Guerra Civil Española y Trauma Psíquico II . La 1ª parte también está disponible
1. Paris 150 1 2 08036 caps@pangea.org
PROYECTO
GUERRA CIVIL Y TRAUMA PSÍQUICO: UN ESTUDIO DE
LOS EFECTOS PSICOLÓGICOS DE LA GUERRA Y
POSTGUERRA, EN LA POBLACIÓN ACTUAL. 2ª PARTE
I N F O R M E D E R E S U L T A DOS
2ª PARTE
Entidad: CAPS (Centro de Análisis y Programas Sanitarios)
Responsable Proyecto: Olga Fernández Quiroga, Psicóloga
especialista en Psicología Clínica
Con el soporte de
Barcelona, noviembre de 2007
2. SUMARIO
AGRADECIMIENTOS..............................................................................1
1. INTRODUCCIÓN..................................................................................2
1.1 Investigación previa y trabajos precedentes...............2-3
1.2 Hipótesis.............................................................................3
1.3 Definición del marco teórico.........................................3-4
1.4 Definición de objetivos......................................................5
2. METODOLOGIA...............................................................................5-6
2.1 Entrevistas.......................................................................6-7
2.2 Cuestionarios.....................................................................7
2.3 Casos clínicos.................................................................7-8
3. PLANTEAMIENTOS PRELIMINARES.......................................8-9
3.1 Sobre los conceptos.....................................................9-10
3.2 La especificidad española.........................................10-11
4. RESULTADOS CUESTIONARIOS Y ANÁLISIS DE
CONTENIDOS....................................................................................12
4.1 Sobre los testimonios......................................................12
4.2 Datos generales..........................................................13-17
4.3 Qué quieren.................................................................17-18
4.4 Pregunta: La transmisión de los ideales republicanos
fue materna, paterna, conjunta o por otros
medios..............................................................................19
4.5 Pregunta: Cuáles son los valores más destacados de la
época republicana......................................................19-23
3. 5. LAS TORTURAS...............................................................................23
5.1 Las torturas.................................................................23-24
5.2 La crueldad..................................................................24-26
5.3 Las respuestas............................................................26-30
5.5 Las otras torturas y marcas.......................................30-32
5.6 Pregunta: grado de soporte psicológico posterior.32-33
6. TRANSMISIÓN INTER-GENERACIONAL..................................33
6.1 El duelo....................................................................... 33-35
6.2 Los desaparecidos...........................................................35
6.3 La cuestión del perdón.............................................. 35-36
6.4 Las respuestas............................................................36-46
7. REPARACIONES............................................................................. 46
7.1 Pregunta: ¿alguna vez ha sentido que necesitaba
ayuda profesional, médica o psicológica? Y si la ha
necesitado, ¿la ha pedido?.............................................47
7.2 La inconsciencia del síntoma.........................................47
7.3 Pregunta: la ley de la memoria histórica,
los actos de reconocimiento, las conmemoraciones,
¿de qué manera le han influido?..............................48-49
7.4 Pregunta: ¿cree necesario disponer de ayuda psico-
médica específica en la Sanidad Pública en este tema,
para usted, su familia o cualquiera que lo
necesite?...................................................................49-51
8. COMENTARIOS FINALES..............................................................51
9. CONCLUSIONES Y PROPUESATAS................................... 51-53
10. BIBLIOGRAFIA........................................................................... 54-56
4. GUERRA CIVIL Y TRAUMA PSÍQUICO: UN ESTUDIO DE
LOS EFECTOS PSICOLÓGICOS DE LA GUERRA Y
POSTGUERRA, EN LA POBLACIÓN ACTUAL. 2ª
PARTE
Entidad: Caps (Centro de Análisis y Programas Sanitarios)
Responsable Proyecto: Olga Fernández Quiroga, Psicóloga Clínica y Analista
Bioenergética
“...el hundimiento se produce por el
miedo a las torturas y no tanto por las
torturas...”
Ángel Rozas
AGRADECIMIENTOS
Como responsable del proyecto, ha sido un verdadero privilegio escuchar y
compartir tantos momentos con las personas que habéis hecho posible este
trabajo. Por el tiempo, por lo que habéis explicado de vuestra vida, por la
emoción y las lágrimas contenidas, por las palabras, por los momentos de
silencio, las intimidades, el dolor de los recuerdos, las risas y tristezas
compartidas, el café o la comida, las anécdotas, los documentos personales
que me habéis permitido leer, pero sobre todo para mi, que estuve
escuchando, por el montón de conocimientos y emociones que viví.
Trabajo de psicóloga clínica desde hace 20 años, en el marco de la teoría
psicoanalítica, con personas en consulta individual y grupal, por lo tanto estoy
acostumbrada a escuchar todo aquello que habitualmente no decimos, lo más
excelso y lo más ruin y me ha sorprendido la cantidad y la calidad de las cosas
que sabéis y la manera sencilla en que me habéis transmitido todas las
vivencias que corresponden a conceptos difíciles de explicar, todas las historias
que ilustran lo que profesionales de muchas disciplinas discutimos una y mil
veces en congresos, conferencias y seminarios. Vosotros tenéis la evidencia y
yo lo he podido escuchar.
Tengo que deciros que, a pesar de todas las penalidades oídas, me ha
quedado una idea central: los que vivisteis la experiencia republicana, gozáis
de una vivencia de palabras como libertad y solidaridad que aún hoy en día
practicáis. Lo envidio y admiro.
Espero que vuestra generosidad conmigo y con tantos otros, sirva, esta vez,
para conseguir una reparación real y efectiva.
Gracias pues a todas y a todos: Agueda, Amadeu, Àngel R., Àngel B., Antonio,
Eduardo, Eli, Enric C., Enric P., Francesc, Francisco, Jordi, Lluís, Lola, Maria,
1
5. Pilar, Rosario, Sonia, Teresa, Toñi, Vicenç y a las respectivas asociaciones que
han colaborado desinteresadamente en este proyecto.
Éste, también es vuestro trabajo.
2
6. 1. INTRODUCCIÓN
El trabajo que presentamos en esta segunda parte está basado principalmente
en tres ejes:
a) el eje principal se basa en las entrevistas realizadas a las personas que
explican sus vivencias entorno a la guerra civil española, posguerra y
transición.
b) Los casos clínicos y el trabajo analítico con pacientes, ya sea facilitados
por colegas o trabajados directamente por la responsable del proyecto.
c) el trabajo realizado en la primera parte y los resultados obtenidos
El marco teórico respecto al que interpretamos los datos se inscribe en la teoría
psicoanalítica.
Nos centraremos básicamente en analizar el sufrimiento psíquico, consciente o
inconsciente, que se desprende de sus respuestas a un cuestionario.
Cuando hablamos de síntomas, defensas o analizamos las diferentes
respuestas acerca de la guerra, la represión y/o la tortura de la posguerra, no
implica registrar patología alguna y/o anomalía. La anomalía era la propia
situación y las respuestas a situaciones tan dolorosas posiblemente fueron la
mejor opción para poder sobrevivir en aquél momento (no vivir), pero algo que
puede ser adecuado para afrontar una determinada situación, cuando se alarga
en el tiempo y se convierte en un patrón rígido, es muy probable que perturbe
gravemente a cada uno de los miembros de la familia y por extensión a la
sociedad a la cuál pertenecen.
No insistiremos en definiciones de conceptos que ya hemos realizado en la
primera parte
Ha sido un trabajo de una gran intensidad emocional y sobre todo una
oportunidad para aprender en casi todas las áreas del conocimiento, lo cuál ha
implicado realizar un constante esfuerzo para delimitar y retornar al área objeto
de esta investigación.
Sabemos que para muchas de las personas que han colaborado
desinteresadamente y nos han regalado una parte de sus vidas, ha supuesto
un esfuerzo recordar situaciones dolorosas y dramáticas; para otras, una
oportunidad de hablar y desahogarse.
1.1. Investigación previa y trabajos precedentes
La referencia a trabajos similares, resultado de la investigación efectuada en la
1ª parte del proyecto, la encontramos en otros países (Chile, Argentina,
Alemania, Uruguay...) en los cuáles se han dado condiciones sociales
similares: dictaduras, torturas, guerra...Estas referencias están reseñadas en la
bibliografía.
3
7. En nuestro país disponemos de trabajos derivados de testimonios orales o
escritos de personas implicadas, de los cuáles se puede inferir fácilmente la
hipótesis de este trabajo. Es lo que hemos hecho en la 1ª parte de esta
investigación.
El motivo de esta falta, puede ser porque hace relativamente poco tiempo que
se ha iniciado el debate social sobre la guerra civil y avanza con muchas
dificultades o quizás que en este debate, la salud y la salud mental en concreto
aún no tenga un lugar.
Lo que sí podemos afirmar es que no tenemos datos epidemiológicos, ya que
nunca se han establecido dispositivos para atender a las personas que
demandan por daños psíquicos. O simplemente que no se puede discriminar su
demanda.
1.2. Hipótesis
Suponemos un importante sufrimiento psíquico generador de patología expresa
en les persones que vivieron la Guerra Civil, la postguerra y la transición
democrática y partimos de la hipótesis que los traumas vividos no se agotan en
la generación que sufrió directamente la experiencia, sino que son “pasados”, a
los descendientes, afectando a segundas y terceras generaciones.
Suponemos que si hay sintomatologías clínicas, no necesariamente se
relacionan con la experiencia traumática y que además se pueden manifestar
en síntomas psíquicos, somáticos, comportamientos psicosociales o
enfermedades orgánicas.
La relación síntoma-trauma, puede no ser explícita y los sujetos pueden estar,
en un primer momento, totalmente alejados de esta relación.
Resumiendo: la situación traumática afecta a les personas que la sufren de
manera directa, psíquicamente o físicamente, afecta al cuerpo social como tal
y incide sobre varias generaciones.
1.3. Definición del marco temático
“...el deseo utiliza una ocasión del presente para proyectar, conforme al
modelo del pasado, una imagen del porvenir"1.
Esta cita de Freud, aunque provenga de un texto en dónde analiza las
fantasías y los sueños, nos sirve muy bien para introducir este apartado.
Para definir el marco teórico, nos remitimos al presentado en la 1ª parte del
proyecto y aquí nos centramos en los aspectos más prácticos de los encuadres
conceptuales que utilizamos.
Tan solo recordar que en este apartado de recuperación de la memoria
histórica, este proyecto está enfocado a conocer y por lo tanto, poder
reconocer, qué consecuencias psicológicas provocaron los hechos de la guerra
civil y la postguerra en la salud de la población, ya sea que se hayan
1
Sigmund Freud: “el poeta y los sueños diurnos”. Oc.
4
8. manifestado en el cuerpo (físicas), en la relación (social), o en malestares
psíquicos (ansiedad, miedos, inhibición afectiva, sentimientos de culpa, de
impotencia, depresión...etc.), dado que muy a menudo resulta difícil determinar
la interdependencia de la sintomatología.
