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11 Sabiduría.pptx

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  1. 1. • El libro de la Sabiduría, escrito relativamente breve de 19 capítulos y de agradable lectura, constituye el último fruto literario del Antiguo Testamento, • siendo el eslabón de unión entre la reflexión sapiencial en la dirección emprendida por Job y sobreentendida por Qohélet y la revelación neotestamentaria, • que encuentra en la Cruz de Cristo, «fuerza de Dios y sabiduría de Dios» (1 Co 1,24), la explicación sapiencial definitiva del amor de Dios.
  2. 2. • Si el libro de Job introduce la idea de un Dios trascendente y misterioso, omnisciente, ante el cual el hombre debe reconocer sus límites y acatar sus designios con confianza plena, • y si Qohélet muestra la insuficiencia de una razón que no sabe dar el verdadero sentido a la vida presente, porque ignora la esencia de lo que el hombre es, • el libro de la Sabiduría, superando esas perspectivas, ofrece una clave de lectura más amplia y completa de la existencia humana.
  3. 3. • El libro, haciendo uso de una refinada retórica filosófica y de una luminosa hermenéutica bíblica, • clarifica el misterio del hombre a la luz de la verdad revelada de una vida ultraterrena perdurable, para siempre en Dios o alejada de Dios.
  4. 4. • De este modo, ofrece una perspectiva admirable para que el hombre oriente su vida a una comunión con Dios en el horizonte de la verdadera sabiduría, • que está en Dios, habla de Dios a través de las cosas creadas y la historia de la salvación, y es plenitud de vida en Dios.
  5. 5. 1. TÍTULO, LUGAR EN EL CANON Y TEXTO
  6. 6. A) TÍTULO
  7. 7. • En los antiguos manuscritos griegos, lengua en la que fue escrito el libro como sugiere la misma tradición manuscrita, la obra lleva por título “Sophía Salômônos” (Sabiduría de Salomón), pero sucesivamente se impuso el título hoy más conocido, «Libro de la Sabiduría», • con que lo designaron las más antiguas versiones latinas y, posteriormente, la Vulgata.
  8. 8. • El mismo título se aplicaba también a Proverbios y al Eclesiástico (Sirácide), • pero, con el transcurrir del tiempo, la denominación se reservó solo a nuestro libro por su carácter eminentemente sapiencial, superior al de los demás escritos del mismo género.
  9. 9. B) LUGAR EN EL CANON
  10. 10. Deuterocanónico • El libro de la Sabiduría no pertenece al canon hebreo, motivo por el que se le enumera entre los libros deuterocanónicos. • Su redacción en lengua griega, aunque con evidentes influjos semíticos, y su origen en época reciente en una localidad con toda probabilidad fuera de Palestina, • fueron seguramente las razones principales por las que el libro no entró a formar parte de la colección de escritos sagrados del pueblo de Israel.
  11. 11. • Sin embargo, aparece en todos los manuscritos de los LXX y fue acogido en el canon cristiano, • Entre los protestantes, aunque el libro de la Sabiduría fue inicialmente reconocido como inspirado por los reformadores, terminó por ser excluido del canon y caer bajo sospecha de inexactitudes doctrinales.
  12. 12. C) TEXTO Y VERSIONES
  13. 13. • El texto del libro de la Sabiduría se encuentra en los más grandes e importantes códices unciales (B, S, A)[131]. • Para la reconstrucción del texto original, resulta de gran utilidad la versión latina llamada Ítala (siglo II d.C.), tanto porque representa la más antigua versión existente del libro, como por su elevada fidelidad al texto original, aunque su lenguaje no resulte siempre del todo claro. • Esta versión fue incluida directamente en la Vulgata debido a que san Jerónimo, por las dudas que mantenía sobre la canonicidad del libro, no acometió la tarea de enmendar el texto latino tradicional ni realizó traducción directa alguna del texto griego.
