4. • En Israel, la sabiduría constituía un atributo exigible
fundamentalmente a los reyes.
• Salomón aparece como paradigma de la sabiduría política.
• Hasta tal punto es importante esta relación, que el guía mesiánico
escatológico recibirá del Señor una dotación especial de “espíritu de
sabiduría y entendimiento” (hokmah y binah, Is 11,2).
5. • A pesar de esto, es llamativo que en el AT sólo se habla de la
sabiduría de David (2 Sam 14,20) y de Salomón (1 Re 3; 5,9-14).
6. • Resulta evidente la vinculación del “consejo” (esah) a la sabiduría
(hokmah) (cf. Prov 1,25.30; 8,14; 12,15; 19,20).
• El consejo puede tener lugar tanto en los ámbitos municipal y
administrativo (cf. Ez 7,26; Esd 10,8),
7. En la esfera política
• A pesar de su supuesta sabiduría, los monarcas se rodeaban de
consejeros políticos y militares (cf. 2 Re 18,20; Prov 20,18).
• David contaba con Ajitófel y Jusay (cf. 2 Sam 17,1-16).
8. Ajitófel
• De él se dice que sus consejos “se recibían como un oráculo”, lo
mismo cuando aconsejaba a David que cuando aconsejaba a Salomón
(2 Sam 16,20).
• En esta historia también vemos a Absalón pidiendo consejo (2 Sam
16,20).
• También Roboam recurrió al consejo político (cf. 1 Re 12,6-14).
9. • En el AT esta relación de la sabiduría con el consejo aparece también
en contextos extraisraelitas.
• Respecto a Egipto leemos en Isaías: “Los sabios de Faraón dan
consejos desatinados (Is 19,11), “no saben lo que el Señor planea
contra Egipto” (v. 12).
10. • Se menciona también el estamento de los “notables”, que en Esd 10,8
ofrecen su consejo administrativo.
• Si nos remontamos a Is 19,3, quienes ofrecen “consejos” aparecen en
paralelismo con agoreros, adivinos y hechiceros, “profesiones”
vinculadas al ámbito sapiencial.
• En Is 47,13, junto con los consejeros, se habla de magos, astrólogos y
adivinos.
11. • En el ámbito cortesano, junto con el consejero, son mencionados “el
amigo del rey” y el escriba.
• Del primer tipo de personaje contamos con Jusay “amigo de David” (2
Sam 15,37; 16,16) y con Zabud, cortesano de Salomón.
• De Jusay sabemos que utilizó su sabiduría para poner a salvo a David.
• Posiblemente, el “consejero” era el miembro del consejo real, y el
“amigo del rey” se refería al consejero privado.
12. El “soper”
• Era el escriba o secretario, una profesión ilustre en todo el Próximo
Oriente, que estaba al servicio de los reyes y también de las élites
comerciantes.
• Su papel en la corte, especialmente cuando se lo menciona en
singular, parece ser el de secretario y cronista, algo análogo al actual
Secretario de Estado.
• Y posiblemente estaba a la cabeza del conjunto de los escribas.
13. • Por lo tanto, podemos inferir que en el ámbito cortesano se promovía
y cultivaba la tradición “sapiencial”.
• Tanto los asesores políticos como los escribas necesitaban un
currículum que les capacitase para ejercer sus respectivas funciones.
15. • Los santuarios, con su cuerpo de sacerdotes y sus propios escribas, se
convirtieron en foco de una febril actividad cultural, más relacionada
probablemente con la conservación y transmisión de las tradiciones
religiosas.
• Los distintos tipos de literatura del período monárquico se deben a la
pluralidad de escribas cortesanos o sacerdotales: anales, relatos
históricos, leyes, normas para el culto, salmos y, sin duda, material
sapiencial (cf. Prov 25,1).
16. • Gran parte de este material se conserva en el AT, otros, como los
Anales del Reino de Judá y los Anales del Reino de Israel, se han
perdido.
18. • En el propio AT hay pocos datos objetivos sobre la sabiduría escolar.
• Pero hay numerosas alusiones relativas a la posible existencia de
escuelas en el antiguo Israel.
• La única mención explícita es tardía (comienzos del siglo II a.C.):
• “Ustedes, ignorantes, vengan a mí y habiten en mi escuela” (Eclo
51,23)
20. • De esta cita se puede deducir que en antiguo Israel había escuelas, y
que los alumnos podían vivir en ella.
