Es posible que pienses: “¿Cómo memorizar un versículo? Eso no es ninguna ciencia. Lo memorizo y listo.” ¡Error! ¡Memorizar sí es una ciencia! ¿Quieres saber por qué? Porque tu objetivo no es poder citar el versículo el día que te juntes con tu grupo sino poder recordarlo por el resto de tu vida. Cualquier “adoquín” puede repetir una frase después de haberla dicho unas cuantas veces; sin embargo, no cualquiera puede citar un versículo diez años después de haberlo memorizado. ¿Qué quieres ser, un “adoquín” o un hombre de la Palabra?