  14. 14. 2. AUTOR, DESTINATARIOS Y CIRCUNSTANCIAS DE LA COMPOSICIÓN
  15. 15. A) AUTOR Caracterización del autor –
  16. 16. • Una antigua opinión, documentada en la tradición manuscrita griega, atribuía el libro a Salomón, apoyándose, entre otras cosas, sobre el hecho de que el autor se presenta con distintivos que lo asocian al gran rey sabio • Sin embargo, ya en el siglo IV, san Jerónimo, consciente de la lengua en que había sido escrito el libro, y san Agustín, quien, a diferencia de san Jerónimo, admitía la inspiración del libro de la Sabiduría, se expresan a favor de una tradición que excluía con determinación la paternidad salomónica.
  17. 17. Un escritor judío, alejandrino • De hecho, la redacción del libro en griego, el estilo de la obra, las citas que hace el autor siempre conformes a la versión griega de los LXX (siglos III-II a.C.), el conocimiento que manifiesta del mundo egipcio y de la cultura greco-helenista, platónica y estoica
  18. 18. Que valora la tradición de su pueblo • favorecen decididamente la opinión que atribuye la obra a un escritor alejandrino de época tardía, buen conocedor del griego y con amplios conocimientos de la cultura y literatura helenista. • Habría sido, además, un judío de profunda religiosidad, como evidencia su familiaridad con la historia y la cultura del pueblo de Israel (cf. cc. 10-19) y la veneración con la que acude en sus reflexiones a la religión y tradición hebreas (cf. 9,1-3; 10,1-21, etc.). • Con toda probabilidad habría pertenecido a la importante comunidad judía de Alejandría de Egipto.
  19. 19. Pero está abierto críticamente a la cultura circundante • Es necesario advertir, sin embargo, que el autor manifiesta una mentalidad abierta, con gran capacidad de diálogo con la cultura circunstante, • por la que se deja influenciar conscientemente, tanto en el léxico como en las categorías conceptuales, aunque no comparta las corrientes de pensamiento de su tiempo incompatibles con su fe.
  20. 20. • En este sentido, es posible que el autor del libro de la Sabiduría, movido por un interés pedagógico-religioso, • hubiera querido expresar la tradición judía a través de las categorías de la filosofía griega del tiempo, buscando defender la integridad de la primera ante los límites intelectuales de la segunda, es decir, de la cultura pagana.
  21. 21. • Hoy día existe un acuerdo cada vez mayor en reconocer la unicidad de autor. • Los argumentos de crítica literaria a favor de esta opinión son múltiples y de índole variada:
  22. 22. Argumentos para afirmar la unicidad del autor • la unidad temática de la obra, su precisa finalidad teológica, • la uniformidad de lengua y estilo, el recurso a procedimientos literarios semejantes, • las significativas repeticiones de palabras y de ideas características que recorren el escrito, etc.; • motivos que, considerados en su conjunto, revelan una personalidad literaria bien definida.
  23. 23. ¿El autor es Salomón? • La atribución a Salomón debe ser considerada, con toda seguridad, un recurso literario, un fenómeno de pseudo-epigrafía probablemente común en la época del autor del libro, • utilizado con la finalidad de dar autoridad a una enseñanza que podía resultar novedosa.
  24. 24. No fue Filón de Alejandría • No parece verosímil la opinión que atribuye el libro a Filón de Alejandría (s. I d.C.), pues esta hipótesis • no consigue explicar ni las diferencias doctrinales, lingüísticas y estilísticas existen entre el libro de la Sabiduría y los demás escritos del célebre filósofo alejandrino, • ni las razones de la aceptación canónica por parte cristiana de un libro escrito por un hebreo fuertemente vinculado con su religión en una época de neta separación entre cristianismo y judaísmo.
  25. 25. Ni Onías ni Apolo • Otros nombres propuestos, como Onías IV, hijo de Onías III, el sobrino de Ben Sirá autor de la versión griega de Sirácide, Apolo, etc., son igualmente difíciles de aceptar.
  26. 26. • Del examen interno del escrito se puede deducir, con gran probabilidad, que el libro estuvo dirigido primariamente a los judíos de la importante comunidad de Alejandría de Egipto, • que vivían en un mundo culturalmente surcado por el atractivo de la cultura helenista y no siempre favorable a las minorías hebreas.
