1. LOS AFRANCESADOS
Nos tenemos que situar en plena Guerra de Independencia. Una guerra que
es algo más que una lucha contra los franceses, sino una verdadera civil entre
los propios españoles en varias direcciones.
En principio tendríamos que dividir a los españoles en dos grandes grupos:
los que apoyan el absolutismo (una parte importante del pueblo llano
controlado ideológicamente por el Clero, y parte de la Nobleza) y los que
apoyan el liberalismo ilustrado.
Los anti franceses pertenecen a los dos grupos (aunque uno de ellos, el
liberalista, intentará aprovechar la guerra para hacer una verdadera
revolución política a través de las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812).
Por otra parte se encuentran los afrancesados. Son españoles que defienden
al poder francés (José Bonaparte) y su legislación (El Estatuto de Bayona).
2. A menudo se les ha calificado como antipatriotas, aunque la realidad era mucho más
compleja.
Se trataba de ilustrados que querían un futuro mejor para España, y pensaban que
éste pasaba por José Bonaparte que podía ir introduciendo las reformas de la
revolución francesa en nuestro país (acabar con la sociedad estamental, reformar la
economía...).
Como ya decía en la ilustración (en especial se parecen a los defensores
del despotismo ilustrado) quieren una revolución de terciopelo (desde arriba) que
evite violencias y haga un tránsito suave a la modernidad.
Afrancesados famosos fueron Moratín, Lista, Javier de Burgos, el propio Goya.
A partir de 1812 muchos emprendieron el camino del exilio, mientras otros lo hicieron
con el retorno de Fernando VII.
3. Leandro Fernández Moratín
(1760-1821)
Hijo del escritor Nicolás Fernández de Moratín, refleja en su biografía los
avatares de su época. Fue educado en un ambiente familiar culto e ilustrado y
viajó por Francia, Italia e Inglaterra. En 1779 fue nombrado director de la
Junta de Reformas de los Teatros y, desde este cargo, promovió la difusión del nuevo
teatro. Al producirse la invasión napoleónica y la guerra de la independencia, se alineó
con los afrancesados y ejerció un cargo público. Tras la derrota francesa, tuvo que
exiliarse y, después de varias peripecias, murió en París.
Fernández de Moratín destacó por ser un hombre inteligente y culto, de
carácter introvertido y difícil. Formado en la cultura francesa y en la estética
neoclásica fue un afrancesado, lo cual se debió, como sucedió con otros
ilustrados, a su admiración por lo que Francia representaba en su época, y
porque pensaba que de allí podía venir la renovación para España y la
solución de sus males: el atraso cultural y la pobreza.
4. La realidad actual hace doscientos
años. Afrancesados y Españoles
(click encima 2 veces)