicionalmente se pensó que este libro fue escrito por Salomón. En 1,12 se presenta: “Yo, Qohelet, fui rey de Israel en Jerusalén”. Pero la autoría salomónica es una ficción. • El propósito de esta ficción era describir de forma convincente que la posesión ilimitada de todas las cosas deseables en la vida, riqueza, poder, placer, sabiduría, son incapaces de dar una satisfacción completa y duradera.
  10. 10. 2. LUGAR EN EL CANON. TEXTO Y VERSIONES
  11. 11. A) LUGAR EN EL CANON
  12. 12. • En el canon cristiano, que sigue en esto a los LXX, Qohélet está colocado entre Proverbios y el Cantar de los Cantares. • En la Biblia hebrea encuentra, por el contrario, su puesto entre los “meghillôt”, libros sagrados incluidos entre los “ketûbîm” que se leían en la liturgia hebrea, durante las grandes fiestas anuales.
  13. 13. • En concreto, Qohélet era leído en la fiesta llamada “Sukkôt” (fiesta de las tiendas o de los tabernáculos), la más popular de las tres fiestas principales (con Pascua y Pentecostés). • Se celebraba en otoño, del 15 al 23 de Tishrí (septiembre- octubre), primer mes del año civil, como fiesta agrícola, por la conclusión de los trabajos relacionados con la vendimia y la recolección del grano (Dt 16,13), y como fiesta religiosa, como recuerdo del largo peregrinar del pueblo de Israel por el desierto hacia la tierra prometida habitando en tiendas. • Durante la fiesta conmemorativa, las tiendas se emplazaban en las casas, como también en nuestros días.
  14. 14. • No parece que en la tradición judía postbíblica hubieran surgido dudas serias sobre la canonicidad del Qohélet. • Es probable que el carácter normativo de Qohélet hubiera sido generalmente reconocido ya antes del siglo II a.C. por la autoridad judía, como lo fue más tarde por los cristianos.
  15. 15. A) AUTOR Y ÉPOCA DE COMPOSICIÓN
  16. 16. • En nuestros días, la inmensa mayoría de los especialistas considera el libro obra de un único autor, exceptuando quizá el marco redaccional (1,1.2; 12,8) y los dos epílogos (12,9-11 y 12,12-14).
  17. 17. ¿Salomón? Argumentos a favor • A primera vista parecería obra de Salomón, y así fue considerado por la tradición hebrea antigua. • Lo sugieren algunas referencias presentes en el libro, en particular: el hecho de que Qohélet se autoidentifica con el «hijo de David, rey de Jerusalén» y con el «rey de Israel, en Jerusalén» (1, 1.12); porque se atribuye cualidades –sabiduría, poder, riquezas, bienestar, etc.–, distintivas del gran descendiente de David, Salomón, símbolo en la tradición judía del soberano perfecto y del sabio ideal (1, 16;2,4-11; cf. 1 R 6-7; 10); • y porque en el epílogo (12,9-14) se describe a Qohélet como un «sabio» que «trabajó sin descanso inventando frases felices, y escribiendo con acierto sentencias verídicas» (12,10), expresión que hace eco a las palabras de 1 R 4,32 (cf. 5,12), que mencionan las sentencias y composiciones poéticas compuestas por Salomón: «pronunció tres mil proverbios; sus poesías fueron mil cinco».
  18. 18. • A pesar de esto, la crítica moderna considera que, a nivel estrictamente literario, no parece posible atribuir la obra a Salomón, reconociendo la dificultad de individuar la paternidad de la obra y su colocación específica. • La redacción del libro, en su forma final, habría que atribuirla a un sabio (casi nadie admite hoy, como dijimos, una pluralidad de autores), un filósofo culto y aristocrático, conocedor de la antigua tradición, que comunicó en público su sabiduría.
  19. 19. ¿qué destinatarios? Varían las opiniones sobre los destinatarios exactos de la obra: círculos sapienciales, adversarios de los círculos deuteronomistas, discípulos o escolares o, tal vez, una asamblea o el pueblo mismo en su conjunto (cf. 12,9) reunido en las plazas o en las calles de la ciudad.
