Fábula escrita por Duverney Pulgarín Valencia, estudiante del Grado Quinto de la Institución Educativa Nueva Granada sede Mariscal Robledo, zona rural del Municipio de Cartago Valle .
2. Había una vez
una tarántula
que vivía en un
sendero donde
no había mucha
comida,
- ¡Moriré de
hambre!- dijo en
voz alta – me
quedaré acá
esperando mi
muerte¡.
3. Un ratón que por allí
pasaba, sin fijarse en
Tarántula que se
hacía la muerta, se
paró en ella; entonces
la tarántula del susto
enterró sus colmillos
en pobre ratoncito,
dejándolo
inmovilizado. De esta
forma, Tarántula
aprendió que esa era
la mejor forma para
poder alimentarse y
no morir de hambre.
Cuando algún animal
la coge, ella inyecta el
veneno que lleva
dentro, que hace que
la víctima se
inmovilice
4. Fue así, como
Tarántula
descubrió que
no necesita
muchas plantas
para poder vivir,
pues no hace
grandes
telarañas en los
arboles como las
arañas, sino que
ella misma hace
su madriguera
en el suelo, en el
tronco de los
arboles o entre
las rocas.
5. Tarántula vive
muy solitaria
en su húmeda
y oscura
madriguera y
aislada de los
otros animales
del sendero;
siempre
esperando que
algún insecto,
ratón o animal
mas pequeño
que ella pase
para
paralizarlo con
su veneno y
poder
alimentarse.
6. Cuando siente la
necesidad de
reproducirse, se
acerca al nido del
macho y se
insemina, pero
éste tiene que
salir antes de ser
devorado por
Tarántula.
Tarántula ha
llegado a tener
hasta mil crías,
quienes al poco
tiempo de nacer
salen a buscar su
propia vida,
dejándola siempre
sola.
7. La
moraleja
de esta
fábula, es
que hay
que
adaptarse
a cualquier
situación
que se
presente
para poder
sobrevivir.