4. El hombre sólo se conoce por entero, sin
mutilación ni desgarro en tanto se
manifiesta en el encuentro con otro
hombre.
La perfección del coloquio fraterno esta en
la comunidad que entre las personas se
establece, la cual exige el mutuo respeto,
su plena dignidad espiritual.
5. La teología de la comunidad humana
puede resumirse es siguientes
principios:
La convivencia o socialización es algo esencial a
la persona.
La comunidad en el misterio de la creación.
En la creación se da una forma previa de la
caridad que se manifiesta en el orden de la
salvación.
6. Comunidad histórico-salvífica.
Dios elige a hombres para vivir como miembros
de una determinada comunidad, comunidad de
alianza, de revelación, de acción salvífica y
comunidad de historia.
Comunidad y misterio Cristológico.
La comunidad se perfecciona y se consuma en la
obra de Jesucristo. Constituye una nueva
comunidad fraterna, la Iglesia.
7. La comunidad refleja la comunidad trinitaria en
el amor.
Hay una semejanza entre la unión de las
personas divinas y la unión de los hijos de
Dios, en la verdad y la caridad.
La comunidad y misterio escatológico.
Que se realizará plenamente en el día de la
consumación del Reino.
8. El encuentro exigencia ética
Se puede hablar de una moral del encuentro en
cuanto comunicación intersubjetiva.
La moral del encuentro se puede resumir en tres
grupos de exigencias:
a) descubrir y tratar al otro como un “tú”.
b) manifestarse en la comunicación interpersonal
como un “yo”.
c) crear un “nosotros” como eje de la convivencia
interpersonal.
9. Criterios para tener en cuenta en toda
relación de encuentro:
El otro no debe ser tratado como un objeto.
El otro debe ser tratado como persona.
El otro es, para el creyente, un prójimo.
10. 2. La crisis de la comunicación:
Falta de diálogo
12. 3. El “Buen Nombre” y el
Reconocimiento Social
1. El “Buen Nombre” (Fama) y el
“Reconocimiento Social” (Honor) como valores
sociales. Derechos y Obligaciones.
13. Todo ser humano en razón de su
persona y de sus cualidades tiene
derecho estricto a que los demás
piensen bien de él y digan bien de él.
Es un derecho de toda persona y se extiende
a los grupos sociales y aún a los difuntos.
Tan sagrados derechos como los de la
integridad moral y física deben ser
incluidos en toda declaración de los
derechos humanos.
14. En la declaración de los
Derechos Humanos, en el art.
12 se lee:
“Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en
su vida privada, su familia, su domicilio o su
correspondencia, ni de ataques a su honra o a su
reputación”.
Pacem in Terris 12 (Juan XXIII – 1963):
El hombre exige, además, por derecho natural el debido respeto a su
persona, la buena reputación social, la posibilidad de buscar la verdad
libremente y, dentro de los límites del orden moral y del bien común,
manifestar y difundir sus opiniones y ejercer una profesión cualquiera, y,
finalmente, disponer de una información objetiva de los sucesos públicos.
15. LA FAMA:
Es la opinión generalmente extendida sobre
una persona. Puede ser mala o buena.
La fama es la estima común merecida
por la dignidad y los méritos de una
persona (ausente).
La buena opinión interna impulsa a
expresarla de palabra y de obra, a dar
muestras de Honor.
16. El HONOR
Es el testimonio exterior dado frente a
la persona (presente) de la estima que
nos merece.
Nadie tiene derecho, en principio, a una
opinión extraordinaria pero todo hombre
tiene derecho a un común sentir sobre su
dignidad, su virtud, a la buena opinión de
sus semejantes, a la buena fama.
17. La razón de este derecho es
doble: pública o social y personal.
Pública: porque el hombre necesita del
respaldo de la sociedad para poder
subsistir y desenvolverse corporal y
espiritualmente.
Personal: porque la buena reputación es
necesaria para el bienestar psíquico y el
desarrollo de sus posibilidades. El que sólo
se siente acusado más que cambiar siente la
tentación de seguir igual.
