Guía 4 - 3° medio III Unidad: El individuo como sujeto de procesos psicosociales
1. CENTRO EDUCACIONAL SANTA CLARA
Filosofía y Psicología
Prof. Susana Delgado S.
Filosofía y Psicología III° Medio
Guía de estudio
III Unidad: El individuo como sujeto de procesos psicosociales
Nombre: Curso: Fecha de Recepción:
El ser humano como sujeto sociable
La cultura es un sistema de comportamiento que comparten los
miembros de una sociedad. Y una sociedad es un grupo de
personas que participa de una cultura común. Horton-Hunt.
Contenido de la cultura
a) Las instituciones: Son pautas, modelos, o patrones de
comportamiento que tienen carácter normativo dentro de una
sociedad. Se puede distinguir dos formas de costumbres, los
folkways y los mores. Los folkways son costumbres en el sentido
habitual de la palabra y definen el modo de ser y vivir en una
sociedad. Sin embargo, los mores, son obligatorios y en éstos
están basadas las leyes, si no se cumplen son penadas.
En este punto, se pueden incluir las modas, estilos, ritos simbólicos,
ceremonias, etc.
b) Las ideas: incluyen los conocimientos, creencias y valores.
Los conocimientos suelen estar distribuidos socialmente, como especialistas de cada materia.
Las creencias están difundidas ampliamente y tienen poca objetividad: no son verdaderas ni falsas, es lo que
todo el mundo cree. Algunas creencias pueden parecer muy sensatas, y otras resultan bastante vagas. Las
creencias pueden estar formuladas de mil maneras distintas: sentencias, refranes, mitos y leyendas.
Los valores están incluidos en cada cultura y determinan qué debe ser considerado como bueno y bello, por lo
cual fija lo que todos deben apreciar y desear. Basta visitar los museos para ver cómo ha ido evolucionando los
cánones de belleza.
c) Los materiales: cosas u objetos que pertenecen a una cultura. Es cultura material que se diferencia de la
cultura inmaterial que corresponde a las instituciones y las ideas. Cada cultura produce objetos que
corresponden a esa cultura inmaterial: Tienen un valor simbólico que solo puede ser entendido al interior de la
cultura que los ha producido. ¿Qué ocurre con los museos? ¿Cómo comprender la significación de todo lo
acumulado allí si está situado fuera de su contexto cultural?
d) Las técnicas o tecnologías: dan lugar a las industrias y los oficios. Cada cultura cuenta con numerosas
técnicas para el cuidado del cuerpo (parto, lactancia, descanso, juegos, comidas, etc.), para la adquisición de
productos (caza, pesca, agricultura, minería, etc.), para la producción de objetos e instrumentos, para el
transporte, para la construcción, para el comercio, etc.
e) Subcultura: También existen grupos pequeños que manifiestan un elevado número de rasgos y complejos
culturales especiales.
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Relativismo cultural y etnocentrismo
Existe una dialéctica de la creación de la cultura: el hombre
(la sociedad) crea la cultura, y la cultura crea al hombre.
Ninguno de los dos es anterior al otro. Ambos constituyen
un círculo.
Relativismo cultural: Un fenómeno sociocultural no
puede ser comprendido sino en su propio contexto cultural.
Un rasgo cultura es “bueno” si funciona armónicamente
dentro de una cultura y ayuda a los fines que la sociedad
persigue.
Etnocentrismo: Los miembros de una sociedad
consideran su propia cultura como superior a todas las
demás.
SOCIALIZACIÓN
Es un proceso por el cual el individuo absorbe la cultura, se integra en la sociedad y conquista su propia
personalidad recibe el nombre de socialización. No se debe confundir este concepto con el de sociabilidad que
designa la inclinación del ser humano a asociarse con otros y que sería la base psicobiológica del hecho de que
el hombre viva en sociedad.
La socialización supone una internalización o interiorización de los contenidos culturales de la sociedad en que
se nace y vive. Por ello, supone también la adaptación a la sociedad y a la cultura. Esta adaptación se realiza
a tres niveles:
A nivel biológico y psicomotor: Las necesidades fisiológicas, los gustos, los gestos y las actitudes corporales están
acomodadas a las pautas de la propia cultura. Nuestro cuerpo ha sido socializado y no se adapta fácilmente a
otros horarios y regímenes alimentarios.