  27. 27. • El autor se dirige a ellos, y en primer lugar a los que sufrían vejados por su fidelidad religiosa, animándoles a reforzar su fe seguros del valor perenne de la tradición de sus antepasados y en la esperanza del justo juicio divino; • también se dirigía a aquellos otros judíos que tendían a aceptar de modo acrítico el proceso de asimilación a los modelos culturales y religiosos del mundo helenista. • A estos intentaba mostrarles la grandeza de la propia fe y tradición.
  28. 28. • De la lectura del libro se desprende, en efecto, que en algunos sectores del mundo hebreo alejandrino existía un difuso sincretismo cultural-religioso, • que había llevado a una degradación moral y al consiguiente abandono de la fe de los padres, poniendo en marcha un proceso de persecución contra aquellos otros judíos que buscaban una vida de plena fidelidad religiosa.
  29. 29. • Desde esta perspectiva se explica el cuadro sombrío que traza el autor de las abominables obras de los impíos, cuyas acciones condena, • y las exhortaciones que dirige a los justos para que vivan según las enseñanzas de la sabiduría divina con la esperanza en el más allá, meta alcanzable como premio a la perseverancia en la fe (cc. 2-5).
  30. 30. • El autor del libro de la Sabiduría se dirige a estos con una invitación acuciante para que reaccionaran y lucharan con la fuerza de la fe, considerando las bendiciones que Dios concede a quienes son fieles y la actuación divina en la historia castigando el mal y protegiendo al justo que en él confía (cc. 10- 19).
  31. 31. • Además de los destinatarios hebreos, es probable, sin embargo, como hoy opina gran parte de los comentaristas, que el autor del libro hubiera querido entablar un diálogo con el mundo pagano-helenista que le rodeaba, • para ofrecer, en un intercambio abierto, a través de un escrito agradable y de calidad, • una enseñanza sapiencial que permitiera superar los prejuicios existentes y persuadir a los lectores de la magnificencia de la religión judía, proponiéndola como válida y auténtica elección de vida.
  32. 32. • El autor, en concreto, habría hecho una invitación a reflexionar sobre la vanidad de la idolatría, ironizando sobre el comportamiento inmoral y degradante de las antiguas poblaciones egipcias y cananeas (cc. 13-15). • Esto explicaría el motivo por el que desarrolla su argumento utilizando términos y conceptos tomados del mundo helenista, por ejemplo, «inmortalidad» e «incorruptibilidad» (1,15; 3,4; 6,18-19; 8,17), • impregnándolos de las categorías religiosas de la tradición bíblica, para ilustrar los puntos fundamentales de la ley mosaica.
  33. 33. C) FECHA Y LUGAR DE COMPOSICIÓN
  34. 34. • En nuestros días, la inmensa mayoría de los estudiosos considera como posible fecha de redacción del libro la última mitad del siglo I a.C., como parece confirmarlo el uso que el autor hace de la versión griega de los LXX, • terminada casi en su totalidad hacia el 150 a.C. (término a quo), • y el hecho de que el libro no menciona la conquista romana de Egipto por parte de Augusto, que tuvo lugar hacia el año 30 a.C. (término ad quem).
  35. 35. 3. CARACTERÍSTICAS LITERARIAS
  36. 36. A) LENGUAJE Y ESTILO
  37. 37. • Caracterizado por una profunda unidad de lengua y estilo, como hoy, generalmente, todos admiten, en el libro de la Sabiduría emergen algunas características lexicales y lingüísticas que no se encuentran en otros textos del Antiguo Testamento:
  38. 38. • un vocabulario selecto (de las 1734 palabras del libro, 1303 aparecen una sola vez), con muchos términos peculiares (el 20% del vocabulario no aparece en ningún otro libro del Antiguo Testamento),
  39. 39. • un abundante uso de procedimientos retóricos propios de la lengua griega y hebrea (aliteraciones, paronomasias, asonancias, antítesis, quiasmos, paralelismos, etc.)
