El Gobierno del PARTIDO DE
AVANZADA NACIONAL
culminó con un alentador
panorama macroeconómico
que contrastó con las
críticas que recibió de la
oposición y del ciudadano
común.
Una inflación del 4.9 por ciento en
1999 contra la del 10.9 por ciento en
1996, un tipo de cambio estable, un
crecimiento razonable del 3.5 por
ciento del Producto Interno Bruto
(PIB), una reducción relativa de la
deuda interior y la menor deuda
exterior de Centroamérica, son
algunos de los resultados.
La inversión pública creció
del 2.7 por ciento en 1995 al
5.3 por ciento en 1999 y los
ingresos totales del
Gobierno aumentaron entre
uno y otro año en un 96.6
por ciento.
El gobierno del PARTIDO DE
AVANZADA NACIONAL le heredó a
su sucesor Q 3,039 millones
depositados en las cuentas 112,381
y 112,402, del Banguat, producto de
la venta de Guatel y la EEGSA.
Doce meses después, dicha cifra se
incrementó en Q 4,800 millones, por
las privatizaciones, hasta sumar Q 8
mil millones.
El gobierno del PARTIDO
DE AVANZADA
NACIONAL le heredó a su
sucesor US $ 1,800
millones de reservas
netas, las más altas en la
historia del país.
El gobierno del PARTIDO DE
AVANZADA NACIONAL NO
le dejó a su sucesor ni un
centavo de deuda flotante, o
sea de corto plazo, a
diferencia de la que recibió
Álvaro Arzú de Ramiro De
León Carpio, de Q 1,500
millones.
Después del “cristalino”,
“diáfano” y “transparente”
gobierno de Ramiro De Leon
Carpio, el gobierno del
PARTIDO DE AVANZADA
NACIONAL encontró las arcas
tan vacías, que no había
dinero ni para pagar el salario
de los servidores públicos,
mucho menos a proveedores.
El gobierno del PARTIDO DE
AVANZADA NACIONAL le heredó a
su sucesor toda la red de carreteras
recuperada, más dos mil kilómetros
nuevos de asfalto y más de cuatro
mil kilómetros nuevos de terracería
en el área rural, sin contar con el 77
por ciento de cobertura eléctrica en
toda Guatemala con el doble de la
capacidad instalada para seguir
generando, y no el 40 por ciento que
dejó De León Carpio.