A nivel afectivo: La expresión de nuestros sentimientos se encuentra también socializada, y algunos
sentimientos son reprimidos o negados mientras que otros se ven favorecidos y estimulados.
A nivel de pensamiento: Se asimilan las categorías mentales, imágenes, valores, estereotipos, prejuicios, etc. de
la cultura en que se nace. Ésta asimilación permite que se desarrolle una inteligencia y la imaginación para
nuevas adquisiciones o para que brote el sentido crítico. Por otro lado, sin una socialización a este nivel, sería
imposible que los miembros de una sociedad llegaran a entenderse o fueran capaces de formular objetivos
comunes, normas de conducta, etc.
En realidad, la socialización es un proceso que dura toda la vida. Sin embargo la socialización fundamental se
realiza durante la niñez (socialización primaria).
La socialización primera, se realiza en el seno de la familia y después en los grupos de amigos y en la escuela.
Allí el niño absorbe la cultura y aprende diversos roles sociales mediante dos procedimientos:
Aprendizaje: imita a los mayores, repitiendo una y otra vez lo que ve, oye que hacen y dicen, estimulado por
premios y castigos.
Interiorización de los roles de los otros con los que se identifica: de este modo el niño se identifica consigo mismo,
identificándose e interiorizando a los otros.
La socialización secundaria, dura el resto de la vida. Incluye todo tipo de aprendizajes formales (escuela,
universidad, cursos de capacitación, etc.) o informales (no organizados), adquiridos en grupos de pertenencia
(grupos de amigos, de trabajo, sindicatos, etc.) y a través de los mass media. Puede darse también el caso de
que haya procesos de re-socialización o adaptación a un nuevo género de trabajo o vida, por ejemplo,
jubilados, emigrantes, delincuentes que quieren reinsertarse.
Ser Humano
(Sociedad)
Internalización
Cultura
(Objetivación)
Externalización
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CONSTRUCCIÓN DE LA PERSONALIDAD
“El que yo sea un ser humano,
Eso lo comparto con otros seres humanos.
El que vea y oiga, y el que coma y beba,
Es lo que por igual hacen todos los animales.
Pero el que yo sea yo,
Es mío exclusivamente, y no pertenece a nadie más”
Las crías de mamíferos superiores nacen ya muy desarrolladas y dispuestas para valerse por sí mismas. Un
potrillo recién nacido se pone a trotar casi enseguida. En cambio, el niño nace “demasiado” pronto, nace en un
estado fetal. Por esto, durante muchos meses debe permanecer en el “nido”, un nuevo seno materno que es la
sociedad y la cultura. El recién nacido no es todavía miembro de la sociedad y carece de personalidad. Lleva
consigo toda su herencia biológica: plástica y modificable. El yo y la personalidad irán surgiendo poco a poco
como producto de la interacción con los demás en el seno de la familia y de otros medios de socialización: El
niño identifica primero a sus padres y luego podrá identificarse consigo mismo.
Factores que influyen en el desarrollo de la personalidad:
La herencia biológica.
El medio físico (clima y geografía), aunque en sociedades modernas su influjo es mucho menor que en
las sociedades primitivas.
La cultura, adquirida mediante la socialización.
La experiencia del grupo en que se vive. Por ejemplo: familia desarticulada, grupo social marginado,
crisis económica, guerra, etc.
La experiencia individual. Es única e irrepetible.
Todos estos factores explican la aparición de las personalidades individuales, entendiéndose por personalidad el
elemento estable de la conducta de un individuo, su manera habitual que le diferencia de los demás. En
realidad, la única manera de determinar la personalidad de un individuo es observar sus pautas típicas de
conducta, sus actitudes, creencias y valores, el modo como encarna sus diversos roles, etc. Algunos sociólogos
afirman que “la personalidad es el aspecto subjetivo de la cultura”, en la medida en que son los individuos los
que llevan en sí la cultura y ésta no existe fuera de ellos.
Según el enfoque de la psicología hay tres conceptos muy relacionados entre sí que conviene distinguir:
temperamento, carácter y personalidad.
Temperamento: se entiende el conjunto de disposiciones afectivas predominantes que determina las reacciones
emotivas habituales de un individuo. Cuando se dice que una persona es “muy temperamental” o que tienen
un “temperamento muy fuerte”, se entiende que reacciona pronto, con violencia, y que hay que “tener
cuidado” con él. El temperamento se basa en la herencia biológica. Por ello, es difícilmente modificable.