  20. 20. Entonces, ¿quién y cuándo lo escribió? • Los comentadores son bastante unánimes, por el contrario, en fechar el libro hacia el siglo III a.C. • Los argumentos que lo avalan son, principalmente:
  21. 21. Los argumentos para datar en el siglo III a.C. • la lengua utilizada parece corresponder al período de transformación del hebreo clásico en el mishnaico (hacia el 200 a.C.); • el contexto socio-religioso del libro concuerda más con el período de bienestar que caracterizó la dominación tolemaica en Palestina que con la opresiva dominación seléucida; • el hecho de que en el epílogo (12,9-14) no se mencione la presunta dignidad real del autor, sino que sea considerado entre los «sabios», grupo social que se desarrolló, produciendo sus máximas expresiones literarias, especialmente en la época griega; • por último, la misma colocación del libro en la historia de las ideas religiosas del pueblo de Israel.
  22. 22. • La redacción de Qohélet parece anterior a la de Sirácide (hacia el 190 a.C.), libro que refleja, profundizando, algunos aspectos de la doctrina de Qohélet, y después de Proverbios, debido a la mayor profundidad con que afronta temas religiosos, como la retribución futura.
  23. 23. • La fecha sugerida explica las razones por las que no se encuentran en el libro alusiones al período de helenización de Palestina, bajo la dominación seléucida (siglo II a.C.), • ni referencias a la persecución del rey seléucida Antíoco Epifanes contrarrestada por la rebelión macabea, que estalló alrededor del año 167 a.C.
  24. 24. • Como ya se ha indicado a propósito de otros libros sapienciales, • la atribución del libro a Salomón se podría explicar porque el soberano davídico fue considerado en la tradición bíblica modelo paradigmático de rey sabio, motivo por el que se le atribuyó no solo Qohélet, • sino todo el cuerpo de libros sapienciales, incluyendo el libro de la Sabiduría, claramente de época reciente (siglo I a.C.).
  25. 25. • Por este motivo, la identificación que hace el prólogo del libro entre Qohélet y Salomón hay que considerarla una ficción literaria, que responde a la intención del autor de quererse situar voluntariamente dentro de la prestigiosa tradición sapiencial regia. • Es probable, también, que este fuera uno de los motivo por el que el libro fue recogido en el canon de los libros sagrados del judaísmo rabínico.
  26. 26. B) LUGAR DE COMPOSICIÓN
  27. 27. • Se considera comúnmente que la obra fue escrita en Jerusalén, ciudad mencionada varias veces en el libro (cf. 1,1.12.16; 2,7.9). • De hecho, el contexto cultural de composición de la obra pertenece con gran probabilidad al área geográfica palestina.
  28. 28. El contexto histórico • Nos encontramos, por tanto, probablemente, en la Jerusalén del siglo III a.C., período de la historia del judaísmo solo en parte conocido.
  29. 29. • En esa época, Palestina, bajo el dominio de los Tolomeos, gozaba de paz y de una cierta prosperidad económica. • Las condiciones históricas del siglo III a.C., la coyuntura socio-cultural, las diferencias sociales (cf. Qo 5,7-10), las posibles influencias filosóficas provenientes del contexto del mundo helenista • determinaron, ciertamente, las reflexiones del sabio hebreo, autor de Qohélet, sobre la sabiduría tradicional, ante la que toma una actitud crítica, y sobre el significado de la existencia humana y el destino futuro del hombre.
  30. 30. • Se puede estar de acuerdo, por esto, con Bonora cuando afirma que, probablemente, • Qohélet era un sabio hebreo que en el siglo III a.C. intentó un diálogo entre la fe hebrea y la filosofía popular helenista (cínicos, estoicos, epicúreos y escépticos), y con A. Buehlmann, para quien Qohélet puede ser considerado «el primer filósofo judío».
  31. 31. • Resulta difícil establecer la índole literaria original de Qohélet, es decir, si fue originariamente escrito en prosa o en verso, debido también al escaso conocimiento que tenemos de la poesía hebrea. • El hecho de que los masoretas no utilizasen en esta obra el sistema de acentos típico de los libros poéticos está a favor de una composición original prevalentemente en prosa, • lo que distanciaría Qohélet de los demás escritos de la corriente sapiencial, que privilegiaron la poesía como medio de comunicación.
  32. 32. • han hipotetizado un original arameo, tesis que actualmente cuenta con pocos defensores. • Es más probable que el autor de Qohélet hubiera querido acercarse a la lengua que entonces resultaba más familiar al pueblo, el arameo.