Podemos pensar que estas consecuencias se presentan a la manera de una
“neurosis traumática”, sin que eso sirva para negar cualquier patología anterior.
Desde esta perspectiva psicoanalítica empezamos por revisar los conceptos
desarrollados por Sigmund Freud en sus inicios respecto al trauma y el
recuerdo del trauma. En esta primera época y escuchando el testimonio de sus
pacientes, pensó en el trauma como en un cuerpo extraño que mucho después
de su entrada en el organismo continua actuando con la misma intensidad.
¿Por qué, se preguntaba Freud no siguen el mismo destino que tantos y tantos
recuerdos, que se desgastan? Deducía que eso dependía de diversos factores,
el más importante desde la perspectiva intrapsíquica, consistía en saber si se
había producido una reacción energética al acontecimiento que provoca un
afecto, es decir la existencia de toda clase de reflejos ya sean voluntarios o
involuntarios, en los que poder descargar los afectos. Si esta reacción tiene
lugar de manera suficiente, una gran parte de afecto desaparece, pero si se
suprime, el afecto queda pegado a la memoria. No vale cualquier reacción.
Tiene que ser una reacción adecuada, pero ésta, y aquí encontramos una
posibilidad revolucionaria, no es la única manera de responde a la experiencia
de un trauma: también sirve el lenguaje, las palabras. ¿Por qué? ¿Cómo puede
ser que las palabras tengan la misma efectividad que cualquier acción? Es fácil
pensar en experiencias cotidianas en dónde un palabra puede herir i/o curar
más que un golpe. Demostraremos en la escucha a los testimonios cuán
importantes son las palabras.
Para nosotros es una pregunta clave porque hacemos de las palabras una
herramienta fundamental de nuestro trabajo.
Freud nos explicaba que cualquier recuerdo traumático entra en el complejo
circuito de las asociaciones, acompañado de otras experiencias que pueden
contradecirlo y están sometidas a rectificaciones. Es de esta manera como una
persona es capaz de conseguir la desaparición de un afecto que acompaña
una idea o un recuerdo: mediante el proceso de asociación.
Actualmente se utiliza mucho el llamado “Trastorno de Estrés Postraumático
(TEPT) o Postraumática Stress Disorder", generalmente como categoría
diagnóstica. El TEPT, atribuye el origen de los síntomas al trauma y no al
sujeto.
Nosotros no lo utilizaremos como categoría diagnóstica Puede que nos sea útil
como dimensión, ya que lo que nos interesa, es la verdad del sujeto,
confrontada, claro está, a los hechos traumáticos, que también son históricos y
objeto de interpretación.
En resumen, anudar el saber subjetivo al saber social.
5
9. Dejamos claro que no queremos producir un efecto de medicalización o
psicologización de ningún segmento de la población.
1.4. Definición de los objetivos
Reconocimiento social, político, jurídico, y/o económico, configuran los
diferentes ámbitos en que muchas personas quieren recuperar el lugar que les
corresponde y que injusta y dolorosamente estaba situado en el olvido y el
silencio.
En este proyecto queremos incluir el ámbito de la salud, como una vertiente
más para sumar y añadir al trabajo de reconocimiento y reparación.
Es un aspecto del que no teníamos datos directos, aunque en la primera parte
del proyecto demostramos sus terribles consecuencias.
Nos parece muy oportuno efectuar esta investigación ahora, cuando vivimos un
proceso de restitución social, ya que si bien por un lado significa una liberación,
también produce una reactualización del recuerdo, de hechos particularmente
dolorosos, en dónde reaparecen vivencias y afectos ligados, ya sea consciente
o inconscientemente.
No nos proponemos modificar nada de lo que ha pasado, objetivo imposible,
pero sí reconocerlo, vivir todo lo que no se pudo vivir, quizás ampliar las
perspectivas, quizás reconocer las heridas, quizás reconocer la propia valía,
quizás transmitir algo más que un silencio, un vacío, un malestar indefinido
pero insistente. Quizás, en definitiva, introducir otra mirada.
Nuestra intención es actuar desde diferentes perspectivas:
- como una aportación a la reconstrucción de la memoria histórica.
- como una aportación a una mejor comprensión del tiempo de la
República, la guerra civil, la postguerra y la transición, mediante la
sistematización de material desde la perspectiva de las ciencias de la
salud.
- como una aportación a los procesos de construcción de la subjetividad
en estos tiempos históricos que nos ha tocado vivir.
- como una aportación al trabajo dentro del campo de la salud mental y de
la relación salud-enfermedad.
- como una aportación que intenta demostrar la necesidad de reparación
en este campo de la salud mental.
1.4.1. Objetivos específicos del trabajo
- Obtención de datos empíricos respecto a los efectos psíquicos que la
guerra y la postguerra provocaron en la población, haciendo al mismo
tiempo un acto de reconocimiento en este ámbito de la salud, que hasta
ahora no se había considerado.
- Sistematización y análisis de los datos obtenidos.
- Establecimiento, en caso de que los datos recogidos confirmen la hipótesis
planteada, de dispositivos sanitarios específicos para atender a las
6
10. personas que lo puedan solicitar, mediante la colaboración de los servicios
públicos implicados en los diferentes ámbitos (municipal, autonómico,
estatal).
2. METODOLOGÍA
Estudiar las consecuencias psicológicas dentro de un contexto de salud
biopsicosocial, implica la utilización de metodologías diversas, tanto
cuantitativas como cualitativas. Nosotros hemos escogido dos herramientas
complementarias que nos han ayudado a obtener buenos resultados.
Estas herramientas son: las entrevistas personales y el análisis de casos
clínicos.
Hemos desestimado de momento el trabajo con grupos, por cuestiones clínicas
y de tiempo. Después de las entrevistas pudimos comprobar que la intensidad
emocional y el nivel de afectación que manifestaban las personas, exigía otro
marco de trabajo para formar los grupos y poder trabajar con rigor y sobre todo
con todas las garantías para las personas participantes.
Por eso hemos sustituido los resultados que contábamos obtener del trabajo
con grupos, por el análisis de casos clínicos facilitados por profesionales que
trabajan o han trabajado en este entorno y los dirigidos personalmente por la
responsable del proyecto.
2.1. Entrevistas
2.1.1. Selección del tipo de entrevista
Hemos escogido la entrevista individual, utilizando un cuestionario abierto. El
objetivo es obtener datos en las tres dimensiones que hemos definidlo para el
concepto de salud: físico, psíquico i social.
2.1.2. Selección y ficha de los informantes
Personas de diversas asociaciones y entidades de Barcelona y provincia o sin
vínculo asociativo, escogidas aleatoriamente al azar. Su participación ha sido
voluntaria. No pusimos ninguna condición específica, más allá de su voluntad
para colaborar en el proyecto.
Únicamente dos personas rechazaron nuestra propuesta. Este dato no nos
parece significativo para extraer conclusiones, pero el miedo a hablar o que
esto aún siga siendo una experiencia dolorosa, existe y es una evidencia de
afectación psicológica, por tanto y dado que las conclusiones que damos se
basan en personas que sí han querido hablar, seguramente tendríamos que
pensar que hacemos una estimación conservadora de la afectación real.
2.1.3. La entrevistadora y el entrevistado
El respeto, la escucha y la experiencia clínica de la responsable del proyecto
han sido las bases sobre las que se han realizado las entrevistas. En todo
momento se tuvo en cuenta el interés de la persona entrevistada, priorizado por
encima de cualquier otro.
7
11. 2.1.4. Lugar y espacio de la entrevista
El lugar de la entrevista fue escogido por al persona entrevistada y nos hemos
adaptado a sus decisiones. Se han utilizado: el despacho del CAPS, les sedes
de las asociaciones, casas particulares y diversos lugares públicos.
2.1.5. Medios técnicos
Teníamos previsto grabar las entrevistas, pero lo descartamos al comprobar
que introducía un elemento perturbador. Decidimos escribir en el momento e
inmediatamente después anotar todo lo que se consideraba importante.
2.2. Cuestionarios
Hemos utilizado un modelo único de cuestionario, de tipo mixto, es decir con
una parte cerrada, la referida a la obtención de datos cuantitativos, que
comprende las variables clasificadas como “datos de la muestra”: edad, sexo,
estado civil, número de hijos...etc., y una parte abierta, referida a los datos
cualitativos, en la cuál, las respuestas han sido abiertas y las preguntas, si bien
hemos procurado mantener una coherencia para todos los participantes, han
variado en función de la deriva que cada persona quiso dar a su historia.
El promedio de tiempo en cada entrevista fue de tres horas y media.
2.2.1. Elaboración de los cuestionarios
Ha sido un trabajo previo en el que hemos valorado y descartado varias
opciones, antes de decidirnos por el cuestionario semi-estructurado.
Los ítems del cuestionario se elaboraron teniendo en cuenta los aspectos más
relevantes para nosotros, dedicando un apartado importante a las torturas
propias o del círculo familiar.
2.2.2. Tratamiento de los datos
Los datos obtenidos han sido registrados, tratados informáticamente,
analizados, interpretados y completados con la información de casos clínicos.
Los datos cuantitativos que analizamos no tienen un valor estadístico, ya que
no lo hemos planteado formalmente de esta manera, aunque algunos estén
presentados mediante gráficos. Tienen un valor informativo.
Lo que hemos hecho, es extraer los rasgos comunes que nos han parecido
significativos y a la vez transcribir las diferentes maneras en que cada cuál
pudo resolver su vida ante un hecho que la trastocó.
Básicamente, hacemos un análisis cualitativo de los datos, respetando las
respuestas de las personas entrevistadas. En algunos casos, simplemente
presentamos las respuestas.
2.3. Casos clínicos
Agradecemos muy especialmente a los profesionales que nos han facilitado
datos y viñetas de casos clínicos en los que la guerra y sus acontecimientos
fueron un elemento clave.
8
12. Hemos comparado el desarrollo de los tratamientos con lo que nos explicaban
los testimonios, para reafirmar o refutar determinada posición y lo hemos
completado con la experiencia clínica de más de 20 años de trabajo de la
responsable del proyecto.
Y, naturalmente, hemos consultado el trabajo hecho en la primera parte,
siempre que ha sido necesario.
3. PLANTEAMIENTOS PRELIMINARES
La objetividad e imparcialidad del investigador/a hacia el objeto investigado y la
incidencia y/o modificación que eso produzca en los resultados, supone un
antiguo debate.
Nosotros, damos por supuesta la subjetividad de la persona investigadora, que
actúa como una variable fundamental, a menudo desconocida por el propio
investigador, pero decisiva. En cuanto a la imparcialidad y a pesar de que éste
es un trabajo realizado desde una determinada vertiente profesional, la de la
salud mental, y dentro de ésta en el marco de la teoría psicoanalítica,
escogemos conscientemente la parcialidad que supone posicionarnos en el
rechazo firme a la dictadura, la represión, la tortura, y a las diversas formas de
aniquilación de las personas como tales. De hecho, pensamos que ante eso no
hay posibilidades de imparcialidad.