Representa la base constitucional de la personalidad.
Carácter: es el conjunto de hábitos de comportamiento que se ha ido adquiriendo durante la vida. Por tanto,
el carácter es adquirido, no innato o hereditario. Uno es, pues, responsable de su propio carácter. Los rasgos de
carácter suelen ser juzgados por los demás con calificativos como “bueno” o “malo”. Por esta razón, el carácter
se ve afectado casi siempre de una valoración moral. Constituye una base psíquica de la personalidad.
Personalidad: es en principio la reunión de temperamento y carácter en una sola estructura. De hecho, es muy
difícil distinguir los rasgos temperamentales y los rasgos de carácter, por lo que es preferible hablar únicamente
de personalidad.
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Teoría y estructura de la personalidad
Los descubrimientos de Sigmund Freud (1856 – 1939) tienen como punto de partida
en París acerca de la histeria, que entonces se curaba por medio de la hipnosis. El
estudio de histeria lleva a Freud a comprender, que existen procesos inconscientes
que provocan los síntomas histéricos; y que si el enfermo llega a tomar conciencia de
ellos con ayuda de la hipnosis, puede llegar a curarse. Pero no siempre es un método
efectivo.
Freud entonces, emplea, otro método para hacer conscientes los recuerdos traumatizantes: el enfermo debe
comenzar a hablar a partir de una imagen que se le ofrece e ir asociando libremente sus pensamientos, de tal
modo que llegue así a extraer los recuerdos que se buscan. Pero al emplear este método, Freud se encuentra
con que el paciente se resiste con frecuencia a continuar: hay cosas que “no puede decir” o se niega a continuar
con las sesiones. Freud descubre así el elemento clave de su método: el “yo” se defiende contra algo, en el sujeto
hay una fuerza de represión contra los recuerdos inconscientes.
La represión es el segundo gran descubrimiento de Freud: hay impulsos reprimidos en el interior del hombre y
que, por tanto, están como sumergido en el inconsciente. La reprimido pugna por salir (el inconsciente, es por
tanto, dinámico, activo), pero no puede hacerlo debido a la barrera de represión. Entonces se manifiesta
mediante síntomas neuróticos: angustia, fobias, síntomas histéricos, obsesiones, ideas fijas, etc. Así se explican las
neurosis: la represión es su causa.
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Las ideas fundamentales de Freud sobre el desarrollo de la personalidad son las siguientes:
Los rasgos principales de la personalidad se establecen en la infancia. Los desarrollos subsiguientes no
son más que una reelaboración de dichos rasgos.
Sin embargo, el desarrollo puede detenerse en alguna fase intermedia (como consecuencia de algún
trauma infantil). Entonces se produce una fijación. De hecho, un adulto no manifiesta normalmente
sus fijaciones infantiles, salvo en momentos en que se comporta, sorprendentemente, “como un niño” lo
que sucede es que, debido a algún acontecimiento (peligro o disgusto), se produce una regresión a
alguna fijación infantil. La regresión es, en realidad, un mecanismo de defensa.
Las diversas fases se determinan según las zonas u órganos de satisfacción de las pulsiones. Basta ver a
un recién nacido para darse cuenta de que en él la boca lo es todo: su boca es como el centro del
mundo, con ella come y percibe las cosas. Así, Freud distingue cuatro fases fundamentales: oral, anal,
fálica y genital. Entre las dos últimas fases se sitúa un período de latencia, en el que las pulsiones
parecen estar apaciguadas. A cada fase corresponde una serie de rasgos de comportamiento que
luego pervivirán en la edad adulta, generalmente muy transformados. Los rasgos tienen carácter
bipolar, es decir su opuesto.
En la fase fálica, ocurre el complejo de Edipo, una de las teorías más famosas y discutidas de Freud. El
niño vive como enamorado de su madre y se muestra agresivo contra el padre, a quien considera su
rival. Cuando el complejo se supera, el niño se identifica con su padre y sobreviene el periodo de
latencia (hacia los seis años), en el que las pulsiones se apaciguan, se olvidan los primeros años de la
infancia, predominan las sentimientos de pudor, y sobre todo, se constituye el superyó.