  40. 40. • y la utilización de algunos modelos filosóficos tomados del mundo helenístico, como el esquema de las cuatro virtudes cardinales (8,7) y el análisis racional de la existencia de Dios a partir de las cosas creadas (13,1-9).
  41. 41. • Todo este aparato lingüístico, retórico y filosófico ha sido empleado con suma pericia, con la finalidad de transmitir ideas pertenecientes tanto a la tradición hebrea, en general, • como al esquema teológico de la literatura apocalíptica judía (inmortalidad, juicio, premio, castigo, vida futura), y promover así un diálogo entre la fe bíblica y la situación de los lectores, embebidos en las corrientes culturales y filosóficas de su tiempo.
  42. 42. • En este sentido se puede afirmar que el autor del libro ha sabido utilizar la potencialidad del vocabulario y del instrumento de la retórica y la filosofía helenista, lo mismo que las posibilidades del lenguaje midrásico-alegórico, para comunicar su mensaje religioso
  43. 43. • Sobre el estilo de la obra, aunque el libro sea difícilmente clasificable en un único estilo, algunos estudiosos, siguiendo a Larcher, han sostenido que, originariamente, el autor pretendió elaborar un escrito poético, imitando la poesía bíblica y adaptando la forma literaria de los versos hebreos con gran libertad.
  44. 44. • Sucesivamente se habría producido una evolución literaria que habría conducido a una redacción que, con mayor propiedad, se puede considerar prosa.
  45. 45. • Al autor gusta, en particular, enlazar una sección de la argumentación con la siguiente; procedimiento al que recurre explícitamente, según Gilbert, al comienzo y al final del elogio a la sabiduría: anunciado explícitamente en 6,22, ya estaba presupuesto en 6,9.11, y comienza, efectivamente, en 7,1, continuando hasta 9,18. • A partir de 10,1 comienza una amplificación histórica, versículo que se apoya en 9,18, al que casi prevé.
  46. 46. B) GÉNERO LITERARIO
  47. 47. • El género literario sería, el del «encomio» o «elogio», forma literaria perteneciente al género epidíptico o demostrativo, uno de los tres géneros literarios de la retórica griega, cuya función principal es la de impresionar al lector más que convencerlo, mostrando, por ejemplo, la grandeza de una virtud y las acciones que inspira. • De hecho, en la obra que estudiamos parece que el autor intenta delinear el «elogio de la sabiduría», considerada no tanto como virtud que hay que adquirir con las propias fuerzas, sino como atributo que Dios concede al hombre como don gratuito.
  48. 48. C) SABIDURÍA Y APOCALÍPTICA
  49. 49. • En nuestros días, es opinión común que el autor del libro de la Sabiduría intentó armonizar su personal percepción religiosa sapiencial de la realidad con los motivos apocalípticos que impregnaban el ambiente judío alejandrino.
  50. 50. • Ciertamente, entre los dos géneros literarios existe una diferencia fundamental: mientras que la tradición sapiencial tiende a reconocer las huellas de la sabiduría dentro de la creación y de la historia de Israel;
  51. 51. La apocalíptica, • en su sentido más amplio, se desinteresa de algún modo de este mundo, considerando, a veces, incluso como insensato el orden que se da en él, • para atender solo o principalmente a verdades celestes sobrehumanas, como el juicio último, la trasformación del cosmos o las teofanías divinas que se manifiestan a través de especiales revelaciones.
  52. 52. • El acercamiento entre ambas concepciones en el libro de la Sabiduría se basaría, según los comentaristas, en que la obra presenta un universo que, • si por un lado está gobernado por el principio de la justicia divina, que desde lo alto conduce a quienes se guían por ella hasta la inmortalidad y la salvación última, • por otro lado, ese mismo universo, creado por la palabra y la sabiduría divinas (9,1-2), es aprehendido como sede privilegiada de la revelación.
  53. 53. • En este sentido se puede notar que, en la trama del libro, la sabiduría concedida al pseudo-Salomón se recibe como un don, en respuesta a su oración (7,7), • pero el don recibido no es la infusión de un conocimiento preconfeccionado o exotérico, sino la capacidad misma de comprender el orden existente en la creación.