Imposible el abordaje de este tema sin un planteamiento ético que contemple la
subjetividad, renunciando a los ideales científicos de objetividad y neutralidad.
Aclarado este aspecto, apuntamos algunas precisiones generales respecto a la
violencia.
- La diferencia entre violencia de Estado, promovida por el Estado y la
ejercida sin su consentimiento.
- La diferencia entre tortura promovida, legalizada y practicada por el
Estado, de la realizada de alguna otra manera. El Estado, es quién
debería garantizar la ley.
- La diferencia entre una violencia ejercida por motivos económicos o de
avaricia, de la ideológica ¿Por qué? Pues porque en este caso implica
no solo la muerte, la tortura y las desapariciones, sino la intención de
borrar aquello que ha sido el sujeto, su historia. Desaparece física y
simbólicamente. No se puede hablar, no se puede nombrar. Es el
exterminio. La avaricia puede llevar ala guerra ya a realizar crímenes de
guerra, pero una ideología busca eliminar a la población civil a la que
puede clasificar por raza, pensamiento...A resaltar la perversión del
lenguaje utilizado por la dictadura cuando habla de orden, protección,
unidad...
- El olvido como otra forma de violencia porque mata: ideas, nombres,
sagas familiares, experiencias, identidades con la verdad en el otro lado,
la verdad que duelo, tanto para vencedores como para perdedores.
9
13. En un conflicto como el de la guerra civil española todos estuvieron
afectados. Algunos sectores sociales, por su vulnerabilidad, más que otros,
porque se destruyeron infraestructuras e instituciones que los acogían, pero
recordemos que las personas encargadas de su curación, también
quedaron afectadas. Por motivos políticos, religiosos, por considerar que
habían sido favorecidos por leyes republicanas, como jornaleros y yunteros,
educadores, homosexuales, transexuales (éstos confinados en los llamados
“campos de trabajo” o “colonias agrícolas penitenciarias”) o por cualquier
razón de índole sexual, prostitutas, gitanos o cualquier otro, sin ninguna
razón...
3.1. Sobre los conceptos
A lo largo de los diferentes apartados del texto iremos desarrollando los
conceptos que nos parezcan más adecuados, pero apuntamos ahora estas
ideas generales.
Freud diferenciaba la palabra trauma de traumatismo, que desde la medicina,
implica la existencia de un elemento exterior que golpea al individuo, el cuál
pasa a convertirse en una víctima, que recibe pasivamente el traumatismo
diciendo “no puedo hacer nada” y envolviéndose en un proceso identificatorio
que acaba en un “ser víctima”. Hay una larga distancia entre esta parálisis del
“no puedo hacer... nada” al “puedo hacer...nada”.
Trauma no se refiere simplemente a eso que me sucedió, sino a mi reacción a
eso que me pasó.
Este concepto que hemos definido pensando en el sujeto, se puede aplicar a
la comunidad. También para la cultura existe un tiempo de elaboración, un
proceso que, si se produce, conduce a un saber nuevo.
El desarrollo de la teoría psicoanalítica, se produjo desde el concepto de
realidad psíquica interna, abandonando la teoría de la seducción, realidad
externa, con la que Freud había iniciado sus investigaciones. Después se
investiga en las neurosis traumáticas de durante la 2ª Guerra Mundial y
naturalmente el genocidio del nazismo, el holocausto. Este no es el espacio
para seguir el curso de las elaboraciones psicoanalíticas respecto al concepto
de trauma y consecuentemente de realidad interna( fantasía) o realidad
externa( teoría de la seducción con la que empezó Freud), pero sí para decir
que creemos en la incidencia de los deseos inconscientes que se acoplan con
los elementos del recuerdo y dan lugar a desplazamientos y represión, y por
tanto tendríamos que decir que los recuerdos están ligados al destino de los
deseos pulsionales y creemos también que en situaciones excepcionales de
extrema violencia como la que aquí investigamos, hace falta, en el tratamiento,
una historización y reconocimiento de la realidad traumática (externa) por muy
fragmentada y deformada que estuviera.
Deslindar fantasía y realidad, para poder realizar una elaboración segundaria.
10
14. Nuestra experiencia nos dice que a menudo las personas experimentan una
sensación de integración personal y un sentimiento de seguridad en la relación
transferencial que permite continuar el proceso analítico o terapéutico.
Esperamos, por tanto, no convertir a la gente en “objetos de representación”,
siendo nosotros, por una parte, los representantes que tienen justamente
aquello que les falta, sea el que sea (capacidad de sanación, de poder, de
saber...) y por otra los que se convierten en sus intérpretes, sancionando
cuales son sus intereses, su realidad, sus anhelos. Nuestro deseo es escuchar
y transmitir lo que nos dicen, relacionarlo conceptualmente y trabajar para que
puedan disponer de los recursos adecuados que les permitirán, si quieren,
intentar saber sobre sus malestares.
De la misma manera contemplamos las defensas como los mecanismos
utilizados para protegernos de aquello que no queremos que salga. AL mismo
tiempo también son el agente patológico. Es este hecho de mantener el
bloqueo sobre cualquier representación que la convierte en traumática. Supone
un gran esfuerzo, continuo, inconsciente y que aún presentifica más lo que se
quiere reprimir. Cuando sale lo hace de la peor manera, porque se ha ido
inflando.
Y recordar, como una construcción. Este es un valor primordial del recuerdo,
aunque solo sea por la satisfacción conseguida en el proceso creativo.
3.2. La especificidad española
- La falta de condena al régimen dictatorial de una parte de la sociedad
española.
Un hecho incomprensible para ellos mismos, ya que de esta manera se
convierten en herederos de la dictadura. Franco personificó el poder
absoluto que caracteriza a una dictadura, pero ésta nunca es producto de
una sola persona. Tiene que haber un soporte económico, social,
institucional, que defiende intereses propios. No fue hasta la proposición no
de Ley de 20 de noviembre de 2002, que el Parlamento español expresa su
condena (aunque aún sin hacer mención), al golpe de Estado de 1936.
De la impunidad como factor agravante ya hemos dado cuenta.
Añadimos el hecho del anonimato y el desconocimiento que hay en nuestro
país de los elementos que ejercieron la represión. Esto implica la falta de
debate entorno a la responsabilidad social y de cada cuál respecto a sus
actos ¿Qué esperanzas de futuro podemos tener si ni siquiera hay
consenso respeto al horror que representa la dictadura y la represión?
¿Cómo puede ser que la sociedad pueda consentir que sus representantes
políticos, defensores de valores democráticos, estén bajo sospecha?
¿Cuántos representantes de este Estado, dirigiendo instituciones que
representan poderes básicos de su funcionamiento han sido, o pero aún,
están siendo cómplices de la ideología dictatorial?
11
15. - Mantenimiento de símbolos de exaltación a la dictadura
Aún existen en muchas ciudades y calles, estatuas o placas
conmemorativas del dictador Franco o de sus generales y los que quieren
mantenerlo utilizan argumentos como éste: si se quitan, se borrará la
historia, ocultando que los símbolos que una sociedad decide instalar
públicamente, sirven para homenajear. ¿Cómo lo podrían hacer recordando
actos delictivos o genocidas?
- Los discursos de equiparación
Ya hemos hablado de este aspecto, pero el hecho de que se plantee y
tenga resonancia en una parte importante de la población, indica que hay
algo que no funciona.
- Pérdida de la ilusión y del proyecto colectivo.
La República duró poco tiempo y encima con muchos problemas internos,
ero visto desde ahora, impulsó y realizó una gran cantidad de cambios en
todos los sectores con una masiva participación popular, que le pone un
inmenso entusiasmo, ilusión y creatividad. Estas características propiciaron
que el corte de la dictadura se convirtiera en algo absolutamente agobiante
y el sentimiento de pérdida tuviese un valor no solo individual sino colectivo.
- La utilización de la transición política como ideal de consenso y
reconciliación.
Se trata de uno de uno de los argumentos más utilizados para advertir que
no se pueden abrir heridas, que ya todo está cerrado. Escuchando a las
personas que hemos entrevistado se trata más bien de cerrar heridas que
han estado demasiado tiempo abiertas. Es absurdo pensar que alguien
quiere abrir heridas, simplemente porque duelen. Otra cosa es pensar que
tendremos que sufrir para poder curarlas.
El verdadero pacto político de la transición fue la renuncia a juzgar y
condenar a los asesinos, por tanto cabría pensar que los que mantienen el
discurso de la equiparación, deberían pedirla también en esta cuestión,
cosa que no hacen, por eso se evidencia la falta de coherencia interna que
tienen estos discursos.
De todas formas, la amnistía hacía los responsables de la dictadura, para
muchos injusta pero necesaria, no tenía que implicar la falta de
reconocimiento y reparación para los afectados y tendríamos que pensar
que si este gesto de máxima generosidad no ha servido para que ahora no
se ponga ningún obstáculo a las legítimas aspiraciones de los que han sido
víctimas, quizás también se podría revisar.
- El posicionamiento radical de la iglesia católica a favor de los
insurgentes.
12
16. Y lo hace incluso considerando la sublevación como “cruzada”,
manteniendo una activa beligerancia durante, después y aún actualmente,
como lo demuestra la reciente beatificación de 498 “mártires”, todos ellos de
los “nacionales”, olvidando y rechazando otros religiosos de su comunidad
asesinados por los golpistas.
- El destierro de muchos enseñantes.
Muchos maestros fueron desterrados de sus escuelas a pequeños y
remotos pueblos, donde siguieron ejerciendo intentando transmitir su pasión
por el saber y, en la medida que les dejaban, sus ideales republicanos. De
eso pudieron beneficiarse muchos niños de aquellos pueblos.
4. RESULTADOS DE LOS CUESTIONARIOS Y ANÀLISIS DE
CONTENIDOS
4.1. Sobre los testimonios
Escuchando a las personas que explicaban su vida, a veces identificábamos un
síntoma, del que ellas podían o no ser conscientes, y entonces nos
preguntábamos si aquello era consecuencia de los hechos que estaban
explicando o de su propia vida. Se trata de una dicotomía falsa. Son ambas
circunstancias, o como decía Ruth Klüger2, refiriéndose a su experiencia en los
campos de concentración nazis:
“(...) depende de lo que vino antes, de lo que siguió después, y también
de cómo era la situación personal de cada uno o de cada una en el campo
correspondiente. Cada individuo lo vivió de forma irrepetible...”
En cualquier caso, hemos escuchado lo que decían de su vida, de su
experiencia, pero también hemos estado muy atentos al surgimiento de una
determinada huella, habitualmente desconocida por el sujeto, pero que se ve
con más o menos claridad en un detalle sin importancia, en el tono vital, en una
queja expresada de pasada, precisamente en todo aquello que no puede ser
simbolizado, expresado en palabras.
