Este poema de despedida de Jorge Luis Borges expresa el dolor causado por la inminente ausencia de su amada. Las trescientas noches y paredes que se levantarán entre ellos simbolizan la distancia física, mientras que el mar representa la magia de sus recuerdos compartidos. A pesar de que sólo quedarán los recuerdos, el poeta atesorará para siempre las tardes y noches en las que pudo contemplarla, así como los paisajes que presenciaron juntos pero que ahora se alejan para siempre.
1. DESPEDIDA
Entre mi amor y yo han de levantarse
trescientas noches como trescientas paredes
y el mar será una magia entre nosotros.
No habrá sino recuerdos.
Oh tardes merecidas por la pena,
noches esperanzadas de mirarte,
campos de mi camino, firmamento
que estoy viendo y perdiendo...
Definitiva como un mármol
entristecerá tu ausencia otras tardes.
2. JORGE LUIS BORGES
CONTEXTO SOCIO HISTÓRICO
Jorge Luís Borges
Escritor argentino nació el 24 de agosto de 1899, fue uno de los autores
más destacados de la literatura del siglo XX. Se destaco en la creación
de cuentos y poemas. Su obra, fundamental en la literatura y en el
pensamiento humano, ha sido objeto de minuciosos análisis y de
múltiples interpretaciones.
Ciego a los 55 años, personaje polémico, con posturas políticas que le
impidieron ganar el Premio Nobel de Literatura al que fue candidato
durante casi treinta años, Borges siempre soñó con que la posteridad le
perdonara sus errores y le concediera la gloria de que se lo recordase
por sus mejores texto en sus poemas siempre reflejo su amor por la
escritura ya la belleza de su originalidad.
Uno de sus poemas “despedida” corresponde a un claro ejemplo de dolor
causado por la inminente ausencia de la amada, uno de los tópicos mas
fuertemente arraigados en la tradición de la poesía amorosa, es un
poema que conmueve mas por lo que calla, por lo que solo sugiere, que
por lo que dice.
3. Entre mi amor y yo han de levantarse No habrá sino recuerdos.
trescientas noches como trescientas y el mar será una magia entre nosotros
Oh tardes merecidas por la
paredes
pena
noches esperanzadas de campos de mi camino, firmamento Definitiva como un mármol
mirarte que estoy viendo y perdiendo entristecerá tu ausencia otras tardes
4. A UN GATO
No son más silenciosos los espejos
ni más furtiva el alba aventurera;
eres, bajo la luna, esa pantera
que nos es dado divisar de lejos.
Por obra indescifrable de un decreto
divino, te buscamos vanamente;
más remoto que el Ganges y el poniente,
tuya es la soledad, tuyo el secreto.
Tu lomo condesciende a la morosa
caricia de mi mano. Has admitido,
desde esa eternidad que ya es olvido,
el amor de la mano recelosa.
En otro tiempo estás. Eres el dueño
de un ámbito cerrado como un sueño.
JORGE LUIS BORGES