  54. 54. • No se trata, por tanto, de una visión apocalíptica que solo mira hacia arriba, sino de una fe vivida en este mundo con la conciencia de la existencia de un más allá.
  55. 55. • En definitiva, en el libro de la Sabiduría encontramos «un tipo de sabiduría escatológica, es decir, de literatura sapiencial que incorpora creencias escatológicas, • distinguiéndose de la literatura apocalíptica, a pesar de haber sido, probablemente, influenciada por esta».
  56. 56. 4. ESTRUCTURA LITERARIA DEL LIBRO
  57. 57. CRITERIOS DE DIVISIÓN ORGÁNICA
  58. 58. • A diferencia de otros escritos sapienciales, en el libro de la Sabiduría se descubre una estructura sustancialmente bien precisa, organizada en tres partes. • De acuerdo con la mayoría de los comentaristas, la segunda y la tercera parte comenzarían, respectivamente, en 6,22 y 10,1.
  59. 59. • En lo que se refiere a la conclusión de la segunda parte, parece preferible, como opina la mayor parte de los estudiosos, situarla en 9,18, haciendo comenzar en 10,1 la tercera parte. • Sb 10,1-21 y 19,10-22 serían, por tanto, la introducción y conclusión de un gran fresco histórico-salvífico que ilustraría la fe de los antepasados fundadores de la tradición religiosa de Israel. Se otorgaría así un fuerte relieve a la intencionalidad teológica del autor.
  60. 60. B) DIVISIÓN DEL LIBRO Siguiendo la opinión más común, el libro se puede dividir, por tanto, en las siguientes tres partes:
  61. 61. • — El libro de la escatología (1, 1-6, 21). • — El elogio de la sabiduría (cc. 6, 22-9, 18). Es la sección central del libro. • — La sabiduría en la historia (cc. 10-19).
  62. 62. — El libro de la escatología (1, 1-6, 21). • Esta primera parte es una exhortación dirigida principalmente a los reyes y jueces de la tierra para que busquen la verdadera sabiduría. • El autor destaca con diversas imágenes los beneficios que reciben quienes siguen la enseñanza sapiencial y las consecuencias funestas para quienes rechazan el don de la sabiduría, poniendo de relieve el enorme contraste entre la suerte actual y futura de justos e impíos (3,1-12).
  63. 63. • Los diversos temas que se suceden en esta parte comienzan con una exhortación a amar la justicia (1,1-5) y una advertencia sobre el hecho que nada escapa a la sabiduría de Dios (1,6-16). • Sigue a continuación una reflexión sobre el error de los impíos (2,1-24) y sobre la felicidad prometida a los buenos (3,1-9), a lo que se añade un texto sobre la infeliz suerte de los incrédulos (3,10-12), un elogio a la castidad (3,13-19) y una reflexión sobre el contraste entre la virtud y el vicio (4,1-20). • El conjunto se cierra con un magnífico cuadro sobre el juicio universal y el triunfo de los justos (c. 5), a lo que sigue una nueva exhortación a buscar la sabiduría (c. 6).
  64. 64. — El elogio de la sabiduría (cc. 6, 22-9, 18). • Es la sección central del libro. • Contiene un conjunto de enseñanzas sobre el origen, naturaleza y propiedades de la sabiduría. La sabiduría se encuentra junto a Dios (7,22-30) y es un don de Dios (7,17-21). • Su posesión es fruto de una actitud religiosa y de la oración (7,7-10). • Es un «tesoro inagotable» (7,14), del que proceden todos los bienes (7,11-12; 8,1-8), entre los que se encuentra, y no en el último lugar, el conocimiento del significado de la realidad (7,21).