Sea como sea, esto simplemente puede ser el resultado de unas cuantas horas
de conversación y aunque llevemos muchos años escuchando a la gente y
tengamos cierta habilidad en esta escucha, somos conscientes de las
limitaciones; a pesar de esto si comprobamos que el resultado concuerda con
la escucha de otras personas que han estado hablando durante muchos años y
muchas horas de consulta; si lo podemos encuadrar, aunque sea en parte,
dentro de unos conceptos teóricos que al mismo tiempo mantienen su
dinamismo; si la experiencia de otros países dice cosas muy similares y la
2
Klüger, Ruth, Oc.
13
17. literatura, a veces el único medio para poder transmitir lo que no tiene palabras,
también nos muestra lo mismo, seguramente estamos ante una verdad y
obligados a darle el tiempo y los recursos que hagan falta para hacer las
reparaciones necesarias..
Este es, pues, el resultado
14
19. 4.2.3. PROCEDENCIA
procedencia
48%
rural
urbana
52%
4.2.4. ORDEN DE FILIACION
orden de filiación
19% 24%
0
0% 1
2
3
más de 3
33% 24%
16
20. 4.2.5. ESTADO CIIVIL
estado civil
5%
14%
casado/pareja
viudedad
soltero
52%
divorcio
29%
4.2.6. Nº DE HIJOS
nº de hijos
10% 0%
29%
0
29% 1
2
3
Más de 3
32%
17
21. 4.2.7. NIVEL DE ESTUDIOS
estudios realizados
primarios sin finalizar
primarios finalizados
diplomatura
licenciatura
postgrado
4.2.8. SITUACIÓN LABORAL
situación laboral
5% 0%
10%
pensionista
14% trabajo remunerado
Trabajo en casa
paro
estudiante
71%
Como ya hemos mencionado, estos datos no tienen valor de análisis
estadístico; únicamente nos proporcionan una información general sobre las
personas que han participado en esta investigación.
La distribución por edades indica que más del 50% tiene entre 71 y 90 años
que quiere decir que hemos tenido el privilegio de escuchar personas que
participaron directamente en la guerra.
18
22. La distribución por sexos ha sido bastante equitativa (y éste es el único factor
que no hemos dejado al azar), así como la procedencia, rural o urbana.
La mayoría proviene de familias con menos de tres hijos, están casados o en
situación de viudedad, tienen entre uno y dos hijos, los estudios primarios sin
finalizar y son pensionistas. Este retrato mayoritario, nos hablaría de personas
que participaron en la victoria republicana, combatieron en la guerra civil y
vivieron en la dictadura, que no pudieron realizar estudios o la guerra los
interrumpió, se casaron, tuvieron hijos y actualmente disponen de un sueldo de
pensionista. Pero como no nos interesa únicamente la valoración de la
mayoría, también contamos con personas de entre 20 y 40 años, hijos y nietos,
personas que provienen de familias con 7 u 8 hermanos, que no se han casado
o no viven en pareja, con estudios finalizados y en plena actividad laboral.
4.3. Qué quieren
Resumimos en este apartado las demandas más expresadas, sin que
correspondan a una pregunta concreta.
- Enterrar a sus antepasados muertos, de cuya existencia algunos se han
enterado hace poco, porque el padre o la madre, están a punto de morir
y entonces hablan y explican aquello que nunca dijeron cambiando
completamente la historia oficial de la familia o simplemente por alguna
huella posterior, que alguien encuentra casualmente: una carta, un
diario, una foto... Sí, es eso, pero también la reaparición de muchas
personas necesarias, puede que imprescindibles para su familia y para
la comunidad que recupera valores que vuelven a estar vivos, a circular
en el discurso social. Recuperar la humanidad de los huesos, en los que
está encarnada nuestra historia. Le dan tanta trascendencia porque en
la mayoría de culturas, los restos son muy importantes en su función de
convertirse en objetos de rituales necesarios para el desarrollo de la vida
comunitaria.
Importantes también en la relación que se establece con la persona
desaparecida o ejecutada, con el proceso personal de duelo y con la
respuesta individual, familiar y comunitaria al hecho represivo.
Encontrar los restos no únicamente tiene la función reparadora de dar
reposo adecuado al ser querido, sino confirmar que no hay nada que
esperar y que debe aceptarse que la vida futura será sin él, porque ya se
le puede dar un sitio simbólico de homenaje, recuerdo y comunicación.
Porque los “desaparecidos”, no tienen muerte. Su muerte es imposible
de simbolizar, lo que imposibilita la construcción de un mito. Y si no hay
mito, reaparece en lo real mediante el terror.
Este mecanismo se hizo evidente en la lucha de las Madres de la Plaza
de Mayo en Argentina, con la consigna “aparición con vida”, lo que
significaba poder decirle al terrorismo de Estado que “si nos quitan la
muerte de nuestros hijos, nosotras seguiremos luchando para que
aparezcan vivos, rescatando sus ideales para la construcción de un
mundo más justo...”
19
23. En efecto, se trataría de la reaparición, con vida, de muchas personas
imprescindibles y es justamente eso lo que están haciendo aquí muchas
personas agrupadas en asociaciones, que son las que comenzaron, por
su cuenta, a investigar las fosas comunes.
- La muerte física de un ser querido es irrevocable, pero no la muerte civil
a que estuvieron condenados por la dictadura. Ésta se puede recuperar.
La expresión de muerte civil refleja muy bien la vida de todos los que
vivieron en el país, fuera de la prisión, pero conservando las penas
accesorias de “interdicción civil e inhabilitación absoluta”.
- Visitar y conocer un pasado que no solo se les escondió sino que se les
negó. Una visita que tiene como objetivo poder ordenar y organizar el
presente. O interrumpir una mortífera transmisión de la que ni tan solo
son conscientes.
- Transformar el pasado doloroso y recuperar aquellos recuerdos que les
devuelvan la dignidad, el orgullo, la alegría. Porque el recuerdo es, sobre
todo, una construcción.
- Poder sentirse perdedores, pero no vencidos. Para algunos es así.
Continúan luchando hoy en día con una energía casi increíble, pero no
para otros que se sienten vencidos y desilusionados, aunque aún vivos.
Otros, decidieron suicidarse o padecen problemas mentales.
- Que la sociedad escuche, recuerde y elabore, para que nunca más
vuelva a repetirse.
- Que conozcamos nuestra historia, los valores por los que lucharon con
otros que defendían valores contrarios y que cada cuál asuma su parte
de responsabilidad, sin racionalizaciones ni minimizaciones
exculpatorias del tipo “yo no estaba” “no participé” “no sabía nada”.
Ahora todo el mundo puede saber, si quiere, y todo el mundo sabe
distinguir entre lo que es y no es justo.
Posiblemente quieren más cosas, pero éstas son las que hemos recogido.
20
24. 4.4. Pregunta: ¿La transmisión de los ideales republicano ha sido
materna, paterna, conjunta o por otros medios?
Presentamos este ítem con un formato estadístico.
transmisión valores ideales republicanos
10%
19% paterna
materna
conjunta
61% altres
10%
Mayoritariamente ha sido el padre a quién consideran el transmisor de los
ideales republicanos con un 61%.
Les mujeres que no tenían ideas claramente republicanas o a veces procedían
de familias muy conservadoras, sostuvieron no solo la infraestructura básica de
sus familias revolucionarias, sino que fueron un eslabón irrescindible en la
organización de la clandestinidad y el mantenimiento de la moral de sus
hombres encarcelados.
Valoramos el 29%, suma de la transmisión materna y conjunta como un
porcentaje que indica el alto nivel de participación de las mujeres, posiblemente
por primera vez en la historia.
En el porcentaje de la transmisión paterna, señalamos que no siempre los
padres transmisores, fueron consecuentes, dentro de la familia con sus ideales
revolucionarios.
En el apartado “otros”, se cuenta el ambiente general o también los abuelos.
4.5. Pregunta: ¿Cuáles son los valores más destacados de la época
republicana?
Participasen o no activamente en la guerra, fuesen o no militantes de algún
partido o jóvenes que se interesan desde el presente, todas las personas
hablan de determinados valores promovidos por la República y que para ellos
tuvo mucha importancia. La guerra y sobre todo la dictadura posterior
significaron también la pérdida de estos valores.
21
25. Hacemos una relación de las respuestas
• La igualdad (de género, económica, de justicia)
• La solidaridad
• El deseo de saber
• El entusiasmo ambiental
• El laicismo
• La cultura
• La Enseñanza (la dignidad de los maestros, la construcción de escuelas,
la laicidad, la gratuidad)
• La democracia
• La libertad (de súbdito a ciudadano, los derechos de ciudadanía)
• La libertad de pensamiento
• La fraternidad
• La honestidad
• La humildad
• El socialismo
• Los derechos de las mujeres
• La bondad
• La importancia y valoración de la persona
• El entusiasmo
• La unidad del pueblo en lucha
• La acción (poder realizar ideas sociales)
• Los ideales republicanos como ideales universales y como una manera
de ser.
A veces mencionan un hecho o explican una anécdota que ilustra hasta qué
punto la pedagogía republicana marcaba las diferencias en casi todos los
ámbitos de la vida social. Hemos investigado alguna de estas situaciones y nos
ha parecido adecuado incluirlas, como muestra real de aquello que fue tan
extraordinariamente ilusionante, sean o no ideales revolucionarios, y qué los
marcó, no solo como una experiencia imborrable sino como una manera de
vivir. Posiblemente nos ayude a entender su opción actual, ya sea la lucha
activa o el distanciamiento de toda actividad política.
Además, nos dicen que por una vez, la ideología no fue vivida como un
constructo, sino como una serie de ideas que configuran la vida cotidiana, que
se revisan continuamente, que se concretan en actos, en creaciones, en
leyes...siendo ellos los protagonistas.
Algunos ejemplos
a) la pura llana de Victoria Kent
Victoria Kent, nombrada Directora general de Prisiones, por el Presidente
Alcalá Zamora, siendo ministro de Justicia Fernando de los Ríos (el
impulsor de la Institución Libre de Enseñanza), ocupó este puesto durante
14 meses. Su trabajo fue apasionante porque aplicó paso por paso y ley por
22
26. ley la pedagogía republicana hacía los presos. Lo que subrayamos:
convocó un concurso para la adquisición de 1.500 mantas de pura lana, con
destino a las prisiones...y a los prisioneros, claro.
b) Las escuelas y la calidad
En la educación, no únicamente había que prestar atención a los contenidos
educativos, sino también a los contenidos materiales y al propio continente,
de manera que los edificios escolares tenían que tener luz, sol, jardines y
debían construirse con materiales de calidad. El Patronato Escolar de
Barcelona había promovido edificios que parecían palacios. En el grupo
Escolar Pere Vila y en el Ramon LLull, cada clase tenía una parcela de
tierra al lado de la valla que rodea la escuela, donde se plantaban flores,
fresones y hortalizas.
