Las Comunidades de Población en Resistencia (CPR) en Guatemala sufrieron durante 36 años de conflicto armado entre izquierda y derecha, desplazándose entre las montañas para escapar de la violencia. En 1994 se firmó un acuerdo para el reasentamiento de estas comunidades desplazadas, ratificado en 1996. A principios de los 80, el número de desplazados alcanzó el millón de personas.