18. Se trata de crear un clima para que
cada uno pueda desarrollar su rol
dentro de la comunidad.
El hombre pecador, no virtuoso sigue
teniendo derecho a que se piense bien de él,
por un deber de caridad y en consideración al
bien común.
Pero este derecho es relativo, se mantiene
mientras no entre en juego un bien superior o
mientras el pecado no sea público.
19. Hay un deber de conservar y
defender la buena fama y también
un deber de honrar al prójimo, de
tributar a cada uno el honor que le
corresponde.
20. 4. Pecados contrarios: Juicio Temerario,
Difamación, Calumnia, “ Sembrar Cizaña ”:
Insulto, Burla, maldición.
La Sagrada Escritura condena las lesiones
contra la buena fama y el honor del prójimo,
los libros sapienciales: los pecados de la
lengua hieren más que el látigo y causan más
victimas que la espada.
El NT la carta de Santiago también toma este
tema.
22. San Agustín: hizo escribir en la
pared del comedor:
“el que se complace en morder con
sus palabras la vida de los
ausentes, sepa que aquí no hay
lugar para él”.
23. Santo Tomás, consideró los vicios opuestos a
la justicia conmutativa divididos en injuria al
prójimo
Injurias de obra: cuando al prójimo se le lesiona en
su propia persona = homicidio;
se le lesiona en su integridad física o en los suyos =
mutilación, golpes, etc;
se le lesiona en los bienes exteriores = hurto y
rapiña.
24. DUDA Y JUICIO TEMERARIO.
LA DETRACCIÓN O DIFAMACIÓN.
EL CHISME O LA SUSURRACIÓN.
Los pecados contrarios a la FAMA, son:
25. LA CONTUMELIA U OFENSA O
INSULTO O INJURIA.
LA BURLA.
LA MALDICIÓN.
Los pecados contrarios al HONOR son:
26. Se lesiona la fama del otro admitiendo un
defecto moral del prójimo, formándose
una opinión mala sin motivos suficientes,
sólo por indicios, sin base (CATIC 2477).
Juicio temerario:
27. Temerarias sobre el prójimo son
pecado contra la justicia y la verdad.
En la duda hay que interpretar
favorablemente la situación dudosa
(CATIC 2478).
La sospecha y la duda:
28. Es la denigración de la fama de alguien
por palabras ocultas, crear mala
reputación de él. Palabras ocultas
significa que la persona está ausente o
ignorante.
Detracción o difamación:
29. Se distingue de la difamación simple,
en que se daña la buena reputación, la
calumnia añade mayor injusticia y se
agrega el pecado de mentira (CATIC
2479).
La calumnia:
30. Es un subespecie de la detracción o
difamación, es la que siembra discordia entre
los amigos, es un pecado más grave que la
calumnia porque el bien de la amistad es
mayor que el de la fama y el honor, va contra
la caridad y la justicia.
La susurración o chisme
(sembrar cizaña):
31. Es una ofensa al honor, realizado a otro con
palabras, es una injusta lesión del honor de
una persona presente, puede hacerse con
palabras, signos o escritos.
Es un pecado de injusticia grave a una persona
presente y frente a muchos.
El cristiano debe soportar la injuria pero puede
repeler la agresión saliendo en defensa del
propio honor.
La contumelia u ofensa,
injuria o insulto:
32. Es reprochar un defecto jocosamente con el
fin, no de injuriar, sino de avergonzar al
otro; comprende las burlas de mal gusto
que ofenden a otro. Si se hace por
desprecio a la persona es culpa grave.
La burla o mofa o irrisión:
33. Es la locución por la que se pronuncia un mal
contra alguien imperando o deseando. La
maldición propia y formal es pecado grave
en su género contra la caridad y la justicia.
La maldición:
34. 5. Notas distintivas del verdadero
diálogo según Ecclesiam Suam
(Pablo VI - 6 de agosto de 1964)
•La Iglesia se halla en una hora de tensión e intensa
actividad. Debemos conocer la situación real de la
humanidad.