  33. 33. • En el vocabulario característico de Qohélet es necesario indicar términos como: • hebel (vanidad), • “‘amal” (trabajo fatigoso), • yitrôn (ventaja, ganancia), • “’inyan” (ocupación), • “re‘ût” (tormenta, golpe [de viento]), • shalil y rad (jefe, príncipe), etc.
  34. 34. • Las peculiaridades lingüísticas del libro se descubren, sin embargo, sobre todo en las múltiples formas literarias cuya precisa localización posee una importancia decisiva para la correcta interpretación del pensamiento de Qohélet:
  35. 35. • dichos populares (4, 9.12); • proverbios elegantes (7,1); • paralelismos sinonímicos (1,15.18; 7,7; 10,8.9.18; 11,4), • antitéticos (1,14; 7,4) • y sintéticos (4,5; 10,3.15); • comparaciones y semejanzas (2,13; 7,6.12); • aforismos y dichos sapienciales (7, 1-8); • relatos ejemplares o didácticos (4, 13-16; 9, 13-16); • metáforas (7, 26), sobre todo, a propósito del término «vanidad» (1,14; 2,11.17.26; 3, 19); • poemas (1,4-7; 3,1-8; 12,1-7); • antinomias de ideas (2,14) • y repeticiones constantes de términos y fórmulas como: «bajo el sol», «no hay utilidad», «entonces me dije», «después examiné», «observé otra cosa», «además descubrí», «he reflexionado», etc.
  36. 36. • Considerando que ha querido dialogar o polemizar con la cultura tradicional, parece probable que Qohélet hubiera hecho uso de un material que ya existía, por ejemplo, proverbios, y los hubiera relativizado, asintiendo, disintiendo o modificándolo, a veces, con ironía.
  37. 37. • Con respecto al género literario, hoy día existe un acuerdo en situar Qohélet, en su profunda unidad compositiva en la antigua corriente de «testamentos reales», que tuvo su origen y organización en la tradición egipcia. • En este sentido, la finalidad del autor del libro habría sido la de transmitir de un modo autobiográfico y crítico a las generaciones futuras la propia visión del mundo y de las cosas circundantes.
  38. 38. A) ESTRUCTURA DEL LIBRO
  39. 39. • Qohélet no presenta un esquema literario y temático orgánico, fácil de individuar. Sus argumentos parecen repetirse, volver una y otra vez, sin una razón clara y precisa. • Las teorías propuestas se pueden dividir en tres grupos: quienes niegan cualquier tipo de estructura dentro del libro; quienes afirman la existencia de un plan general o de una estructura orgánica y quienes se mantienen en una posición intermedia.
  40. 40. • La división más funcional parece ser aquella que distribuye el contenido del libro en tres partes: • un prólogo (1,1-11) • el cuerpo de la obra, (1,12-12,8), • y un doble epílogo (12,9-12 y 12,13-14); • estructura que muchos aceptan también porque, con gran probabilidad, el prólogo y el epílogo provienen de una segunda redacción, la definitiva.
  41. 41. El prólogo (1,1-11) • comienza con la autopresentación del autor como «hijo de David, rey en Jerusalén» (1,1) • y traza un boceto del tema de todo el libro: «¡Vanidad de vanidades! –dice Qohélet–, ¡vanidad de vanidades, todo vanidad!» (1,2; cf. 12,8).
  42. 42. • La emblemática expresión «vanidad de vanidades» (habel habalîm) equivale al superlativo: «máxima vanidad», y aparece con frecuencia en la primera parte del libro (1,12 a 6, 9) especialmente en la forma «todo es vanidad y atrapar vientos» (1,14.17, etc.).
  43. 43. • La palabra hebel (soplo, vapor, viento impalpable, o en sentido ético-moral, «vanidad») que aparece 38 veces en Qohélet e igual número de veces en el resto del Antiguo Testamento, indica el espesor mínimo, efímero, fútil y transitorio de la vida humana, • o también, como sugiere la traducción latina vanitas, la carencia de sentido, la ilusión y la desilusión que producen las realidades que existen consideradas en sí sin ninguna referencia a un orden trascendente.
  44. 44. En la parte central de la obra (1,12-12,8), • desarrollada en forma de soliloquio, el autor del libro va examinando una a una las cosas en las que el hombre intenta encontrar su goce o felicidad. • Después de una atenta consideración, concluye que ninguna de ellas es capaz de ofrecer la felicidad plena: solo una felicidad efímera y transitoria.