Les escuelas se dotaban de laboratorios con microscopios y talleres de
encuadernación, de repujado, de cuero, de imprenta para editar revistas y el
alumnado con su maestro, iba al mercado para conocer los vegetales de
cada temporada y saber cuándo un pescado era fresco; se encarga a los
niños grandes el mantenimiento del edificio con trabajos como cambiar los
vidrios rotos o las bombillas; ensayaban la autogestión y los alumnos se
reunían para decidir qué excursiones hacían o qué libro comprar para la
biblioteca, porque trabajaban sin libros de texto y cada alumno se hacía su
propio libro, que encuadernaba al final de curso, ya que contenía el
proyecto que habían escogido y que trabajaban durante el curso, abarcando
todas la asignaturas. Si necesitaban profundizar, utilizaban la biblioteca, que
además, solía abrirse por las tardes para la gente del barrio.
Agrupaban a los niños por niveles, ya que pensaban que cada niño
necesitaba su tiempo y su ritmo para aprender (conocían la pedagogía
piagetiana). No hacían exámenes, porque el maestro sabía perfectamente
qué había aprendido cada uno.
Una prueba práctica del éxito abrumador del modelo educativo propuesto,
era que la burguesía, médicos, abogados e industriales, llevaban a sus
hijos, que aprendían junto con los hijos de los obreros, ferroviarios y
estibadores.
Y no únicamente se hicieron estas tareas en primaria. En segundaria, el
clasismo existente era escandaloso. Se implantó el modelo del Institut–
Escola. Estaba en el edificio actual del Instituto Verdaguer, en el Parc de la
Ciutadella (Barcelona), con salas grandes y ventiladas, sin mesas ni tarimas
para los profesores, con sala de proyecciones, caballetes de dibujo, piano...
y la enseñanza se basaba en la responsabilidad: los alumnos se
encargaban de los servicios escolares, como la biblioteca, la higiene, la
organización deportiva, cuidar las clases.... y el estudio de las materias se
practicaba: para aprender ciencias iban a estudiar animales y plantas y el
lenguaje se aprendía escribiendo.
23
27. La implicación del alumnado y profesorado era total. La curiosidad natural y
el ejercicio de la responsabilidad era lo que los impulsaba.
Hoy en día diríamos, en términos de salud mental, que hacían una
excelente labor preventiva, vehiculando ni más ni menos que el deseo de
saber y la responsabilidad de cada cuál.
c) la Generalitat vela por vosotros...
Los refugios durante la guerra salvaron a mucha gente, gracias al diseño
hecho por Ramón Parera, la implicación de todos en su construcción y la
decisión de la Generalitat de hacer valer la seguridad de su pueblo por
encima de cualquier interés económico (lo explicamos con más detalle en la
1ª parte del trabajo).
d) El miedo y el amor del Dr. Mira
La psicología de la guerra, representada por el Dr. Emili López i Mira, quién
da estos maravillosos consejos para prevenir el miedo incontrolado y
después reflexiona sobre los objetivos de la lucha Este texto, que
transcribimos en castellano, nos servirá para comparar con las teorías que
posteriormente practica el nefasto Dr. Vallejo-Nájera durante la postguerra y
de las que también hablamos en la 1ª part.
“... Reglas para prevenir el miedo incontrolado...”
1ª- Hacer que el pueblo conozca la verdad acerca de la situación. No
es posible publicar cuanto ocurre, pero han de evitarse las mentiras
procedentes de fuentes oficiales.
2ª- Dar al pueblo suficiente información acerca de lo que puede ganar
con la victoria y perder con la derrota.
3ª- Proporcionar suficiente comida, vestido y reposo a quienes han de
hacer frente al peligro.
4ª- Discutir amplia e intensamente todas las objeciones, dudas y
comentarios acerca de la situación, hasta que todos comprendan la
necesidad de proseguir la guerra.
5ª - Hacer querer al pueblo más intensamente la causa por la que
luchan, que la vida ya pasada.
6ª - Hacer comprender al pueblo que no hay privilegios ni excepciones
en el sufrimiento y en el peligro de la guerra (justicia igual para todos).
7ª - Colocar en posiciones de mando a los que las merecen por su
eficiencia. No fiarse tan sólo de la teoría o la tradición: valorar el
rendimiento en la acción.
8ª - Preparar rápidas y efectivas medidas para restablecer la confianza
pública cuando flaquee; permitir manifestar entonces, francamente, los
24
28. sentimientos sin temor a ser tachados de cobardía o traición. Para ello hay
que distribuir un técnico experto en psicoterapia en cada grupo social...”
Y aquí un último párrafo:
“...Si el individuo sabe lo que ha de realizar y tiene fe y entusiasmo en sus
ideales, es decir, si lucha para obtener o defender un objetivo amado,
entonces la acción inactivante del miedo será reducida al mínimo,
cualesquiera que sea el peligro, objetivo, que lo provoque. La joven más
tímida se torna valiente cuando lucha, como madre, para rescatar a su hijito:
ni las llamas ni las balas la arredran en su defensa del ser querido. Cuando
alguien se enamora se siente transformado y efundido; ya no vive en sí,
sino dentro del objeto amado. En tanto el miedo implica introversión (in-
fusión) y anulación, el amor supone plenitud, desbordamiento y éxtasis; por
eso el antídoto del miedo no es el coraje sino el amor. Ser un héroe significa
estar bajo el signo de Eros, el Dios del amor...”
El sistema aplicado por el Dr. Mira, fue muy copiado y forma parte de los
pilares en los que se basa la asistencia militar psiquiátrica. Sus métodos fueron
confirmados en conflictos armados posteriores, como por ejemplo en la guerra
del Vietnam, en donde pudieron identificar como factores predominantes para
explicar el alto grado de complicaciones psíquicas sufridas por los soldados, la
poca claridad de los motivos para ir a la guerra, la escasa definición del
enemigo y la excesiva prolongación del conflicto.
Pensamos que la República propone trabajar con ideales consustanciales a la
humanidad, como son el servicio a los otros, la honestidad o la creatividad en
todos los ámbitos del conocimiento y el saber... valores todos ellos contrarios a
la sumisión, la religiosidad formal y alinearte, el patrioterismo, la riqueza a
cualquier precio, la juventud eterna o la belleza inmediata que pregona el
discurso social dominante en al actualidad.
5. LAS TORTURAS
5.1. Las torturas
En este apartado, preguntamos si han sufrido torturas propias, de familiares o
conocidos, sus modalidades (prisión, desapariciones, muertes directas o
indirectas) y dos listas que describen las posibles secuelas físicas y psíquicas.
Para aquellos testimonios que sufrieron torturas, les preguntamos cuáles
fueron y vamos anotando en el listado. Finalmente y para no inducir ninguna
respuesta, leemos la lista completa de síntomas psíquicos y físicos.
Casi siempre comprobamos que hay muchos síntomas de la lista que ni tan
solo son considerados como tales: las pesadillas, los disturbios del sueño, la
ansiedad, los pensamientos invasivos, la incerteza hacia la liberación cuando
estaban encarcelados, el agotamiento, la rabia, los fuertes sentimientos de
desilusión...esto reafirma lo que ya habíamos comprobado: estos “malestares”
son considerados como parte de la vida que tienen que sufrir y carecen de
solución.
25
29. Y si es así respecto a malestares evidentes, resulta aún más difícil la
conciencia par medir, por ejemplo, la capacidad de sentir alegría o simplemente
disfrutar.
Uno de los testimonios confiesa que la noche anterior a la entrevista sufrió una
pesadilla relacionada con lo que teníamos que hablar. También tenemos casos
de personas que sufrieron brotes psicóticos en el momento en que alguien les
pidió explicar su historia. Estos hechos nos revelan, primeramente, a vigencia
del sufrimiento psíquico y en segundo lugar la necesidad de ir con cuidado en
el momento de plantear cualquier tratamiento.
Las torturas están suficientemente documentadas en libros de historia,
jurídicos, testimoniales y en documentos policiales, pero es diferente estar
viendo y escuchando a la persona que lo sufrió, comprobar que necesita
distanciarse para poder hablar, se emociona en un determinado momento, que
generalmente no es cuando habla de si mismo, sino explicando alguna
situación en que hay un otro implicado, o darse cuenta de la marca que
imprime al crueldad del otro y saber que está gozando en aquello que hace, o
al contrario, cómo alivia encontrar a alguien del lado de los verdugos que en
circunstancias tan dramáticas y a pesar de todo hace un gesto que te saca de
la cosificación a que intentan reducirte.
Se hace difícil escuchar cómo obligaban a contemplar golpes, violaciones o
ejecuciones hechas a familiares i/o amigos, ejecuciones simuladas, trucos de
torturas como por ejemplo poner las esposas bien fuertes de manera que se
hinchen las manos y un pequeño golpe actúa como si fuese una descarga
eléctrica, adivinar que la “picha de toro”, eran látigos de todas las medidas y
que las quemadas eran muy utilizadas para torturas a las mujeres,
quemándoles los pezones con un cigarro...
Algunos dicen que hay un momento en que se pierde el sentido y ya no notas
nada, otros explican lo difícil que resultaba ver a hombres fuertes arrastrados
por el suelo, llorando como niños, porque habían hablado, o ver aquél cura que
destrozó la cara de un prisionero con un crucifijo.
¿Cómo se sabe hasta dónde se puede aguantar?, le preguntamos a un
testimonio
No se sabe, respondió, pero él se ponía como límite la muerte y estaba tan
convencido que lo podía hacer que les dijo al resto de sus compañeros que
habían caído con él, que si no podían resistir declarasen que él era el que
sabía, el culpable. Siempre consideró que era él quién dirigía los interrogatorios
y que nunca perdió este control: decía lo que creía conveniente para no
parecer que mentía y negaba lo que consideraba esencial. Las estrategias de
cada uno.
Los comunistas, por ejemplo, disponían de un manual elaborado por Simón
Sánchez Montero, en el que les explicaban cómo comportarse y cómo
responder adecuadamente si eran hechos prisioneros.
26
30. Todos los entrevistados que sufrieron prisión, destacaron y valoraron el papel
de las mujeres, tanto en la infraestructura (ropa, comida...), como en la
economía, (vendían objetos artesanales que ellos fabricaban en las prisiones),
el trabajo como enlaces políticos con el exterior, o el trabajo de agitación y
organización para conseguir su liberación. Sin olvidar que eran ellas las
encargadas de mantener el ánimo tanto de sus hombres como del resto de
presos. La figura de las “madrinas”, mujeres que se hacían pasar por novias de
presos que no tenían a nadie que les fuera a ver, es una muestra...
5.2. La crueldad
La vivencia del horror.