•La Iglesia debe profundizar la conciencia de sí misma;
debe renovarse y debe dialogar con el mundo moderno.
35. El Diálogo:
•La Iglesia se distingue profundamente del ambiente
humano en que ella vive. El Evangelio no cede a la
tentación del optimismo ingenuo ni la asechanza del
pesimismo desesperado.
•El cristiano debe vivir en el mundo pero no del
mundo. Esta distinción no es separación. Al
distinguirse de la humanidad la Iglesia se une a ella.
•La Iglesia tiene que evangelizar, no es suficiente la
actitud de fiel conservación de la fe. Urge además el
deber de difundirla y ofrecerla a la humanidad.
36. •Diálogo es la palabra que expresa hoy esta
misión.
•La Iglesia se hace palabra, se hace coloquio.
El diálogo debe caracterizar el ministerio
apostólico, debemos acercarnos al mundo
para comprenderlo, para ofrecerle los dones
de verdad y de gracia y para comunicarle
nuestra maravillosa herencia de redención y
esperanza.
•Esta actitud de diálogo con el mundo ha
caracterizado todas las enseñanzas del
magisterio pontificio contemporáneo sobre la
humanidad actual.
37. El diálogo de la Iglesia debe tener las
características del diálogo de la
salvación.
Características del Diálogo:
•Parte de la iniciativa divina.
•De la caridad de Dios.
•No se ajusta a los méritos de sus destinatarios.
•No excluye a nadie.
•Respeta la libertad de cada uno.
38. •Es destinado a todos sin discriminación
alguna. Es universal.
•Se debe desarrollar progresivamente y
gradualmente.
•Cada día debe volver a comenzar y por
nosotros antes que por aquellos a quienes
va dirigido.
•El diálogo debe estar adaptado a la índole
del interlocutor y a las circunstancias de
hecho.
39. •Debe ser un diálogo pluralista, maduro,
dinámico y transformador.
•El diálogo debe denotar un propósito de
corrección, de estima, de simpatía, de
bondad, por parte del que lo establece.
•El diálogo supone un estado de ánimo que
supone y advierte que no puede ya separar
la propia salvación de la búsqueda de la de
los demás y se afana por colocar el
mensaje del que es depositario en la
corriente del pensamiento humano.
40. Obstáculos:
•La condenación a priori de la opinión del otro.
•La polémica ofensiva y habitual.
•La futilidad de la conversación inútil.
El diálogo es un modo de ejercitar la
misión apostólica, es un arte de
comunicación espiritual.
42. Otras características del diálogo:
LA CLARIDAD
El diálogo supone y exige capacidad de
comprensión, si es claro es comprensible,
si es popular es acogido.
43. LA MANSEDUMBRE
Es la virtud que Cristo nos propuso aprender,
el diálogo no es orgulloso, no es hiriente, no
es ofensivo. Su autoridad es intrínseca por la
verdad que expone, por la caridad que
difunde, por el ejemplo que da. No es orden,
no es imposición. Es pacífico, evita los modos
violentos, es paciente, es generoso.
44. LA CONFIANZA
En el valor de la propia palabra y también en la
actitud para aceptarla por parte del interlocutor.
Promueve la confianza y la amistad. Entrelaza
los espíritus en la mutua adhesión a un bien
que excluye todo fin egoísta.
45. LA PRUDENCIA
La prudencia pedagógica, tiene en cuenta las
condiciones psicológicas y morales del que
escucha, si un niño, si un inculto, si un no
preparado, si un desconfiado, si un hostil, es
decir se afana por conocer la sensibilidad del
interlocutor para modificar las formas de no
presentarse ante los demás de forma molesta o
incomprensible.
En este diálogo se realiza la unión de la verdad
y de la caridad, de la inteligencia y del amor.
46. Hay que plantear la adecuación de la
misión de la Iglesia a la vida de los
hombres en el tiempo actual.
No se salva el mundo desde fuera, hay que
entrar en él. El clima del diálogo cristiano
es la amistad y sobre todo el servicio.