Este documento presenta seis poemas de Safo de Mitilene, una poeta lírica griega del siglo VI a.C. Los poemas tratan temas como el amor, la belleza, la muerte y la diosa Afrodita. El documento ofrece una muestra de la poesía lírica griega clásica.
1. #yoconozcomiherencia ¿y tú?
Lectura de clásicos grecolatinos el 12/12/12 a las 12:00 h
SAFO DE MITILENE, POETA GRIEGA
1.- Me parece igual a los dioses
Me parece igual a los dioses
el hombre aquel que frente a ti se sienta
y a tu lado absorto escucha mientras
dulcemente hablas
y encantadora sonríes. Lo que a mí
el corazón en el pecho me arrebata;
apenas te miro y entonces no puedo
decir ya palabra.
Al punto se me espesa la lengua
y de pronto un sutil fuego me corre
bajo la piel, por mis ojos nada veo, los
oídos me zumban,
me invade un frío sudor y toda entera
me estremezco, más que la hierba pálida
estoy, y apenas distante de la muerte me
siento, infeliz”.
2.- Bajo tierra estarás
Bajo tierra estarás,
nunca de ti,
muerta, memoria habrá
ni añoranza; que a ti
de este rosal
nada las Musas dan;
ignorada también,
tú marcharás
a esa infernal mansión,
y volando errarás,
siempre sin luz,
junto a los muertos tú.
2. 3.- Desde Creta ven, Afrodita
Desde Creta ven, Afrodita, aquí
a este sacro templo, que un bello bosque
de manzanos hay, y el incienso humea
ya en los altares;
suena fresca el agua por los manzanos
y las rosas dan al lugar su sombra,
y un profundo sueño de aquellas hojas
trémulas baja;
pasto de caballos, el prado allí
lleno está de flores de primavera
y las brisas soplan oliendo a miel...
Ven, Chipriota, aquí y, tras tomar guirnaldas,
en doradas copas alegremente
mezclarás el néctar para escanciarlo
con la alegría
4.- Y cuando te miro de frente creo
...
y cuando te miro de frente creo
que jamás Hermíona fue tan bella
y que no está mal que a la rubia Helena
yo te compare...
5.- ...de verdad que morir yo quiero
...
de verdad que morir yo quiero
pues aquella llorando se fue de mí.
Y al marchar me decía: Ay, Safo,
qué terrible dolor el nuestro
que sin yo desearlo me voy de ti.
Pero yo contestaba entonces:
No me olvides y vete alegre
sabes bien el amor que por ti sentí,
y, si no, recordarte quiero,
por si acaso a olvidarlo llegas,
cuánto hermoso a las dos nos pasó y feliz:
3. las coronas de tantas rosas
y violetas también que tú
junto a mí te ponías después allí,
las guirnaldas que tú trenzabas
y que en torno a tu tierno cuello
enredabas haciendo con flores mil,
perfumado tu cuerpo luego
con aceite de nardo todo
y con leche y aceite del de jazmín.
recostada en el blando lecho,
delicada muchacha en flor,
al deseo dejabas tú ya salir.
Y ni fiesta jamás ni danza,
ni tampoco un sagrado bosque
al que tú no quisieras conmigo ir.
…
6.- La belleza
Una hueste de jinetes, o de infantes o de naves
dicen unos y otros que es lo más bello
que existe sobre la tierra. Yo digo
que es aquello que se ama.