1. ARTÍCULO EXTRAÍDO DE EL PERIÓDICO (11/01/2009)
Nuevos románticos
REDACCIÓN
Aunque es una hipótesis arriesgada, se puede decir que los Emo son una
versión actual de los románticos, ya que al igual que los miembros del
movimiento de mitad del siglo XVIII, se caracterizan por dar supremacía al Yo,
defendiendo la manifestación de sus expresiones hasta puntos violentos.
El romántico, al igual que el Emo, se caracterizaba por mantener una actitud
idealista, opositora de las normas establecidas y defensora de la libertad individual.
Cuando la sociedad vencía al rebelde y le imponía un límite, en el romántico
afloraban sentimientos de soledad, insatisfacción y abatimiento. En ocasiones esta
pérdida de la libertad llevaba al individuo al aislamiento y a la muerte.
2. Más que calaveritas
El termino Emo, antes de hacer referencia a la cultura juvenil, es el nombre de
un género musical derivado del hardcore punk de fines de la década de los
ochenta, pero más lento y melodioso. Sus letras tienen un toque emocional (por
ello el nombre), cargadas de lírica senti fatalista.
Comunidades virtuales, blogs, MySpace y Messenger hacen parte de la
“parcela virtual” donde esta tribu es la „elite burguesa‟, al igual que lo fueron los
románticos en su tiempo. La facilidad que les otorga el mundo online para
expresar sus emociones, ha gestado una adicción de este grupo a todo tipo de
páginas que tengan espacios de interacción.
En mensajes que a ojos de un ciudadano ajeno al grupo parecen codificados,
ellos manifiestan sus similitudes con los otros adolescentes, agrupándose
entorno a esto.
Para la muestra, el que sigue es un aparte de un mensaje escrito en
www.eemo.com por „Xx_tHe Open bLacK heaRt_xX‟ (así se identifica), un
miembro de esta comunidad: “Amm nu entiendo el xke la gente y azhta
algunozh emos dicen k somos depres peo nu es del too siertho claro ke no
solamente somoz felizhez a nozhtra manera de sherlo”.
La persecución
Aunque el ser humano profese que con el paso del tiempo, la sociedad se ha
vuelto más flexible y tolerante frente a las expresiones culturales, los Emo son
una tribu acechada fuera y dentro de su reino virtual; las palabras „matar emos‟,
en el buscador Google, remiten a más de 90 mil lugares en la web y en
www.youtube.com, el video „Muerte de un Emo‟, donde se registra el asesinato
de una joven en Ciudad de México, cuenta con más de dos millones de vistas y
ha sido agregado al listado de favoritos de más de 300 personas.
Según Daniel Aguilar, sociólogo de la Universidad Javeriana y PHD en
psicología de la Universidad de Texas, los Emo consideran que la sociedad en
general no comprende su sensibilidad. “Ellos niegan la emocionalidad y
emotividad de los demás”.
Sin importar que la media de esta tribu urbana no cuente con poder adquisitivo,
quien los observa atentamente en la calle y conoce de marcas y artículos como
zapatos y accesorios, sabe a simple vista que no se miden en gastos. En
promedio, los tennis importados que usan, cuentan más de 200 mil pesos y sus
camisetas de marca oscilan los 70 mil pesos.
La indumentaria, crucial en la expresión de la personalidad libre y exaltada de
cualquiera de estos jóvenes, es vista por las otras tribus como un plagio de sus
elementos identificatorios.
Preguntando a un joven metalero bogotano sobre qué opina de estos „nuevos
románticos‟, contesto que “más allá de que me parezca absurdo estar triste
porque sí, cosa que transmiten a simple vista, pienso que esos muchachos no
tienen una identidad definida y no les queda más que tomar elementos de otros
grupos, aunque no sepan que representa un tribal”.
3. “Todas las tribus urbanas son imitaciones de otras que se generaron en otros
contextos. Eso no les quita legitimidad. Son reinterpretaciones que obedecen a
necesidades de manifestarse grupalmente”, dijo al respecto el sociólogo
consultado.
La tribu de los flequillos melancólicos
Cuando las ciudades se inundan de epidemias de depresión, barrios
marginales, políticos corruptos y ráfagas de tormento, no es extraño encontrar
tribus urbanas incapaces de ver más allá.
Estéticas apáticas
Surgidos de una corriente musical en la década de los 80, los emos (del inglés
emotional) se esconden tras su largo flequillo negro de medio lado. Como
negándose a ver así la multitud de cosas buenas que aún quedan en esta
sociedad.
Su ropa oscura y el marcado eye-liner en los ojos pueden resultar siniestros,
pero tan sólo muestran una actitud ante el mundo. La melancolía es la reina.
Las culturas punk, indie y rock se funden para reflejar inconformismo, rechazo
hacia lo ajeno, lo popular.
Gustos sombríos
Ateniéndose a las diferentes concepciones ideológicas, musicales y estéticas
de los emos nos queda bastante claro que los fines de este grupo son, como
en la mayoría de casos, marcar la diferencia.
La mayoría escuchan grupos como My Chemical Romance, Billy Talent o
Panic! At the disco. Recorren las calles enfundados en vaqueros pitillo y
siempre calzan Vans cuadriculadas y Converse All Star.
El director de cine Tim Burton también es bien acogido entre los emo. Su obra
más valorada es Pesadilla antes de Navidad. Jack, la calavera animada que
protagoniza esta película ya se ha convertido en un icono para la comunidad.
Detrás de tanta sombra tan sólo cabe esperar que dentro de unos años este
sentimiento pesimista que forma parte de muchos jóvenes dé paso a luminosas
esperanzas.