  65. 65. • La naturaleza de la sabiduría se describe en el célebre texto 7,22-30, donde se detallan un conjunto de atributos que la convierten en una persona casi divina. En 7,22-23, en concreto, se enumeran veintiún atributos de la sabiduría. • El hombre está llamado a tener con ella una relación de amor (8,9-21), de acuerdo con el modelo enraizado en la tradición sapiencial bíblica (Pr 4,8; 9,1-6; Si 6,26- 28). • La oración con la que el pseudo-Salomón invoca la sabiduría (Sb 9) pone de relieve la necesidad de poseer ese don para lograr vivir de un modo justo.
  66. 66. — La sabiduría en la historia (cc. 10-19). • Estos capítulos han sido elaborados, muy probablemente, o con el recurso al género midrásico (actualización del sentido de la Escritura según las técnicas de la tradición rabínica) o adoptando el género literario comparativo de los históricos del último período helenista.
  67. 67. • En su configuración constituyen una verdadera teología de la historia, en la que el autor, recorriendo algunos eventos de especial relieve relacionados con el pueblo de Israel (se alude a las figuras de Adán, Noé, Abrahám, Lot, Jacob, José y Moisés), sin mencionarlos explícitamente, • muestra que todo en la historia se ha desarrollado de acuerdo con el designio providencial de Dios.
  68. 68. • Se trata, por tanto, de una relectura teológica, de gran originalidad, realizada sobre un amplio sustrato escriturístico y orientada a mostrar las maravillas que la sabiduría ha realizado en Israel –el modo maravilloso en que ha dirigido su historia–, • en contraste con la historia de otros pueblos (egipcios y cananeos, especialmente) que, carentes de ella por haberla rechazado, se han desviado, sufriendo enormes males.
  69. 69. • Con respecto a la perspectiva de Si 44-50, esta teología de la historia representa un desarrollo posterior, pues la sabiduría no solo aparece vinculada a la historia humana, sino también orientándola hacia la salvación y realización plena. • De la reflexión teológico-histórica emerge también una clara condena de la religión pagana, especialmente, de la práctica de la idolatría (Sb 13-15).
  70. 70. • Las tres partes del libro tratan, en definitiva, de la sabiduría desde tres perspectivas teológicas diferentes: • como don del Espíritu que guía al hombre justo hacia la inmortalidad en Dios; • como atributo divino personificado y como fuerza que guía la historia, • siendo la fuente de los innumerables bienes que se difunden en la vida de los hombres.
  71. 71. 5. CONTENIDO TEOLÓGICO
  72. 72. • El elemento teológico central del libro, como se ha indicado, es la perspectiva que el autor ofrece del concepto de sabiduría y de su acción en la historia y en el mundo (especialmente, 6,22-8, 8).
  73. 73. • Del término «sabiduría» se hace explícitamente una última mención en 10, 21, • quedando sustituido posteriormente por la mención directa de Dios o de sus imágenes teológicas: • la «palabra» de Dios (16,12.26; 18, 15), su «mano» (11,17; 14,6; 16,15; 19,8), su «brazo» (11,21; 16,16), etc.
  74. 74. • En concomitancia con el concepto de sabiduría, el libro desarrolla otros temas, relacionados, sobre todo, con el destino inmortal del hombre y el significado escatológico de la vida del justo.
  75. 75. A) LA SABIDURÍA DE DIOS DIFUNDIDA EN LA CREACIÓN
  76. 76. • El libro presenta, en primer lugar, la sabiduría como atributo divino y como manifestación de la soberanía de Dios sobre el cosmos y sobre la historia, expresando con amplitud el modo con que Dios gobierna e interviene en todos los acontecimientos de la creación. • La sabiduría estaba ya en el origen de la creación como artífice de todas las cosas (7,21; 9,9), y es el principio de unidad de todo lo creado, que conserva, renueva (7,27) y gobierna (8,1).