Aquí hacemos referencia al plus de más que las personas añadían por su
cuenta a los hechos terribles de la guerra. Al hecho de que mucha gente
gozaba con el sufrimiento y la tortura de los otros.
Las personas entrevistadas, diferencian muy claramente este hecho y les
resulta muy difícil de asimilar. Pueden entender la muerte en los frentes de
guerra e incluso los fusilamientos, pero no la humillación, el ver cómo los otros
se lo pasan bien provocando el sufrimiento de los unos.
Muchas de estas persona vieron, sufrieron o vieron la maldad del ser humano,
el mal actuando sobre ellos mismos y no es igual imaginar que la maldad es
inherente al ser humano o incluso sentirnos malos por determinados
pensamientos perversos, situaciones ambas que podemos experimentar en un
contexto social normal, que vivirlo y sentir cómo el otro, además, goza
provocando tanto dolor.
Un testimonio explica cómo los policías, una vez torturados los prisioneros, los
cargaban a la espalda y los lanzaban contra sus celdas, a veces escupiéndoles
o dándoles golpes de pies, “de propina”. Uno de estos policías no lo hacía.
Depositaba a los torturados con suavidad en el suelo procurando no herirlos
más y les susurraba al oído que mañana traería medicinas. Lo cumplía
siempre. Y es que siempre hay un margen para la responsabilidad personal.
De los excesos y crueldad de los falangistas nos explicaron muchas, como
cuando llevaban a los niños a los campamentos y los torturaban
psicológicamente, despertándolos a medianoche para decirles que venían los
rusos, enseñándoles los barcos de pescadores que se veían desde la playa de
Malgrat de Mar (Barcelona)
O cuando los soldados españoles acampados en Mataró (Barcelona),
insultaban a los niños que iban a pedir comida con un plato: decían que les
darían lo que merecían y entonces cogían el cucharón y lo ponían vacío en el
plato: nada. Eran los italianos, que ponían cuidado en acampar separados, los
que repartían comida, galletas y a veces chocolate. Algunos comentaban que
ellos no eran fascistas y que estaban obligados.
Franz Stangl, capitán de las SS y comandante del campo de exterminio de
Treblinka (en Treblinka fueron asesinados cerca de un millón de personas y a
diferencia de los campos de concentración en dónde podían haber
27
31. supervivientes, éste era de exterminio, es decir dedicado única y
exclusivamente al asesinato de las personas que llegaban), explica que
durante los años que vivió en Brasil vio un vagón con animales, observó las
miradas de los animales y tuvo la misma sensación que en Treblinka. Dejó de
comer carne. Entonces, no antes.
Marcos Ana (el nombre utilizado por Fernando Macarro Castillo formado con
los nombres de sus padres y prisionero durante 23 años), en su libro3, muestra
muy bien esta libertad del sujeto para escoger, cuando explica un episodio de
su experiencia de tortura
“...en una ocasión durante uno de mis interrogatorios, se presentó un tipo muy
bien vestido y acicalado, de unos cuarenta años, y los policías dejaron su tarea
para saludarle muy alegremente como a un viejo conocido. Conversaron unos
minutos y después el recién llegado se volvió hacía mí, me miró con odio y dijo:
- ¿este es el hijo de puta de turno?-. Y sin mediar una palabra más se quitó la
chaqueta, se aflojó la corbata y la emprendió a golpes conmigo. Me asestó una
patada en mis partes y caí al suelo retorciéndome de dolor y siguió
pateándome los costados, el rostro, pisándome las manos, con una violencia
vesánica...”
Todo el episodio dura media hora, después el individuo se va tranquilamente
charlando con los policías. El policía que hacía de “bueno” explica a su
detenido, disculpándose, que no conoce de nada al hombre, pero que estuvo
preso en la Modelo y se salvó de milagro de Paracuellos, así que de tanto en
tanto viene a desfogarse con algún detenido y hoy estaba él...todo de lo más
normal. Todo, producto del azar. Los policías no se sienten en ningún momento
responsables de nada.
Marcos Ana sabe más que nadie qué es el dolor, la tortura, la humillación, pero
escoge la lucha por la libertad de todos (después de su salida de prisión
continuó esta lucha), por los valores democráticos, sin pensar en vengarse o
utilizar la violencia con los otros.
En una situación como pasó en la guerra civil, donde la ley que han de hacer
cumplir las instituciones, desaparece, hay vía libre a la pulsión. Y la pulsión
únicamente exige satisfacerse: sangre, crueldad ilimitada. El beneficio del
poder sobre los otros a condición de no considerarlos humanos. Como quién
pisa una hormiga y solamente así puede valorarse.
En términos psicoanalíticos es pertinente la pregunta respecto a qué pasa
cuando desaparece la ley o cuando se vuelve arbitraria. Una respuesta
freudiana seria la comunidad de derecho, el contrato social que lleva a
renunciar a la violencia pulsional.
3
Marcos Ana “ decidme cómo es un árbol” oc.
28
32. 5.3. Las respuestas
Presentamos los resultados en forma de lista, puntuando de mayor a menor
frecuencia según el relato de los afectados, lo cuál quiere decir que hubo
muchas más formas de tortura que aquí no están anotadas. Añadimos algún
comentario.
Se excluyen, en este apartado, otras modalidades de torturas sociales,
humillaciones, delaciones, hambre, destituciones de cargos, exilios...de las que
hablamos en otros apartados.
Curiosamente, todas las personas entendieron que las torturas se referían
exclusivamente a los maltratos en las prisiones. Ni tan solo sus estancias en
los campos de concentración, españoles y/o franceses, eran consideradas
como tales.
1. incertidumbre respecto a la liberación
“...deseé la muerte...”
En efecto, la muerte aparece como certeza ante la falta de límites,
enloquecedora, de la incertidumbre de un sufrimiento seguro.
2. interrogatorios durante horas
“...hacer diligencias, era que te sacaban de la prisión y te llevaban a
interrogatorio de nuevo para ser torturado...”
3. golpes
“...me pegaban con una toallita húmeda, para no dejar señales...”
“...me pegaban con una cuerda de esparto mojada que no deja
señales...”
4. aislamiento en celdas
“...sin luz, sin colchón, sin saber qué comía...el director me dijo: “aquí
te pudrirás” y yo le contesto: “No me pudriré”. Para no hacerlo me
dediqué a repasar mi vida, los por qué, los aciertos, los errores, las
consecuencias de unos y otros, en definitiva a saber más de mi
mismo. Sabía que el deseo de saber no tiene límite y podía por tanto
estar tanto tiempo como hiciera falta. Salí reforzado. No podía
inventarme a mi mismo, pero sí aceptarme con mis faltas, sin
justificarme...”
5. amenazas
6. privación del sueño
7. dolor
29
33. “...tenía las manos esposadas por detrás de las piernas, durante 8
días. Cuando llevabas un rato, caías. Yo me dejaba caer y venía la
policía y me volvía a poner...”
8. aislamiento sensorial
“...nos ponían en celdas bajo tierra...”
9. testigo forzada de golpes, violaciones y otras torturas
“...me llevaron a ver cómo quemaban con un cigarro los pezones de
una mujer...”
“...en la pedrera de Montjuïc, (Barcelona), lanzaban a los muertos y a
los vivos...”
10. choques eléctricos
“...me lo hacían en los pies...”
11. ruidos excesivos
12. tortura genital
13. dormir en el suelo
14. pérdida del conocimiento
15. asfixia con agua
5.3.1. secuelas psíquicas
disturbios del sueño
“...al salir de la prisión, huí del país para librarme de los recuerdos
que me venían por la noche y no me dejaban dormir...”
ansiedad generalizada
desilusión
pérdida del sentido de seguridad
pérdida de la confianza
fuertes sentimientos de rabia
“...rabia infinita...”
Decepción durante la transición
“...ni tan solo quiso presentarse a las elecciones sindicales, porque
decía que no se lo merecían...”
imágenes y/o pensamientos intrusos
30
34. “...a veces tengo que salir de casa a pasear un poco para alejar los
recuerdos, los malos recuerdos...”
pesadillas
agotamiento
disminución de sensaciones
pobre adaptación
pérdida de la comunicación y aislamiento
deterioro de las relaciones con la pareja y de la intimidad
impotencia por la indiferencia de la sociedad actual
depresión
pérdida de la autoestima
suicidio
“...vi cómo un hombre se daba golpes en la cabeza contra las rejas
de la celda de la prisión, intentando suicidarse porque pensaba que
no soportaría las torturas...”
Hipocondría
Ideas paranoicas
“...durante mucho tiempo después de salir de la prisión, vivía con la
sensación de que me estaban vigilando...aún ahora...algún día....”
5.3.2. secuelas físicas
palpitaciones
arritmias
vértigo
problemas arteriales
artrosis
dolor crónico
problemas digestivos
dificultad en la movilidad de las articulaciones
“...me rompieron los tendones...”
dificulta en la resistencia muscular
“... mi musculatura está muy degradada...”
dificultad en el tono muscular
problemas con el oír
problemas con las vértebras
“me daban golpes de pie en las costillas...”
31
35. Añadimos a los datos de los testimonios, una valiosa referencia proporcionada
por la Dra. Silvia Wengrowicz4 , especialista en endocrinología, sobre la
enfermedad de Graves, como muestra de la cantidad de afectaciones sobre la
salud que nunca se relacionarían con las situaciones traumáticas.
Se referencian tanto los estudios realizados en Serbia durante la guerra,
demostrando un significativo incremento de la enfermedad, como el
empeoramiento del control del hipotiroidismo durante acontecimientos
estresantes. Teniendo en cuenta que la enfermedad de Graves, es un trastorno
autoimmunitario que implica hiperactividad de la glándula tiroides y es la causa
más común del hipotiroidismo, tenemos que considerar la existencia de más
patologías físicas, más allá de las que los mismos afectados pueden describir
cono consecuencia directa de las situaciones vividas.
Con estos datos, planteamos con toda claridad que también hay enfermedades
orgánicas que se presentan con más frecuencia que en la población general y
eso pasa inadvertido. Deberíamos investigar la existencia de otras secuelas
invisibilizadas.
5.4. las otras torturas y marcas
En este apartado utilizamos la palabra “marca” y no “secuela”, como en el
anterior. Lo hacemos porque queremos anotar situaciones que los testimonios
mencionaron y que no corresponden a las respuestas concretas sobre las
torturas. La palabra designa un más allá de la situación concreta de tortura,
más bien recoge aquél momento en que el recuerdo de un hecho o una
situación, aún hoy hace llorar a la persona. Se resiste a la palabra o
simplemente se adivina bajo la apariencia de un detalle trivial que podría pasar
desapercibido en medio de descripciones espeluznantes
- El recuerdo de padres, madres y familiares que enfermaron y murieron
al no recibir asistencia médica, a veces dejándolos morir en el hospital
por su ideología, por “rojos”
.
- Les enfermedades de padres, madres y familiares que contrajeron por
vivir sentimientos de desesperación, tristeza o pena.