  45. 45. • Qohélet muestra de este modo que todos los bienes deseados en este mundo, aun los más nobles y excelsos, tienen límites y aspectos negativos, comenzando por la misma relatividad en la que se encuentran sumergidos.
  46. 46. • Qohélet describe de este modo la angustia filosófica que la razón muestra ante el misterio del hombre, por lo que busca definir un bien –una certeza, una actividad, una realidad– verdaderamente digno del hombre, que pueda orientar su vida de modo seguro. • En esta parte del libro, el autor se detiene en concreto, sin un orden preciso aparente y con repeticiones frecuentes, en la ciencia (1,12-18; 2,12-17), la gama de placeres (2, 1-11; 2, 18-23), el esfuerzo humano (3,9- 22; 9,11-17), las riquezas (5,9-13), la sabiduría (7,19-8, 8) y la virtud (8,9-9,10).
  47. 47. El breve epílogo (12,9-14), • además del elogio que el último redactor dedica a Qohélet y a su obra (vv. 9-12), expone la conclusión teológico-moral: • «Basta de palabras. Todo está dicho. Teme a Dios y guarda sus mandamientos, que eso es ser hombre cabal. Porque toda obra será juzgada por Dios, también todo lo oculto, a ver si es bueno o malo» (vv. 13-14).
  48. 48. • Por tanto, el «temor de Dios», noción profundamente enraizada en la tradición bíblica sapiencial, expresa para el autor del libro el sentido de la vida humana y el bien máximo; • un temor reverencial y filial que, asumido en toda su radicalidad, ha de conducir al hombre necesariamente a la observancia de la ley, consciente de la existencia del juicio de Dios.
  49. 49. • En la óptica de Qohélet, no se trata de un temor que se pudiera llamar «servil», fruto de una aceptación ciega de la autoridad judicial divina, • sino de un temor fundamentado sobre la búsqueda de la comprensión de la obra de Dios y de la voluntad divina (7,13-14);
  50. 50. • que sabe reconocer, por tanto, los dones que Dios constantemente concede al hombre para su bien, también los más materiales (como lo necesario para comer, beber y tantos otros más), dándole gracias. • Bajo esta luz se entienden los límites de los recursos y los conocimientos humanos (8,17), inadecuados para alcanzar la felicidad, que solo se encuentra en Dios.
  51. 51. B) CONTENIDO Y FINALIDAD
  52. 52. • Qohélet afronta una temática muy singular y compleja, y lo hace de modo insólito en el amplio contexto del Antiguo Testamento. • En el libro, en efecto, no se encuentran los temas clásicos de las grandes tradiciones antiguas, como el amor de Dios por su pueblo, la elección de Israel o la alianza; temas que se refieren a la comunidad nacional.
  53. 53. • El tema que preocupa a Qohélet es otro, • Al acercarse a este argumento, Qohélet sigue un método que se puede definir empírico, puesto que el autor emprende una lectura de la realidad que no parte de una teoría abstracta o de tradiciones asumidas acríticamente, sino que interpela los hechos y reflexiona sobre ellos, ciertamente, a la luz de la fe en el Dios de Israel.
  54. 54. • Qohélet intenta «“buscar”, “explorar” el curso de las cosas y de los acontecimientos, y se plantea el problema de qué es lo “bueno” para el hombre. • Hay una diferencia con la sabiduría antigua: lo que atrae su interés no es tanto fijar y discutir experiencias aisladas, sino el conjunto de la vida y realizar un juicio conclusivo sobre ella».
  55. 55. • Para el autor del libro, el mensaje central que se deriva de la lectura de la vida de los hombres y de la historia humana es el «temor de Dios» (12, 13). • Toda pregunta sobre el sentido o sinsentido de la existencia humana es un preludio a la gran pregunta sobre el misterio de Dios, que en la fe pide ser acogido con actitud filial reverencial.
  56. 56. C) REALISMO Y OPTIMISMO EN QOHÉLET
  57. 57. • Qohélet ha sido acusado de escepticismo, materialismo, fatalismo, epicureísmo, etc.; • generalmente, a partir de expresiones o fórmulas peculiares tomadas aisladamente e interpretadas en marcos ideológicos determinados, • sin considerar suficientemente la visión unitaria que presenta el libro y el contexto de la revelación veterotestamentaria.