• Qohélet también fue maestro.
21. • La personalidad del sabio está en relación con la enseñanza, y esta
exige un lugar de transmisión de conocimientos.
• Al menos a partir del siglo III a.C. existieron escuelas en Israel.
• ¿Existieron antes?
22. Hay que tener en cuenta
• Que no se está hablando de escuelas en el sentido moderno del
término.
• Que la gente “sabia” no se reduce a los centros educativos, pues la
familia y la tutoría privada pudieron muy bien coincidir en el tiempo
con las escuelas.
• Lo importante es la relación maestro-discípulo.
23. • El lugar de la enseñanza incluye varias sedes posibles, desde la propia
casa del maestro hasta los lugares públicos concurridos (cf. Prov 1,20-
21; 8,1-3).
24. • Los especialistas consideran la posibilidad de que haya habido
escuelas en el período monárquico.
• Las razones son múltiples:
25. La primera evidencia
• En las culturas próximas a Israel (especialmente Egipto y
Mesopotamia), hubo instituciones educativas encargadas de
garantizar la preparación de escribas y otros funcionarios públicos,
• Por lo tanto no se puede excluir que en Israel también fueron
necesarias, a partir de la estructuración administrativa del estado con
David y Salomón.
26. En segundo lugar,
• El amplio desarrollo de la actividad literaria en torno al año 600 a.C.
• Los ostraca y sellos descubiertos en ciudades como Guézer, Lakish,
Arad, Cadés Barnea y otras,
• Revelan una actividad literaria de tales características, que resultaría
inexplicable al margen de centros educativos.
27. En tercer lugar,
• El propio AT contiene numerosas alusiones veladas a cierto tipo de
escuelas de sabios.
• 1 Re 12,8: referencia a los jóvenes que se habían educado con
Roboám.
• En 2 Re 10,15s se menciona a los “preceptores de los príncipes”.
28. • Además de estas escuelas, que podríamos llamar “laicas”, aparecen
algunos textos que nos permiten hablar de escuelas proféticas y
escuelas asociadas con los santuarios.
29. Ejemplos
• En 2 Re 16,1 la comunidad de profetas en torno a Eliseo se queja al
maestro: “El sitio donde habitamos bajo tu dirección nos resulta
pequeño”.
• El profeta Isaías menciona a sus discípulos en 8,16.
• Aparentemente, por lo que sabemos del sacerdote Elí y el joven
Samuel, algunos santuarios o sus aledaños albergaban cierto tipo de
casas de formación.
• El sacerdote Yehoyadá había instruido al joven rey Joás (cf. 2 Re 12,3).
• En esa línea también el relato de is 28,7-13.
30. • La mayor parte de estas escuelas equivaldrían a nuestras “escuelas
elementales”, donde unos pocos alumnos en torno a un maestro
aprendían los rudimentos de la lectura, la escritura y la aritmética.
• Hay que suponer que en Jerusalén y en otros grandes centros de
población había escuelas cuya enseñanza tenía un nivel más alto, y
cuyos destinatarios eran los hijos de la nobleza, de las familias
patricias y de los grandes comerciantes.
31. • Probablemente aprendían alguna lengua internacional
(principalmente arameo) y rudimentos de literatura hebrea, historia
de Israel, geografía de Siria-Palestina, Egipto y Mesopotamia, y
legislación judía e internacional.
32. Adolescentes y los que se formaban para
cortesanos o consejeros reales
• Entre los alumnos habría adolescentes, a los que se dirigen las
advertencias sobre los peligros de la “mujer extraña” (Prov 2,16-19;
5,3-14; 6,24-35; 7,6-27) y los consejos relativos a la importancia de la
disciplina y la educación (Prov 1,4; 20,11; 22,6.15; 23,13);
• También quienes se formaban para cortesanos o consejeros reales (cf.
Prov 8,5-18; 16,10-15; 25,2-15).
33. • La Biblia no proporciona ningún nombre de maestro de sabiduría del
período preexílico.
• A juzgar por la tradición bíblica misma y por paralelos principalmente
de Egipto, el maestro era llamado habitualmente “padre” o “maestro”
(Prov 5,13; Sal 119,99); y el estudiante “hijo”.
• Seguramente se aplicaba también al maestro el adjetivo sustantivado
“sabio”.