- El miedo y el pánico al sentir y ver cómo caen las bombas sobre
Barcelona.
- La angustia de no saber si los seres queridos que fueron a la guerra aún
están vivos.
- La rabia porque los hijos piensan que el padre está en prisión por ser un
“chorizo”.
- Los seminaristas que cogen niños por las calles y les pegan sin ningún
motivo.
4
PaunKovic N et al. The significant increase in incidence of Graves’ disease in eastern Serbia
during the civil war in the former Yugoslavia (1992-1995). Thyroid 1998; 8: 37-41.
Yoshiuchi K et al. Psychosocial factors influencing the short-term outcome of antithyroid drug
therapy in Graves’ disease. Psychosom Med 1998; 60: 592-
32
36. - Las humillaciones cuando no dan a los hijos de los “rojos”, ningún regalo
en las catequesis.
- La estancia en escuelas religiosas, en dónde debían entrar por la puerta
de los “pobres” y sufrir toda clase de humillaciones que los “hermanos” o
“hermanas” decidían.
“... los niños pasaban por el despacho del director para pagar y
salían con un caramelo en la mano...todos menos los que no pagaban,
que estaban de pobres. Una vez, a la salida, un niño se mostró solidario
y nos dio la mitad de su caramelo. Aún hoy me emociona...””
- Los padres que marchan a la guerra, sin conocer al hijo que está a punto
de nacer y después cuando vuelven, reciben su rechazo.
- El hijo, que ante la falta del padre toma la responsabilidad familiar y se
niega a devolverle el sitio cuando éste vuelve. Nunca encontrará un
lugar propio.
- El tener que esconderse cuando vienen los falangistas para no tener
que cantar el “cara al sol”.
- Tener que realizar trabajos de inferior categoría por ser un represaliado
o simplemente no encontrar ningún trabajo.
- Las infinitas formas de humillación.
“...Cuando vio que le habían destrozado la cosecha de tomates, la
última humillación, volvió a casa, se metió en la cama y murió de rabia
a los pocos meses...”
- Tener que vivir, hoy en día, el suicidio escondido (alcoholismo...) o
directo de seres queridos porque no pudieron superarlo.
- Vivir la obligación de bautizar niños y niñas que no lo estaban.
- EL hambre propia y la de los otros.
“...no comías cuando querías, sino cuando podías...”
“...como niña de la guerra participé en la batalla de Leningrado. El pan
era de harina con serraduras y yo hacía sopa con cola de carpintero...”
“...ahorraba todo lo que ganaba y lo que me daban de comer para
llevarlo a mi marido prisionero y a mi familia, que me esperaba
impaciente para poder comer...yo pasaba mucha hambre...”
- En la postguerra, los niños ya no inventan historias para jugar, juegan
directamente a la guerra. Inventar historias es hacer ficción, imaginar,
pero jugar a la guerra es imitar a los adultos. Eso queda como marca.
33
37. - Niños y niñas que no conocieron a sus padres hasta la adolescencia por
miedo a ser represaliados.
- La estancia en los campos de concentración franceses, que se llamaban
“campos de acogimiento”.
“... cuando llegamos a Francia separan a hombres y mujeres a campos
diferentes y tardamos dos años en encontrarnos. La familia entera,
nunca más se pudo reunir. Los paquetes más pesados los llevaban los
hombres y no nos dejaron darles las cosas a las mujeres. Ni tan solo
los “paños " para la regla...””
- La “tortura económica”: en algunos pueblos, si un republicano había
conseguido librarse de ser fusilado, podía estar obligado a pagar una
importante cantidad económica al Ayuntamiento correspondiente, sin
conocer, por descontado, a dónde iban a parar el dinero.
- La exposición y el escarnio público de mujeres y niñas que eran rapadas
y obligadas posteriormente a tomar aceite de “ricino”
- Les violaciones y abusos de índole sexual
5.5. Pregunta: grado de soporte psicológico posterior
La pregunta intenta adivinar qué factores sociales consideran que les ayudaron
a afrontar las penalidades. Proponemos varias opciones como respuesta:
amigos, partidos y sindicatos, familiares, otros...
El ambiente de represión generalizada en la postguerra no ayudó nada a
disponer de una red social en la que apoyarse. Había mucho miedo a ser
denunciado, ya fuese por el vecino, amigo o compañero, utilizando cualquier
argumento. Muchas veces escondía una cuestión personal, incluso hasta trivial,
pero que la dictadura validaba, estimulaba y hacía servir como causa de
condena y muerte.
Socialmente funcionaba la humillación de tener que sentir que si estaba en
prisión es porque había hecho algo y se lo merecía. En ámbitos donde había
mucha pobreza se utilizaba el hambre que pasaba la gente para incitar a las
delaciones. No es extraño que algún familiar fuese el autor de la denuncia y el
resultado el fusilamiento inmediato del denunciado. Pero también no es extraño
que cualquier persona, conocida o desconocida ayudase en todo aquello que
podía, muchas veces poniendo en peligro la seguridad de toda la familia.
A veces había familias que se hacían pasar por adictas al régimen o “neutras”
porque servían de “tapaderas” a militantes de izquierda que encontraban así un
lugar relativamente seguro para esconderse y continuar con su actividad
política.
Las organizaciones políticas y sindicales, sobre todo los comunistas que tenían
un alto nivel organizativo, dieron un soporte importante a sus militantes,
facilitando ayudas económicas a los familiares de detenidos o creando
verdaderas organizaciones dentro de las prisiones, como la llamada
“universidad de Burgos” (por la cárcel de Burgos), que hizo posible que muchos
34
38. prisioneros pudiesen estudiar mientras cumplían condena, gracias a que, el
que tenía determinado conocimiento tenía que enseñar a los otros y todos
estaban obligados a aprender. El partido consideraba que estar en prisión no
era razón para no militar y la militancia consistía en prepararse para cuando se
estuviera fuera.
Quizás por eso, dentro también se imponía el orden. Existían las llamadas
“comunas”. Se formaban pequeños grupos de 4-5 presos por comuna, a
imagen de una familia, con un jefe llamado “madre” al que se le exigían
muchas de las cualidades de las mujeres madres, porque debía tener la
suficiente sensibilidad para evitar conflictos. Cada comuna disponía de un
efectivo mínimo para poder funcionar. Si sobraba, se intercambiaban entre
ellos.
Evidentemente eso no implica ninguna idealización de los prisioneros y las
prisiones, ya que también supuso lo contrario: presiones, envidias,
mezquindades y humillaciones entre compañeros, actos todos que más bien
producían el hundimiento del compañero prisionero.
De nuevo tenemos que destacar el papel de las mujeres para dar soporte
social e individual: como compañeras, madres, hijas, hermanas, militantes
revolucionarias. Intervenían con un gran sentido práctico y muy a menudo con
inmensos sacrificios personales. Madres y parejas son las más señaladas
como facilitadoras de apoyo.
Cuando hablan de la transición, los sentimientos se desbordan y las
organizaciones de izquierda, que en la postguerra fueron un elemento
sostenedor, caen. Se sienten abandonados, rechazados, agraviados y también
muy dolidos por las divisiones internas en partidos y sindicatos. Esta última
situación fue altamente traumática por el grado de enfrentamiento que se dio
entre personas que habían trabajado juntas durante muchos años.
Destacamos como factor protector muy importante, la conciencia ideológica,
que se mantiene indemne a pesar del fallo de las organizaciones y que les
permite hoy en día seguir en activo y tener un rol importante en la recuperación
de la memoria histórica.
6. TRANSMISIÓN INTER-GENERACIONAL
La vivencia del tiempo para cada cuál, para su subjetividad, no tiene nada que
ver con el tiempo cronológico.
Sabemos que el inconsciente está fuera del tiempo, sus procesos son
atemporales y el transcurso del tiempo no los modifica. Este hecho nos explica
la influencia de lo traumático en el sujeto y en su vida actual. En todo caso, es
la conciencia que nos da pistas sobre la relación de sujeto con el tiempo.
Los discursos que sentencian eso de “el tiempo que todo lo cura”, que “no se
debe remover nada” o “reabrir heridas”, fallan en este sentido: si el individuo no
toma una postura activa, el tiempo por si mismo no significa nada, al contrario,
35
39. empeora la herida o lo que sea. Es una elección personal que implicará, al
mismo tiempo, una consecuencia social. E implicará, necesariamente, el duelo.
6.1. El duelo
El duelo supone un proceso que cada uno tiene que elaborar a su manera,
siempre singular. El duelo remite a una pérdida. No hay posibilidad de eludirlo.
Puede tardar en salir y lo hará en forma de sentimientos de rabia, culpabilidad,
adiciones, autodestrucción, depresiones, pero si no se hace este recorrido,
tarde o temprano, saldrá.
La pérdida , sea la que sea, nunca volverá y si no podemos hacer este camino
doloroso, quedamos enganchados al recuerdo del objeto perdido y querido ( y
no al objeto en sí, que ya no está, sea una persona, un ideal, un estado
personal...) ;este recuerdo es la imagen que nos construimos nosotros mismos,
según nuestros intereses, nuestros deseos. Es esta imagen la que nos protege
de la realidad del otro como diferente de nosotros. Cuando conseguimos
separarnos de esta imagen, es cuando nos encontramos de verdad con ese
otro que no hemos creado nosotros.
La sociedad, por su parte, también tiene que hacer este proceso de elaboración
para poder asimilar, en lo que sea posible, los hechos traumáticos de su
historia, porque quizás no se pueda llegar a un final en el que todo se ha
podido elaborar (no se puede entender ni perdonar el genocidio programado
por la dictadura franquista), pero seguro que se producirá un efecto de saber
que nos protegerá de la repetición.
¿Qué hacemos en una situación habitual de muerte? Hacemos una serie de
rituales que comienzan con la exposición pública del cuerpo de manera que
hay un tiempo para constatar la realidad de la muerte y también recibir las
condolencias y compartir el dolor con todos aquellos que son invitados al
funeral. Hay un adiós público, de cariz religioso o laico y un lugar en dónde
queda la memoria del muerto: la tumba o las cenizas. Se pueden hacer
recordatorios, esquelas en los diarios, carteles en las oblaciones pequeñas,
etc... Estos rituales no solo han sido imposibles durante y después de la guerra,
sino que se tenía que esconder, implicaba una condición vergonzosa y causa
de innumerables motivos de presión social. Ni tan solo se puede llorar en
público y llorar es una sensación de deseo, un placer, una catarsis.
Las personas que trabajan para intentar recuperar restos de familiares en las
fosas comunes, hablan de objetivos diversos: tener un sitio, una tumba a donde
ir a rezar o llorar, pagar una deuda hacía el familiar que estuvo tanto tiempo
negado, cumplir la promesa hecha a otro familiar, afirmar y reivindicar la
dignidad de la persona desaparecida, recuperar la dignidad propia hacía su
antepasado antes de morir, reparar la traición que sentían que hicieron hacía
ellos... A menudo es un hecho que cierra una herida abierta, por eso es tan
importante para ellos.
