La forma de hacer marketing ha cambiado muchísimo en los últimos años. Con la sofisticación de los métodos de medición y las tácticas de mercadeo, son muchas las personas y empresas que se han obsesionado con cuantificarlo todo, el número de personas que se interesan en su producto, las que lo compran, las que hablan sobre él, cómo de satisfechas se sienten al adquirirlo, cuánto de dispuestas estarían a volver a hacerlo… pero el afán de medir ha favorecido que se pierdan elementos valiosos a la hora de hacer negocios y relacionarnos con nuestros consumidores.