  58. 58. • Son preguntas provocadoras que buscan una clarificación orientada a alcanzar de un modo más pleno la verdad. • La afirmación de que la muerte es preferible a la vida (2,17; 4, 2; 6,3-4) o que en la tierra todo se resume en «comer, beber y disfrutar en medio de sus fatigas» (2,24-25; 5,17-19) • pueden confundir, ciertamente, al lector que las lee aisladamente, sin contrastarlas con tantas otras afirmaciones de Qohélet sobre la relatividad de las cosas de este mundo y la necesidad de contemplar la existencia a la luz de la providencia divina (2,24).
  59. 59. • un pesimista, porque cree en la felicidad y nos enseña los medios para encontrarla (11,1-10); no es un ateo, porque cree en Dios y en la providencia (1,4-11.13; 3,1-8.11.14.17; 6,2-10); no es un materialista, porque cree en el más allá y en la inmortalidad del alma (3,11; 8,12; 9,10; 12,13-14); no es un determinista, porque afirma que nuestra felicidad depende de nosotros, como tantas otras cosas (4,13; 7,8); no es un egoísta, porque tiene el sentido de la justicia (2,26; 3,16; 8,5-15); no es un escéptico, porque alaba la sabiduría (3,10-17; 9,16-18) y tiene una doctrina segura sobre Dios y sobre la vida (3,10-17). Su moral del justo medio no es mediocre, vulgar, campesina, porque el pensamiento constante de Dios que la domina y de la que está penetrada, la eleva, transforma e incorpora a una moral sobrenatural (3,10-15; 5,17-19; 7,13- 14; 9,7-10)». Se comprende que lo cierto es que Qohélet no se deja llevar por un optimismo ingenuo, superficial, sino que, expresando con convicción un juicio sobre la inconsistencia y futilidad de las cosas creadas, resalta que la felicidad absoluta hay que encontrarla solo en Dios.
  60. 60. • Acercándonos de esta forma al mensaje del libro, se podría decir que la finalidad de Qohélet está enteramente dirigida a dar una respuesta esencial y positiva al sentido de la vida.
  61. 61. • No extraña, por eso, que Qohélet exhorte a sus oyentes a apreciar los placeres sencillos de la vida (2,24; 3,13.22; 5,19; 8,15; 9,9), porque esos placeres, como todas las demás cosas, proceden de la mano de Dios y se deben disfrutar como un don recibido gratuitamente.
  62. 62. • se dirige contra el intento de querer colocar los bienes terrenos –placeres, riquezas, poder, sabiduría, la misma virtud, etc.– como objetivo primario o exclusivo de la vida, único o principal fin de la existencia humana. • Por eso, tema fundamental del libro es la realidad de la muerte (cf., sobre todo, 3, 1-22), que el autor considera, no un argumento más entre otros, sino verdad basilar, a la luz de la cual se deben interpretan las fatigas que el decurso de la existencia lleva consigo. • En función de esa verdad adquieren fuerza especial las reflexiones de Qohélet: la muerte es la negación radical de cualquier intento de querer lograr la felicidad plena en esta vida.
  63. 63. • La crítica de Qohélet somete, por ese motivo, a un examen minucioso las actividades humanas, buscando mostrar la radical futilidad (hebel) de todas las cosas, el aspecto de caducidad o imperfección que conllevan, su finitud, motivo por el que quienes ponen en ellas todo su afán actúan como si «persiguiesen el viento». • Qohélet no critica, por tanto, la dimensión creacional que pueda tener el esfuerzo humano (Gn 1, 28; 2,15), • La declaración final del libro –«Basta de palabras. Todo está dicho. Teme a Dios y guarda sus mandamientos, que eso es ser hombre cabal» (12, 13)– constituye, a nuestro entender, una síntesis exacta del pensamiento del autor.
  64. 64. • En esta conclusión se encuentra presente la clave de lectura del libro. • Si Qohélet ha investigado críticamente la condición humana es para enseñar a vivir mejor, de un modo sabio y fecundo. • La búsqueda de la verdad y del sentido de la vida implican una profundización en la verdadera relación con Dios, que se traduce en adhesión a sus mandamientos. • La mención del juicio de Dios (Qo 12,14) ilumina la teología del libro: todo está sometido al juicio divino, el bien y el mal, y cada hombre sobre la tierra está llamado a discernir entre lo que permanece siempre y la vanidad de las cosas que pasan.