Tenemos que pensar que cuando hablamos de pérdidas en este contexto lo
hacemos considerando las posibilidades y características de los duelos
36
40. derivados de pérdidas múltiples, vividas en situaciones de emergencia social.
En una misma persona pueden darse:
- de familiares o amigos
- de la integridad personal (torturas, violaciones...)
- de la estructura familiar
- de su ideología
- de la seguridad en su entorno (delaciones, detenciones...)
- del estatus social
- de bienes materiales (casa, recuerdo, posesiones...)
- de un determinado sistema de vida
- de la lengua propia
- de la fe religiosa
Y no es una enumeración completa, por tanto el análisis tiene que tener en
cuenta muchos factores, ya que la guerra civil española no fue un combate
entre dos ejércitos: afectó a toda la población civil, que estuvo sumamente
implicada, se utilizó la tortura, la gente vio y vivió atrocidades, ignominias y
crueldades inimaginables, se incitó a venganzas personales, se dividieron
familias, se utilizó la religión y todo eso se alargó en el tiempo durante la
postguerra.
A pesar de todo, el proceso de duelo se tiene que pasar, pero es imprescindible
que las personas se sientan reconocidas en lo que dicen y para poder sentirse
así, tienen que ser escuchadas, personal y colectivamente. Escuchadas y
reconocidas. Y no sirve una escucha cualquiera. Tienen que sentir que es
verdad.
Una cita de Primo Levi:
“...Imaginaos ahora a un hombre a quién, además de a sus personas amadas,
se le quiten la casa, las costumbres, las ropas, todo, literalmente todo lo que
posee: será un hombre vacío, reducido al sufrimiento y a la necesidad…”5
Este apartado quedaría incompleto sin añadir el dolor por la pérdida de las
ilusiones puestas en la creación de un mundo más justo, más equitativo, más
comprometido, un mundo que estuvo al alcance y que hoy parece muy lejos de
aproximarse.
6.2. Los desaparecidos
Un desaparecido puede convertirse en una obsesión permanente alrededor del
cuál gira la vida de la familia, quiera o no. Únicamente se necesita que una sola
persona de la familia, lo lleve en la cabeza. Puede suceder que durante un
tiempo parezca que no pasa nada, que ha sido olvidado, pero en un momento
u otro la obsesión saldrá y en el peor de los casos, invadiendo la vida de la
persona e imponiéndose como único pensamiento fijo, indestructible,
omnipotente, doloroso, imposible de quitar. Esto pasa especialmente cuando el
silencio vuelve en esta forma tan enfermiza.
5
Si esto es un hombre. Barcelona: Muchnik Editores, S.A. pág.28
37
41. Algunas personas han podido encontrar una salida, dedicándose a investigar e
intentar encontrar respuestas. Si lo pueden hacer, aunque no resuelva el
problema, es beneficioso.
6.3. La cuestión del perdón
Esta no es una pregunta que aparezca en el cuestionario pero ha salido en el
diálogo. Algunos dicen que ya han perdonado y que únicamente quieren saber
qué pasó con un familiar, reivindicar su nombre, enterar sus restos, anular un
juicio... pero otros reivindican su derecho a no perdonar.
Alguno ha podido comprobar que los descendientes de sus verdugos, ignoran
totalmente el papel de progenitores y familiares en actos ignominiosos y se
encuentran en un dilema moral. Hay un ejemplo público descrito en un artículo
de prensa6 en dónde un hombre condenado a una pena de veinte años cuando
tenía dieciocho, siente, poco tiempo antes de morir , la necesidad de hablar con
sus delatores. Encuentra uno, llama, se presenta y le dice “te llamo para
perdonarte “.Le contesta el hijo del hombre al que quería perdonar diciéndole
que eso era imposible porque su padre, ya muerto, había sido un ferviente
comunista. Decidió no continuar. El pudo realizar este acto de reparación, pero
tenemos que preguntarnos por las consecuencias del silencio que también
padece la familia a la que telefoneó, tal y como queda desvelado por su
respuesta. No lo sabemos, pero podemos afirmar que no dejará de salir.
Coincide con lo que dijo Jean Amèry (pseudónimo de Hans Maier, prisionero en
Auschwitz), respecto a la reivindicación del derecho al resentimiento, al rencor
y no solo hacía la dictadura y sus ejecutores, sino principalmente a la sociedad
actual que no toma partido decididamente por los valores que defendieron y
que ahora son la base de su funcionamiento. En este punto de los reproches a
la sociedad actual se identifican muchos de los entrevistados.
Respecto a la subjetividad de cada cuál, pensamos que en efecto, hay un
irreparable y que eso no se puede perdonar, pero sí explicar, reconocer y
asumir. ¿Cuáles son las consecuencias para la sociedad? No lo sabemos, pero
seguramente las que pueda asumir.
El camino a recorrer para todos los que deciden hacerlo, en contra a veces de
ciertos discursos que prometen un tránsito plano, es conflictivo, doloroso,
contradictorio y eso tienen que saberlo los sujetos uno por uno y la sociedad
en su conjunto, pero la decisión y hasta dónde se quiere llegar será de cada
uno. La sociedad tiene que otorgar este derecho a todos los que quieran
ejercerlo y a si misma. Hemos dicho que es un tránsito, con conflicto, pero
transitable, del que nadie saldrá igual. Nosotros pensamos que tanto para los
sujetos como para la sociedad significará un gran alivio, un abertura de
perspectiva, añadiendo en algún momento la memoria de la vida en la muerte,
de la luz en la oscuridad, la alegría en la tristeza y por tanto una nueva manera
de encarar el futuro, que si bien no nos evitará los encuentros con el
6
El Pais, domingo 13 de mayo de 2007 pág 8
38
42. sufrimiento y el dolor que el propio discurrir de la vida nos pueda presentar, sí
evitará que los afrontemos con una carga propia y muy pesada.
Desgraciadamente para algunos, les parece que ya es tarde.
6.4. Las respuestas
En los apartados relacionados con este tema, preguntamos primero respecto al
silencio y la comunicación ¿pudieron hablar y/o preguntar en la familia?
¿Quizás fuera de la familia? ¿Querían o no hacerlo? ¿Los otros querían
escuchar?
El abanico de posiciones, incluye todas las posibilidades.
- Los que siempre han hablado abiertamente con los suyos, sin esconder
nada. Tenemos que resaltar que en estos casos nos hemos encontrado
con la necesidad que hay de hablar, de explicar, de transmitir, de que
nadie olvide, con un objetivo claro: que no se vuelva a repetir. Esta
necesidad es la misma que expresan los prisioneros de los campos de
concentración nazi y de la que ya hemos hablado en la primera parte.
También en este caso es habitual que en las familias haya alguien que
quiera saber y que puede escuchar poniendo todo su interés.
- Los que decidieron practicar un silencio absoluto. Puede pasar que la
decisión de no hablar haya sido tan rígida que ni tan solo quieran
enterarse que tienen descendientes que se interesan, y mucho, por el
tema; pero no lo pueden reconocer. Hasta tal punto llega la negación.
EN este caso hay un intenso dolor y parece que el corte para hablar sea
una manera de proteger a todos del dolor subjetivo. Tienen miedo que
puedan llegar a sentir como ellos.
- Los que querrían hablar, pero encuentran que sus descendientes no
tienen ningún interés en escuchar ni saber.
- Los que buscan otros espacios (los amigos, los compañeros), para
hablar y la familia se queda al margen.
- Los que encuentran a alguien de la familia que sí está interesado.
- Los descendientes que quieren saber, aunque la mayoría de veces ya
es demasiado tarde y no pueden obtener la información directamente.
- Los descendientes que quieren saber, preguntan, pero se encuentran
con el silencio, el vacío por respuesta.
Es curioso comprobar como, a menudo, en el entorno familiar se despiertan las
ganas de saber después de la muerte de los abuelos o los padres, ya que
antes no quisieron establecer esta relación.
También es muy habitual que, descendientes de personas que vivieron la
guerra y aún lo pueden explicar en primera persona, se muestren
39
43. desinteresados en hacerlo, aunque estén rodeados de compañeros, amigos y/o
colegas que continuamente les piden hablar con el familiar brigadista, maqui,
guerrillero, ex prisioneros o ciudadano, para escucharlo. Es un claro ejemplo de
las dificultades que se presentan en las relaciones familiares.
Ahora, cuando después de muchos años, en nuestro país las personas pueden
recuperar esta memoria histórica, aparece también la idea de un “punto final”
con la excusa de mirar al futuro. Nosotros, como profesionales de la Salud
Mental, sabemos que sin una elaboración de la propia historia, es imposible un
futuro. Y la posibilidad de un futuro tiene sus raíces en el pasado que nos
determina.
Es la actualidad de nuestro tiempo la que hace necesaria encontrar las huellas
de la memoria. Al menos, para hacer un reconocimiento. Y esta necesidad es
manifestada por la juventud que forma la segunda o tercera generación (hijos y
nietos), generaciones que significan una especie de eslabón en la cadena de
transmisión transgeneracional del horror.
Kaës, haciendo referencia al Freud de «Tótem y Tabú», señala: «Nada que
haya estado retenido podrá permanecer completamente inaccesible a la generación
que sigue o a la ulterior.
Habrá huellas, al menos en síntomas, que continuaran ligando a las
generaciones entre sí en un sufrimiento del cual les seguirá siendo
desconocida la apuesta que sostienen “(Kaës, 1996).
Posibles consecuencias en las personas: vivir en una aparente conformidad o
marginación; guardar silencio y esperar; también, a la inversa: rebelarse
interiormente, desesperarse y sufrir o rebelarse y decidir, a pesar de todo, a
tomar el camino del saber.
Este silencio que fue una constante individual, social e institucional. Este
silencio producido por el terror, ante la imposibilidad de enfrentar al terror. Este
silencio que no es el mismo silencio de la complicidad.
6.4.1. Los silencios
Ya que ha sido uno de los mecanismos más utilizados, analizaremos algunas
de sus vertientes.
Se invoca como medio para proteger a la familia, pensando que de esta
manera se librarán de la marca que implicaba haber estado detenido, llevar la
etiqueta de “rojos” o cualquier otra situación y se cree que este silencio es
suficiente para ocultarlo todo, pero siempre hay una mirada, un gesto, un vacío,
un objeto que destaca, una tristeza...que se interpone en las relaciones y
adquiere un significado diferente para cada uno de los componentes de la
familia. Casi siempre hay alguien en particular que se hará cargo de este peso
familiar, ya sea para continuar con el peso solo, ya para intentar quitárselo de
encima como tal y transformarlo.
¿De qué modalidades de silencio hablamos? Veamos algunas extraídas
directamente de las experiencias vividas.
40