El documento analiza el concepto bíblico del "pecado original" y concluye que el verdadero error no fue la aspiración de Adán y Eva a "ser como Dios", sino sentirse separados de Dios. El autor argumenta que es metafísicamente imposible estar separado del amor de Dios, y que creerse separado de Dios es la causa de todos los males, no la aspiración a ser divino.