  77. 77. • Ante ella, todo está al descubierto (7,21), las cosas pasadas y las futuras, las sutilidades de los discursos y las soluciones de los enigmas, las vicisitudes de los tiempos y las épocas (8,8). Por su presencia en la obra de la creación, toda la creación es un canto de alabanza a Dios. • Este último tema adquiere una fuerza especial en Sb 13, texto que lleva a cabo una aguda crítica a la insensatez de la idolatría:
  78. 78. • «Son necios por naturaleza todos los hombres que han desconocido a Dios y no fueron capaces de conocer al que es a partir de los bienes visibles, ni de reconocer al Artífice, atendiendo a sus obras, sino que tuvieron por dioses, señores del mundo, al fuego, al viento, al aire ligero, a la bóveda estrellada, al agua impetuosa o a los astros del cielo. Si, cautivados por su belleza, los tomaron por dioses, sepan cuánto les aventaja su Señor, pues los creó el autor de la belleza. Y si admiraron su poder y energía, deduzcan de ahí cuánto más poderoso es quien los hizo; pues por la grandeza y hermosura de las criaturas se descubre, por analogía, a su Creador» (Sb 13,1).
  79. 79. • La misma creación, obra de Dios, conduce al hombre al conocimiento de Dios, por lo que, como afirma el texto que acabamos de citar, son vanos los hombres que viven en la ignorancia de Dios, • ya que por los bienes visibles –a través de las maravillas de la creación– habrían debido conocer al Artífice de todas las cosas, es decir, reconocer la existencia de un Dios único, trascendente y creador de todo lo que existe (cf. Hch 14, 17; Rm 1, 19-20).
  80. 80. • A través de las manifestaciones de lo creado, la realidad divina trascendente se hace inteligible para el hombre, que puede, con el correcto uso de la razón, descubrir la existencia de un Dios único, su eterno poder y divinidad. • En este sentido, la idolatría se muestra fruto de la insensatez, la cual, al alejar al hombre de la verdad sobre Dios, le hace errar también en el comportamiento humano, sumergiendo al hombre en toda clase de desórdenes morales (Sb 14,22-31; Rm 1,24-32).
  81. 81. B) LA SABIDURÍA EN EL HOMBRE Y EN LA HISTORIA
  82. 82. • Si la sabiduría está presente en todo lo creado, es, sobre todo, con el hombre con quien ha establecido una relación íntima, llena de atenciones, porque sus delicias son estar con los hijos de los hombres (cf. Pr 8, 31). • El autor del libro anima por esto a buscarla: (Sb 8,3-9).
  83. 83. • La presencia de la sabiduría se extiende a los eventos humanos, siendo la fuerza que anima toda la historia salvífica. • En la tercera parte del libro (cf. Sb 10-19), en particular, el autor realiza una relectura de la historia de la humanidad, desde Adán hasta el éxodo, mostrando cómo todos los acontecimientos se han desarrollado según el sabio designio de Dios.
  84. 84. C) EL LIBRO DE LA SABIDURÍA Y LA VIDA FUTURA
  85. 85. • En el contexto en el que nos encontramos se inserta un conjunto de ideas sobre el ser del hombre, su destino y el dramático enigma, humanamente inexplicable, del sufrimiento que pesa no rara vez sobre los justos y, por contraste, del éxito de los impíos (cc. 2-5). • El libro de la Sabiduría ofrece una respuesta de gran amplitud a estas graves preguntas que atormentan al hombre, enseñando cuál es el fin y la recompensa de los justos.
  86. 86. • En el contexto de la tradición bíblica, la originalidad del libro consiste precisamente en el desarrollo teológico que hace de algunas categorías escatológicas, apenas esbozadas en otros textos sapienciales y, en general, en los libros veterotestamentarios;
  87. 87. La inmortalidad del alma • especialmente, el significado de la muerte como realidad introducida en el mundo por el pecado (1,13-16; 2,23-24, etc.), • el hecho de la inmortalidad del alma (1,14-15; 2,23; 3,1-4; 5,15)
  88. 88. El juicio • y del juicio público y universal de Dios al final de los tiempos con una sanción definitiva (c. 5), • en la que los justos pasarán a gozar de la vida eterna en comunión personal con Dios (3,1-9; 5,15-23), • mientras que para los impíos será un juicio de condena (3,10-12).