  65. 65. 6. FUENTES DE INSPIRACIÓN DE QOHÉLET Y SU RELACIÓN CON LA LITERATURA BÍBLICA Y EXTRABÍBLICA
  66. 66. • Qohélet no contiene cita alguna explícita de fuentes bíblicas o extrabíblicas; no obstante, como modelo de auténtico sabio tal como se presenta, el autor del libro estaba al corriente de las tendencias culturales que recorrían la Palestina de su tiempo, valiéndose de ellas en la medida en que resultaban coherentes con la identidad propia israelita y la original tesis sapiencial de su obra.
  67. 67. B) RELACIÓN CON LA LITERATURA BÍBLICA VETEROTESTAMENTARIA
  68. 68. • En el ámbito de la literatura bíblica no parece que se puedan plantear dudas sobre el hecho de que Qohélet conocía cabalmente la tradición religiosa de su pueblo y los libros que en su tiempo eran considerados sagrados y normativos, entre ellos, la Torá.
  69. 69. • Las alusiones al Génesis parecen numerosas. Con respecto a los profetas, no faltan quienes consideran Qohélet un preclaro heredero de la antigua tradición profética.
  70. 70. • En cuanto a los Salmos, los autores se concentran, en particular, en la relación con los salmos 49 y 73, auténticos «salmos sapienciales de meditación» • que afrontan con gran profundidad temas como el de la providencia de Dios sobre el justo y el de la retribución
  71. 71. • Indudablemente, las mayores afinidades con Qohélet se descubren en los libros sapienciales, a pesar de las profundas discrepancias existentes entre la sabiduría tradicional, representada por Proverbios, y la reflexión crítica de Qohélet. • Los puntos de contacto se refieren, en particular, al libro de Job, aunque no resulta fácil establecer dependencias concretas literarias o temáticas. • En cuanto a Sirácide, es prevalente la opinión de que entre los dos libros hay una relación de dependencia, probablemente, de Sirácide con respecto a Qohélet. • Por último, sobre las relaciones entre el libro de la Sabiduría y Qohélet los estudiosos discuten, aunque parece fuera de duda que entre ambas obras existe una confrontación entre dos concepciones diversas de «sabiduría», además de influencias literarias.
  72. 72. • El libro fue escrito mucho tiempo después de Salomón, probablemente hacia el siglo III a.C. Es muy probable que haya sido escrito en Jerusalén. •
  73. 73. • La obra se sitúa al margen de todo convencionalismo, si por tal entendemos: - la aceptación acrítica de los presupuestos de la sabiduría representada por Proverbios, - los discursos de los amigos de Job, Eclesiástico y Sabiduría: valor y éxito del esfuerzo en la búsqueda de la sabiduría, posibilidad de un conocimiento que asegure la existencia; destino feliz y desenlace fatal del justo y malvado, - respectivamente; fe en un Dios retribuidor.
  74. 74. • Todas estas ideas sucumben ante la crítica mordaz de Qohelet y su pragmatismo. La obra de Qohelet evoca las características de un diario personal o un monólogo ensimismado. • Se trata de una persona que ha vivido intensamente y que, como un singular librepensador, no ha podido encontrar en ella ni siquiera una modesta confirmación de los presupuestos de la sabiduría tradicional.
  75. 75. ¿Era Qohelet pesimista? • Aunque es verdad que el autor de esta obra deja traslucir cierta amargura sobre las posibilidades de una existencia razonablemente controlada por el hombre, su talante se acerca más a la personalidad del cínico, en el sentido más noble del término. • Es verdad que, en su búsqueda del sentido de la realidad y de las actividades del hombre, llega inevitablemente a la conclusión de que “todo es vanidad y caza de viento”, de que “no hay nada nuevo bajo el sol”. • De que la muerte borra todas las huellas de las actividades humanas y la memoria de sus ejecutores.
  76. 76. • Pero también es verdad que Qohelet anima al disfrute de la vida, con la convicción de que todo buen momento que sale al paso del hombre tiene la categoría de don de Dios.
  77. 77. • Sus temas principales son: - la incapacidad para la sabiduría, - el rechazo social del sabio, - la inexistencia de la novedad, - la inutilidad del esfuerzo humano, - el fracaso de la muerte, - la imposibilidad de conocer a Dios, - el disfrute de los placeres, etc.

×