  89. 89. • Para el autor del libro, en particular, «Dios creó al hombre para la incorruptibilidad y lo hizo a imagen de su mismo ser; pero la muerte entró en el mundo por envidia del diablo, y la experimentan los que le pertenecen» (Sb 2,23-24).
  90. 90. • Se trata de un modo original de exponer la doctrina genesíaca sobre la imagen de Dios en el hombre (Gn 1,26-27) y la introducción del pecado en el mundo por obra del diablo (Gn 3): • la muerte que el diablo introdujo fue, ciertamente, la muerte espiritual, si bien su consecuencia es la muerte física (cf. Sb 1,13; Rm 5,12-13).
  91. 91. • En el modo con que el autor del libro de la Sabiduría habla de la inmortalidad del alma (2,23; 3,1-4), muestra innegables influencias griegas, • pero su antropología se encuentra lejos del pensamiento dualista de origen platónico.
  92. 92. • De acuerdo con la visión antropológica que se desprende del libro, el hombre es percibido como un ser unitario, aunque compuesto armónicamente por un alma y un cuerpo (cf. 16,4).
  93. 93. • En este sentido, la antropología del libro se muestra conforme con la tradición bíblica más antigua, la cual, si, de un lado, confesaba la unidad del hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, por otro lado, • distinguía entre el «polvo de la tierra», del que el hombre había sido formado, y el «aliento de vida» que Dios le infundió para constituirle en un «ser viviente» (Gn 2,7).
  94. 94. • Junto al concepto de inmortalidad, en el que encuentra una primera explicación la pregunta de por qué vivir rectamente y el valor del sufrimiento,
  95. 95. • el libro parece proponer en algunos textos, al menos implícitamente, la doctrina de la resurrección corporal, y así afirma que los justos «en el día del juicio resplandecerán» (3,7); y que después de los sufrimientos de esta vida «viven para siempre; encuentran su recompensa en el Señor» (5,15-16).
  96. 96. ¿Resurrección corporal? • Ciertamente, la doctrina de la resurrección corporal se expresa de modo más explícito en otros textos bíblicos, probablemente, más antiguos (Dn 12, 2-3; 2 M 7,9), en pasajes de la literatura judía apocalíptica y, ciertamente, en el Nuevo Testamento (cf. Mt 22,23-33 par.), y en ella se funda la doctrina de san Pablo sobre la resurrección de los muertos.
  97. 97. • Cristo, nuevo Adán, y la resurrección de los cuerpos (cf. 1 Co 15,21). • Sin embargo, parece posible afirmar que también para el autor del libro de la Sabiduría es la persona del justo, alma y cuerpo, quien recibe la recompensa definitiva.
  98. 98. • Según el autor del libro, por otra parte, la realización del juicio escatológico de Dios puede ser clarificada a la luz de los acontecimientos de la historia pasada, que ilustran paradigmáticamente la lógica de la intervención divina en cada tiempo y lugar. • El libro sitúa toda la historia, sagrada y profana, bajo la guía omnipotente de Dios
  99. 99. • Dios guía con su sabiduría toda la historia humana hacia una realización final, simbólicamente representada por la perspectiva del éxodo, imagen de la liberación final de los justos (10,15-21).
  100. 100. Centralidad de la justicia divina • Una convicción prevalente del libro de la Sabiduría está constituida por la centralidad de la justicia divina, que no deja nada al azar ni al determinismo histórico, respetando siempre, no obstante, la libertad humana.
  101. 101. • Se afirma así una justicia radical divina en orden al juicio definitivo, pero que hay que comprenderla en el contexto de la historia de la salvación, • en la que se contempla la contraposición entre la actuación misericordiosa de Dios, que llama a la conversión y al arrepentimiento, y la voluntad humana tantas veces obstinada en un rechazo ciego del actuar divino,.
  102. 102. • El mensaje de la Sabiduría invita a vivir en conformidad con los preceptos de la Torá (6,18), rechazando toda forma de idolatría, raíz de todo mal, sobre todo, la zoolatría (cc. 13-15), y siguiendo el modelo de fe expresado en el camino del desierto por el pueblo en su íntima relación con Dios (11, 1-14).

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